La alegría del Evangelio que llena la vida de los discípulos, es una alegría misionera

mons enrique episcopeo-01Con la celebración del Bautismo del Señor se inaugura una verdadera “escuela de discipulado”, y tiene como objetivo ayudarnos a descubrir poco a poco, y durante todo el año litúrgico , la riqueza inmensa de Jesucristo. A pesar de las desdichas o de los triunfos de todos los días, la fe nos pide estar atentos a ese Cristo que se revelado a través de la Palabra. Pero creer en Jesús no es solo contemplarlo de lejos, sino “disponerse a imitarlo”: en verdad que en Él se nos descubre lo que Dios quiere de cada uno de nosotros como Iglesia, pues a los hombres no nos ha sido dado otro bajo el cielo por el cual podamos ser salvos (Hech 4,4,12).

            Cada domingo somos invitados a decidirnos a vivir la escucha y meditación de la vida de Cristo presentado como Señor y Maestro, vivo y presente en la comunidad, uno a quien debemos lo que somos y con quien tenemos el compromiso urgente de transformar todo ambiente, situación, sentimiento, tiempo, de ordinario y común en una extraordinaria oportunidad de vida y salvación, pues Él, es el elegido de Dios.

            La presentación de la vida pública del Señor se inicia con su “aparición en la historia” a orillas del Jordán. Señalado por Juan el Bautista como “Cordero de Dios” ocurre el seguimiento de los primeros discípulos, es decir la formación de la primera comunidad de creyentes.

            El Papa Francisco en Evangelii Gaudium nos invita, como discípulos del Señor “a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor”.

Todos somos invitados a recibir “un anuncio renovado, una nueva alegría en la fe y una fecundidad evangelizadora” y el centro y esencia de ese anuncio es siempre el mismo: el Dios que manifestó su amor inmenso en Cristo muerto y resucitado. Él hace a sus fieles siempre nuevos; aunque sean ancianos, “les renovará el vigor, subirán con alas como de águila, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse” (Is 40,31). Cristo es el “Evangelio eterno” (Ap 14,6), y es “el mismo ayer y hoy y para siempre” (Hb 13,8), pero su riqueza y su hermosura son inagotables. Él es siempre joven y fuente constante de novedad.

Cuando Jesús comienza su ministerio, Juan exclama: “Ésta es mi alegría, que ha llegado a su plenitud” (Jn 3,29). Jesús mismo “se llenó de alegría en el Espíritu Santo” (Lc 10,21). Su mensaje es fuente de gozo: “Os he dicho estas cosas para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría sea plena” (Jn 15,11).

Nuestra alegría cristiana bebe de la fuente de su corazón rebosante. Él promete a los discípulos: “Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría” (Jn 16,20). E insiste: “«Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón, y nadie os podrá quitar vuestra alegría” (Jn 16,22). Después ellos, al verlo resucitado, “se alegraron” (Jn 20,20).

El libro de los Hechos de los Apóstoles cuenta que en la primera comunidad “tomaban el alimento con alegría” (2,46). Por donde los discípulos pasaban, había «una gran alegría» (8,8), y ellos, en medio de la persecución, “se llenaban de gozo” (13,52). Un eunuco, apenas bautizado, “siguió gozoso su camino” (8,39), y el carcelero “se alegró con toda su familia por haber creído en Dios” (16,34). ¿Por qué no entrar también nosotros en ese río de alegría?

Durango, Dgo., 19 de Enero del 2014                                  + Mons. Enrique Sánchez Martínez

                                                                                                    Obispo Auxiliar de Durango

                                                                                                  Email: episcopeo@hotmail.com

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *