EL TRIBUNAL ECLESIASTICO

Durango, Dgo., 28 de febrero de 2011. El Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Durango, es un órgano jurídico de la Iglesia, que juzga con derecho propio y exclusivo, las causas que se refieren a cosas espirituales o anejas a ellas; la violación de las leyes eclesiásticas y de todo aquello que contenga razón de pecado, por lo que se refiere a la determinación de la culpa y la imposición de penas eclesiásticas.

El Vicario Judicial, el Pbro. Guillermo Moreno Gallegos, informó «…dado que el Obispo Diocesano no pueda ejercer por sí mismo la potestad judicial, nombra a un Vicario que, en su nombre, hará justicia cuando se presente alguna circunstancia que pida este ministerio. El Vicario Judicial, a través del Tribunal Eclesiástico, que antes se llamaba Provisorato, ejercerá este ministerio, en la medida en que haya que dirimir controversias y que el Obispo le encomiende. La tarea primordial que se le ha encomendado al Tribunal Eclesiástico, es lo que se refiere a los estudios de aquellos matrimonios que, por derecho se presumen válidos, pero de que se tienen alguna duda que lo sean; sea porque pudieron haberse contraído con algún impedimento y no se dispensaron; sea porque contrajeron con algún defecto de forma canónica; se aporque han contraído con alguna incapacidad de las contempladas en el Código de Derecho Canónico».

El tribunal eclesiástico está constituido por un Vicario Judicial (presbítero, Lic. Guillermo Moreno Gallegos; los jueces (presbítero, Lic. José de la Luz Guerrero Haro, presbítero Gerardo Humberto Gutiérrez Vargas, presbítero, Lic. Jesús María Hernández Rodríguez, presbítero Mario de Jesús Castañeda Terrones); un defensor del vínculo (presbítero Manuel Ruiz Serrano); un perito en ciencias psicológicas (Lic. e investigador Alberto Terrones); un notario (señorita Dora Mireya Vázquez Rentería). Este órgano sesiona en Calle Lima, no. 105, fraccionamiento Guadalupe. Teléfono 8108317. Horario de lunes a viernes de las 10 de la mañana a 1:30 de la tarde.

“La Caridad (amor) y la Verdad, claves en la búsqueda de un auténtico desarrollo humano”

Ante la necesidad de respuestas, de soluciones a lo que constantemente nos aqueja: la pobreza, la crisis económica, la desintegración de la familia, la crisis del tejido social, la violencia y la inseguridad, el aumento del consumo de drogas, la corrupción en todos los niveles, la impunidad, porque la ley no se aplica, se pasa sobre ella; debemos volver nuestra mirada, nuestros ojos al Evangelio y pedir a la Iglesia como Madre y Maestra, que nos oriente.
Ante la incapacidad de dar respuestas a la comunidad por parte de los gobernantes (federales, estatales, municipales), dentro de la población y los sectores de la vida social (empresarios, médicos, abogados, campesinos, etc.), surgen brotes de hacer justicia por propia mano, hay desesperación, temor, no se ve una salida, y exigen respuestas y nos las hay; pero todo tiene un límite. Dice el dicho: “no hay mal que dure cien años, ni enfermo (ni cuerpo? Ni pueblo?) que lo resista”. No es suficiente preocuparse por lo económico. Es cierto que hay pobreza y faltan empleos, y que hay que traer las mejores inversiones al Estado, pero eso no podrá ser la solución a los problemas más importantes. Se podrá lograr la mayor inversión económica de todos los tiempos, pero no va a funcionar, como ya ha sucedido en el pasado. Se necesita realizar proyectos que nos haga mejores personas, mejores ciudadanos, que nos una a todos en el bien común, y necesitamos comprometernos todos. Estamos dispuestos para actuar en unidad y con un solo objetivo? O esperaremos hasta que llegue el límite?
Cual es la fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de la humanidad? Es la Caridad en la Verdad. Jesucristo nos ha dado testimonio de ello y nos ha enseñado con su vida el camino a seguir (Benedicto XVI “Caritas in veritate” Introducción 1-5).
Que es el amor (caritas)? Que es la verdad? Es una “fuerza extraordinaria que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz”. Esta fuerza tiene su origen en Dios, que es Amor eterno y Verdad Absoluta. Dios mismo, “siendo tres personas, no es una verdad estática, sino una interacción, una comunión que es el modelo de lo que debería ser la vida de cada católico y de la Iglesia como un todo”. Dios tiene un proyecto sobre cada ser humano, quien está llamado a aceptarlo; en el proyecto divino, cada hombre y mujer encontrarán su propia verdad. Todos los hombres perciben el impulso interior de amar de manera auténtica; amor y verdad nunca los abandonan completamente, porque son la vocación que Dios ha puesto en el corazón y en la mente de cada ser humano.
Jesucristo nos ha revelado plenamente ese proyecto de amor y de vida verdadera que Dios ha preparado para nosotros, al mismo tiempo nos purifica y libera de nuestras limitaciones humanas en la búsqueda del amor y la verdad. Cristo mismo es la caridad en la verdad, en Él recibimos la vocación de amar a nuestros hermanos en la verdad de su proyecto. Él mismo es la Verdad (Jn 14,6)
La Caridad es el camino de la Iglesia. Según Jesús y su enseñanza, la Caridad es la síntesis de toda la Ley, por lo tanto, todo proviene de ella. La caridad “da verdadera sustancia a la relación personal con Dios y con el prójimo”; es el “principio de las micro-relaciones” (la amistad, en la familia, el pequeño grupo); también el “principio de las macro-relaciones” (sociales, políticas y económicas). Para la Iglesia, la Caridad es todo porque “Dios es caridad. Todo proviene de la caridad de Dios, todo adquiere forma de ella y a ella tiende todo. La caridad es el don más grande que Dios ha dado a los hombres, es su promesa y nuestra esperanza”.
En estos tiempos es importante de “unir no solo la caridad con la verdad, en el sentido señalado por San Pablo de la “veritas in caritate” (Ef 4,15), sino también en el sentido, inverso y complementario, de “caritas in veritate”. Se ha de buscar, encontrar y expresar la verdad en la caridad, pero, a su vez, se ha de entender, valorar y practicar la caridad a la luz de la verdad”. Esto ayudará a una correcta valoración de la caridad y a evitar que sea mal entendida.
Solo unida con la verdad se puede reconocer a la caridad como expresión auténtica de humanidad y como elemento de importancia fundamental en las relaciones humanas y sociales. “Sólo en la verdad resplandece la caridad y puede ser vivida auténticamente. La verdad es luz que da sentido y valor a la caridad. Esta luz es simultáneamente la de la razón y la de la fe, por medio de la cual la inteligencia llega a la verdad natural y sobrenatural de la caridad”. Sin verdad, la caridad cae en mero sentimentalismo. El amor se convierte en un envoltorio vacío que se rellena arbitrariamente, como a cada quien se le antoje. Éste es el riesgo fatal del amor en una cultura sin verdad. Es presa fácil de las emociones.
En el contexto social y cultural actual, vivir la caridad en la verdad, lleva a comprender que la adhesión a los valores del cristianismo es indispensable para la construcción de una buena sociedad y un verdadero desarrollo humano integral. Un cristianismo de caridad sin verdad se puede confundir fácilmente con una reserva de buenos sentimientos, provechosos para la convivencia social, pero marginales. De este modo, en el mundo no habría un verdadero y propio lugar para Dios.
La caridad es amor recibido y ofrecido. Es “gracia” (cháris). Su origen es el amor que brota del Padre por el Hijo, en el Espíritu Santo. Es amor que desde el Hijo desciende sobre nosotros. Es amor creador, por el que nosotros somos; es amor redentor, por el cual somos recreados. Es el Amor revelado, puesto en práctica por Cristo (cf. Jn 13,1) y “derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo” (Rm 5,5). Los hombres, destinatarios del amor de Dios, se convierten en sujetos de caridad, llamados a hacerse ellos mismos instrumentos de la gracia para difundir la caridad de Dios y para tejer redes de caridad.
La Doctrina Social de la Iglesia responde a esta dinámica de caridad recibida y ofrecida. Es “caritas in veritate in re social”, anuncio de la verdad del amor de Cristo en la sociedad. Es servicio de la caridad, pero en la verdad. Es al mismo tiempo verdad de la fe y de la razón. El desarrollo, el bienestar social, las soluciones propuestas ante los graves problemas que nos afligen, necesitan esta verdad. Más aún, necesitan que se estime y se dé testimonio de esta verdad. Sin verdad, sin confianza y amor por lo verdadero, no hay conciencia y responsabilidad social, y la actuación social se deja a merced de intereses privados y de lógicas de poder, con efectos disgregadores y fatales sobre la sociedad.

Durango, Dgo., 27 de Febrero del 2011.

+ Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

email:episcopeo@hotmail.com

Reflexión dominical VIII Domingo ordinario; 27-II-2011 Confianza en Dios

Del profeta Isaías: “Quizá se olvida una madre de su hijo, sin conmoverse del fruto de sus entrañas? Aunque hubiera una mujer que se olvida, yo no me olvidaré jamás”. Aquí se expresa el amor de Dios a su pueblo, semejante al amor de un padre con sus hijos o a la pasión de un hombre por su mujer amada. Dios no puede olvidar las promesas hechas a los padres; a pesar de todo, la historia de la salvación continúa porque Dios ama gratuitamente Leer más

CONVOCATORIA A REUNION DE PASTORAL JUVENIL

Durango, Dgo., 25 de febrero de 2011. La Dimensión Diocesana de Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Durango, convocó a la sa la Sª.egunda reunión de Consejo, que se realizará este sábado 26 de febrero del 2011, en punto de las 3:00pm en el Centro Universitario PROMEDAC, en la ciudad de Durango y donde se tendrá el honor de contar con la presencia del Señor Arzobispo Don Héctor González Martínez, quien compartirá un mensaje a los presentes.

El presbítero Francisco Canales Samaniego, Asesor Diocesano de Pastoral Juvenil, informó que esta convocatoria va dirigida a todos los sacerdotes asesores de pastoral juvenil, jóvenes coordinadores de decanatos y representantes de movimientos juveniles diocesanos. En ella se verán temas de suma importancia para dicha Pastoral, así como la petición a los coordinadores de decanatos, presentar el número de parroquias que realizan pascua juvenil, y el informe de actividades realizadas hasta el día de la reunión.

El orden del día será: Bienvenida y presentación, Lectura del acta anterior, Mensaje del Señor Arzobispo, Pascua Juvenil, La Pastoral Juvenil en la V Etapa de la Misión Diocesana, Estructura de la Pastoral Juvenil, Evaluación de estructuras decanales, Informe de los Decanatos y Movimientos, Visitas a los decanatos, Misiones Semana Santa 2011, Curso para asesores 2011, Talleres de Formación Integral, Actividades por Beatificación de Juan Pablo II, Informes de Equipo Diocesano y Despedida.

NUEVA CAPILLA DE ADORACIÓN EUCARÍSTICA PERPETUA

Durango, Dgo., 24 de febrero de 2011. El sacerdote Agustín Jaime González Martín del Campo, custodio  del Templo Nuestra Señora de Los Ángeles, informo de la apertura de una nueva Capilla de Adoración Eucarística perpetua en el Templo de los Ángeles, que se encuentra a disposición de todo fiel  que anhele tener una hora de encuentro personal con Cristo Eucaristía, para esto únicamente es necesario registrarse en un formato que proporcionan los Capitanes de Adoración y cada persona tendrá a su elección la hora que desee participar de entre las 24 que conforman el día.

Ésta dinámica de adoración entró en práctica el 6 de febrero del año en curso por su promotor el padre Agustín Jaime González Martín del Campo. Cabe señalar que es la segunda capilla en ésta dinámica de adoración que se abre en nuestra ciudad. Desde su inicio explicó el sacerdote, «la capilla recibe la visita de 555 devotos católicos inscritos y en los libros se registran 600 visitas esporádicas». El encuentro con Jesús Sacramentado tiene lugar en el Templo de Nuestra Señora de los Ángeles ubicado en Aquiles Serdán # 1380 ote. Col. Los Ángeles en nuestra ciudad de Durango.

En un ambiente de incertidumbre y violencia, acerquémonos a éste nuevo espacio de encuentro y cercanía con Aquél que ha venido a traernos la Paz y la alegría, la Vida y la Verdad. Aprovechemos éste momento de reencuentro con nuestro Redentor y llenémonos de Esperanza y Fe. «No pueden pasar una hora conmigo?» (Mt 26, 40).

XI REUNIÓN DE LA PROVINCIA ECLESIÁSTICA DE DURANGO

Durango, Dgo., 22 de febrero de 2011. El Señor Arzobispo Héctor Gonzales Martínez convoca fraternalmente a los Vicarios de Pastoral y a los responsables provinciales de Pastoral catequética y bíblica, de Liturgia, de Pastoral Social, de Familia, Juventud y Laicos, de Vocaciones y Ministerios, de Pastoral presbiteral y de comunicaciones, a la XI Reunión Provincial que tendrá por objetivo la revisión del programa «qué se hace o cómo se trabaja».

Esta reunión de provincia se realiza en el marco de la promoción de pastoral de conjunto, motiva y anima a éstas Diócesis hermanas como son Torreón, Gómez Palacio, El Salto, Mazatlán y la Arquidiócesis de Durango, que es la Diócesis principal que hace cabeza a ésta provincia eclesial.

Con el afán de organizar una pastoral en común en los diversos aspectos de la vida eclesial, las iglesias locales presididas por sus pastores buscan diligentemente presentar, adecuar y mejorar propuestas. La sede de encuentro tendrá lugar en la Ciudad de Torreón en punto de las 13:30 hrs. En la Vicaría de Pastoral, calle Niños Héroes esq. Con Av, Bravo (a un costado de la Parroquia de S. José), del 23 al 24 de Febrero.

XI Reunión de la Provincia Eclesiástica de Durango 23-24 de febrero del 2011

A LOS SRES. OBISPOS DE LA PROVINCIA ECLESIÁSTICA:

Les saludo afectuosamente y les deseo toda gracia de parte del Señor.

Por la presente, les recuerdo que en nuestra X reunión del 21 de septiembre del 2010 en esta Ciudad de Durango, acordamos y programamos una reunión provincial para los días 15-16 de febrero, de comida a comida, fecha que luego los Obispos fijamos para los días 23-24.

Les convoco pues fraternalmente a dicha reunión para los días 23-24 de la próxima semana en la Ciudad de Torreón.

La convocatoria comprende a los Vicarios de Pastoral y a los Responsables provinciales (solamente) de Pastoral catequética y bíblica, de Liturgia, de Pastoral Social, de Familia, Juventud y Laicos, de Vocaciones y Ministerios, de Pastoral presbiteral y de Comunicaciones.

Objetivo: revisión del Programa: qué se hace o cómo se trabaja.

Llegar a comer a la 1.30 a la Vicaría de Pastoral: Calle Niños Héroes esq. con Av. Bravo; (a un costado de la Parroquia de S. José).

De Uds Aftmo. en Xto.

Héctor González Martínez
Arz. de Durango

José de la Luz Guerrero Haro
Secretario de la Provincia

Los sacerdotes hacen presente la acción transformadora de la Iglesia en la vida social

En esta Quinta Etapa de la Misión Diocesana “La Iniciación Cristiana”, es necesario reflexionar constantemente sobre el papel de los sacerdotes, especialmente sobre su identidad misionera, ya que de ellos depende, en gran parte, que se pueda llevar a cabo esta renovación de nuestra pastoral por el camino de la “Iniciación cristiana”.
“La Iglesia peregrinante es, por su naturaleza, misionera puesto que toma su origen de la misión del Hijo y de la misión del Espíritu Santo, según el designio de Dios Padre” (Ad Gentes, 2, Concilio Vaticano II). La misión de la Iglesia “la ha recibido de Jesucristo con el don del Espíritu Santo. Es única y ha sido confiada a todos los miembros del pueblo de Dios, que han sido hechos partícipes del sacerdocio de Cristo mediante los sacramentos de la iniciación, con el fin de ofrecer a Dios un sacrificio espiritual y testimoniar a Cristo ante los hombres. Esta misión se extiende a todos los hombres, a todas las culturas, a todos los lugares y a todos los tiempos” (Congregación para el Clero, “La identidad misionera del presbítero en la Iglesia”).
En esta misión, los presbíteros, como los colaboradores más inmediatos de los Obispos, conservan ciertamente un papel central y absolutamente insustituible, que les ha sido confiado por la providencia de Dios. Por su naturaleza, la Iglesia está llamada a anunciar la persona de Jesucristo muerto y resucitado, a dirigirse a toda la humanidad, según el mandato recibido del mismo Señor: “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación” (Mc 16,15).
Para realizar esta misión, la Iglesia recibe el Espíritu Santo, enviado por el Padre y por el Hijo en Pentecostés. El Espíritu confirma y manifiesta la comunión de los discípulos como nueva creación, como comunidad de salvación escatológica y los envía en misión: “Seréis mis testigos… hasta los confines de la tierra” (Hech. 1,8). El Espíritu Santo impulsa la Iglesia naciente a la misión en todo el mundo, demostrando de esta forma que Él ha sido derramado sobre todos.
Ante las situaciones que vivimos en el mundo, en México, en nuestra Arquidiócesis de Durango, urge que renovemos este aspecto misionero de la Iglesia, esto nos debe llevar a una renovación de la practica pastoral en nuestra Arquidiócesis, de buscar caminos nuevos, “nuevos modos de llevar el Evangelio al mundo actual”, una nueva manera de organizar el proceso de la Iniciación Cristiana. Es insustituible el papel de los sacerdotes en la actividad misionera, sobre todo cuando hay que evangelizar a los bautizados “que se han alejado” y a todos aquellos que, en las parroquias y en las diócesis, poco o nada conocen de Jesucristo.
En virtud del sacramento del Orden, los presbíteros son consagrados, es decir, segregados “del mundo” y entregados “al Dios viviente”, tomados “como su propiedad, para que, partiendo de Él, puedan realizar el servicio sacerdotal por el mundo”, para predicar el Evangelio, ser pastores de los fieles y celebrar el culto divino, como verdaderos sacerdotes del Nuevo Testamento (cf. Hb 5,1). El decreto Presbyterorum Ordinis (4-6), sobre el ministerio y la vida sacerdotal, se refiere a los presbíteros como ministros de la palabra de Dios, ministros de la santificación con los sacramentos y la eucaristía, y guías y educadores del pueblo de Dios.
Este triple ministerio ejercido por los sacerdotes, no se puede concebir sin su esencial relación con la persona de Cristo y con el don del Espíritu. El presbítero está configurado a Cristo mediante el don del Espíritu recibido en la ordenación. El presbítero está en relación con la persona de Cristo, y no solamente con sus funciones, que brotan y reciben pleno sentido de la persona misma del Señor. Esto significa que el sacerdote encuentra la especificidad de la propia vida y de su vocación viviendo la propia configuración personal con Cristo; siempre es un alter Christus.
En nuestra Arquidiócesis, en la vida cotidiana de nuestras comunidades, en la ciudad, en el campo, en la sierra, en el llano, en las comunidades más lejanas, la presencia de los sacerdotes es fundamental y necesaria ya que su ministerio, su persona, hacen presente la acción transformadora de la Iglesia en la vida de la sociedad. Allí, ellos predican la Palabra de Dios, evangelizan, catequizan, exponiendo íntegra y fielmente la sagrada doctrina; ayudan a los fieles a leer y a comprender la Biblia; reúnen al Pueblo de Dios para celebrar la Eucaristía y los demás sacramentos; promueven otras formas de oración comunitaria y devocional; reciben a quien busca apoyo, consuelo, luz, fe, reconciliación y acercamiento a Dios; convocan y presiden encuentros de la comunidad para estudiar, elaborar y poner en práctica los planes pastorales; orientan y estimulan a la comunidad en el ejercicio de la caridad hacia los pobres en el espíritu y en las condiciones económicas; promueven la justicia social, los derechos humanos, la igual dignidad de todos los hombres, la auténtica libertad, la colaboración fraterna y la paz, según los principios de la doctrina social de la Iglesia. Son ellos quienes, como colaboradores de los Obispos, tienen la responsabilidad pastoral inmediata.
Le damos gracias a Dios por la presencia de los sacerdotes en nuestras comunidades, la mayoría de ellos, son entregados, sinceros, trabajadores, fieles en el ministerio que les ha sido confiado.

Durango, Dgo., 20 de Febrero del 2011.

+ Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

email:episcopeo@hotmail.com

Reflexión dominical VII domingo ordinario; 20-02-2011 Amar aún a los enemigos

El libro del Levitico, ordena: “sean santos porque yo soy santo”; este precepto es el fundamento de la ley del amor; en consecuencia manda: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. La lectura también indica como vivir concretamente la santidad: o sea que por la caridad hacia el prójimo nosotros reflejamos la santidad de Dios.

En la segunda lectura, de S. Pablo a los corintios, leemos: “el templo de Dios es santo y ustedes son ese templo”; esta afirmación es el comienzo de una condena del culto a la personalidad en la Iglesia; cuando se forman grupos cerrados que aparecen como exclusividad de personas dominantes pero que no han sido crucificadas por nosotros. Leer más

ENCUENTRO DE NOVIOS

Durango, Dgo., 19 de febrero de 2011.- El Movimiento de Encuentro de Novios de la Arquidiócesis de Durango, se encuentra realizando su retiro este fin de semana del 18 al 20 del presente mes, coordinado por el matrimonio de Víctor y Alma Vázquez, así como su asesor espiritual, el presbítero Manuel Ramírez Retana.

El objetivo de este encuentro, es preparar a los  jóvenes al matrimonio y tomar en serio  el compromiso  del sacramento, ya que éste no es desechable, así lo informó el matrimonio coordinador, quien agregó que los temas a tratar, se basan en las etapas de la relación, impartidas por el Padre asesor y tres matrimonios pertenecientes a este movimiento.

El lugar será en el Dispensario de San José, ubicado en la calle Gómez Farías 220. Los requisitos para las jóvenes parejas que deseen vivir este encuentro con Cristo son: tener una relación formal, ser mayores de edad,  cumplir con el requisito de asistencia a las pláticas de información al menos alguno de la pareja, ser católicos y cubrir la cuota de sus gastos como pareja.

Las pláticas informativas previas al retiro, se ofrecen todos los martes en el salón anexo al Templo San Pedro y San Pablo, a las 8:30 pm. Mayores informes en el teléfono 8113287 y cel. 8 15 27 84.