El Centro Diocesano del Método Billings de la Arquidiócesis de Durango, llevará a cabo el 2do Curso de Paternidad Responsable y Método Billings, el martes 12 de mayo del presente año, en la sede del Centro Diocesano Billings, ubicado en C. Zarco 209, entre Paloma y Fresno a las 7:00p.m. Así lo informó Gerardo Camacho, Representante de este Centro, quien además comento: “Estamos llevando a cabo el desarrollo de la 3er sesión, para que los matrimonios aprendan el Método Billings y puedan planificar su familia de acuerdo a las necesidades concretas del matrimonio”. El Presbítero Lic. Mariano Alberto Villalobos Salas funge como asesor del Centro Diocesano del Método Billings.
ADhttps://arquidiocesisdurango.org/wp-content/uploads/2019/08/logotexto-arquidiocesis-02-1-300x99.pngAD2015-05-11 19:17:502015-05-11 19:17:50Curso de Paternidad Responsable
La Arquidiócesis de Durango, invita a todos los fieles católicos a la Celebración Eucarística que se llevará a cabo el día 10 de mayo del presente año, en la Santa Madre Iglesia Catedral Basílica Menor a las 12:00 p.m. la cual será presidida por Mons. Enrique Sánchez Martínez, quien además comentó: “Esta celebración será especial para pedir y orar por todas las madres de familia, también se llevarán a cabo dos Celebraciones Eucarísticas oficiadas por el Excelentísimo Señor Arzobispo, Don José Antonio Fernández Hurtado, en algunos panteones de la localidad para pedir por las mamás que se han adelantado a la casa del Padre Celestial.”
ADhttps://arquidiocesisdurango.org/wp-content/uploads/2019/08/logotexto-arquidiocesis-02-1-300x99.pngAD2015-05-09 16:50:272015-05-09 16:50:27Celebra Arzobispo Eucaristía por Mamás difuntas
Ayer y hoy, hizo 25 años, que San Juan Pablo II visitó nuestra Ciudad Arzobispal y pronunció cuatro mensajes: en Catedral a todos los fieles, en el CERESO a los internos, en el Teatro Ricardo Castro a los empresarios de México y en la Ordenación de 100 Sacerdotes mexicanos en la Plaza Soriana. Todavía hemos de considerar estos Mensajes del Santo Padre, como una fuente de luz y gracia, para seguir abrevando en ella. A lo largo de este mes, me referiré a los cuatro Mensajes, empezando hoy, por el Mensaje en Catedral.
Nadie piense que me estoy desviando de la perspectiva electoral, anunciada desde el domingo pasado, hacia la jornada cívica del domingo 7 de junio, en que acudiremos a las urnas electorales. Al contrario, nada mejor que los Mensajes de San Juan Pablo II, para formar nuestro criterio, para iluminar nuestra conciencia ciudadana y para motivar nuestra participación.
Desde su alta investidura y desde la Iglesia Catedral, dice a todos los fieles de la Arquidiócesis y de México: “Vosotros… formáis parte de un pueblo que se ha destacado por su fe profunda y hondamente mariana, por su fidelidad a la Iglesia…y a la persona del Sucesor de san Pedro”. Y comenta que este distintivo, puesto a prueba, se ha convertido en fecundidad para la vida eclesial; recomendando que “el pueblo mexicano nunca debe olvidar su pasado, pues desde el, ha de proyectarse al futuro”.
En este pasado mexicano, desde que en 1492, aparecimos en la esfera mundial, hemos tenido gracias y bendiciones como las apariciones de la Virgen de Guadalupe en 1531, las Misiones de franciscanos, jesuitas, dominicos y otros, como el trabajo pastoral de ministros ordenados y laicos, la permanente erección canónica de Diócesis y Arquidiócesis, el establecimiento de escuelas y universidades de signo católico y el reconocimiento oficial de Beatos y Santos mexicanos. En este pasado mexicano, también hemos atravesado pruebas: como las guerras de conquista e intestinas, las persecuciones por causa de la religión, el martirio de misioneros ordenados y de laicos como entre los Tepehuanos en noviembre de 1616, la Constitución de 1857, las leyes de Reforma y la Constitución de 1917, la Revolución de 1910, el despojo y el despilfarro de los bienes eclesiásticos, y la Cristiada de 1926-1929 que nos permitió recoger frutos de martirio y santidad.
El Santo Padre, en su mensaje de Catedral, nos señala tres factores para fijar nuestros desafíos en la hora presente: primer desafío: “el secularismo y la indiferencia religiosa que afecta ya no solo a los individuos sino a comunidades enteras”, factor que incide “seriamente en los pueblos cristianos y reclama con urgencia una Nueva Evangelización”. Segundo desafío: “los atropellos de que es objeto la persona humana… desde el no nacido hasta los que viven oprimidos y marginados”, ante lo cual tenemos “enorme responsabilidad”. Tercer desafío: “los antagonismos y conflictos que caracterizan buena parte de las relaciones en el mundo, exigen que los laicos se conviertan en artífices de reconciliación y de paz”; señalamiento y desafíos muy actuales, ante los eventos o percances sociales que vivimos en el México de nuestros días.
El Santo Padre amplía y especifica este tercer desafío: “La paz que hemos de lograr, sea fruto de la gracia y de la amistad con Dios. Es la paz de Cristo; esa que Él solo puede dar, porque es “suya”; y no nos la da “como la da el mundo”, porque es un don divino.
El Santo Padre nos pide: sembrar y difundir “la paz de Cristo en nuestro alrededor. Así, se nos dará, como dice el Evangelio, el nombre nobilísimo de “hijos de Dios” (Mt 5,9). Esfuércense en arrancar las raíces de los resentimientos, de los conflictos, de las enemistades. Promuevan en cambio la justicia, en lo grande y en lo pequeño, en las instituciones, en el mundo profesional y laboral, en las familias, en la defensa de la dignidad de cada persona. La justicia es una virtud fundamental, que da a cada uno lo suyo: respeto, honor, buena fama, bienes temporales”.
El Papa nos predica convencido desde su experiencia y desde su ser profundamente humano y cristiano. Si refrescamos estos valores y los asimilamos en la conciencia personal, sabremos proyectarlos hacia la familia y hacia la sociedad, transformándolos en señales del Reino de Dios, implantado hacia nuestro interior y hacia el exterior; así como san Juan Pablo II sacó su tesoro interior para rejuvenecer a la humanidad.
Nuestro cometido como ciudadanos y como cristianos, en las urnas y en la vida ordinaria, es arrancar las raíces de los resentimientos, de los conflictos y de las enemistades, o sea: impregnar las estructuras sociales con el Evangelio, con el Espíritu de Cristo.
Héctor González Martínez
Obispo Emérito de Durango
https://arquidiocesisdurango.org/wp-content/uploads/2019/08/logotexto-arquidiocesis-02-1-300x99.png00ADhttps://arquidiocesisdurango.org/wp-content/uploads/2019/08/logotexto-arquidiocesis-02-1-300x99.pngAD2015-05-09 15:30:292015-05-09 15:30:29San Juan Pablo II en Durango
En el marco del XXV Aniversario de la visita de San Juan Pablo II a nuestra Arquidiócesis de Durango, recordamos este acontecimiento que marcó nuestra historia y que dejó una huella entrañable en las tierras y en los corazones de los duranguenses a través de sus palabras y de sus gestos de bondad y caridad. Así lo mencionó el Presbítero Francisco Javier Pérez Bustamante, Rector del Seminario Menor, quien además comentó: “Recuerdo que su primer encuentro con un grupo de personas fue en el CERESO de Durango, sus palabras fueron alentadoras y llenas de esperanza, pues vino a anunciar la Buena Nueva de Jesucristo y a confirmar a sus hermanos en la fe. Por otra parte, al recordar sus discursos y la homilía que predicó en la misa de ordenación de cien sacerdotes, además de la invitación que hizo, a ver la propia vida y la realidad social de nuestro estado desde el Evangelio, llamó a los fieles laicos, consagrados, empresarios y nuevos sacerdotes, a la búsqueda de la santidad. A los nuevos sacerdotes les exhortó profundamente para que su ministerio fuera siempre una aspiración a la santidad en el servicio. Finalmente, puedo decir que el deseo y la invitación a la santidad por parte del Papa Juan Pablo II se cumplió en su persona al ser canonizado por la Iglesia bajo el pontificado del Papa Francisco. Está claro que no solo habló con palabras, sino con su vida. Por ello, hoy podemos y debemos pedir su intercesión ante Dios Nuestro Señor por nuestra patria y nuestro estado de Durango, pero también por nuestra Arquidiócesis para que sus palabras y gestos sigan presentes en nuestra memoria y en nuestros corazones y que el deseo de santidad no llegue a extinguirse entre nosotros, pues sólo así lucharemos verdaderamente por sembrar y difundir la paz de Cristo en nuestro alrededor, por arrancar las raíces de los resentimientos, de los conflictos y las enemistades. Sólo así lucharemos verdaderamente por promover el amor, la verdad y la justicia en lo grande y en lo pequeño, en las instituciones y en el mundo profesional y laboral como también en las familias y en la defensa de la dignidad de cada persona.”
ADhttps://arquidiocesisdurango.org/wp-content/uploads/2019/08/logotexto-arquidiocesis-02-1-300x99.pngAD2015-05-08 18:47:222015-05-08 18:47:22Legado de San Juan Pablo II
El Decanato Nuestra Señora de Guadalupe de la Arquidiócesis de Durango, dio a conocer que comienzan a prepararse para hacer una Escuela para Catequistas de adultos. Así lo informó el Presbítero Jorge Antonio Miranda Cordero, Coordinador de este Decanato, quien además comentó: “Haremos una comisión especial para elegir a los maestros, la ubicación de la escuela y todo tipo de detalle para llevarla a cabo, esto con la finalidad de que haya catequistas más preparados, con un mejor conocimiento de la doctrina, y así puedan impartir mejores pláticas pre bautismales.
ADhttps://arquidiocesisdurango.org/wp-content/uploads/2019/08/logotexto-arquidiocesis-02-1-300x99.pngAD2015-05-07 18:18:582015-05-07 18:18:58Se prepara Escuela para Catequistas de Adultos
En el marco del XXV Aniversario de la visita de San Juan Pablo II, se ordenaron 100 sacerdotes de toda la república, de la Arquidiócesis de Durango fueron 14, este momento sacerdotal centra un extraordinario testimonio eclesial que perdura hasta el momento presente, en este contexto nos da su testimonio el Padre Francisco del Campo Galindo: Hace 25 años no tuve la oportunidad de meditar ni reflexionar acerca de mi experiencia, hoy tengo esta oportunidad de vivir y disfrutar el Ministerio Sacerdotal y ver toda la riqueza que San Juan Pablo II trajo a nuestras vidas, y el gran compromiso que tengo de vivir en mi Ministerio y de encarnarlo día a día en mi comunidad. Hay muchas luces y sombras en mi caminar, como también logros, satisfacciones, éxitos, penas, alegrías, tristezas, pero siempre con la esperanza de llegar a ser un gran servidor del Señor. En San Juan Pablo II veo un gran modelo de humildad, sencillez, de caridad, entrega, desprendimiento, de servicio, de oración y de generosidad que debo de vivir de una mejor manera cada día. Recuerdo que cuando nos íbamos a ordenar, nos dijeron que el Papa venía enfermo y que no nos impondría las manos, ni nos daría el saludo de la Paz, sino a todos juntos, cuando en realidad nos sorprendió al momento en que si lo hizo con cada uno de nosotros, fue algo tan emocionante y tan grande que no tenía palabras para expresar la emoción y alegría que sentimos.
Sigamos orando para que el Señor les conceda la fuerza a todos los Sacerdotes que mantienen su ministerio, y que fueron consagrados por San Juan Pablo II
ADhttps://arquidiocesisdurango.org/wp-content/uploads/2019/08/logotexto-arquidiocesis-02-1-300x99.pngAD2015-05-06 18:00:552015-05-06 18:00:55San Juan Pablo II Modelo de Vida Sacerdotal
El Decanato San Mateo Correa de la Arquidiócesis de Durango, invita a todos los católicos al Santo Rosario que se está llevando a cabo todos los días, en la Parroquia Santa María Reina, ubicada en Blvd. Fco. Villa, Esq. Porfirio Díaz en la Ciudad Capital a las 6:00 p.m. Así lo informó el Presbítero Ambrosio Arámbula Herrera, Coordinador de este Decanato, quien además comentó: “Este Rosario es una tradición que se realiza durante todo el mes de mayo, el cual se complementa con un ofrecimiento de flores, además invitamos a todas las madres de familia a la Celebración Eucarística que será especial para ellas, el 10 de mayo en la Parroquia Santa María Reina a las 9:00 a.m.”
ADhttps://arquidiocesisdurango.org/wp-content/uploads/2019/08/logotexto-arquidiocesis-02-1-300x99.pngAD2015-05-05 19:01:332015-05-05 19:01:33Santo Rosario en Decanato San Mateo Correa
El Movimiento de “Unión Femenina Católica Mexicana (U.F.C.M)” de la Arquidiócesis de Durango, invita a todas las madres de familia al convivio que se llevará a cabo este 5 de mayo, en la Casa de Acción Católica a las 4:00 p.m., con el fin de festejar el día de las madres. Así lo informó María Isabel Ochoa, Presidenta de U.F.C.M., quien además comentó: “Iniciaremos el evento con una Celebración Eucarística presidida por el Padre Alejandro Vacio, posteriormente se ofrecerá una comida y habrá diferentes actividades como concursos de baile, canto y poemas para hacer sentir especiales a cada una de las mamás que nos acompañarán”. El Presbítero Eduardo Moreno funge como Coordinador de este Movimiento.
ADhttps://arquidiocesisdurango.org/wp-content/uploads/2019/08/logotexto-arquidiocesis-02-1-300x99.pngAD2015-05-04 18:23:172015-05-04 18:23:17Acción Católica Celebra a las Mamás
El Movimiento Regnum Christi de la Arquidiócesis de Durango, invita a los matrimonios católicos al Curso “Proyecto ALFA”, el cual se está llevando a cabo todos los lunes, en el Restaurante Lupe de México, ubicado en Blvd. Guadiana 118, Lomas del Parque a las 8:30 p.m. Así lo informó Myriam Bernadac, Representante de este Movimiento, quien además comentó: “El curso consta de una exposición de diferentes temas para mejorar el matrimonio, entre ellos, el pasado y presente, el perdón, conflictos, familias políticas y cimientos sólidos para educar a los hijos”. El Presbítero Enrique Dávila funge como Asesor de este Movimiento.
ADhttps://arquidiocesisdurango.org/wp-content/uploads/2019/08/logotexto-arquidiocesis-02-1-300x99.pngAD2015-05-02 17:11:212015-05-02 17:11:21Regnum Christi impulsa la Familia
Estando aún en tiempo pascual, seguido de la Ascensión y de Pentecostés, es oportuno tratar realidades electorales, en que el cristiano debe participar activa y responsablemente, como fermento para influir y transformar la sociedad en el Reinado de Dios, desde aquí abajo.
En la Vigilia Pascual del Sábado Santo por la noche, después de encender y bendecir el fuego, bendijimos el Cirio Pascual, incidiendo con un punzón las letras grabadas “Cristo ayer y hoy, Principio y fin, Alfa y Omega. Suyo es el tiempo y la eternidad. A Él la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Amén.” Con estas palabras de Isaías y del Apocalipsis, en la obscuridad de la noche pascual, la Iglesia proclama al mismo tiempo al Verbo Creador en el Génesis y al Verbo Encarnado en la historia.
Con estas convicciones hemos entrado de lleno en la historia salvífica de aquella noche en que Dios pasó con su ala protectora para salvar a su pueblo y conducirlo fuera de Egipto. El Señor recorre el país de Egipto matando a todos sus primogénitos, pero pasa sin hacer daño en las casas de los israelitas. En la solemnidad de nuestra noche de Pascua, se volvieron a concentrar los hechos portentosas de Dios, en toda la historia salvífica, desde antiguo hasta el presente, cuando finalmente Cristo le dé el último toque, transformando definitivamente su obra salvífica en realidad perfecta.
En la Constitución Conciliar del Vaticano II, la Iglesia enseña que “esta obra de la redención humana y de la perfecta glorificación de Dios, preparada por las maravillas que Dios obró en el pueblo de la Antigua Alianza, Cristo la realizó principalmente por el misterio pascual de su bienaventurada Pasión, Muerte y Resurrección de entre los muertos y su gloriosa Ascensión” (SC, 5). El Evangelio de Juan coloca la muerte de Jesús en la hora precisa en que en el templo se estaba inmolando el cordero pascual, diciendo con elocuencia que “no le fracturaron ningún hueso”, conforme al Éxodo (12, 46); en el Apocalipsis, Cristo es presentado como redentor y señor de la historia en figura de cordero, que está entado en el trono “como inmolado” (5, 6).
Pero toda esta obra pascual no procede solamente de arriba; también es tarea nuestra, para transformar esta tierra de esclavitudes en sociedad de hombres libres por la Pascua que celebramos litúrgicamente. La espiritualidad cristiana, necesita poner en acto la Pascua que libera, para una humanidad nueva. No basta celebrar los ritos litúrgicos al interior de nuestros templos. El alcance de nuestras celebraciones, ha de tocar las realidades de todos los tiempos, incluidos los nuestros.
Desde el interior de nuestras celebraciones, han de suscitarse cambios en nuestras conciencias. Y, desde ahí, el “Cristo ayer y hoy, Principio y fin, Alfa y omega”, sea nuestra tarea para formar el Cristo cósmico, que con sus misterios, sea también impulso y motor de nuestro actuar hoy; que, como hombres nuevos nos sintamos creadores de la historia y constructores de una nueva humanidad.
Concretamente: para que “Cristo ayer y hoy, alfa y omega, principio y fin”, sean una realidad en la sociedad, se requiere que el domingo 7 de junio, todos consideremos la jornada electoral como una fiesta cívica; que se conserve el ambiente de respeto que se nota; que nadie introduzca juegos o maniobras sucias; que todos ejerzamos el derecho a participar en la construcción de la sociedad civil; que nadie se abstenga de votar; que todos votemos con seriedad y en conciencia; que nadie compre conciencias ajenas; que nadie compre o venda su voto.
Nuestra participación en las celebraciones pascuales rejuvenezca nuestras energías cristianas en beneficio de nuestra sociedad mexicana, tan urgida de sangre nueva y de corazones nuevos. Conmemorando el paso de la muerte de cruz a la vida de la resurrección, se renueve y se rejuvenezca en nosotros el portento de Yahvé-Dios con nuestros antiguos padres. Que por Cristo y en Cristo, seamos arrancados cada vez más enérgicamente de nuestras cadenas y guiados en la libertad de los hijos de Dios.
Definitivamente, nuestra vida cristiana debe orientarse conforme a nuestras raíces cristianas, referidas en los primeros renglones de esta página. Sólo así, por nuestro medio se repetirá en nuestro derredor, la aparición de una nueva tierra y de un nuevo cielo, donde florezcan los valores del Reino que Cristo nos mereció con sus misterios de Pasión, Muerte y Resurrección. Viviendo esta espiritualidad pascual, podremos vivir una espiritualidad de Éxodo, del Cordero inmolado, de Bautismo y de serio seguimiento de Cristo.