CELEBRACIÓN DE TODOS LOS SANTOS

El significado de Halloween es «All hallow’s eve», un término que proviene del idioma inglés antiguo, y que significa «víspera de todos los santos». Sin embargo, la costumbre antigua anglosajona le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del miedo, del terror, de las brujas y los fantasmas. Halloween marca una triste vuelta al antiguo paganismo, tendencia que lamentablemente se ha propagado también entre los pueblos hispanos. Sin embargo, para los creyentes es la fiesta de todos los Santos la que verdaderamente tiene relevancia y refleja la fe en el futuro para quienes esperan y viven según el Evangelio predicado por Jesús. El respeto a los restos mortales de quienes murieron en la fe y su recuerdo, se inscribe en la veneración de quienes han sido «templos del Espíritu Santo». En los países de tradición católica, se celebra el 1 de noviembre y en varias naciones es un día feriado no laborable. Fue el Papa Gregorio IV quien ordenó en el año 835, que el mundo cristiano honre a todos los santos del cielo en esta fecha. Se cree que Gregorio IV eligió el 1 de noviembre porque coincidía con una de las cuatro grandes fiestas de los pueblos germanos, y la política de la Iglesia en esos años era reemplazar y eliminar todos los ritos paganos. La Iglesia llama «Santos» a aquellas personas que han dedicado su vida a seguir el ejemplo de Jesucristo y han sido «canonizados», o sea declarados oficialmente santos por el Sumo Pontífice. Según los creyentes por su intercesión se han conseguido admirables milagros, porque después de haber examinado minuciosamente sus escritos y de haber hecho una cuidadosa investigación e interrogatorio a los testigos que lo acompañaron en su vida, se ha llegado a la conclusión de que practicaron las virtudes en grado heroico.

JORNADAS DE VIDA CRISTIANA PARA MUJERES

La Pastoral Universitaria de la Arquidiócesis de Durango, invita a todas las jóvenes de entre 17 y 25 años a las “Jornadas de vida cristiana para Mujeres”, que se llevarán a cabo del 02 al 05 de Noviembre del año en curso, en la Casa de las Misioneras Catequistas de los Pobres, ubicada en calle 5 de febrero #405, en la zona centro de la ciudad capital. Así lo comentó el Presbítero asesor Jesús Herrera, quién además explicó: “Este retiro es kerygmatico, es decir, ayuda a las jóvenes a rehacer un encuentro fuerte con Cristo, en donde puedan tener un acercamiento con Jesucristo Vivo y lo tengan presente día a día en su vida. La entrada es el jueves a las 4:00 p.m. para culminar el domingo por la tarde”. Se pide una cuota de recuperación de $200. Para más información comunicarse con Carolina Soto al número de celular 618 116 19 11.

“No maltratarás ni oprimirás al emigrante”

Acabamos de ver que un fariseo, experto en la ley, le hace una pregunta a Jesús para ponerlo a prueba (Mt 22,35), es decir, con una intención poco buena; y sin embargo, habrá que estarle agradecidos, porque le dio la oportunidad para afirmar que el principal mandamiento es: amar a Dios y al prójimo. Ésta fue la respuesta de Jesús: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu alma”. Este es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas (Mt 22,17-30).

La verdad es que los términos en que se expresa Jesús no constituían novedad para un judío; la novedad está en que, preguntado por el primero, Jesús le cita también el segundo, ya que ambos amores constituyen conjuntamente el centro de la Ley, algo olvidado por escribas y fariseos que andaban perdidos en una enmarañada selva de normas rituales. Es decir, Jesús aporta un principio-síntesis que unifica y equipara dos mandamientos que los especialistas de la Ley entendían y explicaban como diferentes, diferentes y a muy distinto nivel. Pero, y ¿quién es mi prójimo? (Lc 10,29), le preguntarán en cierta ocasión. -Todo el que te necesita, responderá Él (Lc 10,37). La unidad del precepto de amar a Dios y al prójimo es indisoluble. Aún más: en él se resume toda la Ley.

Quien dice que ama a Dios y no ama al hombre es un mentiroso (1 Jn 4,20), dice san Juan, ya que Dios se encarna de alguna manera en el prójimo, que es todo hombre. Jesús prima el amor como el marco, el contexto y la esencia de la Ley entera. Es el amor, a Dios y al prójimo, quien quiera que éste sea, lo que da valor y consistencia a la observancia legal y no viceversa, porque el amor es el espíritu que alienta en la letra de la Ley del Señor. “Mi amor es mi peso y por él soy llevado donde quiera que soy llevado”, dice san Agustín (Conf. XIII, 10); afirmación esta que, lejos de ser una mera tautología, expresa justamente que es el amor el que nos arrastra a actuar bien o mal.

Dios es amor (1 Jn 4,16), volverá a decirnos San Juan, y, así se ha revelado cuando salió al encuentro del hombre por medio de su Hijo, Cristo Jesús. A su vez, toda persona humana encuentra su más cabal definición como “un ser creado para amar y ser amado”, definición esta que expresa justamente la realidad psicológica y el núcleo de la persona, en sintonía con la antropología actual y la orientación del Concilio Vaticano II. Una condición: para que el amor sea pleno y verdadero ha de ir fundamentado en el único que puede hacerlo: Dios mismo. De no ser así, tu amor es falso o, al menos, no pleno.

           Dios conoce muy bien nuestra psicología. A esa estructura psico-afectiva del hombre responde la progresiva pedagogía de su manifestación, que culmina en Jesús de Nazaret. Y en este “sacramento del encuentro con Dios” que es Cristo, Dios se revela como amor que busca al hombre y que le pide una respuesta de la misma naturaleza afectiva para con Dios y con el prójimo. Acorde con nuestro “propio peso” que es el amor, toda la enseñanza y la Ley de Cristo se resumen en que amemos a Dios y a los prójimos-hermanos, porque Dios nos amó primero en la persona de su Hijo. Ése es el compendio de la buena noticia.

Así pues, la liturgia de la palabra de este domingo nos invita a abrirnos al misterio de Dios y del prójimo por el camino de la fe que actúa por el amor, ya que para encontrarnos con Dios y con nuestros prójimos no hay medio mejor que el amor mismo, que es nuestro centro de gravedad. Claro que es distinto el amor del hombre a Dios del que el hombre profesa a sus semejantes; se distinguen conceptualmente, sí, pero nunca será posible vivir uno a espaldas del otro. Y a la hora de concretar el verdadero amor al otro, bastaría solamente recordar que “obras son amores”, es decir, amor y servicio se identifican.

Sobre ese peso vital que es el amor, verdadero o falso, dice san Agustín: “Dos amores fundaron dos ciudades, a saber: el amor propio hasta el desprecio de Dios, la terrena; y el amor de Dios, hasta el desprecio de sí mismo, la celestial” (De civ. Dei, XIV, 18). Anotemos únicamente que ese amor de sí mismo que sólo busca el placer, el dinero, el poder, el sexo, la droga, el alcohol, afán de poseer…, hace imposibles tanto el amor a Dios como el amor al prójimo. Añadamos, también, que una persona de bien, movida por un amor-caridad, siempre deberá recordar que “corregir al que yerra” es una importante obra de caridad.

Por otra parte, el “amar al prójimo como a sí mismo” tendrá una nueva formulación: Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros, como yo os he amado (Jn 15,12). El término de comparación ya no es el amor que tú tienes a ti mismo sino el que tiene el Señor por ti, es decir, un amor de amistad que tú has aceptado o para que lo aceptes. Entonces, claro que quedas incluido entre los amigos de Jesús: Vosotros sois mis amigos (Jn 15, 14). Y además ese amor de amistad con el Señor ha de llevarte también a amar a quien no te quiere o incluso te odia: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen (Mt 5, 44).

Finalmente quienes, por la fe, confesamos a Dios en Jesucristo, necesitamos reconocer su presencia en los hombres. Es ésta una identificación esencial, ya que en el encuentro definitivo con el Señor nuestro destino será la consecuencia del amor hecho obras: Cada vez que lo hicisteis (o no lo hicisteis) con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis (Mt 26, 40). Que ¿quién es tu prójimo? -Todo el que está necesitado de tu amor.

Mons. Héctor González Martínez

Arzobispo Emérito de Durango

 

FESTIVIDAD DE SAN JUDAS TADEO

Este 28 de Octubre, la Iglesia celebra a San Judas Tadeo, el Patrono de las Causas difíciles. Este apóstol es presentado en los Evangelios como «hermano de Santiago». Predicó en Mesopotamia y luego marchó a Persia, donde junto a Simón sufrieron el martirio en la ciudad de Suanis, según la tradición recogida por el martirologio romano. En sus Revelaciones, Santa Brígida cuenta que el Señor Jesús la exhorta a que cuando necesitara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de este apóstol. Es por ello que la devoción a San Judas Tadeo es muy grande dentro de la piedad popular, a causa de los numerosos favores que por su intercesión le son concedidos a quienes le rezan con fe. Se le representa con una imagen de Cristo en el pecho, a causa de su parentesco con el Señor, de quien la tradición cuenta que era muy parecido. También se le representa con una vara, pues según la tradición le dio muerte con este instrumento de un golpe en la cabeza, para luego cortársela con un hacha. En nuestra Arquidiócesis celebramos la fiesta de este gran santo en la Iglesia que lleva su nombre. Se hace la atenta invitación a todos los fieles a que asistan a la Fiesta Patronal, que se llevará a cabo en su honor, este sábado 28 de octubre, en el Templo de San Judas Tadeo, mediante el siguiente programa: 6:00 a.m. mañanitas; 7:00 a.m. Celebración Eucarística; 8:00 a.m. Misa por damnificados; 9:00 a.m. mariachi; 10:00 a.m. Misa por enfermos; 12:00 p.m. Celebración Eucarística presidida por Mons. José Antonio Fernández Hurtado; 4:00 p.m. Misa por bienhechores; 6:00 p.m. Misa por jóvenes; 8:00 p.m. y 9:30 p.m. presentación de los juegos pirotécnicos. Durante todo el día la tradicional kermesse, con venta de antojitos mexicanos. Este Templo está ubicado sobre calle Mecánicos s/n en la colonia Héctor Mayagoitia de la ciudad capital.

ÚLTIMO DÍA DE INSCRIPCIÓN A JORNADA NACIONAL DE CATEQUISTAS

La Dimensión de Nueva Evangelización y Catequesis Nacional (DINEC), da a conocer que el día 27 de octubre será el último día oficial para la realización de las Inscripciones a la XII Jornada Nacional Catequística, que se llevará a cabo del 20 al 23 de Noviembre, en la ciudad de Durango. Para efectuar la previa inscripción se pide realizar la cuota de $800 por persona en el Banco Santander, a nombre de SENEC, A.C. con el número de cuenta: 22000585598; una vez obtenida la ficha de depósito, se deberá ingresar a la página de internet: https://www.dinnec.org para llenar los campos con los datos personales para la ficha de inscripción. Para mayores informes comunicarse directo a las oficinas de catequesis al número telefónico 827 39 15 o con el Presbítero Daniel Medina, al número celular 045/55 3500 61 55.

GRUPO JUVENIL INVITA A PARTICIPAR EN COLECTA “CUBRIENDO AL HERMANO”

 

Durango, Dgo. 25 de Octubre de 2017.- El Grupo Lux Dei, perteneciente a la
Catedral de la Arquidiócesis de Durango, invita a todo el público en general, a
participar en el apostolado-colecta “Cubriendo al hermano”. Así lo comunicó Sandy
Pérez, coordinadora del grupo, quien explicó: “Esta colecta tiene el fin de
beneficiar a las personas que viven en nuestra ciudad y que más lo necesitan. Se
está recolectando juguetes, edredones, colchas, sábanas, zapatos, alimentos y
ropa, mismos que serán entregados el próximo 04 de noviembre en el Templo de
San Juan Diego, ubicado la Colonia El Paraíso, en la ciudad capital, donde se
llevará a cabo primero una Misa de acción de gracias por el apostolado realizado y
al término se cumplirá con la repartición de las donaciones acumuladas, a niños,
jóvenes y adultos pertenecientes a esa comunidad”. Los víveres se pueden llevar
hasta el día último de este mes, a la Catedral Basílica Menor, en horario de 10 de
la mañana a 1:30 de la tarde y de 4:00 a 7:00 p.m. de lunes a viernes.

CURSO SOBRE MÉTODO BILLINGS

El Movimiento de “Método Billings” de la Arquidiócesis de Durango, invita a todos los matrimonios, parejas de novios con relación formal y/o personas interesadas en conocer más sobre este método, al curso que se estará impartiendo a partir del 24 de octubre, a las 7:00 p.m., en la Casa de Pastoral, ubicada en calle Zarco #119, en la Zona centro de la ciudad capital. Así lo informó Gerardo Camacho, asesor del movimiento, quién además explicó: “Este curso tiene el fin de mostrar y enseñar de manera adecuada el funcionamiento de este método natural, que ayuda a la planificación de la familia de acuerdo a las necesidades matrimoniales, mediante diferentes temas, dinámicas y exposiciones”. El curso tiene una duración de ocho sesiones y se pide una cuota de recuperación de $400 para material.

AÑO JUBILAR DE LA JUVENTUD CATÓLICA 2017-2018

Este 22 de Octubre, los Obispos de México, declararon el Año de la Juventud para la Iglesia Mexicana. Será desde octubre del presente año hasta octubre de 2018. Este acto dio inicio con una celebración Eucarística en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Ciudad de México, ante la asistencia de miles de jóvenes de todo el país. El objetivo de este año jubilar es asumir, como discípulos misioneros, el llamado del Papa a profundizar el tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, mediante un programa de reflexión y acción que aliente el protagonismo del joven en la misión de la iglesia y la transformación del mundo. Este Año de la Juventud será el camino en donde se emprenderán acciones para demostrar las grandes cualidades y talentos de la juventud, su riqueza, su esperanza y su dignidad. En nuestra Arquidiócesis se realizará una Celebración Eucarística de apertura al año jubilar de la juventud a Nivel Diocesano, el próximo 29 de octubre, en la Catedral Basílica Menor, a las 6:00 p.m. Nos unimos en oración, para proclamar e impulsar la alegría a caminar con los adolescentes y jóvenes de México, y pedimos a todos sus oraciones y su apoyo en este Año de la Juventud.

MATRIMONIOS CELEBRAN 21º ANIVERSARIO DE PRESENCIA EN DURANGO

El Movimiento de Encuentro Matrimonial Mundial (EMM), de la Arquidiócesis de Durango, cumple su 21 Aniversario de presencia en esta Arquidiócesis, por lo que, para su festejo, llevo a cabo una Cena-Baile en el salón Azteca, ubicado en la ciudad capital, el 21 de octubre del presente año. Así lo comunicó Juan Antonio Martínez, asesor de EMM, quien explicó: “El día 18 de octubre de 1996 fue cuando se dio apertura en esta ciudad, al Encuentro Matrimonial, en donde su objetivo fue y es el de ayudar de alguna manera a todos los matrimonios a crear lazos más fuertes en su relación, a dar soluciones para que juntos puedan sobrellevar los distintos problemas que se presentan en esta vocación y sobre todo presentarles a Dios Nuestro Señor como principal motor de vida y de unión en su caminar de esponsales. Actualmente se cuenta con 100 matrimonios activos en el movimiento. También se realizó una celebración Eucarística de acción de gracias, en el Templo de San Martín, presidida por el Presbítero asesor, Daniel Medina”.

“Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22,21)

De las tres lecturas de la Escritura (cuatro si incluimos el salmo) que se proclaman cada domingo en la celebración de la Eucaristía, el evangelio es –por razones obvias– el que marca el tema principal. La primera lectura guarda relación temática con el evangelio, y el salmo se relaciona con la primera lectura como la oración con que el pueblo responde a la palabra que Dios le ha dirigido en la primera lectura. La segunda lectura se toma normalmente de una carta apostólica, de la que se hace una lectura continuada domingo tras domingo y que, sólo casualmente, algún domingo enlaza con el tema de las otras lecturas.

Este domingo la pieza fundamental de la palabra de Dios es la discusión sobre el tributo al César, entre Jesús y sus enemigos, los cuales le tienden una trampa para provocar que cometa un desliz y así, o bien enfrentarlo con la gente (si decía que había que pagar impuesto a Roma), o bien denunciarlo a las autoridades romanas, si lo negaba.

Recordemos que, en tiempos de Jesús, Israel es un territorio ocupado por los romanos, y el tributo que los judíos tenían que pagar a Roma en moneda romana era una forma práctica de sometimiento al César. Los judíos estaban divididos entre los colaboracionistas (los saduceos), los rebeldes (los zelotas), y los que, muy a su pesar, aceptaban la situación de hecho. Pues, al reconocer el curso legal de la moneda romana (el denario), acuñada con la efigie del César (lo cual entraba en contradicción con el férreo monoteísmo judío), y usarla en la vida diaria, es que admitían entrar en el sistema económico y debían aceptar sus consecuencias.

Los enemigos mortales de Jesús (los fariseos y los herodianos) encuentran una ocasión para ponerlo en un aprieto. Se presentan en actitud conciliadora, y, bajo palabras suaves, esconden su maldad. “El cumplido un poco torpe con que introducen la conversación, tiene el fin de ocultar lo traicionero de su pregunta, provocando a Jesús a una respuesta descuidada y sincera” (Schmid, Herder, 321). Los enemigos de Jesús intentan conducirlo al terreno peligroso de la vertiente económica de la política, donde se jugaba la lealtad y sumisión al poder imperial.

Pero Jesús los conocía y los desenmascara poniendo de manifiesto su hipocresía, pues, por un lado, pretenden enfrentar al Maestro con el poder de Roma, en el caso de que niegue la legitimidad del impuesto, mientras, por otro, dan curso legal a la moneda del impuesto, que llevaba la efigie del emperador Tiberio, señal de pertenencia al emperador, como símbolo de su poder y autoridad.

Jesús actúa con astucia pidiéndoles que le muestren la moneda del impuesto, que era la que llevaba la efigie del César. Emplea un juego de palabras por medio del cual les hace decir en público lo que en modo alguno hubieran dicho reflexivamente. A la pregunta de Jesús: «¿De quién son esta imagen y esta inscripción?», ellos querían responder que la figura y la inscripción eran del César; pero la pregunta y la respuesta están hechas de tal modo que lo que se entiende de la respuesta es que es la moneda lo que es del César. De donde se sigue que le sirven en bandeja a Jesús una salida airosa, que deja abochornados a sus enemigos, pues ellos mismos terminan confesando que es legítimo dar al César lo que es del César, o sea, pagar el impuesto. J       Jesús viene a decir a sus adversarios que “puesto que aceptan prácticamente los beneficios y la autoridad del poder romano, del que esa moneda es el símbolo, pueden e incluso deben rendirle el homenaje de su obediencia y de sus bienes, sin perjuicio de lo que, por otro lado, deben a la autoridad superior de Dios” (Biblia de Jerusalén).

Jesús, no sale airoso de la contienda, sino que eleva el planteamiento de la disputa cuerpo a cuerpo, a categoría religiosa: Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Ya que Dios está por encima de todos los poderes de la tierra (la tierra se la ha dejado a los hombres); ahora bien, el hombre es imagen de Dios y, por tanto, ha de entregarse enteramente a Él.

Ésta es, a mi juicio, la principal enseñanza que Dios nos brinda este domingo, confirmada por el oráculo de investidura de Ciro -transmitido por el profeta Isaías- y por el salmo responsorial.

El Señor es el dueño de toda la tierra y de todos los pueblos; nadie puede discutirle su soberanía. Los cielos son obra de Dios, y manifiestan su gloria y su poder; Él les ofrece garantía de estabilidad. El Señor es también el soberano de la historia y dispone de los reinos, y, por eso, llama y unge a Ciro –un emperador extranjero que ni conoce a Dios ni lo honra– para que cumpla sus planes, liberando al pueblo de Israel de la cautividad de Babilonia. Así pues, el Señor es Rey y juzgará con rectitud a los pueblos.

Como dice un refrán: «Dios escribe derecho en renglones torcidos». Es decir, que, aunque no conocemos en detalle los planes de Dios, podemos tener la seguridad de que nada sucede al margen de sus designios.

Héctor González Martínez

Arzobispo Emérito de Durango