HALLOWEEN
Durango, Dgo., 30 de octubre de 2009. El secretario canciller de la Arquidiócesis de Durango, presbítero José de la Luz Guerrero Haro, manifestó la visión católica con respecto a la costumbre anglosajona de la fiesta de «Hallowen»; explicando que esta fiesta ajena a nuestras sanas tradiciones, se presenta como una oportunidad para el comercio, ya que se ven puestos ambulantes que se dedican a vender disfraces, dulces y calabazas con motivo del día de brujas, así llamado. Pero es más que una simple fiesta o moda venida de Estados Unidos.
«Aceptar que los niños se disfracen con el argumento de que todos los niños lo hacen, no es suficiente, porque las mayorías no siempre tienen la razón; hacerlo porque está de moda tampoco es buen argumento, porque en ese caso, las estadísticas señalan que muchas mujeres son maltratadas, pero no por eso se vale maltratarlas». «La generalidad de los padres de familia permiten que sus hijos se disfracen de brujitas o seres abominables, como haciendo una emulación de esos seres que van en contra de nuestra cultura y de nuestras creencias, y al llevar esos atuendos se está idealizando a demonios o brujas, y por lo que se ve no es precisamente una broma inofensiva. Otros dicen que no tiene nada de malo, pero, cuidado, nos podemos auto engañar y pensar que es algo inofensivo; pero relajar los valores no los reafirma, antes los pierde. Se está metiendo el pensamiento que disfrazarse de brujas o demonios se empieza a ver como algo normal, sin embargo, a la gente se la haría ridículo que alguien saliera a la calle disfrazado de San Francisco de Asís».
El dinámico sacerdote abundo además, enfatizando que de alguna manera, este tema tiene consecuencia para nuestros valores católicos, porque de una manera muy sutil, se está metiendo la idea en la opinión pública de que lo malo no es tan malo, y que lo bueno es aburrido, de que el demonio es un invento y de que la brujería y lo oculto es un juego. Si hay una fiesta o evento en nuestros tiempos en la que se note la ausencia de Dios, esa es la del Halloween. Celebrarlo, y de ahí a creer en otras cosas que nos sigan alejando de la verdad trascendente, hay un paso. Tengamos criterio maduro, no nos hagamos como todos hacen, ni nos dejemos llevar por ideas de moda; en este evento del Halloween, tengamos, una decisión clara: no conviene a nuestras raíces culturales, ni a nuestra fe católica, finalizó.
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