Quiero, queda limpio (1,41)

En aquellos tiempos se pensaba que la lepra era una enfermedad muy contagiosa, y normalmente incurable. Como con el ébola, se ponían todos los medios al alcance para evitar la propagación y el contagio de dicha enfermedad. Los sacerdotes tenían la función de examinar las llagas del enfermo, y en caso de diagnosticarlas como síntomas de lepra, la persona era declarada impura, con lo que quedaba condenada a no participar del culto, tenía que salir de la población, vivir en soledad, malvivir gritando por los caminos ¡impuro, impuro! para evitar encontrarse con personas sanas a las que poder contagiar. Era un excluido de la sociedad, una persona muerta en vida.

El leproso del evangelio, en algún momento, habría sido examinado por un sacerdote y diagnosticado como leproso (Lv 13,43-46). Desafiando las normas legales y a pesar de la repugnancia de la gente, el leproso se acerca a Jesús y le pide que lo limpie: si quieres, puedes limpiarme (1,40), que le levante la impureza ante Dios. Jesús se lo permite y también toca al leproso, a quien no podía tocar sin hacerse impuro. Jesús rompe moldes, normas y leyes, hasta las aparentemente sagradas, porque para él no hay nada más sagrado que el hombre, después de Dios, y precisamente desde Dios.

Ninguna ley humana, religiosa o civil, tiene valor absoluto. Lo único absoluto es el bien del hombre. Jesús lo cura, pero le dice que se presente al sacerdote para que también confirme su curación, y tenga conocimiento del poder de Jesús. Le dice también que no diga nada a nadie, pero el hombre ya curado no hace caso y se dedica a pregonar que Jesús lo ha curado. A partir de ese momento Jesús tiene que retirarse de los sitios públicos, porque Él también se ha convertido en un excluido al defender a los más débiles y marginados.

Cada episodio evangélico constituye un criterio de actuación para todos nosotros. Aunque la lepra sigue siendo enfermedad endémica, es bueno que nos preguntemos ante el texto evangélico de hoy: ¿qué otros equivalentes modernos de lepra podemos encontrarnos? ¿A cuántas personas excluimos de nuestra vida cuando nos enteramos de que tienen alguna enfermedad o carencia: minusválidos, drogadictos, SIDA, … Leprosos son todos aquellos marginados por razones de raza, cultura, religión, ideología, estilo de vida, enfermedad, pobreza o sexo. Las barreras, las distancias y los rechazos las ponemos nosotros.

Un cristiano, no sólo no debe poner un dedo para construir esos muros, sino que debe estar dispuesto a derribarlos. Pero para la mayoría de los cristianos sigue siendo más importante el cumplimiento de la ley que el acercamiento al marginado. Como para los fariseos del tiempo de Jesús, la ley sigue estando por encima de las personas. Seguimos justificando demasiados casos de marginación bajo pretexto de permanecer puros. Seguimos aferrados a la idea de que la impureza se contagia, pero el amor, la libertad, la entrega, la alegría de vivir, sí que se contagian. Seguimos temiendo a un Dios que sólo nos acepta cuando somos puros.

Seguimos creyendo en un Dios legislador y leguleyo. Ese no es el Dios de Jesús. Como hizo Jesús, también a nosotros nos corresponde hacer nuestro el dolor ajeno, ponernos en su lugar y vivir su experiencia dolorosa. Hoy celebramos el día de la Campaña contra el Hambre, qué buena ocasión para medir la autenticidad de nuestro amor al prójimo. No sirven los buenos sentimientos, es necesaria la compasión y la acción. S. Marcos nos dice que Jesús compadecido, extendió la mano y le tocó (1,41) e inmediatamente se le quitó la lepra.

La experiencia de ser aceptados nosotros por Dios, es el primer paso para no excluir a los demás, pues si partimos de la idea de un Dios que excluye, encontraremos mil razones para excluir en su nombre. Debiéramos preguntarnos ante la Palabra de Dios que hoy escuchamos: ¿De qué manera excluyo y juzgo en mis actitudes cotidianas a las demás personas? ¿En qué gestos concretos podemos construir una comunidad más coherente con las exigencias del Evangelio? Celebrar la eucaristía sin extender nuestra mano a los leprosos, carece de sentido.

Héctor González Martínez 

Arzobispo Emérito de Durango

FESTIVIDAD DE SAN JOSELITO: SANTO MÁRTIR MEXICANO

Este 10 de febrero la Iglesia católica celebra a San José Sánchez del Río, un joven mártir mexicano que nació en Sahuayo, Michoacán. Durante la guerra Cristera de México, Miguel hermano de Joselito, decidió tomar las armas para defender la causa de Cristo y de su Iglesia. José, con tan sólo 13 años, también pidió permiso a sus padres para alistarse como soldado. Su madre le dio permiso, pero le pidió que escribiera al jefe de los Cristeros para ver si lo admitía, pero la respuesta fue negativa. El general mandó encerrar al santo en la cárcel de Cotija. Días después lo sacaron y lo llevaron al cuartel,  donde le desollaron los pies con un cuchillo, y lo hicieron caminar hasta el cementerio. Dios le dio fortaleza para caminar, en cada paso él gritaba, ¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe! Ya en el panteón, se puso de pie al borde de su propia fosa. En seguida comenzaron a apuñalarlo. A cada puñalada gritaba de nuevo: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe! El capitán le disparó a la cabeza, y el muchacho cayó dentro de la tumba y bañado en sangre, su cuerpo quedó sepultado. Se hace la atenta invitación a todos los fieles a que asistan a la Fiesta Patronal, que se llevará a cabo en su honor, el sábado 10 de febrero, mediante el siguiente programa: 7:00 a.m. mañanitas en el Templo del Espíritu Santo y procesión con la imagen de San Joselito al terrero del nuevo templo; 9:00 a.m. carrera juvenil de relevos, en el Templo de Espíritu Santo; y 6:15 p.m. Misa Solemne en el terreno del nuevo Templo. Al término de la celebración Eucarística, se procede con el rezo del rosario de antorchas, con una lunada y con la tradicional reliquia. Este Templo Parroquial está ubicado sobre calle Pastor Rouaix s/n, en la colonia Maayagoitia, de la ciudad capital.

CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA PARA ENFERMOS, MÉDICOS Y ENFERMEROS

La Pastoral de la Salud y el Movimiento de Unión de Enfermos Misioneros (U.E.M.) de la Arquidiócesis de Durango, invitan a todas las enfermeras, enfermeros, médicos, enfermos y familiares de ellos, a ser partícipes de la Misa por la Jornada Mundial del Enfermo, este sábado 10 de febrero, a las 12 del día, en la Catedral Basílica Menor de la ciudad capital. Así lo comunicó la hermana Imelda Tovalín, asesora de U.E.M., quién explicó: “El Papa instituyó el 11 de febrero, como “El día del enfermo”, una jornada especial que se realiza para pedir por los enfermos y por las personas que cuidan de ellos. Este día consiste en tomar conciencia de la visión cristiana sobre la enfermedad misma, tanto en la parte curativa como en la preventiva; es también aprender a tomar conciencia y reafirmar la doctrina en la Iglesia sobre el dolor humano”.

PASTORAL VOCACIONAL INVITA A RETIRO PARA MONAGUILLOS

La Pastoral Vocacional de la Arquidiócesis de Durango, hace una invitación a todos los monaguillos para que participen en el retiro mensual, que se llevará a cabo el próximo sábado 10 de febrero, de 10 de la mañana a 2 de la tarde, en el Seminario Menor, ubicado en calle Zarco #307 de la zona centro en la ciudad capital. Las actividades que se realizarán constan de temas de liturgia y convivencia deportiva, esto con el fin de que los monaguillos puedan relacionarse, evangelizarse y conocerse mejor. Se recomienda llevar ropa deportiva y refrigerio.

ARQUIDIÓCESIS INVITA A TALLERES DE ORACIÓN Y VIDA

El movimiento de “Talleres de Oración y Vida” (TOV), de la Iglesia local, invita a todos los fieles católicos de 18 años en adelante a participar en los talleres, que estarán siendo impartidos a partir del 05 de febrero, en las diferentes Parroquias y Templos de la ciudad. Así lo informó María Isabel García, coordinadora de la Sección I “Muéstrame tu Rostro” de TOV, quien explicó: “Estos talleres se realizan con la finalidad de que los participantes puedan aprender a practicar la oración mediante un método estable, además de mejorar la vida cristiana, crecer como persona y tener como ejemplo de vida a Jesús. Esta iniciativa nació en Santiago de Chile, por parte del padre Ignacio Larrañaga. Los talleres tienen una duración de 15 sesiones, impartidas una vez por semana, con duración de aproximadamente 2 horas”. El taller es totalmente gratuito, sólo se pide una cuota de 70 pesos para cubrir el material de apoyo que se utiliza durante las sesiones. Para mayores informes comunicarse al número celular 618 221 13 30.

TALLER MENSUAL DE LITURGIA

La Pastoral de Liturgia de la Arquidiócesis de Durango invita a todos los Agentes de Pastoral y fieles católicos, al Curso-Taller mensual de Pastoral Litúrgica, que se llevará a cabo este martes 06 de febrero en el Centro de Pastoral, ubicado en calle Zarco #209, zona centro, de la ciudad capital, de 6:00 p.m. a 8:00 p.m. Así lo informó el Pbro. Juan José Martínez, asesor de la pastoral, quién explicó: “Este taller es el primero del año cuyo objetivo es, continuar en el enriquecimiento y fortalecimiento de los agentes para que se encuentren mejor preparados tanto espiritual como personalmente, y sobre todo en el trabajo de pastoral que se encomienda a cada uno de ellos”. Los temas son impartidos por mismos integrantes de la comisión y por el Presbítero asesor, totalmente gratuitos.

¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio! (1 Cor 9, 16)

Y esta predicación no la va a hacer por capricho o gusto personal, sino porque me han encargado este oficio. Lo hace sin esperar ningún beneficio personal, ni paga alguna, todo lo hace por el Evangelio (1 Cor 9, 17). Se siente él pagado suficientemente con el hecho de anunciar a todos la Buena Noticia de Jesús. Este Jesús es el que se le apareció en el camino de Damasco y lo llamó a ser su apóstol y al que Pablo respondió con su entrega total.

Jesús, por su parte, nos da el mejor ejemplo de “evangelizador” y de predicador del amor y de la salvación. Así es como nos lo presenta el evangelista Marcos en el principio mismo de su evangelio. En la escena que hemos contemplado en la lectura de hoy aparecía Jesús dirigiendo su palabra a la multitud que se agolpaba en torno a la casa de Pedro, cuya suegra junto con otros enfermos son curados por él. Después el evangelista nos dice que, después de descansar un poco y, mucho antes del amanecer, Jesús se había retirado para orar; al regresar los discípulo le dicen que allí ya hay mucha gente que lo está esperando, pero él les responde: Vamos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí, que para esto he salido (Mc 1, 38).

Las palabras de Pedro y sus compañeros: Todo el mundo te busca (Mc 1, 37) y las de Jesús: Vámonos a otra parte… que para esto he salido (Mc 1, 38) sugieren esta reflexión: hoy también muchos hombres, aunque no lo sepan, buscan a Dios, a Cristo; tenemos que preguntarnos, pues: ¿se lo mostramos los cristianos?, ¿nuestras palabras y, sobre todo, nuestras vidas lo anuncian? Que conste que no se trata de hacer de la calle un púlpito, al estilo de una secta bien conocida, que, además, predica un Jesús que no es tal; pero es posible que dejemos de pronunciar la palabra oportuna en momentos en que es preciso decirla. Mirad que ya vuestra presencia en la celebración dominical es la palabra callada, aunque cordial, que ha podido llegar a quien os ha visto venir y él no ha querido entrar. No dejemos pasar la ocasión de hacerla patente.

Todo cristiano, por bautizado y creyente, cada uno en su ambienten como simple fiel, ministro ordenado o misionero, estamos llamados, no sólo a salvarnos a nosotros mismos, sino a anunciar esa misma salvación a través del anuncio de la Buena Nueva de Jesús. Algunos lo haremos a tiempo completo, con una entrega total, que hemos aceptado por vocación, otros, desde las posibilidades que les ofrece su vida matrimonial o profesional. Sólo así, a través de la Palabra proclamada y del servicio desinteresado de los cristianos, descubrirán los hombres a un Dios que da sentido a sus vidas. Para cobrar ánimo, sería bueno recordar aquella vieja sentencia, que seguramente la habréis oído, más de una vez: “Has salvado un alma, has salvado también la tuya”.

Preguntémonos, por tanto: ¿Cómo es nuestro compromiso “evangelizador”: con los hijos, con los alumnos, con las personas con las que trabajamos o nos relacionamos y, sobre todo, con aquellas y aquellos que se han olvidado de su fe? Ancho campo es el que se nos presenta y se nos llama a aportar de balde nuestro esfuerzo para que no quede baldío. Seguro que en todas nuestras iglesias los fieles escucharán al sacerdote que presida la celebración una recomendación parecida a ésta: ayudadnos a llevar la palabra de Jesús a donde nosotros no podemos llegar. Todos los que creemos en Cristo hemos de distinguirnos por la generosidad en nuestra entrega.

Un detalle ya citado, aunque no suficientemente subrayado: la “oración” de Jesús. A veces ora sólo, como en esta ocasión: Se levantó de madrugada –dice el evangelista–, cuando todavía estaba muy oscuro, y se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar (Mc 1, 35). Otras veces lo hará en compañía de los demás, en la sinagoga o en el templo. La lección es clara: difícilmente podremos vivir cristianamente y menos aún llevar a cabo nuestra misión evangelizadora, si no ponemos en nuestra vida, además de la Eucaristía, otros momentos de oración. Mirad a Pedro le parecía que era urgente que Jesús volviese al ministerio, porque todo el mundo te busca. Pero Jesús ha optado por la soledad para orar y encontrar en el diálogo con el Padre la fuerza para su actividad.

Jesús, Dios y hombre que era, quiso necesitar de la oración para llevar a cabo su misión y además para ofrecernos a nosotros, más necesitados que él, un ejemplo. Es absolutamente necesario unir el trabajo evangelizador con la oración. Ni más ni menos que lo que dice el adagio popular: “a Dios rogando y con el mazo dando”. Nunca debemos caer en la tentación de un activismo excesivo, pero tampoco podemos quedar con los brazos cruzados ante un panorama de indiferencia e incluso de un activismo descristianizador; en la oración recordamos que es Dios quien nos envía y en cuyo nombre hablamos y actuamos. Que Él nos ayude con su gracia.

Héctor González Martínez 

Arzobispo Emérito de Durango

INSCRIPCIONES ABIERTAS PARA NUEVO SEMESTRE EN SEMINARIO LAICAL

El Seminario Laical de la Arquidiócesis de Durango, invita a religiosas, religiosos, sacerdotes, laicos, público en general y a todos aquellos interesados en realizar el estudio de alguna especialidad de las diferentes materias que ofrece esta opción educativa, a que se integren al próximo semestre escolar que dará inicio el próximo martes 06 de febrero. Este instituto ofrece gran variedad de cursos y estudios certificados, como: Licenciatura y Maestría en Filosofía y Licenciatura en Ciencias Religiosas; además de los cursos, “Temas selectos de Biblia”, “Cristología”, Italiano, Francés, Hebreo y Griego. Los cursos y materias tienen duración de 6 meses y los precios son variables de cada una. Esta institución esta ubicada en calle Zarco #311 en la Zona Centro de la ciudad capital. Para mayores informes comunicarse al teléfono 8 27 31 33.

CONSAGRACIÓN DE LA CAPILLA DE LA CASA HOGAR SACERDOTAL

El Sr. Arzobispo, Mons. José Antonio Fernández Hurtado, acompañado de todo el presbiterio de la Arquidiócesis de Durango, presidió la consagración de la nueva Capilla de la Casa Hogar Sacerdotal, dedicada a San Luis Batis. Junto al encargado de la Casa Hogar Sacerdotal, el Presbítero Manuel Bernardo Aguirre, el equipo colaborador de esta casa y los sacerdotes ancianos y enfermos que habitan en ella, se dio por inaugurada la nueva Capilla, ubicada en la entrada de la misma casa, a un lado del Seminario Mayor de la ciudad capital. La consagración se realizó por medio de una celebración Eucarística, presidida por el mismo Arzobispo, colocando una reliquia de San Luis en el altar, además de bendecir el sagrario y el Cristo. Aprovechando la reunión del Presbiterio, se pudieron congregar todos los sacerdotes de la Arquidiócesis para la celebración eucarística, además de visitar las villas y ver los avances de la construcción. Esta capilla representa una etapa más que se concluye dentro de las obras que están establecidas en el proyecto de la casa sacerdotal. «Es un honor y una alegría inmensa el poder contar con esta nueva capilla, pues en ella los sacerdotes enfermos y ancianos de ahora en adelante podrán utilizarla como un lugar para continuar con su servicio presbiteral, realizando algunas confesiones y celebraciones eucarísticas para la comunidad cercana al Seminario y/o para todos aquellos que se acerquen a pedir algún servicio sacramental”, comentó el Sr. Arzobispo.

SALESIANOS FESTEJAN A SU FUNDADOR SAN JUAN BOSCO

El Movimiento de Salesianos Cooperadores de la Iglesia Local, invita a los fieles católicos a ser partícipes de la Misa y Bendición de Niños, este miércoles 31 de enero, a las 7:00 p.m., en la Catedral Basílica Menor de Durango. Así lo comunicó Ana Díaz asesora del movimiento, quién explicó: “Este 31 de enero la Iglesia católica celebra a San Juan Bosco, quien siendo sacerdote acogió a centenares de niños y jóvenes a quienes les ofreció espacios de formación para que llegaran a ser buenos cristianos y honrados ciudadanos. En diciembre de 1874, Don Bosco junto con  22 compañeros funda la congregación de Salesianos. Actualmente las instituciones salesianas comprenden escuelas, seminarios, talleres de imprenta, librerías, hospitales, etc., además de continuar con las misiones y el trabajo de pastoral. Es por esto que se realiza un festejo especial en su honor. La bendición es para todos los que asistan, pero se realizará de manera especial a los niños, por el gran amor que este santo tenía hacía ellos”. La celebración eucarística será presidida por el Presbítero Francisco del Campo y se tendrá expuesta la medalla de este santo.