CON ÉXITO SE LLEVO A CABO PRE- SEMINARIO

Durango, Dgo., 27 de julio de 2009. Con un total de 37 jóvenes, 4 de ellos de la Prelatura del Salto, 6 de la Diócesis de Gómez Palacio y los 27 restantes de la Arquidiócesis de Durango, asistieron al “Preseminario Mayor” del 19 al 24 del presente mes en las instalaciones del Seminario Mayor de esta ciudad capital, en donde conocieron la vida del seminario, reflexionaron sobre lo que es la vocación, quién soy yo, quién es Cristo, los sacramentos, la formación sacerdotal, celibato y vida afectiva, etc. Los aspirantes a ingresar al Seminario presentaron examen ceneval de religión. Estos jóvenes, son varones con inquietud sacerdotal que terminaron satisfactoriamente su secundaria y/o su preparatoria.

El preseminario es un tiempo fuerte para los jóvenes que tienen inquietud vocacional a la vida sacerdotal, durante el cual se les acompaña un buen  tiempo, para que luego puedan lograr un encuentro consigo mismos, con Dios y con los demás. El objetivo que se pretende alcanzar es, que los jóvenes compartan su experiencia de fe personal, familiar y comunitaria, clarifiquen su inquietud y se decidan por iniciar un proceso de discernimiento hacia la formación sacerdotal, o por un servicio laical en la Iglesia.

El Seminario es un espacio espiritual, un itinerario de vida, una atmósfera que favorece y asegura el proceso formativo, de modo que el llamado por Dios al Sacerdocio llegue a ser con el Sacramento del Orden una imagen viviente de Jesucristo Cabeza y Pastor de la Iglesia”. Es una institución educativa destinada, a la formación de aquellos adolescentes y jóvenes que parecen poseer semillas de vocación al sacerdocio ministerial, proporcionándoles elementos de formación humana, intelectual y cristiana en un proceso de acompañamiento y discernimiento vocacional. El Seminario cuenta con cuatro etapas: Seminario Menor (preparatoria), Curso Introductorio, Filosofía y Teología.

El Seminario tiene como encomienda,  la tarea de entregar a la Iglesia pastores celosos e intrépidos para reconducir a la humanidad en sus ambientes e instituciones, de la indiferencia y de la descristianización a la vida en Cristo y en el Espíritu Santo.