EL FIN DEL MUNDO
Durango, Dgo., 24 de noviembre de 2009. En relación a tan mencionado tema en estas últimas semanas en que algunas personas afirman que llegará el fin del mundo, el Vicario General de la Arquidiócesis de Durango, presbítero Herminio Talavera, explicó para aclarar dicha discusión, concluyendo que hay que tener la confianza puesta solo en Dios, y respecto a que el mundo se va a acabar, seguramente sucederá, pero nadie sabe cuándo ni cómo, ni siquiera el Hijo, solo le corresponde al Padre, en tanto, hay que estar bien preparados, vigilantes, con nuestra lámparas encendidas con la luz de la fe y de la alegre esperanza.
La presencia de Dios, busca generar en la conciencia cristiana esperanza, confianza y fidelidad en el proyecto de Jesús. Las comunidades cristianas deben saber que viviendo la experiencia del reino de Dios podrán identificar el falso mesías y los falsos profetas y se cambiaran los días de tribulación por sueños de salvación. También, agregó que el relato de la venida del hijo del hombre, ubicado en el centro del discurso escatológico, le imprime un fuerte sentido cristológico. La conmoción cósmica es típica de la profecía. La apocalíptica, para introducir las grandes intervenciones de Dios y darle un viraje a la historia de la salvación. La Parusía se presenta como el día de la gran reunión de todo el pueblo de Dios, por eso no puede ser un día de miedo, sino de alegría.
«Hay que vivir en plenitud del tiempo presente y esperar la parusía de Jesús con gozo, no preocuparnos por cuando vendrá Jesús, sino encontrarlo ahora que está viniendo sin cesar. Jesús resucito y vive en medio de nosotros, no estamos esperando que vuelva, porque en realidad nunca se ha ido de nosotros, entonces aprendamos a descubrir a Jesús presente entre nosotros. Estemos vigilando y orando con una actitud no de miedo, sino creativa ante esta situación del fin del mundo. Una invitación al Cristiano católico a que de testimonio de su fe y de su esperanza. Las grandes intervenciones de Dios se dan en nuestra vida diaria y el cristiano católico no tiene que huir de esas responsabilidades, al contrario, una forma de prepararnos para vivir esa segunda venida de nuestro señor Jesucristo es vivir con responsabilidad el momento presente, poner los pies en la tierra y no dejarnos alarmar ni dejarnos llevar por esa actitud de miedo» finalizó.
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