Primeros ensayos misioneros
Fue notable y trascendente la participación de las Misiones Católicas en la conformación del Nuevo Mundo a partir del 12 de octubre de 1492. Los misioneros católicos, mercedarios, franciscanos, dominìcos, jesuitas, agustinos, etc. estuvieron pendientes de los acontecimientos y dieron respuesta oportuna haciendo presente el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, con su palabra y con la entrega de su vida hasta el derramamiento de la sangre.
La ocupación de México o Nueva España, por los españoles, duró de 1519 a 1770, con tonos de conquista bélica, por protección a pueblos débiles, a invitación de pueblos independientes o por simple ocupación de regiones no dominadas políticamente. Según las Bulas Romanus Pontifex de Nicolás V del 8 de enero del 1454 e Inter caetera Divinae de Alejandro VI, del 4 de mayo de 1493, es reconocida dicha ocupación a Portugal y a España, bajo el deber de las autoridades, de misionar y evangelizar a los habitantes.
Tres expediciones precedieron a Hernán Cortés: la de Vicente Yañez Pinzón y Juan Díaz de Solís en 1497-1500, divizando Yucatán y desembarcando en Tampico; la de Fco Hernández de Córdoba en 1517, acompañados por el clérigo secular Alonso González, tocando Catoche, Campeche y Champotón; y la de Juan de Grijalva, en 1518, descubriendo Cozumel, celebrando el P. Juan Díaz la primera Eucaristía en territorio mexicano, y recorriendo la costa desde Champotón hasta Nautla, Ver.
Hernán Cortés, personaje importante en nuestra historia política, militar y eclesiàstica, nació en Medellín (extremadura) España en 1485; frecuentó la Universidad de Salamanca en 1499 y 1500. En 1504 se embarcò para la Isla Española (Haití-Santo Domingo). El 18 de febrero de 1519 levó anclas en el puerto de La Habana, Cuba, con once navíos, ciento nueve marinos y quinientos ocho soldados, hacia Yucatán y Tabasco, desembarcando en Cempoala de la costa veracruzana, el Viernes Santo 22 de abril de 1519. Se instaló un altar, se celebró la Eucaristía y se dejó una Cruz. En su proclama de 1524, expresó sus intenciones a sus acompañantes: “exhorto y ruego… que su principal motivo e intención sea apartar y desarraigar de las idolatrías a todos los naturales de estas partes.… y reducirlos al conoocimiento de Dios y de su santa fe católica”. Pero, a pesar de sus pecados personales y de sus excesos, Hernán Cortés, pronto derrumbó altares paganos y prohibió los sacrificios humanos.
Para 1521 ya habían llegado a México cerca de once clérigos y sacerdotes. Acompañaban a Cortés dos eclesiásticos; el primero y más autorizado, prudente y apostólico era el mercedario Fray Bartolomé de Olmedo: buen consejero en asuntos graves; aunque no siempre atendido, por ejemplo cuando aconsejaba la espera y la paciencia, antes que derribar e imponer. No sólo Fray Bartolomé de Olmedo, se oponía a los atropellos, la prisa y la imposición. Tanto en España como en América, resonaron voces autorizadas discutien los criterios y las pràcticas de la ocupación y de la evangelización.
Héctor González Martínez
Arz. Emèrito de Durango