A la gente la empobrecen para que luego vote por quienes los hundieron en la pobreza
Este domingo 7 de junio, el pueblo de México acudirá a las urnas para elegir a los 500 diputados federales que formarán la Cámara de Diputados de nuestra Nación. Estas elecciones se realizan en momentos en que enfrentamos una compleja situación, que hace que muchos sientan desconfianza y desánimo.
Los obispos de México hemos invitado a nuestro pueblo a “construir el país que queremos, donde haya paz y progreso para todos. El futuro lo escribimos cada uno de nosotros ¡Seamos protagonistas!”
“La conciencia cristiana bien formada no permite a nadie favorecer con el propio voto la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral” (Compendio de la Doctrina social de la Iglesia, 570)
Al término de la campaña de los distintos partidos y candidatos, y después de haberlos conocido y lo que proponen “¡Votemos! Participemos, unámonos y organicémonos para exigir como ciudadanos el cumplimiento de las promesas de campaña de quienes resulten ganadores. ¡Abstenernos no conduce a nada!”
“Una auténtica democracia no es sólo el resultado de un respeto formal de las reglas, sino que es el fruto de la aceptación convencida de los valores que inspiran los procedimientos democráticos: la dignidad de toda persona humana, el respeto de los derechos del hombre, la asunción del “bien común” como fin y criterio regulador de la vida política. Si no existe un consenso general sobre estos valores, se pierde el significado de la democracia y se compromete su estabilidad” (Compendio, 407)
Exhortamos a todas las autoridades a garantizar que el derecho a votar y ser votado se ejerza libre, plena y pacíficamente en todo el territorio nacional… a quienes resulten ganadores, les exigimos no defraudar la confianza y esperanza de los mexicanos. Recuerden que toda autoridad es para servir y no para servirse de la gente”.
“En el sistema democrático, la autoridad política es responsable ante el pueblo. Los organismos representativos deben estar sometidos a un efectivo control por parte del cuerpo social. Este control es posible ante todo mediante elecciones libres, que permiten la elección y también la sustitución de los representantes. La obligación por parte de los electos de rendir cuentas de su proceder, garantizado por el respeto de los plazos electorales, es un elemento constitutivo de la representación democrática” (Compendio, 409)
Monseñor Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!