BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA Y CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN

Durango, Dgo., 15 de septiembre de 2009. El vicario regional presbítero Héctor Frías Ramírez, explicó el proceso de construcción de la nación mexicana, argumentando que los pueblos cuando tratan de comprender su identidad cultural, recurren necesariamente a sus orígenes, siendo México heredero de ricas tradiciones y culturas indígenas que, junto a otros aspectos contienen valores que testimonian la conciencia de una presencia creadora, providente y salvadora de Dios.

«En los inicios de nuestra historia, encontramos juntamente procesos de colonización como modelos evangelizadores basados en una incansable predicación. Lo que humanamente parecería conducir a formas de colonización y sometimiento, gracias al acontecimiento guadalupano, es decir, a las apariciones de Santa María de Guadalupe al indio Juan Diego, se transforma en una realidad cualitativamente nueva, que ayuda a purificar el drama de la historia y al encuentro de dos mundos. En este proceso evangelizador se gestaron acciones pastorales y de pensamiento teológico, filosófico, científico y artístico, donde participan españoles, criollos, mestizos e indios. De este modo favorecen las diferentes expresiones religiosas y culturales que dan origen a lo que hoy reconocemos como la Nación mexicana».

El padre Frías explicó que esta etapa compleja, hunde sus raíces en procesos y aspiraciones que se gestaron durante la colonia y algunos pensadores eran católicos, quienes encontraban en su fe la inspiración de aquella libertad, independencia y justicia que anhelaba el pueblo mexicano. Hidalgo, Morelos, y muchos otros, eran sacerdotes que a pesar de sus limitaciones y debilidades humanas, por su fe en Cristo, su devoción a la Virgen de Guadalupe y sus ideas teológicas y políticas, lucharon por la Independencia de México. Por ello los reconocemos no sólo como próceres, sino como colaboradores fundamentales en el proceso de construcción de la Nación. Después de casi cien años de Independencia y movidos por una conflictividad interna y por la influencia creciente de ideologías de otros países, se lleva a cabo la Revolución, que con diversas luchas, buscaron la justicia social y el reconocimiento de los derechos individuales, sociales, políticos, económicos y religiosos. Aunado a ello, se va articulando la organización y consolidación del sistema político fundado en la hegemonía del Estado, que otorga garantías individuales y ofrece responder a todas las aspiraciones sociales.

En la actualidad, aseveró el sacerdote, vivimos una situación de cambios profundos y complejos en todos los aspectos de la vida social y en todos los rincones del país, que dan origen a una nueva cultura y a nuevos estilos de vida caracterizados  por diversos factores, por mencionar algunos; un crecimiento en la democracia; la lucha por preservar el estado de derecho y el combate a la delincuencia; crecimiento industrial, educación y salud. «Esta celebración tiene que ser la manifestación de un profundo anhelo de millones de mexicanos deseosos de crecer, no solo en lo económico, sino en lo político y social, en mejores oportunidades de vida fundadas en el reconocimiento de los derechos humanos y en los valores culturales y religiosos de nuestro pueblo. No podemos quedarnos en la fiesta, como mexicanos, debemos abrir caminos nuevos en los que todos podamos participar para construir un mejor futuro de la Nación» puntualizó.

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