E P I S C O P E O 25 de marzo del 2012

¡Vengo como peregrino de la fe, de la esperanza y de la caridad!

            La tarde del viernes recibimos al Papa Benedicto XVI en el aeropuerto de Silao, después recorrió en el papamóvil más de 35 kilómetros hacia la casa de las religiosas que lo hospedaron. En el recorrido por las calles el pueblo salió a saludar al Papa, fueron miles de personas quienes salieron al encuentro del Papa para saludarlo. Fueron especialmente los jóvenes quienes querían verlo, y le gritaban ¡Benedicto hermano, ya eres mexicano!

Las primeras palabras de su santidad fueron de gozo y de alegría por estar aquí en México y de “confirmar en la fe al Pueblo de Dios de esta gran nación en su propia tierra… deseo estrechar las manos de todos los mexicanos… el majestuoso monumento a Cristo Rey, en el cerro del cubilete, da muestra de la raigambre de la fe católica de los mexicanos”

            El Papa ha invocado la ayuda de María Santísima sobre nuestros pueblos latinoamericanos que celebran en estos años el bicentenario de su independencia, “…en la solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, celebrada en la Basílica de San Pedro en Roma, se invocó con fervor a María Santísima…Nuestra Madre del cielo ha seguido velando por la fe de sus hijos… y lo sigue haciendo hoy ante los nuevos desafíos que se les presentan”.

¡Vengo como peregrino de la fe, de la esperanza y de la caridad! Deseo confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, afianzarlos en ella y animarlos a revitalizarla. Revitalizar nuestra fe primeramente con la escucha de la Palabra de Dios, pero también nos invita a celebrar nuestra fe en los sacramentos, solo de esta manera podremos dar testimonio con nuestra propia vida cristiana en la coherencia de vida.

Nos invita a ser misioneros y de esta manera ser fermento en la sociedad. La Palabra, el mensaje debe llegar hasta la vida misma, a la vida social. ¿Cómo podremos ser fermento en la sociedad? Debemos contribuir a la convivencia social con respeto y de forma pacífica. Todo esto tiene su fundamento en la dignidad de la persona humana, creada por Dios y que ningún poder tiene derecho a olvidar o despreciar.

Un aspecto importante donde toda sociedad debe manifestar este respeto por las personas, y que debe ser una condición para la paz, es el respeto de sus derechos fundamentales. Uno de ellos es el derecho a la libertad religiosa, en su genuino sentido y en su plena integridad.

Como peregrino de la esperanza, les digo con san Pablo: “No se entristezcan como los que no tienen esperanza”. La confianza en Dios es la base de la esperanza de quien cree. No debemos de dejar de trabajar por transformar las estructuras y los acontecimientos presentes poco gratos.

El Papa nos invita a tener siempre esperanza. Sí, la esperanza cambia la existencia concreta de cada hombre y cada mujer de manera real. La esperanza apunta a “un cielo nuevo y una tierra nueva”. Este país está llamado a vivir la esperanza en Dios como una convicción profunda, convirtiéndola en una actitud del corazón y en un compromiso concreto de caminar juntos hacia un mundo mejor. Debemos continuar avanzando sin desfallecer en la construcción de una sociedad cimentada en el desarrollo del bien, el triunfo del amor y la difusión de la justicia.

Pero el creyente debe vivir y practicar la caridad como elemento esencial de su misión. La caridad “es ante todo y simplemente la respuesta a una necesidad inmediata en una determinada situación” como socorrer a los que padecen hambre, a los que carecen de cobijo, a los enfermos o necesitados. Nadie queda excluido de esta misión de la Iglesia. Esta caridad de los cristianos no debe entrar en competencia con otras iniciativas privadas o públicas, al contrario, ella colabora gustosa con quienes persiguen estos mismos fines.

            ¡El Papa reza por el pueblo mexicano! le pide a la Virgen de Guadalupe, para que honren su fe, lo mismo que a sus tradiciones; el papa reza por los que sufren a causa de la violencia y la inseguridad; el Papa reza también por los migrantes, por los que están fuera de su tierra y “que nunca olvidan y desean verla crecer en la concordia y en un auténtico desarrollo integral”.

            Al escuchar a su santidad y al verlo acercarse a muchos niños discapacitados con el amor y la ternura de Cristo que los abrazaba y los bendecía, nos hacer querer acercarnos al Vicario de Cristo para que también nos conforte y nos consuele con su palabra de pastor.

 

Durango, Dgo., 25 de Marzo del 2012                     + Mons. Enrique Sánchez Martínez

Obispo Auxiliar de Durango

Email: episcopeo@hotmail.com

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