¡FELIZ AÑO NUEVO, AÑO DE PAZ!

Durango, Dgo., 31 de diciembre de 2009. «Si quieres cultivar la paz, protege la creación», es el tema elegido por Benedicto XVI para el mensaje de la XLIII Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2010, en donde el Papa Benedicto XVI invita a todos los hombres a reflexionar sobre la necesidad de preservar el medio ambiente, cuya salvaguardia es «esencial» e «indispensable» para «la convivencia pacífica de la humanidad», así lo informó el Vicario de Pastoral de la Arquidiócesis de Durango, presbítero Manuel Olvera González.

«En la carta encíclica Caritas in veritate 48-51  Benedicto XVI subrayó la urgencia de poner el cuidado del ambiente como un desafío para la humanidad entera y en este contexto, el Papa destaca la importancia de llegar a compromisos firmes y serios para evitar que el degrado ambiental pueda desestabilizar la convivencia entre los hombres y generar más guerras y violencias» dijo.

El Padre Olvera, añadió que hoy comienza un nuevo año y con él, un mundo de oportunidades se abre ante nosotros. El momento es propicio para reflexionar internamente sobre experiencias pasadas, situaciones presentes y futuras, en las que se pueden aprender del pasado, disfrutar del presente y construir un futuro mejor, pues el ser humano construye su futuro día a día mediante sus pensamientos, palabras y acciones, y estas a su vez van moldeando el presente».

A su vez, dijo que siempre podemos escoger entre vivir el mundo cual lo conocemos o cambiarlo en el que deseamos; la decisión al final es de cada uno según decida ejercitar su libre albedrío. «Que este nuevo año nos brinde paz, amor, salud, armonía, unión, felicidad y prosperidad, y que  la familia de Nazaret sea siempre el modelo a imitar. Que la santa familia de Nazaret, Jesús, María y José, hagan de sus familias,  escuelas de paz. ¡Feliz año nuevo, año de paz!».

UN MUNDO MEJOR PARA NUESTROS HIJOS: MFC

Durango, Dgo., 30 de diciembre de 2009. EL Movimiento Familiar Cristiano hace una invitación  a su «XIX Encuentro Diocesano» que se llevara a cabo en el Instituto Universitario PROMEDAC en Durango, los días 30 y 31 de enero del  2010 a las 14:00 horas, en donde se entregara la estafeta a los nuevos Presidentes Diocesanos que son el matrimonio formado por Fernando y Manuela Guzmán, quienes serán los nuevos encargados de este movimiento en la Arquidiócesis de Durango.

El matrimonio de Leonardo y Tere Rodríguez, coordinadores del área II de este movimiento familiar, detallaron que la intención de esta agrupación es promover los valores humanos y cristianos de la familia en la comunidad, para que la familia sea formadora de personas, educadora en la fe y por lo tanto comprometida activamente en el desarrollo integral de la comunidad a través de sus miembros… «Nuestro CARISMA es la espiritualidad conyugal y en consecuencia el apostolado familiar como medio de santificación de toda la familia; nuestra MISION es brindar a los matrimonios y jóvenes, una evangelización integral que incluye una formación pedagógica, dinámica, progresiva y sistemática a través de la cual se promueven valores humanos y cristianos, se aprende a dialogar y se proporcionan medios e instrumentos para propiciar que sus familias sean verdaderas comunidades de personas, servidoras de la vida, promotoras del bien común; nuestra VISION es construir el Reino de Dios desde las familias, fermento de vida cristiana en su comunidad».

El señor y la señora Rodríguez, agregaron que los valores que se inculcan en esta asociación, es creer que la familia lleva consigo el porvenir de la persona y de la sociedad, y que dicho porvenir se va fraguando día, a día desde los valores evangélicos y que quien vive el valor de la familia ejercita muchos valores y es por medio de ellos, que se forjan las personas.

«Que en esta época de amor y solidaridad motive en nuestros corazones los sentimientos más nobles y la esperanza por un mundo mejor que heredaremos a nuestros hijos. Son los deseos del equipo coordinador diocesano y la gran familia del movimiento familiar cristiano».

SE CONSAGRA UN UNUEVO SACERDOTE

Durango, Dgo., a  29 de diciembre del 2009.- El día de hoy, la Arquidiócesis de Durango, se llena de grande júbilo al recibir en su seno, a un nuevo servidor de la Iglesia Católica, el Diácono Pedro Astorga Guerra.

Pedro Astorga Guerra, nació el 18 de noviembre de 1981 en Torreón Coahuila. Su madre María del Rosario Guerra y su padre  Pedro Astorga Díaz, siendo este el mayor de  tres hermanos. Su núcleo familiar es de comerciantes; desde muy chico, le enseñaron la actividad del comercio, al cual le gustaba mucho atender el negocio familiar. Pedro Astorga, inicialmente pensaba estudiar la carrera de administración de empresas pero un buen día, el párroco de su Parroquia, Gabriel Antúnez Valenzuela, lo invitó a vivir la experiencia del Seminario y le gusto tanto, que  desde ese momento se sintió comprometido para servir a Dios, el resto de su vida.

Estuvo en el Seminario Menor de 1996 a 1999; su curso introductorio a la vida del Seminario Mayor fue de 1999 al 2000, cursó la Filosofía del 2000 al 2003, continuó sus estudios de Teología en Madrid España, en la Universidad Pontificia de «Comillas», del 2003-2006, curso la licenciatura en Teología Bíblica ahí mismo en España del  2006 al 2008. Posteriormente se ordeno de Diacono el 24 de agosto del 2008. Actualmente es el coordinador de control escolar  del Seminario Menor.

La ordenación del diácono Pedro Astorga se ha llevado a cabo el día 29 de diciembre del  presente año, a las 11:00 hrs. en la Catedral de la Diócesis de Gómez Palacio, Durango. Damos gracias al Señor por el don del Sacerdocio de servicio para su pueblo. FELICIDADES

CONCIERTO DE NAVIDAD

Durango, Dgo., 29 de diciembre de 2009.Para el día de hoy, el presbítero Jesús Rendón Ayala, párroco de la parroquia San Juan Bautista, anuncia la presentación del «Concierto de Navidad» en el Sagrario Metropolitano Catedral a las 20:30 hrs., siendo ya una tradición para la ciudadanía duranguense.

Este Concierto se llevará a cabo con la colaboración de los coros del colegio Sor Juana Inés de la Cruz y Miguel Bernal Jiménez, (siendo este último integrado por ex seminaristas) y una orquesta de cámara. Cada año, desde el 2005, se ha realizado esta actividad por la dirección del Padre Jesús Rendón. El párroco de la parroquia de San Juan Bautista de Analco, destacado sacerdote impulsor de la música y del deporte en nuestra Arquidiócesis, apunto que anteriormente, este concierto lo realizaba con el Sor Juana y el Seminario, cuando era director del coro del seminario.

El Padre Jesús Rendón agregó que el programa incluye en su primera parte, cantos de navidad de origen alemán y en la segunda parte, obras de Mozart, Hendel, J. S. Bach y Camilo Saint-Saens. Explicó que el objetivo de este Concierto tan conocido por el pueblo de Durango, es simplemente transmitir un mensaje de navidad y de alegría en esta época decembrina…»Los invitamos a que acudan a nuestra Catedral a escuchar los cantos de navidad que expresan la alegría y el nacimiento del Salvador, deseando que pasen un rato de esparcimiento y tranquilidad», finalizó. Ojalá que nos demos  el tiempo para disfrutar de este extraordinario momento.

 

 

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

Este año la Navidad y la fiesta de la Sagrada Familia están tan cercanas que apenas les ha dado tiempo de que nazca el niño para salir huyendo. Me alegra esta fiesta porque creo profundamente en el valor de la familia. No les voy a soltar ninguna explicación sociológica sobre la importancia de la misma. Ni tan siquiera les voy a ensalzar su grandeza. Sólo decirles que tener una familia es sentirse parte de este mundo pero también del otro. Los lazos de amor que tenemos con los que vivimos se vuelven tan fuertes que ni la muerte los puede romper. Vivir en familia es ser capaz desde el comienzo de la vida de descubrir que a mi lado hay otros que me quieren, me enseñan, me animan, me apoyan. Otros que saben mis deficiencias porque me ven todos los días y así y todo me aguantan y sufren y se alegran conmigo. Leer más

LA NAVIDAD SIGNIFICA DIOS CON NOSOTROS

Durango, Dgo., diciembre de 2009. El encargado de la pastoral de la Liturgica y Arte Sacro, presbítero Juan José Martínez Mireles, explicó el significado del pesebre y árbol de navidad.

El Padre Juan José, abundó también, que después de la Pascua, la Navidad es el acontecimiento más importante para los cristianos, pues celebramos la venida de Dios a la tierra. Sin embargo, para muchos la Navidad no va más allá del 25 de diciembre, pues sólo consiste en la «cena de medianoche», las felicitaciones y abrazos con buenos deseos, unos cuantos regalos y es todo; esperar otros 365 días para lo mismo.

En la Navidad celebramos el nacimiento del Salvador. En la Santa Misa de medianoche hemos proclamado en el salmo responsorial «Hoy nos ha nacido el Salvador». En la ‘Navidad’ celebramos nuestra redención, ya que se revive en nosotros la gozosa esperanza de la salvación, acogiendo llenos de júbilo a Jesucristo como nuestro redentor».

Explicó el padre Mireles que el Pesebre o Nacimiento, es una tradición introducida por los frailes, franciscanos, durante la colonización y evangelización a partir del siglo XV y XVI. Existía la costumbre de reproducir en imágenes el nacimiento de Jesús que se remonta hasta el siglo XIII por iniciativa de San Francisco de Asís. Era la Navidad del año 1223. Mientras oraba rodeado de aquella paz del bosque y meditando la lectura del evangelista san Lucas, tuvo la inspiración de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús en Belén. Construyó una casita de paja a modo de portal, puso un pesebre en su interior, trajo un buey y un asno de los campesinos del lugar e invitó a un pequeño grupo de ellos a reproducir la escena de la adoración de los pastores. La hermosa idea se propagó por toda Italia, luego a España y el resto de la Europa católica.

Respecto al Árbol de Navidad, dijo que la costumbre de adornar árboles o ramas en los últimos días de diciembre tuvo su origen en el norte de Europa, muchos siglos antes de Cristo. Sin embargo, en nuestra Iglesia el árbol con sus ramas verdes, simboliza la vida eterna que trajo Cristo al mundo, la perpetua primavera de esperanza. Las velas encendidas -ahora focos de colores- y los objetos brillantes colgados, simbolizan la llegada de la luz y la gloria de Dios que se refleja a todas partes. La estrella que se pone en la cúspide, es recuerdo de la Estrella de Belén que atrajo a los hombres desde lejos. Los regalos que se colocan debajo de él, simbolizan la cantidad de dones que Dios nos trae con su Encarnación y que hemos de compartir unos con otros.

LA CARIDAD EN LA VERDAD XX Subsidiariedad: principio adecuado para gobernar la globalización y orientarla hacia un verdadero desarrollo humano

La religión cristiana y las otras religiones podrán contribuir al desarrollo solamente si Dios tiene lugar en la esfera pública. La Doctrina Social de la Iglesia ha nacido para reivindicar esta “carta de ciudadanía” de la religión cristiana. La negación del derecho a profesar públicamente la propia religión y a trabajar para que las verdades de la fe inspiren también la vida pública, tiene consecuencias negativas sobre el verdadero desarrollo. La exclusión de la religión del ámbito público y el fundamentalismo religioso, impiden el encuentro entre las personas y su colaboración para el progreso de la humanidad. La vida pública se empobrece y la política adquiere un aspecto opresor y agresivo. Se corre el riesgo de que no se respeten los derechos humanos. Se pierde la posibilidad de un diálogo fecundo y de una provechosa colaboración entre la fe y la razón. La razón necesita siempre ser purificada por la fe y esto vale también para la razón política. A su vez, la religión siempre tiene necesidad de ser purificada por la razón para mostrar su auténtico rostro humano.
El diálogo fecundo entre razón y fe hace más eficaz el ejercicio de la caridad en lo social, además es el marco más apropiado para una colaboración fraterna entre creyentes y no creyentes, para trabajar por la justicia y la paz de la humanidad. Para los creyentes el mundo no es fruto de la casualidad ni de la necesidad, sino de un proyecto de Dios. Así los creyentes tienen el deber de aunar sus esfuerzos con todos los hombres y mujeres de buena voluntad de otras religiones, o con no creyentes, para responder efectivamente al proyecto divino: vivir como una familia bajo la mirada del creador. El Principio de Subsidiariedad es ante todo una ayuda a la persona, a través de la autonomía de los cuerpos intermedios; dicha ayuda se ofrece cuando la persona y los sujetos sociales no son capaces de valerse por sí mismos. Este principio respeta la dignidad de la persona, en la que ve un sujeto siempre de dar algo a los otros; también reconoce la reciprocidad como parte de la constitución íntima del ser humano, este es el antídoto más eficaz contra cualquier forma de asistencialismo paternalista. Es un principio adecuado para gobernar la globalización y orientarla hacia un verdadero desarrollo humano. El gobierno de la globalización debe ser de tipo subsidiario, articulado en múltiples niveles y planos diversos, que colaboren recíprocamente. La globalización necesita una autoridad, sin embargo, ésta deberá estar organizada de modo subsidiario y con división de poderes.
El principio de subsidiariedad debe mantenerse íntimamente unido al principio de la Solidaridad y viceversa, porque una sin la otra, se caería en un particularismo social o en un asistencialismo que humilla al necesitado. Esta es una Regla que debe tenerse en cuanta, sobre todo, cuando se afrontan los temas de las ayudas internacionales al desarrollo. Dichas ayudas, por encima de las intenciones de los donantes, pueden mantener a veces a un pueblo en un estado de dependencia, favorecer dominios locales, ó explotaciones de países. Las verdaderas ayudas económicas deben perseguir otros fines. Se han de conceder implicando no solo a los gobiernos de los países interesados, sino también a los agentes económicos y culturales locales, incluidas las iglesias. El recurso humano es lo más valioso de los países en vías de desarrollo: éste es el auténtico capital que se ha de potenciar para asegurar un futuro halagador en ellos. En lo económico, la ayuda principal que necesitan los países en vías de desarrollo es permitir y favorecer más el ingreso de sus productos en los mercados internacionales. En el pasado las ayudas han servido solo para crear mercados marginales de los productos en esos países. Hay una falta de verdadera demanda de estos productos. Es necesario ayudar a estos países a mejorar sus productos. Algunos temen con frecuencia la competencia de las importaciones de productos agrícolas de los países económicamente pobres. Pero garantizar sus productos significa garantizar su supervivencia a corto o a largo plazo. Un comercio internacional justo y equilibrado en el campo agrícola puede reportar beneficios a todos. Por esto, no solo es necesario orientar comercialmente estos productos, sino establecer reglas internacionales que los sostengan y reforzar la financiación del desarrollo para hacer más productivas esas economías.

Durango, Dgo. 29 de noviembre del 2009. + Héctor González Martínez
Arz. de Durango

“Adoramos al hijo de Dios vivo que se hizo Hijo en una familia humana”

En este tiempo de Navidad, celebramos la fiesta de la Sagrada Familia. Dios, a través de la Encarnación del Hijo de Dios, ha querido asumir uno de los misterios sagrados de la humanidad: la vida familiar. El Hijo de Dios se hizo hombre y esto sucedió en un tiempo y en un espacio. Él adoptó una familia, un hogar, una ciudad, un medio cultural determinado; creció en un entorno social, fue educado en la fe judía, aprendió el oficio de carpintero e hizo amigos. Los años pasados por Jesús en Nazaret fueron de formación, se preparación para su misión. Así lo reconocemos como verdadero hombre, pero sin perder de vista su naturaleza divina.
La Sagrada Familia es una familia que vive la realidad y los sufrimientos de cualquier familia pero al mismo tiempo es un ejemplo para ellas. “El padre reconoce como suyo al Hijo enviado por el Espíritu; tiene que hacerlo para obedecer a Dios y hacer de su Hijo un descendiente de la estirpe de David. La madre ha cedido desde siempre su Hijo al Padre divino. Y el Hijo reconoce de manera natural a este Padre divino. Para esta familia Dios y la obediencia a Dios constituye su centro y su principio de unidad. ”
Al descubrirse esta realidad familiar de la vida de Cristo, nos lleva a una doble orientación: primero a redimir a la familia humana, tan golpeada hoy por el misterio del mal y construir la familia siendo familia, es decir hacer familia. La familia se construye con la colaboración de todos sus miembros, y cumpliendo cada uno sus propias funciones de padre, madre e hijos. Si las funciones o roles se trasponen o tergiversan, no se construye la familia. Por ejemplo, si los padres son los que obedecen los caprichos del hijo o de los hijos, o si los hijos sufren no pocas veces los caprichos de los padres (divorcio, una amante…). El edificio de la familia no se acaba nunca de construir, es una tarea de toda la vida. Es una tarea que exige la colaboración y el sacrificio de unos y otros (esposos, padres, hijos) para hacerse mutuamente todos felices.
Hoy más que nunca la familia está siendo atacada por muchas partes. Pero hasta ahora la institución familiar ha resistido bien. La voz unánime de la Iglesia Católica, desde siempre, de salvar la familia para salvar la sociedad y al hombre, es una voz profética y llena de sabiduría, que hay que escuchar. Ante los ataques frontales contra el matrimonio y la familia en México debemos unirnos todos los fieles a Cristo y gritar más alto para salvar el matrimonio cristiano como fundamento de la familia. Debemos impedir que se sigan haciendo leyes que atenten contra la familia (matrimonios entre homosexuales), ya que no lo quieren la mayoría de los mexicanos (así lo demuestran las encuestas), como sucedió en estos últimos días en el Distrito Federal. Pero hay que salvarla de todos los virus que la destruyen: divorcio, infidelidad, mentalidad hedonista, individualismo egoísta, el aborto. Hay que salvarla promoviendo el sentido de familia, valorando la riqueza humana y espiritual de la familia; formando a los jóvenes en el amor, en la responsabilidad, en la entrega y capacidad de donación.
Pero también, el descubrir a Jesús viviendo dentro de una familia, es una invitación a todo hombre y mujer a formar parte de la familia divina, es decir, llamados a ser hijos de Dios. Y éstos son aquellos que anteponen la relación con su Padre a cualquier compromiso que pueda desviarlos de su voluntad, así como Cristo, hacer las cosas del Padre es lo que debe movernos constantemente; lo son también los que descubren en cada niño que nace, un signo del don del Dios de la vida.
El Papa Benedicto XVI nos invita para que, “junto a la palabra de la Iglesia, se dé el testimonio y el compromiso público de las familias cristianas, en particular para reafirmar la inviolabilidad de la vida humana desde su concepción hasta su ocaso natural, el valor único e insustituible de la familia fundada sobre el matrimonio y la necesidad de medidas legislativas y administrativas que apoyen a las familias en la tarea de engendrar y educar a los hijos, tarea esencial para nuestro futuro común”. La santa Familia de Nazaret es verdaderamente el “prototipo” de cada familia cristiana para que, unida en el Sacramento del matrimonio y alimentada de la Palabra y de la Eucaristía, realice la vocación y misión de ser célula viva de la sociedad y de la Iglesia.

Durango, Dgo. 27 de diciembre del 2009.

+ Héctor González Martínez
Arz. de Durango

MENSAJE DE NAVIDAD DE NUESTRO SEÑOR ARZOBISPO

Durango, Dgo., 25 de diciembre de 2009. En esta época, donde la vida palpita en sentimientos fraternos y una mágica inocencia despierta en nuestro interior, nuestro Arzobispo de la Arquidiócesis de Durgango, Don Héctor González Martínez, envió un mensaje de Navidad para el estado de Durango diciendo: » Estimados hermanos, en este tiempo de adviento estamos preparándonos para asistir, participar y compartir la navidad y me complace saludarlos haciéndoles una reflexión: la navidad no es sobre todo, el tiempo para hacer compras; hay que hacer las compras necesarias pero sin que resulte en exceso; la Navidad, es  la celebración de los cristianos por la cercanía de Dios al hombre. La Navidad significa que Dios está en medio de nosotros y que nosotros estamos con Dios en medio del misterio de la santísima trinidad. La presencia de Cristo en la tierra, significa que Dios se está acercando y ese es el misterio en el cual nos debemos de incluir y el cual debemos celebrar.

 Con mucho gusto y con mucha alegría los saludo y los felicito a todos;  les deseo que estos días de adviento terminen o desemboquen en una celebración sana, cristiana, feliz, gozosa y que el misterio de la Navidad les envíe como cercanía de Dios a nosotros. ¡FELICIDADES!

MENSAJE DE NAVIDAD, DE LA DIMENSION DE LA CATEQUESIS DIMENSION DE LA CATEQUESIS

Durango, Dgo., 23 diciembre del 2009.- El coordinador de la Dimensión de la Catequesis de la Arquidiócesis de Durango, presbítero Moisés Rodríguez Reséndez ofreció un mensaje de reflexión a la ciudadanía por motivo de la época navideña, recordando que en esta celebración de importancia universal, existe la oportunidad de reconciliarnos viviendo el misterio de Dios con nosotros.

El presbítero de la parroquia de la Santa Cruz, detalló que es necesario recordar en esta Navidad, que Dios nuestro Padre ha reconciliado al mundo por medio de su Hijo y que por Él, por su sangre derramada en la Cruz, Dios estableció la paz tanto en la tierra como en el cielo y agregó: «Es una gracia extraordinaria que, en la celebración de la Navidad, tenemos la oportunidad de reconciliarnos, viviendo el misterio de Dios con nosotros, para que su venida ayude a muchos hombres y mujeres de nuestra diócesis a mirarse con amor, perdonándose mutuamente las faltas».

Esta es la gran misión de la Iglesia: anunciar con gozo la presencia amorosa de Dios, hecho hombre, como nosotros. Anunciar con alegría la presencia cercana de Cristo en medio de su pueblo, es la principal tarea de todo bautizado. Será importante que en esta Navidad y siempre reflejemos en nuestra vida la alegría que sentimos, porque Cristo nació y su vida es una bendición de Dios, Padre amoroso, para la humanidad.