Desarrollar una Pastoral de los migrantes como expresión de caridad cristiana
El fenómeno migratorio que se verifica en la actualidad nos ha afectado a todos, aunque la mayoría de los estudios recientes sobre migración muestran que en los últimos años se ha reducido el flujo de migrantes hacia EEUU. Aparecida nos dice: “Hay millones de personas concretas que, por distintos motivos, están en constante movilidad. En América Latina y el Caribe constituyen un hecho nuevo y dramático los emigrantes, los desplazados y refugiados sobre todo por causas económicas, políticas y de violencia” (N° 411). Mencionemos algunas de las causas más importantes:
La crisis económica de los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) es lo primero que ha repercutido: se manifiesta en el cierre de «oportunidades» por la crisis financiera que ha llevado a una disminución del empleo en sectores claves para los inmigrantes mexicanos, tales como la construcción y la manufactura de alimentos; esto se expresa en un incremento del desempleo abierto de la población latina, una caída de los ingresos de los hogares de inmigrantes, y un creciente porcentaje de latinos que perciben un deterioro en sus condiciones de vida.
También ha incidido en el flujo migratorio la suspensión de acuerdos o leyes que regularicen la situación migratoria de los indocumentados. El presidente Barack Obama ha afirmado que “la reforma de la inmigración sigue teniendo máxima prioridad para su gobierno, pero, culpó a los legisladores republicanos en el Congreso por no sumarse a los demócratas para respaldar un proyecto de ley que trataría la llegada masiva de extranjeros a Estados Unidos y se ocuparía de los personas sin permiso de residencia que viven ya en Estados Unidos”.
La discusión sobre la reforma migratoria continúa en los debates diarios. Es indudable que se requiere una reforma migratoria que regularice la situación en la que viven los millones de migrantes ilegales que trabajan en Estados Unidos. Pero debería ser una reforma que tomara en cuenta la opinión de los distintos países cuyos nacionales se encuentra en Estados Unidos y no, como ha sido hasta ahora, una decisión unilateral, que contempla solo parcialmente algunas modalidades o grupos específicos de migrantes.
Otro tema que afecta el flujo migratorio es el surgimiento y aprobación de leyes anti inmigrantes en diversos estados de Norteamérica. Una oleada racista en Estados Unidos crece de forma alarmante, se han presentado 600 iniciativas de leyes parecidas a la célebre SB1070 de Arizona, la cual criminaliza la emigración. En esos proyectos de leyes se convierte en delito albergar a un emigrante, aunque se trate de un familiar; se permite que a cualquier ciudadano se le verifique su estatus en el país y se niega la validez de la matrícula consular.
La deportación masiva de los indocumentados afecta la entrada de migrantes a Estados Unidos. Operativos al interior de las ciudades en zonas de vivienda y trabajo, detención en las calles de aparentes delincuentes (familias con tiempo allá y trabajadores). Medidas de seguridad en la frontera con México, como la electrificación y un mayor control se ensayan, se modifican y se incrementan. Repatriación en calma al país de origen, bajo acuerdos y con la vigilancia de cónsules.
En el año 2011 el ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) deportó a 396,906 personas, la mayor cifra desde que Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, e indica que el 90% de todos los extranjeros deportados estaban en una de las categorías prioritarias del ICE para el control (Criminales, 54.6%; Transgresores reincidentes de leyes de inmigración, 19.6%; Personas que acaban de cruzar la frontera ilegalmente, 11.6%; Fugitivos de inmigración, 4.7%; Otros extranjeros deportados, 9.5%). El Instituto Nacional de Migración (IMM) de México reveló que más de 322 mil inmigrantes indocumentados mexicanos fueron deportados de Estados Unidos en el 2013, fueron expulsados de forma “segura, humana y ordenada» y de entre ellos casi 16,900 corresponden a menores de edad.
Recientemente se ha verificado una variación de la migración, se han reducido las posibilidades de migrar para los adultos, pero se ha verificado un aumento de niños que viajan sin compañía hacia EEUU en busca de una mejor vida y de trabajo. Se estima que entraron ilegalmente 6000 en el 2011, en el 2014 podrían llegar a 90,000 y en el 2015 a 150,000. Para los países de Centroamérica, México, Estados Unidos y Canadá, esto se ha convertido en un problema urgente que buscan contener, desalentando la migración de menores sin compañía y proteger a quienes lo hagan
Durango, Dgo., 29 de Junio del 2014.
+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango
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