HORA SANTA JUVENIL

El Decanato San Mateo Correo a través de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Durango, invita a todos los jóvenes y público en general a que asistan a la “Hora Santa Juvenil”, que se llevará a cabo este sábado 10 de agosto, a las 4:30 p.m., en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, ubicada en Fco. Márquez #207 fraccionamiento Benito Juárez, de la ciudad capital; al terminar se realizará una presentación de talentos de canto y baile. La Hora Santa es una oportunidad para hacer silencio interior y escuchar lo que el Señor tiene preparado para nosotros. Este momento tiene la ventaja de la presencia del Señor en el Santísimo Sacramento, en el cual la Iglesia se convierte en el lugar natural para la oración. Se debe aprovechar todas las ocasiones en que se pueda visitar al Señor Jesús y pasar una Hora Santa con Él, pues siempre será momento de gran enriquecimiento y oración.

IGLESIA LOCAL PARTICIPA EN ENCUENTRO NACIONAL DE MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO

El Movimiento  Familiar Cristiano (MFC) de la Arquidiócesis de Durango, ha sido partícipe en el XXII Encuentro Nacional del Movimiento Familiar Cristiano, el cual tuvo sede en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Fue desarrollado mediante exposiciones, temas y herramientas que ayudarán al mejoramiento tanto personal como a nivel movimiento, donde además se vivió el momento de unidad con Dios y con los mismos hermanos integrantes de diferentes ciudades del país. En esta ocasión, se aprovechó la oportunidad para realizar el cambio de coordinación nacional, el cual quedo a cargo del matrimonio formado por Marco Antonio y Martha Isabel, quienes estarán liderando por los próximos tres años. El Presbítero asesor Ricardo Saldaña junto con familias integrantes, fueron los que participaron en dicho evento como representantes de esta iglesia local.

DARÁN INICIO LOS TALLERES DE ORACIÓN Y VIDA

El Movimiento de Talleres de Oración y Vida (TOV) de la Arquidiócesis de Durango, invitan a laicos y público en general que estén interesados en aprender una mejor forma de orar, a que se integren y participen en los Talleres que se estarán impartiendo a partir del 12 de agosto en los distintos centros que se encuentran en los 4 sectores que se tienen dentro de la ciudad local, y en centros foráneos de las comunidades de Nuevo Ideal, Santiago Papasquiaro y Canatlán. Así lo comunicó Isabel García coordinadora del sector 1, quien explicó: “El fundador de esta obra de evangelización fue el Padre Ignacio Larrañaga, un sacerdote capuchino, escritor y evangelizador, su principal obra ha consistido en dejar al mundo laicos preparados y dedicados a enseñar la oración profunda y personal. Estos talleres son una presentación más viva y activa de Jesús que posee una mayor adaptación a las necesidades de la sociedad actual y a lo que realmente las personas necesitan, aprendiendo a practicar la oración mediante un método estable. Los talleres son impartidos una vez por semana y tienen duración de 15 sesiones en total”. Para mayores informes acudir directo a la Parroquia o Templo más cercano a su domicilio o comunicarse al número celular 618 221 13 30.

MATRIMONIOS DE DURANGO PARTICIPAN EN ENCUENTRO NACIONAL

El Encuentro Matrimonial Mundial (EMM) de la Arquidiócesis de Durango, fue partícipe en el XVI Encuentro Nacional, que tuvo como sede el Colegio La Salle, en la Ciudad de México, en donde matrimonios pertenecientes a este movimiento de todas las diócesis del país, participaron en un ambiente cálido y familiar. Para la inauguración de este evento, se tuvo una Celebración Eucarística celebrada en la Basílica de Guadalupe, para posteriormente dar inicio con las actividades establecidas en el programa. Cabe destacar que, a su vez, se aprovechó la oportunidad para celebrar el 45 aniversario de fundación del movimiento en México, por lo que se tuvo presencia de matrimonios a nivel mundial, originarios de Brasil, Singapur, España y Costa Rica, quienes además expusieron algún tema dentro del encuentro. Se contó también con la presencia especial de la Sra. Conchita viuda de Ángel Aja, matrimonio que se encargó de traer a México la fundación de Encuentro Matrimonial. Entre dinámicas, misas, hora santa, temas y convivencia fraterna, fueron las principales actividades en las que las parejas participaron y celebraron emotivamente, siempre unidos y alegres del encuentro con el Señor y con matrimonios de diferentes lugares del país.

Aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra (Col 3, 2)

El camino que Jesús va recorriendo en dirección a Jerusalén, puesta la mirada en lo que allí le espera, será descrito por san Lucas en clave docente, para indicarnos cómo debe ser el camino de sus seguidores. En efecto, si el domingo pasado se nos hablaba de la oración, el próximo nos hablará de la vigilancia, mientras que hoy nos comunica el mensaje de Jesús sobre el desapego que hemos de tener en relación con las riquezas y no dejarnos llevar del afán inmoderado de poseer bienes materiales y los peligros que ello conlleva. Ya lo hemos escuchado en las tres lecturas; el aviso puede parecer un “aguafiestas” para quienes se encuentran disfrutando de sus vacaciones, pero no, no es.

Tanto la primera lectura, tomada del Eclesiastés, en la que resuena con insistencia un aviso: todo es vanidad (Ecl 1,2), como en la segunda, tomada de la Carta dirigida por san Pablo a los cristianos de Colosas; en ella les dice: aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra (Col 3,2). Ambas lecturas nos presentan una llamada apremiante a no dejarnos arrastrar por el instinto del poseer. Por supuesto que no se trata de una filosofía que desprecie los bienes materiales. No, lo que se nos brinda es un sentido cristiano de las realidades humanas, un orden de valores y una manera de comportarnos frente a esos valores y con miras a nuestro destino final.

A este respecto, la parábola del Evangelio es muy elocuente y expresiva: el dueño de aquellas tierras sueña con la ampliación de los graneros en vista de la gran cosecha que espera y que garantiza el mayor de los placeres a su egoísmo. No tendrá que preocuparse de trabajar durante mucho tiempo. Pero aquella misma noche escuchará una voz que le dice: Necio, esta noche se te va a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado? (Lc 12, 20). Así le responde Dios en la parábola que Jesús narra a aquel hombre rico y atolondrado que esperaba una gran cosecha que le iba a hacer feliz para el resto de su vida.

Con el recurso a la parábola trataba el Maestro de guiar por caminos de sensatez y prudencia al que, arrastrado por la codicia, le hizo una consulta sobre el reparto de los bienes. La codicia, sabemos, es el afán excesivo de riquezas. Jesús nos quiere advertir de los peligros que lleva consigo este vicio. No es fácil mantener un término equilibrado ante los bienes creados; la actitud ante ellos es un asunto de gran transcendencia para nuestra salvación. El tema viene colocado por san Ignacio de Loyola en la meditación inicial en sus famosos Ejercicios Espirituales. Una vez clarificado el fin para el que el hombre ha sido creado, nos recuerda que las otras cosas han sido creadas para que le ayuden a conseguir su fin. “De donde se sigue –concluye el Santo- que el hombre tanto ha de usar de ellas cuanto le ayudan para su fin y tanto debe quitarse de ellas, cuanto para ello le impiden”(EE 23).

Once siglos antes de san Ignacio, san Agustín, en su obra sobre la Doctrina cristiana, nos dice que “si pretendemos gozar de aquellos bienes de los que solamente debemos usar, obstruimos y, a veces, equivocamos el camino, de tal modo que, entretenidos con la afición y el apego de los bienes inferiores, retrasamos e incluso imposibilitamos la construcción del Bien Supremo” (I, XXII, 20-21).

San Pablo en la segunda lectura nos dice: Aspirad a los bienes de arriba no a los de la tierra…, os habéis despojado del hombre viejo con sus obras y os habéis revestido de la nueva condición (Col 3, 2.9). Y por si no se entiende bien lo que quiere decir con la expresión “hombre viejo”, añade: Dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría (Ibíd., 5). Como pueden ver, codicia y avaricia están entre los vicios que deben desaparecer de la vida de todo cristiano.

Consecuentemente, lo principal es ser rico ante Dios, y no ante los hombres. Ser ricos en buenas obras, y no en cuentas corrientes. Sería una pena que uno “amasara riquezas para sí”, afanarse por conseguir aquellas cosas que cree que le van a dar la felicidad, y no se preocupara de lo más importante que es “ser rico ante Dios”. El mundo nos invita a una carrera desenfrenada por los bienes materiales, para tener más cosas que los demás y asegurar obsesivamente el futuro. Por ese camino nos convertimos en esclavos de la sociedad de consumo, que crea necesidades siempre nuevas para que gasten.

Pero lo que contará al final son las buenas obras que hayamos hecho, no el dinero que hayamos logrado almacenar (que podrá irá aparar a manos de quien no lo ha ganado). Mereceríamos que Jesús nos llamara también “necios” e “insensatos”, si desterramos a Dios de nuestra vida, si no nos preocupamos de los demás, si el compartir es un verbo ajeno en nuestro diccionario, si ponemos nuestro futuro en las cosas de este mundo. Si, en fin, como el rico de la parábola almacenamos cosas caducas que nos pueden ser arrebatadas en cualquier momento y nos van a aprovechar muy poco. ¡Qué necia aquella expresión que uno ha oído algunas veces: “a mí que me quiten lo bailado”!

Hacemos bien en trabajar y procurar un bienestar para nosotros y para la propia familia y por ayudar a los hijos a asegurarse una carrera y unos estudios. Pero hay cosas importantes que no se contabilizan ni en el Banco ni en la hoja de calificaciones. A la hora de educar a nuestros jóvenes, deberíamos inculcarles, sobre todo, el aprecio a los valores auténticos, tanto humanos como cristianos y relativizando los demás.

Héctor González Martínez

Arzobispo Emérito de Durango

COLECTA ANUAL PRO SACERDOTE ANCIANO Y ENFERMO

La Arquidiócesis de Durango invita a la comunidad católica y público en general a participar con su generosidad para cooperar en la Colecta Anual para el Sacerdote enfermo y anciano, el próximo domingo 4 de agosto, que se estará desarrollando en todas las Parroquias y Templos. Esta recaudación tiene como objetivo ayudar a los sacerdotes ancianos y que se encuentran enfermos, a seguir viviendo con dignidad, asegurando la calidad de sus viviendas, comida y atención médica. Además de poder contar con un fondo económico, el cual se utiliza cuando algún sacerdote necesita rehabilitación fuera del estado y así poder cubrir el gasto si el seguro no lo puede hacer. Por lo que se hace una invitación en general para ayudar a los sacerdotes que han entregado su vida al servicio de Dios y de la comunidad, siendo este, un acto de reconocimiento por la vida que han prestado a este gran servicio. Oremos por cada uno de ellos para que Dios les continúe bendiciendo en la salud.

INSCRIPCIONES ABIERTAS PARA CURSOS EN EL SEMINARIO LAICAL

El Instituto Superior Fides Et Ratio sede “San José” (Seminario Laical) de la Arquidiócesis de Durango, invita a religiosas, religiosos, sacerdotes, laicos, público en general y a todos aquellos interesados en realizar el estudio de alguna especialidad de las diferentes materias que ofrece esta opción educativa, a que se integren al próximo semestre escolar que dará inicio el próximo mes de septiembre. La oferta educativa que se ofrece es: Licenciatura y Maestría en Filosofía, Maestría en Desarrollo Humano, Licenciatura en Ciencias Religiosas; además de los cursos, “Temas selectos de Biblia”, “Cristología”, “Lengua de Señas Mexicanas”, Italiano, Francés, Hebreo y Griego. Los cursos y materias tienen duración de 6 meses y los precios son variables de cada una. Esta institución está ubicada en calle Zarco #311 en la Zona Centro de la ciudad capital. Las Inscripciones se encuentran abiertas. Para mayores informes comunicarse al teléfono 8 27 31 33.

«Señor, enséñanos a orar como Juan enseñó a sus discípulos» (Lc 11,1)

Hoy, la palabra de Dios nos ofrece una instrucción sobre la oración. La oración es la comunicación personal del hombre con Dios, cuya forma normal es el diálogo.

Todos los seres del mundo estamos relacionados; baste el ejemplo del cambio climático. De modo especial, los seres inteligentes necesitamos comunicarnos entre nosotros. La comunicación con nuestros semejantes nos enriquece, nos afianza como personas y nos consolida en el ser.

Tanto más necesaria es la comunicación con Dios, cuanto que, en Él, se encuentra el fundamento de nuestro ser y la razón de nuestra existencia. Pero, además, al ser tratados por Él como personas y admitir que nosotros lo tratemos también personalmente, esta relación nos hace tomar conciencia de nuestra valía; y el don de su vida divina que nos concede el Señor junto con la promesa de vida eterna dispara nuestras posibilidades y expectativas de alcanzar la comunión con Dios.

El evangelio de la Misa es el texto principal de la catequesis de hoy sobre la oración. Es un pasaje muy hermoso que contiene la enseñanza de Jesús acerca de cómo sus discípulos debemos dirigirnos a Dios. La enseñanza del padrenuestro se completa con dos parábolas meridianamente claras sobre la confianza con que hemos de dirigirnos a Dios.

Pero antes de comentar el evangelio, nos fijaremos en el pasaje del libro del Génesis, que contiene una de las páginas más bellas de la Sagrada Escritura: es un diálogo de Dios con Abrahán.

Después de haber sido el Señor agasajado por Abrahán en su tienda de Mambré y de haber concretado la promesa de la descendencia con el anuncio del nacimiento de Isaac en el plazo de un año, digamos que se había estrechado la relación de amistad entre Dios y Abrahán. De ahí que Dios meditara hacer partícipe a Abrahán (en quien serían bendecidos por Dios todos los pueblos de la tierra) de la importante decisión que tenía en mente, de llevar a cabo la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra por la gravedad de su pecado. Y el Señor se lo dijo a Abrahán.

Cuando los dos personajes que acompañaban al Señor tomaron el camino de Sodoma, y Abrahán se quedó a solas con el Señor, no pudo por menos de decirle lo que le brotaba del corazón, y que no le cabía en la cabeza. ¿Acaso pensaba el Señor destruir al inocente con el culpable? ¿Es que no haría justicia el rey de la tierra? (¿Está insinuando que Dios es injusto? ¿Se atreve a juzgar a Dios según su criterio de justicia? ¿Qué nos hace inadmisible que mueran justos por pecadores? ¿De dónde proviene nuestro sentido de la justicia? ¿Por qué estamos persuadidos de que la salud, los demás bienes y la vida misma nos son debidos? Debidos ¿por quién? Y si nos faltan, en protesta, negamos que el mundo esté regido por un ser bueno, y le atribuimos el gobierno del mundo a un destino ciego que no distingue entre hombres justos y todo lo demás, es decir, que equipara a los justos con los injustos y aun con los animales.)

Abrahán entendía que era más justo perdonar a una multitud de culpables en atención a unos pocos inocentes, que hacer que pagaran justos por pecadores. Y sabía que la justicia de Dios, cercana a la misericordia redentora, lo disponía a perdonar a todos si encontraba un mínimo de personas justas. Por eso regatea con Dios y consigue rebajar el número de inocentes de cincuenta a diez (no se atreve a bajar más). Pues, en el Antiguo Testamento, prevalece el sentido de la justicia; en cambio, en el Nuevo, gracias a Cristo (que ha satisfecho la justicia divina), se impone la misericordia y el perdón: la justicia de uno sirvió para la justificación de todos (Rom 5,17-19).

El diálogo de Abrahán con Dios es franco, relacionado con hechos de la vida, y tiene la capacidad de cambiar la decisión del Altísimo.

Vayamos ahora al evangelio, que nos transmite la enseñanza de Jesús a sus discípulos sobre cómo han de dirigirse a Dios y qué le han de pedir. El ejemplo de Jesús en oración suscita el deseo de los discípulos de aprender a orar. Jesús no les ofrece tanto una fórmula de oración (aunque la Iglesia la elaboró muy pronto, en el siglo I) cuanto un estilo de oración, y, por cierto, una oración comunitaria: la bondad de Dios se extiende a todos los hombres, tanto amigos como enemigos. Contiene dos partes: la enseñanza del padrenuestro y la confianza en la bondad de Dios, como el mejor de los padres.

Lo primero que se ha de destacar es el tratamiento de Dios como «padre», que sitúa al orante en espíritu ante Dios. Esta forma familiar de dirigirse a Dios (abba) es algo nuevo, inaudito para oídos judíos (Schmid, El evangelio según san Mateo, Herder, 181). La designación de Dios como padre de los hombres, por parte de Jesús, expresa con una fuerza nueva la idea de que Dios es la bondad absoluta para todos los hombres, para los que desea su salvación (Ídem, 186-187). Esto tiene su consecuencia en la confianza, sin vacilación con que han de esperar recibir de Él lo que le piden (idea reforzada por las parábolas del amigo importuno y el hijo que pide a su padre comida, y llevada al extremo en la audaz imagen de la fe que mueve montañas, Mc 11,23). Si cualquier padre humano da cosas buenas a los hijos que le piden, a fortiori Dios dará el Espíritu Santo a los que se lo piden.

Para ello, han de ajustar los contenidos de su petición a los mejores deseos de favorecerlos que hay en el corazón del Padre Dios: la santificación del nombre de Dios; el establecimiento de su reino; el alimento material necesario para sostener la vida que Dios les ha regalado; el perdón de los pecados fundamentado en el perdón al prójimo, y la superación de la tentación que los pone en riesgo de pecar.

Al pedir santificado sea tu nombre, le rogamos que glorifique su nombre, que manifieste su esencia divina, como el santo, que salva por su poder, su sabiduría y su bondad, y el Altísimo sobre todo el mundo, a quien únicamente corresponde el juicio. La santificación del nombre de Dios es equivalente a la venida de su reino, algo que se realizará plenamente al fin de los tiempos. Sólo con la venida plena del reino será santificado el nombre de Dios. Al pedir venga tu reino, el hombre convierte en deseo suyo lo que es cosa de Dios, es decir, la soberanía de Dios: ésta es la petición central de toda la oración del padrenuestro (Ídem, 190). Ambas peticiones, así como también la tercera del texto de san Mateo hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo (Mt 6,10), no son sino distintas formulaciones de la misma oración: la venida del Reino de Dios, que es “el objeto primero y principal de la oración según el espíritu de Jesús” (Ídem, 191). Bien es verdad que se refiere al mundo futuro, que no es actual, sin embargo “mantiene su valor como motivo para la vida humana, que tiene que ser deseo incesante del reino” (Ídem, 192).

Le pedimos también: danos cada día nuestro pan cotidiano, es decir, lo necesario para la vida temporal, que, incluso siendo fruto de nuestro trabajo, se ha de recibir como don de Dios.

Sigue la súplica: perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe. Mediante el perdón, Dios nos dispone al encuentro con Él en el reino. Pero, para obtener el perdón divino, es condición indispensable la disposición a perdonar al prójimo por parte del hombre. Concluye el padrenuestro de Lucas (el de Mateo añade una séptima petición: y líbranos del mal, Mt 6,13) con la súplica no nos dejes caer en tentación, pues los discípulos han de ser conscientes de su fragilidad y de que la superación de la tentación es gracia de Dios.

Así pues, en todas nuestras oraciones, sigamos la recomendación del Señor: Buscad sobre todo el Reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura (Mt 6,33).

Héctor González Martínez

Arzobispo Emérito de Durango

ADOLESCENTES DE DURANGO PARTICIPAN EN CONGRESO NACIONAL

El Encuentro para Adolescentes (EPA) de la Arquidiócesis de Durango, estará siendo partícipe en el VIII Congreso Nacional, del 26 al 28 de julio en la ciudad de León, Guanajuato. Así lo comunicó el coordinador Emmanuel González, quien explicó: “En esta ocasión son aproximadamente 20 adolescentes de las diferentes comunidades los que estarán representando a esta iglesia local. El congreso tiene el fin de continuar motivando a los jóvenes al seguimiento de Cristo, mediante dinámicas y temas de interés apropiados para ellos, pero siempre firmes en el amor y la fe. Son muchas las gratas experiencias que los jóvenes tienen la oportunidad de vivir dentro de este evento que año con año se realiza, además de la sana convivencia con otros adolescentes de diferentes estados de la república.

ULTREYA ARQUIDIOCESANA EN GUADALUPE VICTORIA

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Arquidiócesis de Durango, llevará a cabo la Ultreya Arquidiocesana, este 27 y 28 de julio en el municipio de Guadalupe Victoria, Durango. La ultreya es una reunión que se realiza con cursillistas hombres y mujeres, donde se concentran con el fin de dar bienvenida y agradecer a Dios las bendiciones recibidas, para que los participantes actúen con amor y siempre firmes en su fe, sobre todo en la de continuar con alegría en la vida cotidiana. Es una experiencia de reencuentro con Dios Padre a través de la renovación de fe. La palabra Ultreya, es un término que se utiliza dentro de este movimiento que significa “Reunión de Reuniones” y se dividen en Regionales, Nacionales, y Mundiales”. La Celebración Eucarística es presidida por el mismo Sacerdote asesor y al finalizar se realiza la respectiva convivencia.