Legado de San Juan Pablo II
En el marco del XXV Aniversario de la visita de San Juan Pablo II a nuestra Arquidiócesis de Durango, recordamos este acontecimiento que marcó nuestra historia y que dejó una huella entrañable en las tierras y en los corazones de los duranguenses a través de sus palabras y de sus gestos de bondad y caridad. Así lo mencionó el Presbítero Francisco Javier Pérez Bustamante, Rector del Seminario Menor, quien además comentó: “Recuerdo que su primer encuentro con un grupo de personas fue en el CERESO de Durango, sus palabras fueron alentadoras y llenas de esperanza, pues vino a anunciar la Buena Nueva de Jesucristo y a confirmar a sus hermanos en la fe. Por otra parte, al recordar sus discursos y la homilía que predicó en la misa de ordenación de cien sacerdotes, además de la invitación que hizo, a ver la propia vida y la realidad social de nuestro estado desde el Evangelio, llamó a los fieles laicos, consagrados, empresarios y nuevos sacerdotes, a la búsqueda de la santidad. A los nuevos sacerdotes les exhortó profundamente para que su ministerio fuera siempre una aspiración a la santidad en el servicio. Finalmente, puedo decir que el deseo y la invitación a la santidad por parte del Papa Juan Pablo II se cumplió en su persona al ser canonizado por la Iglesia bajo el pontificado del Papa Francisco. Está claro que no solo habló con palabras, sino con su vida. Por ello, hoy podemos y debemos pedir su intercesión ante Dios Nuestro Señor por nuestra patria y nuestro estado de Durango, pero también por nuestra Arquidiócesis para que sus palabras y gestos sigan presentes en nuestra memoria y en nuestros corazones y que el deseo de santidad no llegue a extinguirse entre nosotros, pues sólo así lucharemos verdaderamente por sembrar y difundir la paz de Cristo en nuestro alrededor, por arrancar las raíces de los resentimientos, de los conflictos y las enemistades. Sólo así lucharemos verdaderamente por promover el amor, la verdad y la justicia en lo grande y en lo pequeño, en las instituciones y en el mundo profesional y laboral como también en las familias y en la defensa de la dignidad de cada persona.”
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