FIESTA DE SAN JUAN DIEGO

Durango, Dgo., 9 de diciembre de 2009. Juan Diego a los 53 años de edad,  tuvo la aparición milagrosa que daría inicio a la adoración de la Virgen de Guadalupe en México. El 9 de diciembre de 1531, al pasar por el cerro del Tepeyac,  oyó un canto que no era de esta tierra. Se detuvo a gozar de él y cuando miró arriba, vio un sol resplandeciente y en medio, a una señora en actitud de oración, él fue a saludarla y ella le dijo que era su deseo que le labrase un templo en ese llano y le encomendó también que le comunicara ese deseo al señor obispo.

Juan Diego perteneció a la más numerosa y baja clase del Imperio Azteca, sin llegar a ser esclavo. Se dedicó a trabajar la tierra y fabricar mantas las que luego vendía. Poseía un terreno en el que construyó una pequeña vivienda. Contrajo matrimonio con una nativa pero no tuvo hijos. Entre 1524 y 1525 se convierte al cristianismo y fue bautizado junto a su esposa, él recibió el nombre de Juan Diego y ella el de María Lucía. Fueron bautizados por el misionero franciscano Fray Toribio de Benavente, llamado por los indios «Motolinia» o » el pobre».

Antes de su conversión Juan Diego ya era un hombre piadoso y religioso. Era muy reservado y de carácter místico, le gustaba el silencio y solía caminar desde su poblado hasta Tenochtitlán, a 20 kilómetros de distancia, para recibir instrucción religiosa. Durante una de sus caminatas camino a Tenochtitlán, que solían durar tres horas a través de montañas y poblados, ocurre la primera aparición de Nuestra Señora, en el lugar ahora conocido como «Capilla del Cerrito», donde la Virgen María le habló en su idioma, el náhuatl. Luego del milagro de Guadalupe,  Juan Diego fue a vivir a un pequeño cuarto pegado a la capilla que alojaba la santa imagen, tras dejar todas sus pertenencias a su tío Juan Bernardino. Pasó el resto de su vida dedicado a la difusión del relato de las apariciones entre la gente de su pueblo.

San Juan Diego nació en 1474 en el «calpulli» de Tlayacac en Cuauhtitlán, México.  Murió el 30 de mayo de 1548, a la edad de 74 años. Fue beatificado en abril de 1990 por el Papa Juan Pablo II y fue canonizado el 31 de julio de 2002 por Juan Pablo II, quien viajó a Ciudad de México para presidir la ceremonia. Su fiesta en este día tan especial del año, previa a la celebración del 12 de diciembre, se va consolidando en el ánimo del pueblo especialmente en el nuestro.

 

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