La Jornada Electoral; Fiesta cívica por la PAZ

Los ciudadanos del estado de Durango estamos por ser protagonistas de una nueva jornada electoral del próximo 4 de Julio, en la que elegiremos al Gobernador del Estado, a los Presidentes Municipales y a los Diputados que nos habrán de representar en el Congreso Local.  Con este motivo, nuestros pastores nos han exhortado desde el principio, (MENSAJE PASCUAL, CON MOTIVO DEL PROCESO ELECTORAL 2010) con el único propósito de que todos los hombres y mujeres que peregrinamos por estos caminos reales nos motiváramos a fomentar el valor de la Democracia.

Al llegar a este momento trascendente para la historia de Durango, las palabras de nuestros pastores resuenan como la gran invitación a todos los fieles católicos y a la sociedad en su conjunto, para que una vez que han terminado las campañas políticas, nos sumemos con madurez a este proceso democrático, luchemos contras las graves consecuencias del abstencionismo, favoreciendo una copiosa participación en un clima de respeto, responsabilidad y paz social durante esta gran fiesta cívica en este domingo, para que seamos los principales protagonistas de una gran jornada civilizada.

Es una oportunidad para revalorar lo que entraña una verdadera vida democrática, que no solamente ha de vivirse en tiempos electorales, sino en la diaria participación de los ciudadanos en la vida común.  Por eso es importante que todos, pero todos los cristianos, como buenos ciudadanos, salgamos a votar este día, pues esto se transforma en un testimonio que avala nuestra fe que se entreteje de manera coherente en nuestras obras.

Como ya sabemos, el voto personal, libre, razonado y secreto: es insustituible. Es un derecho y un deber moral de todo ciudadano. Por ello debemos fortalecer el voto de cada ciudadano, que no se compra ni se vende, ni se consigue a través de sobornos o amenazas.

Todo lo que constituya una forma fraudulenta de obtener el triunfo electoral, es un delito deshonesto y constituye una falta moral grave. El poder político debe ser para servir a los demás; quien persigue el poder por ambición personal y no por convicciones honestas de servicio a sus semejantes, se aparta de los principios cristianos y se ubica en el plano de la degradación moral y ética.

La sociedad Duranguense merece vivir una democracia más auténtica y participativa. Ante la oportunidad de ejercer nuestro acto soberano de votar, vale la pena que concedamos también nuestro voto de confianza en las instituciones, particularmente será importante respetar y acatar las decisiones del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana en su tarea de  vigilar que los procesos electorales sean limpios, imparciales, transparentes y apegados a la ley, garantizando así la certeza y credibilidad del resultado de las elecciones.  Además, la forma como se ha organizado la jornada electoral, particularmente en los últimos años, hemos podido constatar que son estructuras ciudadanas (Funcionarios de casilla, representantes de los partidos, observadores, etc.), eso es garantía de que los Duranguenses como siempre nos hemos distinguido, podamos convivir y concluir esta fiesta en paz y en armonía.

Una vez calificadas las elecciones al final del proceso electoral, todos, candidatos y electores, debemos dejar atrás los apasionamientos y rivalidades de las campañas, comprendiendo con madurez que las elecciones son un proceso natural de competencia y selección, y disponiéndonos a colaborar con las nuevas autoridades en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. (Cfr. Mensaje Pascual…).

Si todos buscamos el bien común; si todos aspiramos a una sociedad igualitaria en donde la democracia y la justicia social sean una realidad; y si todos cumplimos con nuestro deber de ciudadanos ejerciendo con responsabilidad nuestro voto, todo el pueblo de Durango habrá resultado ganador. Oremos a Dios: para que nos conceda vivir una jornada de gran fiesta cívica y ordenada, acompañada de una gran participación.