Arzobispo de Durango oficiará Eucaristía por los fieles difuntos

palomaEl Excelentísimo Señor Arzobispo Don Héctor González Martínez presidirá la Eucaristía con motivo del Día de los Fieles Difuntos, el sábado 2 de noviembre, en el Panteón Valle de los Sabinos en Punto de las 9:30 horas y en el Panteón Jardín en punto de las 14:00 horas en esta ciudad capital, así como en el Panteón Municipal de Miguel Auza, Zacatecas en punto de las 17:00 horas. Así lo informó el Presbítero José de la Luz Guerrero Haro, Secretario Canciller de la Arquidiócesis de Durango, quien explicó que: “…Las festividades del Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos están asociadas entre sí, siendo tradiciones católicas instituidas por el Papa urbano IV en honor a todos los santos, conocidos y desconocidos. Se celebra la tradición de honrar y traer a la memoria a las personas que han muerto con el objetivo de orar por su eterno descanso.”

Seminario Menor realiza concurso de Altares

dia de muertosEl Seminario Menor de la Arquidiócesis de Durango, celebrará el día de hoy su tradicional “Concurso de Altar de Muertos” en el que participan los alumnos divididos en tres equipos (primero, segundo y tercero de prepa), con el fin que expresen sus habilidades artísticas, apegados al sentido Cristiano de esta tradición mexicana. Así lo informó el Rector de la Noble Institución, el Presbítero Francisco Pérez Bustamante, quien explicó que: “…Montar un Altar de Muertos permite que los muchachos vivan creativamente la cultura mexicana y que recuerden la importancia de rezar y pedir a nuestro Padre Dios, para que nuestros hermanos difuntos descansen en paz y se encuentren en su Reino.” El jurado calificador estará integrado por los profesores de dicha casa de formación y el grupo ganador recibirá como premio una salida o paseo.

Valorar nuestra cultura mexicana

sedecCon motivo de que se aproxima una celebración pagana que para nada se arraiga en ninguna tradición mexicana, y que poco a poco se va arrigando en nuestro pueblo mexicano, a saber, la celebración del “Halloween”, tema que da mucho de que hablar. El Presbitero Martín Gómez nos comparte una profunda reflexión. El Padre Martín párroco en la comunidad de EL AMOR MISIRICORDIOSO DE JESÚS, en la ciudad de Durango, explica que “ primero que nada, Halloween es una tradición que se localiza en la cultura de los Estados Unidos, en ese país es normal esta celebración por la manera en como ellos conciben la vida, la religión. En segundo lugar, ésta celebración en nuestro país es una subcultura, por lo que no es recomendable llevarla a cabo. Primeramente hay que conocer nuestra cultura como fieles mexicanos, para posteriormente quizá poder festejar otras culturas, no digo que sea algo “malo” porque al fin y al cabo es cultura, pero si que es “reprobable no festejar o tener conocimiento de las nuestras”. Por lo que se hace una atenta invitación a todos los fieles católicos y ciudadanía en general a reflexionar antes de festejar.

 

Altar de Muertos en Parroquia de Lourdes

dia de muertosEl movimiento de la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes de la Arquidiócesis de Durango, se une a la celebración mexicana del Día de Muertos, quién realizará el próximo Jueves en punto de las 04:00 de la tarde, la ofrenda tipica de nuestro país, un altar de muertos, rindiendo homenaje a todas esas personas que han fallecido ultimamente dentro de la misma comunidad. Además, se invita a todos los vecinos de dicha parroquia a que acudan a visitar este hermoso altar, mismo que permanecerá hasta la fecha principal de ésta festividad el 02 de Noviembre.

 

F.E.F. Durango es invitado de Honor en Mazatlán

El Movimiento “Familia Educadora en la Fe” (F.E.F.) de la Arquidiócesis de Durango, fundó hace 25 años el F.E.F. Mazatlán, por lo que fue invitado de honor a la “Fiesta de Aniversario” del mismo, la cual se está llevó a cabo ayer 26 de octubre, en aquella ciudad sinaloense, y en la cual varias integrantes del movimiento de nuestra Iglesia Local participaron. Así lo informó Conny Chávez, Coordinadora de F.E.F. Durango, quien explicó que: “… Nuestro movimiento fue el fundador del mismo en Mazatlán, ya que años atrás, las dos ciudades formaban parte de la región Vizcaya Pacifico. Para tal celebración se ofrecieron conferencias referentes a temas de Fe, además de una Hora Santa y la Eucaristía presidida por el Excelentísimo Señor Mario Espinosa Contreras, Obispo de Mazatlán.”

 

E P I S C O P E O El amor, centro del verdadero matrimonio cristiano

En su predicación, Jesús enseñó sin ambigüedad el sentido original de la unión del hombre y la mujer, tal como el Creador la quiso al comienzo: la autorización, dada por Moisés, de repudiar a su mujer era una concesión a la dureza del corazón (Mt 19,8); la unión matrimonial del hombre y la mujer es indisoluble: Dios mismo la estableció: «lo que Dios unió, que no lo separe el hombre» (Mt 19,6).

Esto podría aparecer como una exigencia irrealizable (Mt 19,10). Sin embargo, Jesús no impuso a los esposos una carga imposible de llevar y demasiado pesada (Mt 11,29-30), Él da la fuerza y la gracia para vivir el matrimonio en la dimensión nueva del Reino de Dios. Siguiendo a Cristo, renunciando a sí mismos, tomando sobre sí sus cruces (Mt 8,34), los esposos podrán «comprender» (Mt 19,11) el sentido original del matrimonio y vivirlo con la ayuda de Cristo. Esta gracia del Matrimonio cristiano es un fruto de la Cruz de Cristo, fuente de toda la vida cristiana.

Los protagonistas de la alianza matrimonial son un hombre y una mujer bautizados, libres para contraer el matrimonio y que expresan libremente su consentimiento. La Iglesia considera el intercambio de los consentimientos entre los esposos como el elemento indispensable «que hace el matrimonio» (CIC, can. 1057,1). Si el consentimiento falta, no hay matrimonio.

El consentimiento consiste en un acto humano, por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente: «Yo te recibo como esposa» – «Yo te recibo como esposo». Este consentimiento que une a los esposos entre sí, encuentra su plenitud en el hecho de que los dos «vienen a ser una sola carne» (Gn 2,24; Mc 10,8; Efe 5,31).

El consentimiento debe ser un acto de la voluntad de cada uno de los contrayentes, libre de violencia o de temor grave externo. Ningún poder humano puede reemplazar este consentimiento. Si esta libertad falta, el matrimonio es inválido. Del matrimonio válido se origina entre los cónyuges un vínculo perpetuo y exclusivo por su misma naturaleza; además, en el matrimonio cristiano los cónyuges son fortalecidos y quedan como consagrados por un sacramento peculiar para los deberes y la dignidad de su estado.

Por tanto, el vínculo matrimonial es establecido por Dios mismo, de modo que el matrimonio celebrado y consumado entre bautizados no puede ser disuelto jamás. Este vínculo que resulta del acto humano libre de los esposos y de la consumación del matrimonio es una realidad ya irrevocable y da origen a una alianza garantizada por la fidelidad de Dios. La Iglesia no tiene poder para pronunciarse contra esta disposición de la sabiduría divina.

Esta gracia propia del sacramento del matrimonio está destinada a perfeccionar el amor de los cónyuges, a fortalecer su unidad indisoluble. Por medio de esta gracia «se ayudan mutuamente a santificarse con la vida matrimonial conyugal y en la acogida y educación de los hijos»

Cristo es la fuente de esta gracia. «Pues de la misma manera que Dios en otro tiempo salió al encuentro de su pueblo por una alianza de amor y fidelidad, ahora el Salvador de los hombres y Esposo de la Iglesia, mediante el sacramento del matrimonio, sale al encuentro de los esposos cristianos» (GS 48,2). Permanece con ellos, les da la fuerza de seguirle tomando su cruz, de levantarse después de sus caídas, de perdonarse mutuamente, de llevar unos las cargas de los otros, de estar «sometidos unos a otros en el temor de Cristo» (Efe 5,21) y de amarse con un amor sobrenatural, delicado y fecundo.

El amor conyugal exige de los esposos, por su misma naturaleza, una fidelidad inviolable. Esto es consecuencia del don de sí mismos que se hacen mutuamente los esposos. El auténtico amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no algo pasajero. Su motivo más profundo consiste en la fidelidad de Dios a su alianza, de Cristo a su Iglesia. Por el sacramento del matrimonio los esposos son capacitados para representar y testimoniar esta fidelidad. Por el sacramento, la indisolubilidad del matrimonio adquiere un sentido nuevo y más profundo.

«Por su naturaleza misma, la institución misma del matrimonio y el amor conyugal están ordenados a la procreación y a la educación de la prole y con ellas son coronados como su culminación» (Gaudium et spes 48,1).

Los hijos son el don más excelente del matrimonio y contribuyen mucho al bien de sus mismos padres. El mismo Dios, que dijo: «No es bueno que el hombre esté solo” (Gn 2,18), y que “hizo desde el principio al hombre, varón y mujer» (Mt 19,4), queriendo comunicarle cierta participación especial en su propia obra creadora, bendijo al varón y a la mujer diciendo: «Creced y multiplicaos» (Gn 1,28). De ahí que el cultivo verdadero del amor conyugal y todo el sistema de vida familiar que de él procede, sin dejar posponer los otros fines del matrimonio, tienden a que los esposos estén dispuestos con fortaleza de ánimo a cooperar con el amor del Creador y Salvador, que por medio de ellos aumenta y enriquece su propia familia cada día más.

La fecundidad del amor conyugal se extiende a los frutos de la vida moral, espiritual y sobrenatural que los padres transmiten a sus hijos por medio de la educación. Los padres son los principales y primeros educadores de sus hijos. En este sentido, la tarea fundamental del matrimonio y de la familia es estar al servicio de la vida (Familiaris Consortio 28).

Sin embargo, los esposos a los que Dios no ha concedido tener hijos pueden llevar una vida conyugal plena de sentido, humana y cristianamente. Su matrimonio puede irradiar una fecundidad de caridad, de acogida y de sacrificio.

Durango, Dgo, 27 de Octubre del 2013 + Mons. Enrique Sánchez Martínez

Obispo Auxiliar de Durango

Domingo XXX, Ordinario; 27-X- 2013 Dios justifica al que lo busca con fe

Dos siglos antes de Cristo, Jesús hijo de Sirá, escribió el libro de Sirácides o Eclesiástico, que es una síntesis de las tradiciones y enseñanzas de los sabios. Jesús hijo de Sirá, era un hombre acomodado y de buena educación; se dedicó a trabajos y negocios que le redituaron bien; al final confiesa que los libros sagrados son los que le enseñaron los secretos del éxito. En este libro quiso compartir lo que había leído y comprobado en su propia experiencia que nos comparte; por ejemplo: “Dios es juez que no hace preferencia de personas; no es parcial con nadie en contra del pobre; escucha la plegaria del oprimido; no descuida la súplica del oprimido, ni de la viuda cuando se desahoga en su lamento. Quien venera a Dios será escuchado con benevolencia; su oración subirá hasta las nubes”.

Interpreta la doctrina de la Ley, sobre las ofrendas que presentamos a Dios: esto es, ante todo, tengamos en cuenta el origen de lo que se ofrece a Dios, que no puede ser ni el salario del obrero, ni el fruto de una injusticia. En seguida, es necesario recordar, que el valor del don no depende la abundancia, sino de las disposiciones del corazón. La alabanza del pobre, que se presenta a Dios, privada de ofrenda material, puede penetrar las nubes y tener más valor que la del rico.

Hoy, en el Evangelio de S. Lucas, “Jesús dijo esta parábola, por algunos que presumían de ser justos y despreciaban a los demás: dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo y el otro publicano: el fariseo, de pié, oraba entre sí: oh Dios, te agradezco, que no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni como este publicano: ayuno dos veces por semana y pago los diezmos de cuanto poseo. El publicano, en cambio, quedándose atrás, no osaba ni levantar los ojos al cielo, se golpeaba el pecho diciendo: oh Dios, ten piedad de mí, pecador”. El publicano volvió a casa justificado, el fariseo no.

La parábola de hoy, nos enseña cómo hacer oración: hay hombres que tienen la seguridad de ser justos, de agradar a Dios, que tienen estima y confianza de sí mismos; conforme a la ley, el fariseo oraba de pie, hace oración de agradecimiento y de alabanza. El publicano es un hombre sin esperanza, aún entre la gente; al principio, su oración hace pensar en el salmo 50: espera que Dios acepte su corazón contrito; alcanza la salvación, porque cree que esa puede ser únicamente don de Dios; el fariseo no la obtiene porque piensa que la merece.

Todos los hombres son solidarios en la misma ruptura con Dios y participan de la misma impotencia: no pueden salvarse por sí mismos, no pueden entrar por sí solos en la amistad de Dios. El primer acto de verdad que el hombre debe cumplir es reconocerse pecador, incapaz para salvarse y abrirse a la acción de Dios.

El fariseo y el publicano son dos modos de dialogar con Dios; son dos modos de entender al hombre y su relación con Dios. La oración del fariseo es una aparente acción de gracias; en realidad es un pretexto para complacerse de sí por la falta de todo pecado y por el mérito de las buenas obras, en fuerza de las cuales se considera justificado y exige de Dios la recompensa. En cambio el publicano está en la verdad; es consciente de su culpa y de no tener méritos ante Dios; pide gracia; la suya es una verdadera oración.

Detrás de los dos personajes de la parábola se pueden detectar la oposición entre dos tipos de justicia: la justicia del hombre que piensa alcanzar la justificación por el cumplimiento de todos los preceptos de la ley; y aquella otra justificación que Dios concede al pecador que se reconoce tal y que se convierte. El cristiano es un hombre realmente justificado mediante la fe en Jesucristo, que es a un tiempo, don sustancial del Padre y el Verbo Encarnado, que constituye la única respuesta agradable al Padre. Héctor González Martínez

Arz. de Durango

Vigilia de Espigas en Decanato San Miguel

vigilia de espigasEl Decanato “San Miguel” de la Arquidiócesis de Durango, celebrará el día de hoy una “Vigilia de Espigas” para dar gracias al Señor por las cosechas de este año, en el Predio “Las Conchitas” del municipio de Nuevo Ideal, a partir de las 19: 00 horas. Así lo informó el Decano Óscar Chávez Mata, quien explicó que: “…La Vigilia de Espigas tuvo sus orígenes en el Pueblo de Israel, y se realiza como Acción de Gracias a Dios Nuestro Señor por los frutos recogidos de la tierra. Se hará Adoración Nocturna y tendremos la celebración de la Eucaristía.” Dicho decanato abarca las siguientes parroquias: Nuestra Señora de Guadalupe en José Ma. Morelos, Nuestra Señora del Sagrado Corazón en Nuevo Ideal, Santiago Apóstol en Santiago Papasquiaro y San Miguel Arcángel en San Miguel de Papasquiaro.

50 Aniversario de Parroquia de la Colonia Hipódromo

Logo-ElcheLa Parroquia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ubicada en la Colonia Hipódromo de esta ciudad capital, festejará el 27 de octubre el 50 Aniversario de su erección canónica, por lo que el día de hoy se celebrará una Eucaristía en punto de las 12:00 horas, en la que participarán más de 60 hermanos sacerdotes de la Iglesia Local, así como los fieles católicos de la zona que abarca. Así lo informó el Párroco Juventino Pinela, quien explicó que: “…La parroquia ha sido importante en la Evangelización de los habitantes de Durango. En sus inicios abarcaba las colonias que se encontraban en la periferia de la ciudad. Durante este tiempo ha tenido seis párrocos: P. Apolinar Ordaz, P. Jesús Rodarte, P. Ignacio Alcázar, P. Rogelio Calleros, P. José Luis Galindo, y un servidor desde el año 2010.”

Alianza de Amor invita a Retiro Espiritual

respetoEl Movimiento “Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús” de la Arquidiócesis de Durango, invita a fieles Católicos mayores de edad al “Retiro Espiritual Mensual” que se llevará a cabo el próximo sábado 26 de octubre de las 10:00 a las 14:00 horas en la Capilla de la Virgen de la Soledad, anexa al Templo del Sagrado Corazón. Así lo informó la señora María Luisa Dixon, vocera del movimiento, quien además explicó que: “…El objetivo del Retiro es que conozcan más acerca de la Espiritualidad de la Cruz. Además, este encuentro con Jesús les permitirá avanzar en su crecimiento Espiritual. Se contará con la asesoría y participación del Padre José Uriel Arias, Misionero del Espíritu Santo. Los asistentes no necesitan pertenecer al movimiento.”