FESTIVIDAD DE JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE

Este jueves 24 de mayo, la Iglesia Católica celebra la festividad de “Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote”. Es una fecha cambiante, pero coincide siempre con el primer jueves después del domingo de Pentecostés. En este día se realza la entrega de la amistad que Jesús nos dejó y pide la nuestra. Ha dejado de ser el Maestro para convertirse en amigo. El Orden Sacerdotal es una dimensión esencial para la Iglesia, y por eso fue incluido entre los sacramentos. El sacerdocio de Cristo no puede ser comprendido como una dignidad, una promoción o un puesto de poder. El sacerdocio de Cristo implica, como dice el autor de la Carta a los Hebreos, asemejarse en todo a sus hermanos, a fin de ser misericordioso. No puede haber mediador más perfecto que Cristo, resucitado, glorificado a la derecha del Padre, «el heredero» de todas las cosas. Cristo es el punto culminante de la historia humana y de la historia de la salvación. Es «alfa y omega» de la creación entera. Él es «el esplendor”, la irradiación de la gloria de Dios, el reflejo de la luz eterna e imagen de su bondad. Él ha realizado la purificación de los pecados, ha eliminado el obstáculo que nos separaba de Dios y ha abierto los caminos del mundo. Su glorificación es la nueva y definitiva alianza. Está sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros y no nos ha abandonado, pues es nuestro abogado ante el Padre. Jesús ha seguido el camino de la humillación, del sufrimiento, ha asumido nuestra naturaleza frágil y débil, de carne y de sangre, y ha afrontado la muerte. Se hace la atenta invitación a todos los feligreses a celebrar este día, acompañando a los sacerdotes de nuestra Arquidiócesis, este jueves, con la asistencia a una Hora Santa en punto de las 12 del día y posteriormente a la Santa Misa, ambas celebraciones se llevarán a cabo en el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús, ubicado en calle 5 de febrero frente al jardín de San Antonio, en la zona centro de la ciudad local.