SABADO SANTO: EL SILENCIO DEL SEPULCRO

 

Durango, Dgo., 3 de abril del 2010.-  Para la Iglesia Católica, este día es de silencio. La Iglesia permanece junto al Sepulcro del Señor meditando en su pasión y muerte.

 Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar y para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío. Es el día de la ausencia. El Esposo nos ha sido arrebatado. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está callado. Después de su último grito de la cruz «¿por qué me has abandonado»?- ahora él calla en el sepulcro. Descansa: «consummatum est», «todo se ha cumplido».

 El sábado es el día en que experimentamos el vacío. Si la fe, ungida de esperanza, no viera el horizonte último de esta realidad, caeríamos en el desaliento: «nosotros esperábamos… «, decían los discípulos de Emaús. Es un día de meditación y silencio. Algo parecido a la escena que nos describe el libro de Job, cuando los amigos que fueron a visitarlo, al ver su estado, se quedaron mudos, atónitos ante su inmenso dolor: «se sentaron en el suelo junto a él, durante siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que el dolor era muy grande» (Job. 2, 13).

En este día la Iglesia se abstiene de celebrar el sacrificio de la misa (por lo que conserva el altar enteramente desnudo), hasta que después de la Vigilia Solemne o espera nocturna de resurrección, se desborda la alegría  pascual.

Para este día las actividades programadas son: A las 8:00 pm, Solemne Vigilia Pascual y Eucarística en la Noche Santa de la «Resurrección del Señor». Estas actividades serán oficiadas por el Sr. Arzobispo Don Héctor González Martínez.

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