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Cómo pensar la violencia y la inseguridad

En nuestro Estado ya nos hemos acostumbrado a las noticias diarias sobre la inseguridad y violencia. Pero también ya nos hemos acostumbrado a las balaceras constantes en nuestra ciudad y nuestros pueblos. Nos hemos acostumbrado a refugiarnos en nuestras casas temprano, no por buena costumbre para descansar o para convivir, sino por temor. Los hechos los comenta la gente, no porque lo hayan escuchado en los medios (radio, televisión), sino porque lo ha visto, y quizá le haya tocado estar en medio de un operativo, o una balacera, o sea vecino del lugar donde en 7 narcofosas se han encontrado 223 muertos aquí en Durango, o porque haya desaparecido o secuestrado un familiar, o porque tiene familiares en el CERESO, o porque lo han asaltado, o porque le han robado su auto o su casa, o porque le han llamado para extorsionarlo, etc.
Un hecho que se vive prácticamente en todo el país. La seguridad es la preocupación más importante de los ciudadanos, según nos lo revela el INEGI en sus continuos informes sobre las Encuestas del Índice de percepción sobre la Seguridad Pública. Existe un mayor temor y disminuye la confianza sobre si la situación va a mejorar. A nosotros como pastores, que vivimos cerca de nuestro pueblo, nos consta este temor y desconfianza. Lo escuchamos constantemente. El Estado de Durango está clasificado como uno en los que se registran mas hechos de violencia, asesinatos, desaparecidos, balaceras, secuestros, narcofosas.
En lo personal me preocupa la visión que se tiene sobre lo que estamos viviendo y sobre como enfrentar este hecho. He escuchado decir que la violencia y la inseguridad se solucionarán creando puestos de trabajo, trayendo empresas para que generen más riqueza y trabajo. Buscando mayores inversiones económicas. Que con trabajo y educación viviremos más en paz. Se afirma que una mayor presencia de las fuerzas armadas del Ejército mexicano será la solución, pero la realidad es que ya no infunde seguridad y confianza en el pueblo. Y la organización de una policía capacitada, bien pagada, y sin conexiones con el crimen organizado, todavía no la tenemos. Pienso que estas afirmaciones, en ves de animarnos, crean una mayor frustración, desesperanza, indiferencia, y resignación. Y si estas afirmaciones vienen de parte de los gobernantes, pues qué espera nuestro pueblo?
La inseguridad y la violencia no son hechos aislados, es “…una situación que se ha vuelto habitual, estructural, que tiene distintas mani¬festaciones y en la que participan diversos agentes; se ha convertido en un signo de nuestro tiempo que debemos discernir…”, dicen los obispos mexicanos, en la Exhortación Pastoral, “Que en Cristo nuestra paz México tenga vida digna”. La violencia cau¬sada por organizaciones criminales tiene sus propias características, sus causas y sus circunstancias.
La violencia, que tiene su origen en las actividades de la delincuencia or¬ganizada, es una realidad comple¬ja, difícil de explicar en una sencilla relación de causalidad; es una realidad multidimensional, que toca distintos ámbitos de la vida, en los que debemos descubrir los factores que contribuyen a su existencia y sobre los que se debe intervenir, para prevenirla, atenuar sus efectos y atender a las personas más vulnerables.
La inseguridad y la violencia la han generado diversos factores: la cuestión económica, sin duda, la desigualdad, la pobreza, el desempleo, los bajos salarios, la discriminación, los niveles inhumanos de vida, el abandono del campo en nuestra entidad, generan violencia. En el mundo de la política: la corrupción y la impunidad, que no han desaparecido; la procuración de justicia; el sistema penitenciario; la presencia de las fuerzas armadas para combatir al crimen organizado que ha sido cuestionada fuertemente. En la vida social: la violencia intrafamiliar; violencia contra las mujeres; la violencia infantil, los adolescentes y jóvenes, un sector al que más ha afectado; la vida comunitaria, la convivencia, ha sido afectada, las personas y las familias, para protegerse, se refugian, se encierran, se aíslan, encerrándose en el individualismo y la desconfianza, en el enojo, en el resentimiento y en el deseo de venganza. Las familias han emigrado de sus comunidades para buscar lugares más seguros. También en el ámbito de la cultura: “Ambiente vital que permite a la persona humana crecer en su ser, crecer en humanidad”; en el “modo de ser” de los mexicanos existen antivalores y actitudes negativas que generan violencia. La crisis de valores éticos, el predominio del hedonismo, del indivi¬dualismo y competencia, la pérdida de respeto de los símbolos de autoridad, la desvalorarización de las instituciones (educativas, religiosas, políticas, judi¬ciales y policiales) los fanatismos, las actitudes discriminatorias y machistas, son factores que contribuyen a la adquisición de actitudes y comportamientos violentos. La emergencia educativa que se vive en México, la influencia de los Medios de comunicación social, la pérdida de los valores religiosos.
Es un fenómeno complejo y multidimensional. No se puede atribuirla a una sola causa, hacerlo sería inge¬nuo y nos llevaría a pretender, también con ingenuidad, tener una única solución a una problemática tan vasta y complicada. Es un problema de salud pública. Esto implica reconocer que el esfuerzo por erradicarla debe ser multidimensional; que se requiere un diagnóstico interdisciplinar que identifique los principales factores de ries¬go sobre los que hay que intervenir y que es necesaria la cooperación de todos los sectores públicos y sociales para abordar el problema de la vio¬lencia mediante la acción colectiva, con estrategias diversas adoptadas por todos, cada quien, según el ámbito de la propia competencia.
Son tres los aspectos que se deben atacar para erradicar la violencia e inseguridad: primero, la crisis de legalidad que vivimos: La impunidad que existe en todos los ámbitos de gobierno. Debemos respetar las leyes para una mejor convivencia social. Existe una corrupción generalizada. La pregunta es ¿existe un proyecto para erradicar la corrupción y la impunidad? Segundo, El debilitamiento del tejido social: La fragmentación social, la frágil cohe¬sión social, el individualismo y la apatía han introducido en distintos ambien¬tes de la convivencia social la ausencia de normas, que tolera que cualquier persona haga lo que le venga en gana, con la certeza de que nadie dirá nada. Cual es la estrategia que se está siguiendo para lograr una mejor cohesión social, iniciando desde la familia? Tercero, La crisis de moralidad: Cuando se debilita o relativiza la experiencia religiosa de un pueblo, se debilita su cultura y entran en crisis las instituciones de la sociedad con sus consecuencias en la fundamentación, vivencia y educación en los valores morales.
El próximo viernes 4 de junio iniciamos en esta ciudad de Durango, Sede de la Arquidiócesis de Durango, un NOVENARIO DE EXPIACIÓN, para pedir perdón y hacer penitencia por nuestros pecados, ya que hemos alejado a Dios de nuestras vidas, de nuestras familias, del mundo económico, del mundo político, de la educación…

Durango, Dgo., 29 de Mayo del 2011.

+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

50º Aniversario de la Encíclica Mater et Magistra del Papa Juan XXIII

El beato Juan XXIII regala al mundo el 15 de mayo de 1961 la Encíclica Mater et Magistra (Iglesia Madre y Maestra). Un Papa que era hijo de campesinos, humilde y alegre, convocó el Concilio Ecuménico Vaticano II y con dos extraordinarias Encíclicas Sociales (son pronunciamientos oficiales del Papa sobre temas sociales dirigidos a los obispos, creyentes y a toda la humanidad): Pacem in Terris y Mater et magistra, le da un giro a la historia de la Iglesia. Un papa reconciliador, optimista, profético.
El contexto histórico: la humanidad vivía tensiones y temores de la guerra fría, la mejor expresión de ésta, fue la construcción del muro de Berlín en 1961, por orden de Nikita Kruscev. Emerge el Tercer Mundo o países subdesarrollados, después del proceso de descolonización iniciado a partir del fin de la II guerra mundial. Los pueblos de África y Asia van naciendo con alegría y sangre. La ONU (Organización de las Naciones Unidas) se fortalece. Surge la tensión entre pueblos del norte desarrollado y el sur subdesarrollado, entre el bloque capitalista occidental y el bloque comunista del este de Europa (junto con China); los signos de la crisis es la división entre ricos y pobres, el hambre de los pueblos pobres agravada por el crecimiento demográfico, el analfabetismo, las enfermedades, el empobrecimiento, el trabajo mal pagado y la explotación de la mujer y los niños, la desesperanza, la miseria… Contrastando con la gran prosperidad económica de los países capitalistas y la creación del Mercado Común Europeo.
En América Latina Fidel Castro entraba a la Habana en 1959, en 1961 se declaró marxista-leninista. La crisis de los misiles instalados en Cuba en 1962, hacía inminente una nueva conflagración mundial. Kennedy (Presidente de USA), logra superar el conflicto con Rusia. En México el crecimiento económico se mantenía estable, pero las reformas sociales y políticas se iban retrasando, iniciaba el descontento en el pueblo.
Aporte doctrinal: El Papa Juan XXIII enriquece la forma de entender la Doctrina Social de la Iglesia, tenía una “visión de Iglesia puesta al servicio de la familia humana sobre todo mediante su específica misión evangelizadora, pensó en la doctrina social como en un elemento esencial de esta misión, por ser parte integrante de la concepción cristiana de la vida”, afirma el Papa Benedicto XVI (Mensaje para el Congreso Internacional para celebrar el 50º de la Encíclica Mater et magistra). Un elemento importante es el sujeto comunitario y plural de la Doctrina social. Los fieles laicos,”..no pueden ser sólo usufructuarios y ejecutores pasivos sino que son protagonistas del mismo en el momento vital de su actuación, como también colaboradores preciosos de los Pastores en su formulación, gracias a la experiencia adquirida sobre el terreno y a sus propias competencias específicas”.
Para el beato Juan XXIII, la Doctrina social de la Iglesia “tiene como luz la Verdad, como fuerza propulsora el Amor, como objetivo la Justicia… La verdad, el amor, la justicia, señalados por la Mater et magistra, junto al principio del destino universal de los bienes, como criterios fundamentales para superar los desequilibrios sociales y culturales, siguen siendo los pilares para interpretar y poner en vías de solución también los desequilibrios internos a la globalización actual. Frente a estos desequilibrios es necesario restablecer una razón integral que haga renacer el pensamiento y la ética”.
Otras aportaciones de la Encíclica: La empresa. Es concebida como una comunidad de personas en la cual deben abrirse espacios cada vez más amplios a la participación de los trabajadores, para que estos se sientan verdaderamente personas, salvaguardando la necesaria unidad de una dirección eficiente. La iniciativa privada: la gran palanca del sistema económico es la iniciativa privada, pero al Estado le corresponde animar, estimular, coordinar e integrar, actuando siempre dentro del espíritu del principio de subsidiariedad y considerando todas las exigencias del bien común. El Bien común: es la meta de todo el esfuerzo societal mancomunado. Propone una definición “El conjunto de condiciones que permiten a la persona alcanzar mejor y más fácilmente su propio desarrollo”. La propiedad privada: el ser humano actual pone más confianza en el trabajo, la especulación o la profesión, que en la propiedad privada. Ésta sigue siendo un derecho natural que todo ordenamiento jurídico-político debe respetar. La remuneración debida al trabajo humano: como principio importante, el salario no puede entregarse al libre juego de la oferta y la demanda en el mercado laboral. Lo primordial es que el trabajo permita al trabajador, mantener un nivel de vida verdaderamente humano y hacer frente a sus obligaciones familiares. El Proceso de socialización: es un “signo de los tiempos” que viven los pueblos y se aprecia en la múltiple red de asociaciones a las cuales pertenecen los seres humanos. Esto es algo positivo si contribuye al desarrollo integral y negativo cuando acarrea la despersonalización.
La cuestión social: “actualmente es sin duda una cuestión de justicia social mundial. Es una cuestión de distribución equitativa de los recursos materiales e inmateriales, de globalización de la democracia sustancial, social y participativa. Por esto, en un contexto en el que se vive una progresiva unificación de la humanidad, es indispensable que la nueva evangelización de lo social ponga en evidencia las implicaciones de una justicia que debe realizarse a nivel universal. Pero ésta no podrá fundarse en el mundo solo con un consenso social, éste, para ser duradero, debe estar arraigado en el bien humano universal. En cuanto concierne al plano de la realización, la justicia social debe llevarse a cabo en la sociedad civil, en la economía de mercado, pero también por parte de una autoridad política honrada y transparente proporcionada a ella”.
Uno de los grandes desafíos actuales, además de que la Iglesia confía en primer lugar en el Señor Jesús y en su Espíritu, que la conducen a través de las vicisitudes del mundo, es la difusión de la Doctrina social, “a través de sus instituciones culturales, con los programas de instrucción religiosa y de catequesis social de las parroquias, con los mass media y con la obra de anuncio y de testimonio de los christifideles laici (fieles lacios). Estos deben estar preparados espiritual, profesional y éticamente. La Mater et magistra insistía no sólo en la formación, sino sobre todo en la educación que forma cristianamente la conciencia y lleva a una acción concreta, según un discernimiento sabiamente guiado. La educación a actuar cristianamente también en el campo económico y social difícilmente será eficaz si los propios sujetos no toman parte activa en educarse a sí mismo, y si la educación no se lleva a cabo también mediante la acción”.

Durango, Dgo., 22 de Mayo del 2011.

+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

Internet: área de oportunidad para la Iglesia Católica

El Internet plantea algunos problemas a los cristianos y en general a la Iglesia. A veces el mundo de los medios de comunicación puede parecer indiferente e incluso hostil a la fe y a la moral cristiana. Esto se debe a la mentalidad postmoderna que ha impregnado a los medios y según la cual la única verdad absoluta es que no existen verdades absolutas o, en caso de que existieran, serían inaccesibles a la razón humana y, por tanto, irrelevantes.
En el Internet existen sitios llenos de odio dedicados a difamar y atacar a los grupos religiosos y étnicos. Algunos de ellos toman como blanco a la Iglesia católica. Sitios llenos de pornografía y violencia, que evidencian la componente más turbia de la naturaleza humana, dañada por el pecado. Y aunque el respeto a la libertad de expresión exige a veces tolerar hasta cierto punto incluso las voces de lo negativo, la aplicación de la autorregulación y, cuando sea necesario, la intervención de la autoridad pública, deberían establecer y hacer respetar algunos límites razonables acerca de lo que se puede decir.
La proliferación de sitios web que se autodefinen católicos plantea un serio problema. Se publican interpretaciones doctrinales desviadas, prácticas arbitrarias de devociones y posturas ideológicas que se autocalifican “católicas”, de las posiciones auténticas de la Iglesia. Esto origina confusión. Con respecto al material de índole catequética o específicamente doctrinal, podría ser útil un sistema de certificación voluntaria a nivel local y nacional bajo la supervisión de representantes del Magisterio. No se trata de censura, sino de ofrecer a los usuarios de Internet una guía segura sobre lo que expresa la posición auténtica de la Iglesia.
La realidad virtual del ciberespacio tiene algunas implicaciones preocupantes tanto para la religión como para otras áreas de la vida. Ésta, no sustituye la presencia real de Cristo en la Eucaristía, ni la realidad sacramental de los otros sacramentos, ni tampoco el culto compartido en una comunidad humana de carne y hueso. No existen los sacramentos en Internet; e incluso las experiencias religiosas posibles ahí por la gracia de Dios son insuficientes si están separadas de la interacción del mundo real con otras personas de fe. La programación pastoral debería considerar cómo llevar a las personas desde el ciberespacio hasta una auténtica comunidad y cómo podría luego usarse Internet, mediante la enseñanza y la catequesis, para apoyarlos y enriquecerlos en su compromiso cristiano.
Es importante que en todos los sectores de la Iglesia se use Internet de modo creativo para asumir sus responsabilidades y realizar la obra de la Iglesia. No podemos quedarnos atrás tímidamente por miedo a la tecnología, considerando las numerosas posibilidades positivas que ofrece Internet. El acceso inmediato a la información le da a la Iglesia la posibilidad de ahondar en su diálogo con el mundo contemporáneo. La Iglesia tiene más facilidades para informar al mundo acerca de sus creencias y explicar los motivos de su actitud sobre cualquier problema o acontecimiento concretos. También puede escuchar con más claridad la voz de la opinión pública y estar en el centro de un debate continuo con el mundo, comprometiéndose así más a fondo en la búsqueda común por resolver los problemas más urgentes de la humanidad.
Cuales son los retos de Internet para la Iglesia Católica? Los responsables de los diversos ámbitos de la Iglesia necesitan conocer las características de los medios de comunicación social y del internet, para hacer un uso adecuado de los mismos y orientados a los planes pastorales. Es necesaria una formación específica. Es indispensable que las personas que tienen cargos y cumplen funciones en nombre de la Iglesia se formen en el uso de los medios y del internet.
Todos los agentes de pastoral de la Iglesia: Sacerdotes, diáconos, religiosos y agentes pastorales laicos, deben formarse en los medios de comunicación y del Internet, para saber hacer buen uso de las posibilidades de las comunicaciones sociales sobre las personas y la sociedad. Los padres de familia por el bien de sus hijos, así como por el suyo propio, deben aprender y poner en práctica su capacidad de discernimiento como telespectadores, oyentes y lectores, dando ejemplo en sus hogares de un uso prudente de los medios de comunicación social. Aunque los niños y los jóvenes están más familiarizados con el internet que sus padres, éstos tienen la grave obligación de guiar y supervisar a sus hijos en su uso. No debería permitírseles el uso de internet sin supervisión. Los padres y los hijos deberían discutir juntos lo que se ve y experimenta en el ciberespacio. También es útil compartir con otras familias que tienen los mismos valores y preocupaciones. Aquí, el deber fundamental de los padres consiste en ayudar a sus hijos a llegar a ser usuarios juiciosos y responsables de Internet, y no adictos a ella.
Para los niños y a los jóvenes, Internet es una puerta abierta a un mundo atractivo y fascinante, con una fuerte influencia formativa; pero no todo lo que está al otro lado de la puerta es saludable, sano y verdadero. Internet pone al alcance de los jóvenes en una edad inusualmente temprana una inmensa capacidad de hacer el bien o el mal, a sí mismos y a los demás. Puede enriquecer su vida y capacitarlos para que, a su vez, enriquezcan la vida de los demás. También puede arrastrarlos al consumismo, a la pornografía, a fantasías violentas y a un aislamiento patológico.
Para un adecuado uso del internet es necesario practicar algunas virtudes: La Prudencia para ver claramente las implicaciones (el potencial para el bien y para el mal) y responder creativamente a sus desafíos y oportunidades. La Justicia en el trabajo de cerrar la brecha digital, la separación entre ricos y pobres en información en el mundo actual. Se necesita Fortaleza y Valentía para defender la verdad frente al relativismo religioso y moral, el Altruismo y la Generosidad frente al consumismo individualista, y la Decencia frente a la sensualidad y el pecado. Se necesita Templanza y Autodisciplina ante este formidable instrumento tecnológico que es Internet, para usarlo con sabiduría y exclusivamente para el bien.

Durango, Dgo., 15 de Mayo del 2011.

+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

Qué dice la Iglesia acerca del Internet?: aspectos positivos

La Iglesia ha tenido siempre un interés muy especial por los medios de comunicación social, y ahora hacia el internet. Tiene la convicción de que los medios de comunicación son “maravillosos inventos de la técnica”; son “dones de Dios”, ya que, según designio de la divina Providencia, unen fraternalmente a los hombres para que colaboren así con su voluntad salvífica.
La Iglesia busca un doble objetivo con respecto a los medios de comunicación. Uno de ellos consiste en fomentar su correcto desarrollo y uso con vistas al progreso humano, la justicia y la paz, para la construcción de la sociedad y de la comunidad, a la luz del bien común y con espíritu de solidaridad. El otro se refiere a la comunicación en y por la Iglesia misma. Para la Iglesia la comunicación es más que un ejercicio de técnica, pues se basa en la comunicación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y en su comunicación con nosotros; y la realización de esta comunicación trinitaria llega hasta la humanidad: el Hijo es la Palabra, pronunciada eternamente por el Padre; y en Jesucristo y por Jesucristo, Hijo y Palabra hecha carne, Dios se comunica a sí mismo y comunica su salvación a los hombres y mujeres.
Dios sigue comunicándose con la humanidad a través de la Iglesia, portadora y depositaria de su revelación, a cuyo ministerio de enseñanza viva ha confiado la tarea de interpretar de modo auténtico su palabra. Además, la Iglesia misma es una comunión de personas y comunidades eucarísticas que nacen de la comunión de la Trinidad y se reflejan en ella; por tanto, la comunicación es la esencia de la Iglesia.
El Papa Pablo VI afirmó que la Iglesia “se sentiría culpable ante Dios”, si dejara de usar los medios de comunicación para la evangelización. El beato Papa Juan Pablo II los definió como “el primer areópago de la edad moderna”, y declaró que “no basta usarlos para difundir el mensaje cristiano y el Magisterio auténtico de la Iglesia, sino que conviene integrar el mensaje mismo en esta nueva cultura creada por la comunicación moderna”.
Todo esto se aplica a Internet. Parece que internet da la impresión de oponerse al mensaje cristiano, pero nos es así. Ofrece oportunidades únicas para proclamar la verdad salvífica de Cristo a la entera familia humana. Ofrece grandes posibilidades para difundir información y enseñanza de carácter religioso, superando obstáculos y fronteras. Hoy la Iglesia necesita comprender Internet. Esto es necesario para una comunicación eficaz con la gente, de manera especial con los jóvenes, que están sumergidos en la experiencia de esta nueva tecnología, y también para usarla bien.
Internet ofrece importantes beneficios y ventajas desde una perspectiva religiosa y eclesial: Transmite noticias e información de acontecimientos, ideas y personalidades del ámbito religioso, y es un vehículo para la nueva evangelización y la catequesis. “Para la Iglesia, el nuevo mundo del espacio cibernético es una exhortación a la gran aventura de la utilización de su potencial para proclamar el mensaje evangélico. Este desafío está en el centro de lo que significa, al inicio del milenio, seguir el mandato del Señor, de “avanzar”: ¡Duc in altum! (Lc. 5,4)” (Juan Pablo II, 36º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales). Proporciona inspiración, aliento y oportunidades de participar en funciones litúrgicas a personas obligadas a permanecer en sus hogares o en instituciones. Ofrece un acceso directo e inmediato a importantes recursos religiosos y espirituales: grandes bibliotecas, museos y lugares de culto, documentos del Magisterio, y escritos de los Padres y Doctores de la Iglesia, y la sabiduría religiosa de todos los tiempos. Se tiene acceso a las noticias y la información; la apologética, el gobierno y la administración; y algunas formas de asesoría pastoral y dirección espiritual.
Un número creciente de parroquias, diócesis, congregaciones religiosas, instituciones relacionadas con la Iglesia, programas y todo tipo de organizaciones hacen ahora uso efectivo de Internet con estas y otras finalidades. La Santa Sede ha estado activa en esta área durante muchos años, y sigue difundiendo y desarrollado su presencia en Internet. El beato Juan Pablo II, fue y lo es aún, un gran evangelizador a través los medios y del internet.
La educación y la formación son áreas de oportunidad. La educación para el uso de los medios de comunicación social, debe ayudar a la gente a formarse criterios de buen gusto y juicios morales verdaderos; se trata de un aspecto de la formación de la conciencia. Esto se podría implementar a través de sus escuelas y de sus programas de formación. La planificación pastoral de los medios de comunicación debería prever esta formación para los seminaristas, los sacerdotes, los religiosos y el personal pastoral laico como maestros, padres y estudiantes.
Los jóvenes necesitan que se les enseñe al usar todas las ayudas para la comunicación que ofrece internet. Pero tal enseñanza implica mucho más que meras enseñanzas técnicas; los jóvenes necesitan aprender cómo funcionar bien en el mundo del ciberespacio, cómo hacer juicios maduros, según sólidos criterios morales, sobre lo que encuentran en él, y cómo usar la nueva tecnología para su desarrollo integral y en beneficio de los demás.
Cristo es el perfecto comunicador, es la norma y el modelo de la Iglesia del enfoque sobre la comunicación, así como del contenido que debe comunicar. Que los católicos comprometidos en el mundo de las comunicaciones sociales prediquen desde las azoteas la verdad de Jesús con mucho más valor y alegría, de forma que todos los hombres y mujeres puedan oír hablar del amor que es el centro de la autocomunicación de Dios en Jesucristo, el mismo ayer, hoy y siempre.

Durango, Dgo., 8 de Mayo del 2011.

+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

La situación de los niños es un desafío para toda la sociedad: Juan Pablo II

Ante la celebración del día del niño y de la niña, y al festejarlos, porque son el presente y el futuro de nuestra sociedad, también debemos hacer conciencia de lo que está afectando su cuidado y desarrollo.
En esta violencia que se ha desencadenado por el crimen organizado, que no cesa y que, al contrario aumenta, quienes son los mas afectados son los niños y adolescentes, según el análisis de diferentes Organizaciones no Gubernamentales (ONGs), que se han ocupado de este tema. Lo que le interesa al crimen organizado es fragmentar las instituciones públicas, especialmente el gobierno y la familia. Y esto en gran medida lo ha logrado, ya que observamos como se ha debilitado el tejido social. Así ellos tienen el poder y el control. La presencia y el crecimiento del crimen organizado están influyendo de manera notable en la vida de niños y niñas. Qué es lo que ha influido en ellos? Cómo les afecta?
Los homicidios en personas inocentes son uno de los mayores impactos entre la población. Se ha incrementado la tasa de homicidios dolosos contra adolescentes de 15 a 17 años, el aumento fue del 30% en el número de decesos, que pasó de 60 muertes, de enero-abril del 2010, a 84 de enero-abril del 2011 (REDIM, Red por los derechos de la infancia en México)
Existe una gran preocupación por la “narco explotación de que son víctimas niñas, niños y adolescentes socialmente excluidos, son reclutados de manera forzada por la delincuencia organizada. Las bandas de delincuentes han integrado a muchos infantes a sus filas para utilizarlos en sus estructuras como soldados, halcones y vendedores de droga. “La fallida estrategia en contra del crimen organizado y la falta de políticas públicas de cuidado y apoyo a la niñez, han permitido que los cárteles de la droga actúen impunemente como reclutadores de miles de niños víctimas de la pobreza y la desintegración familiar, y dispuestos a todo con tal de ganar dinero u obtener la sensación de pertenencia o identidad que brindan las mafias criminales”.
La participación de infantes en toda la línea de producción y distribución de droga ha dejado en los últimos cuatro años un terrible saldo de más de mil 200 niños asesinados en enfrentamientos entre las bandas rivales que luchan por ganar o mantener sus espacios territoriales. Los menores, cuya vida útil dentro del crimen organizado no sobrepasa los tres años, son previamente adiestrados en el manejo de armas y explosivos en campamentos o ranchos
Estudios de la organización Infancia en Movimiento revelan que tan sólo en 2010 fueron detenidos cinco mil 602 menores de edad por delitos federales. Un 70 por ciento de los casos correspondió a homicidio, secuestro, tortura, tráfico de drogas, robo y lesiones dolosas relacionadas con actividades del crimen organizado.
A la par con el incremento de delitos, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), con datos del Reporte Mundial de Drogas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), informa de un crecimiento exponencial en el consumo de drogas, cuyo valor actual en el mercado nacional supera los ocho mil 780 millones de dólares. El mayor consumo se registra entre jóvenes. Según el reporte, tres millones de mexicanos consumen marihuana, 1.7 millones cocaína y 367 mil son adictos a las anfetaminas. El consumo entre jóvenes alumnos de secundaria y bachillerato aumentó de 14% a 18.3%, alentado por la fácil adquisición que hacen frente a los propios centros escolares, y a la escasa atención de los padres de familia con respecto al comportamiento de sus hijos.
Para algunos especialistas, el narcotráfico es un camino corto para los menores porque son adiestrados para enfrentarse con bandas rivales, y “ellos siempre van por delante”. Muchos de ellos son asesinados por sus propios reclutadores cuando intentan desertar o muestran temor en el cumplimiento de las encomiendas que se les asignan. En Tijuana, se ha hecho un monitoreo entre familias cuyos hijos ingresaron al crimen organizado, y el resultado fue que 90 por ciento murió a manos de rivales o de sus jefes en un periodo no mayor a los tres años. México ocupa el primer lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en violencia y abandono infantil. La desintegración familiar y la pobreza extrema que afecta a 55% de los niños menores de 14 años, es caldo de cultivo para que las mafias delincuenciales continúen el reclutamiento a razón de ocho mil menores al año.
Al contexto de violencia que vive la infancia en nuestro país, se suman otras problemáticas como la normalización y justificación social del castigo corporal (maltrato infantil) el cual, es la expresión más común de violencia contra niñas y niños. Cada año, más de 20 mil denuncias de maltrato infantil son comprobadas por el DIF, de los cuales solamente una cuarta parte son presentadas ante el Ministerio público. En 2009, esto representó más de 17,000 casos que quedaron impunes.
El Episcopado Mexicano, en la Exhortación Pastoral “Que en Cristo nuestra paz México tenga vida digna”, al analizar los diferentes “factores que contribuyen a la inseguridad y violencia”, señala: la violencia intrafamiliar, violencia contra las mujeres, violencia infantil, contra los adolescentes y jóvenes, la violencia en las escuelas. Es una realidad en nuestro pueblo.
Hace unos días, las autoridades estatales, al presentar a la sociedad una banda de secuestradores que operaban en la ciudad de Durango, señalaron a uno de ellos como menor de edad. Las autoridades Supremo Tribunal de Justicia del Estado, aceptan como una realidad el reclutamiento de menores en el crimen organizado: “esto es una realidad en algunas partes del estado, ya que los menores son fáciles de convencer para que realicen acciones delictivas. Jóvenes y adolecentes menores de 18 años, son contratados por la delincuencia organizada para realizar secuestros extorciones y tráfico de drogas. En Durango así como en el resto del país, existen casos de menores que han participado en delitos del fuero federal, tal es el caso del “ponchis”, un menor que pertenecía al cartel del pacífico sur, al que se le vinculan varios asesinatos…el robo es el delito que más cometen los menores de edad. En lo que va del 2011, han sido detenidos 200 adolecentes, la mayoría por el delito de robo. La pobreza y la drogadicción, son las principales causas de estos actos.
¿Existe una estrategia gubernamental eficaz para defender a nuestros niños y adolescentes de este ambiente de inseguridad y violencia que ha generado el crimen organizado? Se debe avanzar para adoptar medidas suficientes para combatir la impunidad y frenar la violencia de la que son víctimas niños, niñas y adolescentes, en la familia, la comunidad, o las instituciones que tienen la responsabilidad de cuidarlos. Este es el camino por el que se debe iniciar.

Durango, Dgo., 1 de Mayo del 2011.

+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

Santiago Papasquiaro: ante la violencia e inseguridad, solo la fe y esperanza en Jesús

Celebré la Semana Santa en esta región pastoral de nuestra Arquidiócesis de Durango, concretamente en la parroquia de Santiago Apóstol de Santiago Papasquiaro (que significa Sacerdote del Templo o Casa de las Águilas). La forman dos Decanatos (Mártires Jesuitas y San Miguel). Algunas parroquias de esta región se ubican en las laderas de la Sierra, pero otras se encuentran enclavadas en la Sierra Madre Occidental, como la parroquia de Ntra. Sra. de Guadalupe de Lajas (ahí se ubica Rosilla), y la parroquia de la Inmaculada Concepción de Guanaceví. Colinda al norte con la Diócesis de Parral, Chihuahua, al sur con la Prelatura de el Salto, Dgo., y más al occidente con la Diócesis de Culiacán, Sinaloa. Permanecí en la parroquia de Santiago, también celebré el domingo de Ramos y el jueves Santo en la parroquia de Tepehuanes.
Los signos que identifican a la ciudad son: el cerro del Papantón, es el más representativo; el río Santiago, que corre de Sur a Norte desde su nacimiento en la cumbre de la sierra y se une en Atotonilco con el río de Tepehuanes; el libro representa la cultura de los habitantes de esta ciudad; el violín símbolo de los hombres ilustres, como lo fue don Silvestre Revueltas Sánchez; los arcos dan la bienvenida a la ciudad y al complejo industrial forestal. Sin duda el signo religioso más importante es la imagen del Señor del Santo Entierro, que se venera en esta parroquia y que convoca miles de fieles. Ha sido siempre una ciudad de comercio, próspera y de gente trabajadora.
Santiago Papasquiaro ha sido siempre la puerta de entrada hacia la región tepehuana y de ahí al corazón de la Sierra Madre Occidental. Desde aquí fue el lugar adecuado para las conquistas de los españoles, pero además para la defensa ante las incursiones de tarahumaras y chichimecas. Al decir del padre Jerónimo Ramírez, de la Compañía de Jesús, “los nativos de la región vivían con mayor organización que los zacatecos, de ahí que prefiriera trabajar en esta zona, dejando a otros misioneros el cuidado de Cuencamé, por él fundado. Desde la conquista de Topia se recorrieron sus tierras, pero no se estableció antes misión alguna, de donde se infiere que sólo algunos españoles se organizaron en este sitio para obtener algunos beneficios de las minas aledañas”. La misión se fundó en 1597, creando en Santiago Papasquiaro el centro de sus actividades en todo el territorio de influencia de los tepehuanos.
La misión fue atacada en 1616. Los religiosos jesuitas de la región fueron asesinados por los naturales, encabezados por diversos caciques, entre los que debe mencionarse a Quatlatas. La muerte de los padres Bernardo Cisneros y Diego de Orozco, causó gran conmoción en la provincia de la Nueva Vizcaya. En 1620 se estableció la misión, pero se consolidó solo hasta 1690. El siglo XVIII trajo cierta fortuna a la población, aunque se resintió Santiago Papasquiaro por el hambre que provocaron tres intensas sequías a mediados del siglo. En 1787 se elevó a la categoría de Villa. Fue capital del partido después de la lucha de Independencia.
Hoy es un municipio de 44 966 (INEGI Censo del 2010) habitantes, la mayoría son católicos; en el censo del INEGI de 1990 resultó 92.1 % de católicos, del total de la población del municipio; de acuerdo a las cifras del censo de 2010, es de 89 % aproximadamente. Situada en un valle en el centro oeste del estado de Durango. La agricultura, el comercio y sobre todo la actividad forestal son fundamentales en la economía local. Últimamente se han anunciado inversiones importantes en la minería. Cuenta con dos instituciones de nivel superior que son el Instituto Tecnológico Superior y la Universidad Autónoma de Durango. Muchas personas de este municipio, emigran o han emigrado a los Estados Unidos, muchas de ellas viven en el área metropolitana de Chicago (Illinois).
Se sienten orgullosos por los hombres y mujeres ilustres que han tenido: Silvestre Revueltas Sánchez, compositor de música clásica, violinista y director; Santiago Baca Ortiz, primer Gobernador Constitucional del Estado de Durango; Fermín Revueltas Sánchez, pintor, segundo hijo de una familia de diez, todos dotados para las artes; José Revueltas, escritor, guionista y activista político; José Ramón Valdez, ejerció la docencia como profesor de primeras letras sin título de maestro, fue oficial del ejército federal y pagador del cuerpo al que pertenecía; Profr. Camilo Carreón Ojeda, ilustre educador nacido en Santa María del Oro, Dgo., formó cientos de jóvenes de Santiago Papasquiaro.
Actualmente la gente de esta parroquia no solo emigra para Estados Unidos en busca de trabajo, o para visitar a sus familiares, ahora huyen por la ola de violencia e inseguridad que azota la región desde hace algunos años, y que se ha intensificado últimamente. Familias enteras, empresarios exitosos, emigran a otros estados de la República. El año pasado, el comercio en esta ciudad cayó un 40%; la presencia de los paisanos que vienen de la Unión Americana y las remesas de dólares, prácticamente están en ceros. A decir de sus gobernantes “el crimen organizado ha cambiado la vida del Municipio”. Pocos llegaron para convivir con sus familias estos días de Semana Santa, que muchos aprovechaban para también descansar. Las expresiones de la gente: “hasta cuando se terminará esto?”, “Sr. Obispo haga oración por nosotros”, “pida por mi hijo que desde hace un año lo levantaron y no sé de él”
El domingo de Ramos, levantaron a cuatro jóvenes (hombres) originarios de las poblaciones del Pinto y Salpica el Agua, el jueves Santo los encontraron muertos cerca de ahí. A pesar de esto la gente sigue su vida, y no pierde la esperanza. El martes Santo estuve en el Patio de Altares, les predique sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús, confesamos, celebramos la Eucaristía, ahí había familias enteras de esas poblaciones de donde eran originarios los jóvenes asesinados. Estaban reunidos en retiro de encierro como unos 90 jóvenes de esas comunidades, viviendo la Pascua Juvenil, lo mismo los niños. Los señores Cruzados (Escuela de la Cruz), y los ministros extraordinarios de la Comunión, son quienes animan la fe de sus comunidades y nos animan también a nosotros los pastores obispos y sacerdotes, a seguir llevando la Buena Nueva del Reino de la Vida que Jesús nos anunciado y revelado: el amor del Padre.
Esta región que fue evangelizada por la sangre de numerosos misioneros, laicos y religiosos en al pasado, ahora la evangeliza el testimonio de mis hermanos sacerdotes que están ahí, metidos con el pueblo de Dios, en sus parroquias, que suben a la sierra a celebrar la fe con sus comunidades, que se mueven temerosos pero, al mismo tiempo, confiados en el Señor resucitado, su fortaleza y testimonio, me anima y me fortalece.

Durango, Dgo., 24 de Abril del 2011.

+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

“Jesús está en la cruz hasta el fin del mundo”

La celebración de los misterios de la muerte y resurrección del Señor nos invitan a contemplar el acontecimiento de la cruz de donde surge verdaderamente la pascua, la victoria de la vida en la entrega total de Jesús de Nazaret. El drama del proceso de Jesús es constante, aunque ocurrió una vez para siempre, nos interpela hoy a nosotros, e interpela la conciencia de sus seguidores de todos los tiempos.
En la Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo, Jesús es el justo condenado que sufre la violencia de parte de los pecadores. Esta lleno de alusiones bíblicas y pensado para el uso litúrgico en la comunidad.
La cena pascual (26,14-35) nos recuerda el gesto y las palabras de Jesús que invita a los discípulos a comer su cuerpo y a beber su sangre, signos proféticos de la entrega de su vida en la cruz, porque desea compartir con ellos el camino y el destino de su existencia. Jesús tiene la certeza de lo que va a ocurrir. En medio del dolor por la traición de “uno de los suyos” (Judas) y por la negación de Pedro, quien será “el depositario de su fidelidad”, el Maestro se dona en la presencia Eucarística para siempre.
El huerto de Getsemaní (26,36-46). ¡Un Jesús irreconocible! Él que mandaba a los vientos y a los mares y le obedecían, que decía a todos que no tuvieran miedo, ahora es presa de la tristeza y angustia. ¿Cuál es la causa? “Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa”, que indica todo el conjunto de sufrimientos que están a punto de abatirse sobre Él, y que indican “el pecado del mundo” que Él ha tomado sobre sí. Jesús es el modelo del perfecto orante que experimenta la «agonía» que supone la búsqueda y la aceptación sincera de la voluntad de Dios. Los discípulos son invitados a «velar» con Jesús, es decir, a compartir con él su destino adoptando su actitud del Hijo, orante y fiel.
¡Cristo está en agonía en el huerto de los olivos hasta el fin del mundo! No hay que dejarlo solo. Está en agonía allí donde hay un ser humano que lucha con la tristeza, el miedo, la angustia, la depresión, en una situación sin camino de salida. Podemos hacer muchas cosas por el Jesús que agoniza hoy en la tragedia del odio, la violencia del crimen organizado, la guerra, la pobreza, las persecuciones, la tragedia de los emigrantes…
El arresto (26,47-56). Subraya el camino doloroso de quienes se decían sus discípulos, sus seguidores. Ante la fragilidad humana, ante quienes practican la crueldad con Él y con los seres humanos, Jesús, que en el sermón de la montaña había declarado superada la venganza y la justicia de la ley del talión en las relaciones humanas (“ojo por ojo, diente por diente”), vuelve a manifestar su apasionado amor por el perdón y la no violencia. Él es el modelo de la no violencia.
El proceso judío (26,57-75) es la ocasión para la última y gran revelación de Jesús delante de su pueblo:»a partir de ahora verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso venir sobre las nubes del cielo». Llevado ante las máximas autoridades espirituales y sociales de su tiempo, declara su identidad y profetiza su función de “poder supremo en el Reino de Dios”. La solemne declaración de realeza, de mesianismo y de divinidad, provoca el total rechazo de Israel. Paradójicamente, mientras Jesús reconoce abiertamente su identidad de Hijo y juez universal, uno de sus discípulos, Pedro, el primero de ellos, reniega de su Maestro delante de las insistentes preguntas de dos criadas y un grupo de gente.
El proceso romano (27,1-31) deja en claro la elección de Israel (eligieron a Barrabás), la injusticia de las autoridades del imperio (Pilato) y la simpatía de los paganos (la mujer de Pilato). Esta última, iluminada por un sueño, invita al marido a no involucrarse en la suerte de «este justo». Jesús, como los antiguos profetas y justos perseguidos y condenados a lo largo de la historia bíblica (cfr. Mt 23,29.35), muere por haber anunciado la verdad de Dios en un mundo de falsedad y de injusticia. En la imagen de Jesús, objeto de burla y de ofensas de parte de los paganos como «rey de los judíos», se mezclan las características del Mesías humilde (Mt 21,5) y del siervo de Yahvéh, insultado y sometido a crueles torturas (Is 50,6).
La crucifixión (27,32-50) es el momento culminante del relato. Jesús muere como el justo perseguido y torturado injustamente. Delante de él desfilan la humanidad que blasfema, las fuerzas del cosmos que anuncian una manifestación divina (tinieblas y terremoto), los nuevos creyentes (el centurión), y la nueva humanidad liberada de la muerte por el Cristo (los muertos que salen de los sepulcros).
La muerte de Jesús. Jesús muere en total soledad, rechazado por los hombres y aparentemente abandonado por Dios. La cruz del Señor es, al mismo tiempo, abandono y donación sin reservas. El grito de Jesús: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?», no sólo da la medida de la profunda soledad y el sufrimiento del Señor, también indica su plena confianza en Aquel que lo puede salvar. El silencio de la cruz revela la infinita comunión del Padre y del Hijo, y la convierte en buena noticia para todos, los que como Jesús, viven y mueren rechazados por el mundo y aparentemente abandonados por Dios. En la cruz Jesús ha expiado con anticipación todo el ateísmo que existe en el mundo. No solo el de los ateos declarados, también el de los que viven “como si Dios no existiera”, relegándolo al último puesto de su propia vida. Dios es hoy “un marginado de la mayoría de los hombres”.
Sólo la fe en Jesús, muerto y resucitado, puede dar sentido a tantos silencios humanos y divinos que encontramos en el camino de nuestra vida. Es la fe en Jesús, muerto y resucitado, la que hace que la Iglesia esté siempre de parte de los humillados, los débiles, los oprimidos, y los crucificados de este mundo. Es la fe en Jesús la que mueve a la Iglesia a realizar su misión a imagen de su Señor, en el ocultamiento y la sencillez, en el rechazo al poder y a la gloria, con la mística de la cruz: en la humillación y el dolor por amor.

Durango, Dgo., 17 de Abril del 2011.

+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

El Papa Juan Pablo II en Durango: la propiedad, el empleo y el salario justo

El papa Juan Pablo II, exhorta a los empresarios sobre la “grave responsabilidad respecto a las personas que trabajan en vuestras empresas”. En su Mensaje afirma “no olvidéis que el único título legítimo para la propiedad de los medios de producción es que sirvan al trabajo”. Este es un tema que ya había desarrollado en la Encíclica “Laborem exercens” (1981); cuando trata el conflicto entre trabajo y capital, afirma que hay que hacer precisiones concretas en cuanto a la relación entre trabajo y propiedad, “no se trata sólo de conceptos abstractos o de fuerzas anónimas, que actúan en la producción económica. Detrás de uno y otro concepto están los hombres, los hombres vivos, concretos; por una parte aquellos que realizan el trabajo sin ser propietarios de los medios de producción, y por otra aquellos que hacen de empresarios y son los propietarios de estos medios, o bien representan a los propietarios” (núm. 14). En el centro de esta problemática está el problema de la propiedad.
La Doctrina Social de la Iglesia desde la Encíclica Rerum Novarum(1891), y después con Mater et Magistra (1961), ha puesto el acento sobre este problema, recordando y confirmando la doctrina de la Iglesia sobre la propiedad, sobre el derecho a la propiedad privada, incluso cuando se trata de los medios de producción. Este principio que enseña la iglesia en su magisterio social, “siempre lo ha entendido en el contexto más amplio del derecho común de todos a usar los bienes de la entera creación: el derecho a la propiedad privada como subordinado al derecho al uso común, al destino universal de los bienes” (Laborem exercens 14). En base a este principio el Papa exhorta a los empresarios que una de “vuestras mayores responsabilidades ha de ser la creación de puestos de trabajo”.
Un problema fundamental es el conseguir trabajo. El desempleo es una de las grandes lacras, especialmente en los países como México: encontrar un empleo adecuado para todos los sujetos capaces de él. Son los empresarios y las instituciones gubernamentales, quienes deben generarlos con adecuadas políticas laborales. Hay que actuar contra el desempleo, ya que es un mal y puede convertirse en una verdadera calamidad social. Es un problema doloroso, cuando los afectados son principalmente los jóvenes, quienes, después de haberse preparado técnica y profesionalmente, no logran encontrar un puesto de trabajo y ven así frustradas sus expectativas para trabajar y su disponibilidad a asumir la propia responsabilidad para el desarrollo económico y social de la comunidad. Ayudar a los desocupados y sus familias, que puede ser a través de subsidios, es un deber y una obligación que brota del principio fundamental del uso común de los bienes, del derecho a la vida y a la subsistencia.
El Papa Benedicto XVI, retoma este problema en el contexto del desarrollo: “Al considerar los problemas del desarrollo, se ha de resaltar la relación entre pobreza y desocupación. Los pobres son en muchos casos el resultado de la violación de la dignidad del trabajo humano, bien porque se limitan sus posibilidades (desocupación, subocupación), bien porque se devalúan los derechos que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y de su familia” (”Caritas in veritate”, 63).
El otro tema que aborda el Santo Padre Juan Pablo II (Mensaje a los Empresarios 1990), respecto a la responsabilidad de los empresarios hacia las personas, es la cuestión del salario justo. “Como he escrito en la Encíclica “Laborem Exercens”: no existe en el contexto actual otro modo mejor para cumplir la justicia en las relaciones trabajador-empresario que el constituido precisamente por la remuneración del trabajo” (núm. 7). Este es el problema clave de la ética social: la justa remuneración por el trabajo realizado, su salario, hoy es el único modo de cumplir mejor la justicia en las relaciones trabajador-empresario. A través de la remuneración del trabajo, es como los seres humanos pueden acceder a los bienes que están destinados al uso común: tanto los bienes de la naturaleza como los que son fruto de la producción. El salario justo es la verificación concreta de la justicia de todo el sistema socio-económico y de su justo funcionamiento.
“Una justa remuneración por el trabajo de la persona adulta que tiene responsabilidades de familia es la que sea suficiente para fundar y mantener dignamente una familia y asegurar su futuro. Debe recibir un salario familiar. Qué significa ésto? “un salario único dado a la cabeza de familia por su trabajo y que sea suficiente para las necesidades de la familia sin necesidad de hacer asumir a la esposa un trabajo retribuido fuera de casa. Esto puede ser a través de algunas medidas sociales, como subsidios familiares o ayudas a la madre que se dedica exclusivamente a la familia” (Laborem exercens, 19).
La organización del proceso laboral debe respetar las exigencias de la persona y sus formas de vida, sobre todo de su vida doméstica, teniendo en cuenta la edad y el sexo de cada uno. Es un hecho que las mujeres trabajan en todos los sectores de la vida. Pero es conveniente que ellas puedan desarrollar plenamente sus funciones según la propia índole, sin discriminaciones y sin exclusión de los empleos para los que están capacitadas, y sin perjudicar sus aspiraciones familiares y el papel específico que les compete para contribuir al bien de la sociedad junto con el hombre. “La verdadera promoción de la mujer exige que el trabajo se estructure de manera que no deba pagar su promoción con el abandono del carácter específico propio y en perjuicio de la familia en la que como madre tiene un papel insustituible” (Ibid).
Además del salario, entran en juego otras prestaciones sociales que tienen la finalidad de asegurar la vida y la salud de los trabajadores y de su familia. Los gastos relativos al cuidado de la salud, del trabajador y de su familia, también en caso de accidentes de trabajo. El derecho al descanso, regulando el descanso semanal y las vacaciones. El derecho a la pensión, al seguro de vejez y en caso de accidentes relacionados con el trabajo. Además de estos derechos principales, existen otros derechos particulares que también son necesarios para promover una mejor relación entre el trabajador y el empresario. Entre estos derechos hay que tener siempre presente el derecho al ambiente de trabajo y a procesos productivos que no comporten perjuicio a la salud física de los trabajadores y no dañen su integridad moral (Ibid).
En la búsqueda de soluciones para el desempleo, hoy debemos escuchar la voz de la Iglesia, que con su Magisterio Social, quiere orientarnos en la búsqueda de una mayor justicia social.

Durango, Dgo., 10 de Abril del 2011.

+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

email:episcopeo@hotmail.com

El Papa Juan Pablo II en Durango: el empresario, el trabajo y la dignidad de la persona

Existen dos cuestiones importantes en el mundo de la empresa, el trabajo y la actividad económica. Es un campo que los hombres y mujeres de empresa deben plantearse a fondo y en serio. Y como empresarios católicos, no solo tratar el tema desde lo meramente técnico, sino teniendo en cuenta un horizonte mucho más amplio: el ser humano como persona.
Solo de ésta manera y generando una corriente de solidaridad real y eficiente en el mundo del trabajo, se podrán enfrentar los grandes retos como la pobreza, la miseria, que existen en grandes sectores de Latinoamérica y en concreto de México. Estos van en contra de dignidad de la persona y de su libertad. Para esto, no solo se debe luchar desde el ámbito de la política al generar más democracia en nuestros pueblos, sino también a través del ingenio y del trabajo de todos, y en especial, de los hombres y mujeres de empresa, ya que dentro de la sociedad ocupan un lugar destacado y decisivo para generar empleos, salarios bien remunerados, etc.
¿Cual es el perfil característico del hombre y de la mujer de empresa? Lo más importante que debe sobresalir es la actitud de servicio al bien común. Se trata de algo que va más allá del mero humanitarismo; es decir, no solo para ayudar ante urgencias ocasionales. Sino, más bien, “en una disponibilidad constante, en una manera de concebir la propia función de empresario, en un estilo que marca su modo de hacer”. Aceptar con todas sus consecuencias la responsabilidad que tienen como empresarios.
Cual es el “bien común” responsabilidad del hombre de empresa? “el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección… abarca el conjunto de aquellas condiciones de vida social con las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección” (Gaudium et spes 26,74).
El bien común afecta a la vida de todos. Tiene tres elementos esenciales: a) el respeto a la persona en cuanto tal. En nombre del bien común, los empresarios están obligados a respetar los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana. La empresa debe ayudar y permitir a cada uno de sus trabajadores realizar su vocación. b) El bien común exige el bienestar social y el desarrollo del grupo mismo. El desarrollo es el resumen de todos los deberes sociales, la empresa debe facilitar a cada uno lo que necesita para llevar una vida verdaderamente humana: alimento, vestido, salud, trabajo, educación y cultura, información adecuada, derecho de fundar una familia. c) El bien común implica la paz, es decir, la estabilidad y la seguridad de un orden justo. También desde la empresa se debe colaborar con la seguridad de la sociedad y la de sus miembros.
La responsabilidad a la que llama el Papa Juan Pablo II a los hombres y mujeres de empresa se centra en tres ejes fundamentales: las personas que forman parte de las empresas, la sociedad y el ambiente.
Existe “una grave responsabilidad respecto a las personas que trabajan en vuestras empresas”, expresaba el Papa. Y la enfoca en dos temas principales: el trabajo y la cuestión del justo salario.
En su Encíclica “Laborem exercens” (sobre el Trabajo Humano), aborda ampliamente estos temas. “Afortunadamente, se ha acrecentado la conciencia de que el trabajo humano no puede ser contemplado desde la mera perspectiva comercial, como una mercancía que se compra o se vende”. Esta forma de pensar respecto al trabajo ha ido evolucionando, cediendo a un modo más humano de pensar y valorar el trabajo, aunque habrá siempre el peligro de considerarlo como una “mercancía”, o como una “fuerza necesaria” para la producción (Laborem excercens 7).
Esto ha dado lugar a una solidaridad de los hombres del trabajo y a una toma de conciencia más comprometida sobre los derechos de los trabajadores por parte de los demás, lo que ha generado, en muchos casos, cambios profundos. “Se han ido buscando diversos sistemas nuevos. Se han desarrollado diversas formas de neocapitalismo o de colectivismo. Con frecuencia los hombres del trabajo pueden participar en la gestión y en el control de la productividad de las empresas. Por medio de asociaciones adecuadas, ellos influyen en las condiciones de trabajo y de remuneración, así como en la legislación social. Pero al mismo tiempo, sistemas ideológicos o de poder, así como nuevas relaciones surgidas a distintos niveles de la convivencia humana, han dejado perdurar injusticias flagrantes o han provocado otras nuevas (Laborem exercens 8)”.
Hay algo inseparable del trabajo y que es de máxima importancia: la dignidad de la persona. La intención fundamental y primordial de Dios respecto del hombre, que Él “creó… a su semejanza, a su imagen” (Gen. 1,26-27), no ha sido revocada ni anulada ni siquiera cuando el hombre, después de haber roto la alianza original con Dios, oyó las palabras: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan” (Gen. 3.19). Estas palabras se refieren a la fatiga a veces pesada, que desde entonces acompaña al trabajo humano; pero esto no cambia el hecho de que éste es el camino por el que el hombre realiza el “dominio”, que le es propio sobre el mundo visible “sometiendo” la tierra. Con toda esta fatiga el trabajo es un bien del hombre…Y es no sólo un bien “útil” o “para disfrutar”, sino un bien “digno”, es decir, que corresponde a la dignidad del hombre, un bien que expresa esta dignidad y la aumenta. Queriendo precisar mejor el significado ético del trabajo, se debe tener presente ante todo esta verdad. El trabajo es un bien del hombre (es un bien de su humanidad), porque mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en un cierto sentido “se hace más hombre” (LE 9).
Sin duda el tema del trabajo del que nos habló el Papa Juan Pablo II en su visita a la Arquidiócesis de Durango en mayo de 1990, es de gran actualidad.

Durango, Dgo., 3 de Abril del 2011.

+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

email:episcopeo@hotmail.com

El Papa Juan Pablo II en Durango: la figura y el papel del empresario

En el mensaje dirigido en el Teatro “Ricardo Castro” en Mayo de 1990, el Papa destaca el papel tan importante que los empresarios ocupan en la configuración de la sociedad, ”Vuestras decisiones tienen un efecto multiplicador y especiales repercusiones en el tejido social y económico”. La Iglesia tiene esperanza en los hombres de empresa.
Cual es la figura y el papel que el empresario está llamado a desempeñar en las actuales circunstancias? No solo es una consideración para el tiempo y las circunstancias del inicio de la década de los 90s, hoy es importante hacerse esta pregunta, especialmente ustedes los hombres de empresa. En las circunstancias actuales del país y de nuestro Estado, la Iglesia sigue teniendo esperanza en que ustedes colaboren en la transformación del mundo según el deseo de Dios.
En el trasfondo de la reflexión del Papa está la Encíclica “Laborem exercens” (sobre el trabajo humano), la primera Encíclica social escrita por Juan Pablo II en 1981. Para enfocar el tema, es necesario contemplar la actividad humana a la luz de la colaboración con Dios, que todo hombre está llamado a prestar: “En la palabra de la divina Revelación está inscrita muy profundamente esta verdad fundamental, que el hombre, creado a imagen de Dios, mediante su trabajo participa en la obra del Creador, y según la medida de sus propias posibilidades, continúa desarrollándola y la completa, avanzando en el descubrimiento de los recursos y de los valores encerrados en todo lo creado… Deben, pues, los fieles conocer la naturaleza íntima de todas las criaturas, su valor y su ordenación a la gloria de Dios y, además, deben ayudarse entre sí para lograr una vida más santa, de suerte que el mundo se impregne del espíritu de Cristo y alcancen más eficazmente su fin en la justicia, la caridad y la paz … Procuren, pues, seriamente, que por su competencia en los asuntos profanos y por su actividad, elevada desde dentro por la gracia de Cristo, los bienes creados se desarrollen… según el plan del Creador y la iluminación de su Verbo, mediante el trabajo humano, la técnica y la cultura civil” (cf. Laborem exercens, 25)
Cristo llama a transformar el mundo en cada época. Cristo llama desde las necesidades de cada época. Llama desde los hambrientos y los sedientos; desde los que no tienen casa para alojarse, ni ropa con que vestirse: desde los enfermos y los privados de su legítima libertad (Mt 25, 31-46). Allí está él; en todos ellos se puede reconocer la voz y el rostro de Cristo.
La Iglesia no cesa de despertar la conciencia de sus hijos, de todos los hombres de buena voluntad, especialmente a ustedes hombres de empresa. La voz del Señor debe hacerse sentir con fuerza en México, pues “las profundas diferencias sociales existentes están a la vista de todos y constituyen un gigantesco desafío a quienes tienen una relevante responsabilidad en el campo socio-económico”.
El papa hace un análisis de la situación que vive México en ese momento: a pesar de los vastos recursos con que el Creador ha dotado a este país, se está muy lejos del ideal de justicia. Al lado de grandes riquezas y de estilos de vida parecidos a los de los países más prósperos, se encuentran grandes mayorías desprovistas de los recursos más elementales. Se ha visto un creciente deterioro del poder adquisitivo del dinero; los signos de la situación económica como la inflación, han producido dolorosos efectos a todos los niveles. Es preciso repetirlo una vez más: son siempre los más débiles quienes sufren las peores consecuencias, viéndose encerrados en un círculo de pobreza creciente; y ¿cómo no decir, con la Biblia, que la miseria de los más débiles clama al Altísimo? (Ex 22, 22s). El endeudamiento externo ha agravado más la situación.
La situación actual, decía el Papa a los empresarios, es el resultado de sistemas y decisiones que vienen de muy atrás; situaciones complejas que requieren un cuidadoso análisis para detectar las causas, comprender los mecanismos y, con creatividad, proponer nuevas estrategias capaces de establecer sólidamente las condiciones necesarias para el desarrollo de todos.
La búsqueda de soluciones reales supone sacrificios por parte de todos, pero sabemos que con frecuencia son los pobres quienes se sacrifican más, mientras que los poseedores de grandes fortunas no se muestran dispuestos a renunciar a sus privilegios en beneficio de los demás. La ciencia económica constata que los bienes materiales son limitados y, por tanto, deben ser administrados racionalmente. El Creador, por su parte, ha destinado el conjunto de los bienes de la creación para beneficio de todos los hombres. El acaparamiento excesivo de los bienes por parte de algunos priva de ellos a la mayoría, y así se amasa una riqueza generadora de pobreza.
La Iglesia, en su magisterio social, ofrece principios suficientes que tendrían que ser llevados a la práctica por una economía justa. La Iglesia constantemente cumple su misión al proponer tales principios de reflexión. Corresponde ahora, a ustedes los expertos, los empresarios que también son miembros de la Iglesia, realizar un esfuerzo serio por encontrar soluciones reales, valientes, prácticas. Nuevas y complejas situaciones dentro y fuera de la Iglesia, a nivel social, económico, político y cultural, exigen hoy con renovada fuerza, la acción de los fieles laicos: “El país, señoras y señores, necesita la colaboración de todos y cada uno de ustedes. Cada cual, según su especialidad, está llamado a aceptar con humildad y generosidad el reto que plantea la actual situación de injusticia, para dedicar lo mejor de su experiencia y de su capacitación profesional al servicio de una patria grande, justa y fraterna, por encima de cualquier egoísmo de partido o de clase”.
Que estas mismas palabras fuertes, estrujantes, que el papa Juan Pablo II nos dijo aquí en Durango, vayan hoy a lo más profundo de la conciencia de nuestros empresarios. Los nuevos retos de hoy: la justicia social, la corrupción, impunidad, la violencia e inseguridad, el desempleo, la pobreza endémica, la familia, los jóvenes, el tejido social, requieren la colaboración de todos, especialmente de ustedes empresarios.

Durango, Dgo., 27 de Marzo del 2011.

+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

email:episcopeo@hotmail.com