25 AÑOS AL SERVICIO DE LA IGLESIA
Durango, Dgo., 4 de junio del 2010.- En este mes dedicado al Corazón de Jesús, nuestra Iglesia local se congratula por este acontecimiento del Año Sacerdotal que está por concluir. En el marco de esta gran fiesta sacerdotal, la Arquidiócesis reconoce y felicita por su entrega generosa al servicio de la Iglesia a un buen número de sacerdotes que están celebrando sus bodas de Plata y de Oro Sacerdotales. Con estos pastores, todos los fieles de nuestra Iglesia de Durango, el presbiterio, religiosos y religiosas, además de seminaristas, se unen en oración al buen Dios que nos concede este don de servicio en las personas de los sacerdotes. Estos presbíteros que han trabajado arduamente durante todo este tiempo, han consagrado y desgastado su vida al servicio de la Iglesia, y el fruto es abundante y palpable.
El sacerdote como ministro en la Iglesia, se asocia plenamente a Cristo, cabeza de su Iglesia, y ofrece al Padre el mismo sacrificio de Cristo en su Pasión y Cruz que, de un modo incruento, se renueva perpetuamente en la Celebración de la Sagrada Eucaristía. Por eso es consagrado para ofrecer el sacrificio de la Nueva Alianza como otro Cristo, en cuanto a cabeza y esposo del Cuerpo Místico que es la Iglesia. Este poder de ofrecer el sacrificio redentor de Cristo que se perpetúa en la Iglesia, es el que constituye al sacerdote; porque el sacerdote sólo se concibe como aquel que puede ofrecer los sacrificios y la actualización del sacrificio de Cristo en la Eucaristía.
La Arquidiócesis de Durango, felicita a los presbíteros Manuel Graciano Soto, Simón Pedro Gurrola Ibarra, Donato Hinojosa y Ladislao Reyes Sandoval, quienes han servido de manera plena y concreta la misión de Jesucristo, el Buen Pastor durante los últimos veinticinco años de su vida. Deseándoles una larga y fructífera vida sacerdotal llena de la abundante bendición de Dios.
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