Islamismo (3)

3333550107_dd87082e26_qDiez años, desde la huida de La Meca en 622 hasta la muerte de Mahoma en 632, fueron insuficientes para completar su obra innovadora del Islam. El Corán, supuestamente revelado a Mahoma por el Arcángel S. Gabriel, es el libro sagrado de los musulmanes, que contiene 114 suras o sea capítulos o enseñanzas, con un número variable  de versículos, la primera tiene 7, la segunda tiene 286; cada capítulo o sura, tiene un número variable de versículos. Cada capítulo o sura inicia con la siguiente invocación: “En Nombre del Dios clemente y misericordioso”.  Complemento del Corán es el llamado Hadit, que transmite las palabras, la tradición  y la enseñanza de Mahoma. El Corán y el Hadit, entre los musulmanes gozan de la misma autoridad, como una sola fuente, la  palabra de Dios y la enseñanza del profeta, que les comunicaba el impulso arrollador ante obstáculos o dificultades.

            Desde luego que, revelación de Dios a Mahoma por medio del Arcángel S. Gabriel, puede tener explicaciones meramente humanas o sicológicas, pero no revelación o inspiración divina, como para decir esto es Palabra de Dios. Las revelaciones o visiones de Mahoma, fueron evolucionando; al principio eran tranquilas y sosegadas, sobre todo al lado Khadidja, sobre todo cuando se unieron en matrimonio. En ese tiempo las revelaciones insistían en la necesidad de ser muslime a saber creer firmemente en Dios y someterse a su voluntad. Después de la héjira, crece su ambición y se transforma su carácter, ahora más exigente, ambicioso y dominante.

             Otro elemento sobresaliente fue su voluptuosidad desenfrenada, de ahí la influencia de Khadidja la primera esposa, Aicha la segunda e hija de Abu-Bekr,  y Afsa la tercera e hija  de Omar, el gran organizador del Islam a la muerte de Mahoma. La pasión carnal no paró ahí: además de las  nueve esposas legítimas, poseía un harem de esclavas; pues en una de las supuestas revelaciones, se le dijo “¡Oh profeta!, te es permitido tomar las esposas que puedas dotar…¿Por qué privarte de los placeres que Dios te permite? Tú quieres dar gusto a tus mujeres. El Señor es misericordioso” Y siendo así que prescribía tres o cuatro mujeres a los demás muslimes, hizo excepción en sí mismo, permitiéndose todas las que pudo dotar: un harem.

            En sus comienzos la acentuación fue teocéntrica, con una íntima persuasión y ansia de hacer triunfar el monoteísmo. Después, su acentuación fue egocéntrica, como resultado de los éxitos obtenidos, exaltando los propios éxitos e incluso las pasiones.   Se puede pues deducir que las fuentes inspiradoras del Corán y del Hadit, fueron la voluntad absoluta y dominadora de Mahoma, quien no se detenía ante nadie ni nada y que políticamente no tenía freno ni escrúpulo ante cualquier crimen; así impulsado, organizó la guerra santa o de exterminio, contra todos los infieles o sea los que no aceptaban su credo y sus aplicaciones. Otro fuerte renglón fue la sensualidad creciente del profeta, que le llevó a hacer en sí mismo excepciones vergonzosas atribuidas al mismo Dios.

           Toda la teología del Islam se basa en el monoteísmo: los principios que sostienen todo su sistema religioso son tres: 1º. La existencia de un solo Dios, todopoderoso y creador del universo, a quién están sometidas todas las criaturas; 2º. La misión divina del profeta a quién hay que creer y seguir como enviado y representante de Dios; 3º. La vida futura, entendida en forma placentera y sensual. Las dos primeras las repite frecuentemente todo musulmán: “No hay más que un Dios y Mahoma es su profeta”. Dios no está sólo en el mundo: existen intermediarios, que juegan un papel importante, como el Arcángel Gabriel, los Ángeles y Satanás.

            Para comunicarse con los hombres, Dios se sirvió de sus profetas: Adán, Noé, Abraham, Moisés, Jesús y finalmente el mismo Mahoma. Jesús fue uno de los más grandes, Quién nació sobrenaturalmente de María, pero no es Dios; a él y a todos aventaja Mahoma, el último y más sublime de todos, profeta por excelencia, venido para comunicar la revelación definitiva de Allah-Dios.

            Nosotros, aceptando que Dios nuestro Padre es misericordioso a Quién invocamos como Padre compasivo y misericordioso; y teniendo a la Virgen María como Reina y Madre de misericordia, y a Quién igualmente invocamos como tal; viviendo los católicos el Año de la Misericordia, no nos dejemos contagiar de la violencia internacional; pues, podemos coincidir con el Islamismo en el reconocimiento del único Dios verdadero, Creador del universo y de toda criatura, podemos coincidir en la compasión y la misericordia; como creyentes en el único Dios y en Jesús: destaquemos lo que nos une y no lo que nos distancia. Seamos compasivos y tolerantes; no violentos o excluyentes.

Héctor González Martínez

                                                                                                                                 Obispo Emérito

 

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