Los jóvenes seminaristas que han respondido generosamente al llamado de Cristo con decidida entrega, dejan entrever en el camino de su formación, la fe en Dios y la oración de la comunidad son una gran palanca que mantiene siempre encendida la llama de la vocación, los casi doscientos seminaristas que en estos momentos viven esta experiencia vocacional en nuestro Seminario, asumimos la esperanza de que nuestra plegaria y nuestro apoyo se vea cristalizado en la consagración sacerdotal. Por eso nuestra razón prioritaria es el apoyo económico que se materializa en las necesidades básicas de manutención, conservación e instrumentalización necesaria en el proyecto formativo de estos jóvenes. Actualmente toda esta dinámica confluye en la única pretensión de llevar la alegría del Evangelio a todas las Parroquias de la Arquidiócesis. Gracias a tu apoyo, que especialmente puedes aportar este domingo 4 de diciembre del presente año, a tu amistad y a tu oración se hace posible la formación sacerdotal. Colaborar con esta obra de Dios en su Iglesia es garantía de la abundancia de su bendición a cada una de las personas.