REFLEXION SOBRE EL DIA MUNDIAL DEL SIDA

Durango, Dgo., 01 diciembre de 2009. El Secretario Canciller, Pbro. José de la Luz Guerrero Haro, expresó el sentir de la Arquidiócesis de Durango por el día mundial de la lucha en contra del SIDA, agregando que el día de hoy se dedica para reflexionar a fin de que todas las instituciones unan sus esfuerzos para combatir esta pandemia que azota la humanidad, y así mismo la Iglesia Católica eleva su oración al Señor Dios fuente de Amor y Misericordia, particularmente por los que viven la enfermedad en el abandono y en la soledad; por los huérfanos, por los más débiles, y por los más pobres, que el Señor los considera primeros en su Reino.

«También la Iglesia pide al Señor por las familias que viven en su seno el drama del Sida, y comparte con ellas, la difícil misión, que les conceda generosidad para no renunciar ante la tarea, ya que la pérdida del calor familiar provoca en los enfermos de Sida la disminución de la inmunología psicológica y espiritual que a veces se considera menos importante que la física para sostener la capacidad reactiva de la persona enferma. Las familias cristianas tienen la misión de ofrecer un fuerte testimonio de fe y de amor, sin abandonar a su ser querido, al contrario deben de rodearlo de cuidados y de afecto», enfatizó.

El Padre José de la Luz, dijo que a los jóvenes se les exhorta a que vivan una vida digna y un amor constructivo, pues la prevención de Sida, en vez de inspirarse en el miedo, debe hacer una elección consciente de un estilo de vida sano, libre y responsable, pues hay que huir de comportamientos que sean disipación, apatía o egoísmo. Su fortaleza debe ser la esperanza, y su ideal la afirmación universal del amor. Agregó que las autoridades civiles y sanitarias deben preparar planes de lucha contra el Sida, de tal forma que se ponga en marcha la prevención, la curación y la rehabilitación; que los científicos y los investigadores incrementen y coordinen su trabajo en un respeto de los criterios fundamentales de la moralidad, poniéndose al servicio de la persona, de sus derechos inalienables y de su bien verdadero e integral, según el plan y la voluntad de Dios.

Por último, envió un mensaje a los feligreses diciendo: «A todos los fieles católicos y hombres y mujeres de buena voluntad, elevemos nuestra oración al Señor de la vida para que ayude a la humanidad a sacar provecho de esta nueva amenaza. Ojalá que el hombre de hoy sepa repetir las palabras de Job: «Se que eres todopoderoso: ningún proyecto te es irrealizable» (Jb 42,2). Si hoy, frente a la amenaza del flagelo del Sida, estamos aún en búsqueda del remedio eficaz, confiamos en que con la ayuda de Dios, triunfará finalmente la vida sobre la muerte y la alegría sobre el sufrimiento», abundó.

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