El Buen Samaritano modelo del agente de la Pastoral de la Salud
En nuestra Arquidiócesis de Durango dentro de la Pastoral Diocesana está organizada la Pastoral de la Salud. Hay un sacerdote encargado de esta Pastoral con apoyo de un equipo de laicos y religiosas.
La Pastoral de la Salud es “la acción evangelizadora de todo el Pueblo de Dios, comprometido en promover, cuidar, defender y celebrar la vida, haciendo presente la misión liberadora y salvífica de Jesús en el mundo de la salud”.
El documento de Aparecida (418) precisa: «La Pastoral de la Salud es la respuesta a los grandes interrogantes de la vida, como son el sufrimiento y la muerte, a la luz de la muerte y resurrección del Señor».
La espiritualidad de los agentes de la pastoral de la Salud. No es un adorno ni un añadido de quita y pon, sino una forma existencial de vivirse y de verse según el evangelio. La exige la tarea del visitador es evangelizar, acompañar y celebrar, tanto para descubrir la forma de realizarla como para disponer de la energía necesaria para desempeñarla. Los agentes de la pastoral de la salud son “los discípulos misioneros de Jesucristo y de su Iglesia, de su misión de curación y de salvación. En la Iglesia, comunidad sanante, todos son agentes de pastoral”. En primer lugar los Obispos «rodeen a los enfermos con una caridad paternal»; los Presbíteros «atiendan con toda solicitud a los enfermos y agonizantes, visitándolos y confortándolos en el Señor».
Los Diáconos sean misericordiosos y diligentes especialmente con los que sufren, a ejemplo del Señor Jesús que se hizo servidor de todos. Los Religiosos y Religiosas «sean fieles al carisma de la caridad misericordiosa para con los enfermos». Los Laicos «practiquen la caridad para con los pobres y los enfermos… donde hay afligidos por calamidades o por falta de salud, allí debe buscarlos y encontrarlos la caridad cristiana, consolarlos con cuidado diligente y ayudarlos con la prestación de servicios».
Rasgos de la espiritualidad. El estilo de vida del agente de pastoral de la salud se inspira en Cristo. El agente de pastoral es un «enviado». Cristo encomienda la misión y es el modelo acabado de cómo hay que realizarla. La línea de identificación con Jesús, Buen Samaritano: «Ve y haz tú lo mismo» El enfermo es Cristo mismo. «A mí me lo hiciste».
La espiritualidad del agente de pastoral de la salud se centra en el Misterio Pascual. La Cruz ilumina el sufrimiento e inspira y motiva nuestro comportamiento ante el mismo Cristo paciente. La Resurrección ilumina, motiva e inspira la lucha por la salud y por la vida. La espiritualidad del agente de pastoral de la salud se forja desde la propia experiencia del sufrimiento, desde las propias heridas. Es llamado a integrar los propios sufrimientos en su vida, a dejarse educar por las propias heridas, a capacitarse así para acercarse y auxiliar a los que sufren, guiado por el ejemplo y la fuerza de Cristo bajo la acción del Espíritu.
La espiritualidad se vive y se enriquece en el servicio concreto al enfermo en sus necesidades: asistencia, acompañamiento. Tal espiritualidad se autentifica desde los valores del Reino. Son valores del reino, no la eficacia y el éxito, sino la opción por los más necesitados, la opción por la sencillez evangélica y por los medios pobres, la gratuidad, el realismo evangélico («siervos inútiles somos, hicimos lo que debíamos hacer»), dejar a Dios su lugar y no ocuparlo nosotros.
La espiritualidad del agente de pastoral de la salud reconoce al enfermo y al visitador como agentes y destinatarios ambos de la pastoral. Ambos son sujetos (dan y reciben). Por eso, el agente de pastoral se deja guiar por el enfermo, trata de poner en marcha sus recursos, se deja evangelizar por él. Debe cultivar el sentido de comunidad. Se siente enviado por la comunidad a cuidar los enfermos (lo más valioso de la misma) y lo hace en su nombre. No trabaja aislado sino unido y coordinado con los demás visitadores miembros del grupo, con los demás grupos y con el resto de la comunidad.
En nuestra Arquidiócesis cada parroquia cuenta con un gran número de agentes de la pastoral de la salud: el sacerdote (párroco) que acude al enfermo para orar por él, por su sanación, y le lleva el Sacramento de la Sanación (la Reconciliación); ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión, que llevan a los enfermos el consuelo de la Sagrada Comunión; además misioneros visitadores de los enfermos; y muchas personas de probada caridad evangélica que visitan a los enfermos, para hacerles compañía, ayudarles, proporcionarles algún medicamento, simplemente acompañarlos.
Durango, Dgo., 15 de Junio del 2014.
+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango
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