Seminario Mayor
SEMINARIO CONCILIAR MAYOR DE DURANGO
“Los Seminarios Mayores son necesarios para la formación sacerdotal, en ellos toda la formación de los alumnos debe estar orientada a formarnos como auténticos pastores de almas, a ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, Maestro, Sacerdote y Pastor,” (Decreto sobre la formación sacerdotal)
A más de trescientos años de nuestro querido seminario descubrimos un fiel testimonio de historia, de cultura, de sacerdocio y nos remite a escrutar las huellas del Espíritu Santo en nuestra tierra.
El Seminario podemos descubrir que después de un arranque dificultoso ha vivido diversas etapas, destacando en la sociedad y en la cultura, impartiendo estudios superiores; ha atravesado diversas contingencias como la persecución, la vida de las catacumbas y el despojo de sus edificios; ha producido hermosos frutos de santidad; y ha forjado un Cardenal, varios Obispos, tantos sacerdotes y un gran número de laicos comprometidos.
No todo ha sido favorable; ha habido altas y bajas formales y también persecuciones y despojos a manos de los gobiernos en turno, precisamente la falta de reconocimiento al derecho natural entre 1926 y 1929 causó la persecución contra laicos, religiosas, sacerdotes y Obispos.
Seminario Conciliar Mayor de Durango
En sus antecedentes históricos, el Seminario es una institución heredera del Colegio de la Compañía de Jesús, plantel de enseñanza primaria y superior, cobijó la primera Escuela de Derecho Civil en la ciudad de Durango, que dio cabida a estudiantes que provenían de Coahuila, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Nuevo México, Texas y California, enviados por los obispos de dichas regiones.
Casas del Seminario
Desde sus inicios el Seminario de Durango tenía por sede el Edificio Central de la Universidad Juárez, sin embargo, en 1860, el Gobierno Civil de ese entonces expulsó al Seminario de este inmueble. Ante esta situación, la Diócesis, quien desde la expulsión de los jesuitas ya había tomado la conducción de la institución, inició inmediatamente la construcción del nuevo edificio
Grandes frutos del Seminario
Además de los sacerdotes formados, del Seminario Conciliar de Durango se ha constituido como un semillero que ha aportado un importante número de obispos para México como: Ignacio Valdespino y Díaz, Filemón Fierro, Miguel García Franco, Francisco Ferreira y Franco, José de Jesús Guzmán Sánchez, Francisco Uranga Sáez