LA CARIDAD EN LA VERDAD VII

19.- En la “Populorum Progressio”, se señaló que las causas del subdesarrollo no son principalmente de orden material, se deben buscar en otras dimensiones del hombre: en la voluntad, en el pensamiento; pero existe una causa más importante del subdesarrollo: la falta de fraternidad entre los hombres y entre los pueblos. ¿Alguna vez se podrá lograr esta fraternidad? La sociedad globalizada, nos hacer más cercanos, pero no más hermanos. La razón, por sí sola, es capaz de aceptar la igualdad entre los hombres y de establecer una convivencia cívica entre ellos, pero no consigue fundar la hermandad. Esta nace de una vocación trascendente de Dios Padre y que nos ha enseñado mediante el Hijo lo que es la caridad fraterna. La visión del desarrollo comporta que su centro sea la caridad, y en el proceso de desarrollo del hombre, está en lo más alto, la unidad de la caridad de Cristo, que nos llama a todos a participar, como hijos, en la vida del Dios vivo….
20.- Estas perspectivas siguen siendo fundamentales para dar vida y orientación a nuestro compromiso por el desarrollo de los pueblos. Es urgente llevar a cabo las reformas y actuar con valor y sin demora. Esta urgencia viene impuesta también por la caridad en la verdad. Es la caridad de Cristo la que nos impulsa “Charitas Chriti urget nos”, a alcanzar una auténtica fraternidad, solo con ella se podrán cambiar los procesos económicos y sociales actuales hacia metas plenamente humanas.
Capítulo Segundo
El Desarrollo Humano en nuestro tiempo
21.- Pablo Vi tenía una visión articulada del desarrollo: ante todo el objetivo era de los pueblos salieran del hambre, la miseria, las enfermedades endémicas y el analfabetismo. En lo económico: participación actica y condiciones de igualdad en el proceso económico; lo social: evolución hacia sociedades solidarias y buen nivel de formación; lo político: consolidación de regímenes democráticos capaces de asegurar libertad y paz. Hasta que punto se han cumplido las expectativas de Pablo VI? En las últimas décadas se ha adoptado un modelo de desarrollo meramente económico. Es verdad que éste, ha sido y sigue siendo un factor apositivo que ha sacado de la miseria a miles de millones de personas y países. Pero también hay que reconocer que ha estado y está aún, aquejado por desviaciones y problemas dramáticos, la crisis actual lo ha puesto aún mas de manifiesto.
Esta crisis nos pone ante decisiones importantes que afectan mas el destino mismo del hombre: decisiones sobre la misma naturaleza del hombre; la técnica; las interrelaciones planetarias; la actividad financiera mal utilizada, especulativa; los flujos migratorios; la explotación sin reglas de los recursos de la tierra; nos inducen a reflexionar sobre las medidas necesarias para solucionar problemas nuevos, diferentes a los que afrontó el papa Pablo VI; estos, tienen un efecto decisivo para el bien presente y futuro de la humanidad; los aspectos de la crisis y sus soluciones están interrelacionados, requieren además nuevos esfuerzos de comprensión unitaria y una nueva síntesis humanística. Nos preocupa la complejidad y gravedad de la situación económica actual; hemos de asumir con realismo, confianza y esperanza las nuevas responsabilidades que nos reclama la situación de un mundo que necesita una profunda renovación cultural y el descubrimiento de valores de fondo sobre los cuales construir un futuro mejor. Revisar nuestro camino, darnos nuevas reglas, encontrar nuevas formas de compromiso, apoyarnos en experiencias positivas; ocasión de discernir y proyectar de un modo nuevo; a esto nos obliga la crisis económica actual.

Durango, Dgo. 30 de agosto del 2009.

Héctor González Martínez
Arz. de Durango

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