CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO

Los Obispos de México vemos que la Iglesia que peregrina en nuestra Patria, atraviesa por un tiempo de desafíos que nos dan esperanza en las profundas transformaciones que se tendrán que dar para crear un país fuerte, incluyente, democrático, libre, pacífico, seguro y solidario. Nuestra fe está puesta en Jesucristo, y es Él mismo quien nos envía a anunciarlo y a dar testimonio de la propuesta de vida que el Santo Evangelio propone a la humanidad entera.

Por esta razón de fe y de esperanza no dejamos de acompañar a nuestras autoridades de gobierno, legisladores y magistrados, quienes teniendo un papel de responsabilidad social, política y económica, tendrán que emprender una ardua batalla para combatir muchos males endémicos y principalmente la corrupción, un mal social que se agudiza y profundiza en la realidad de un pueblo como el nuestro. Proponemos que no se pierda la confianza y el respeto en las diferentes Instituciones Gubernamentales.

Nos preocupa la creciente incertidumbre en la que están muchos mexicanos y de otras nacionalidades que viven en nuestro país, con signos claros de temor y angustia, ante las constantes amenazas que nos debilitan como pueblo, tales como: la miseria, la delincuencia, el narcotráfico y la falta de oportunidades que impiden que se alcance el crecimiento personal y comunitario y de bienestar social.

Nosotros los Obispos estamos muy interesados en estudiar y profundizar el papel de la Iglesia ante el tema de inseguridad y violencia, esto es lo que estamos haciendo en este momento en el que celebramos nuestra LXXXVIII Asamblea Plenaria, dedicando dos días y medio al discernimiento de este tema a través de un instrumento de análisis que ha elaborado la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, el cual se sigue revisando dentro de esta asamblea con la consulta y el apoyo de varios expertos en la materia. Es un trabajo que ha buscado los aportes de todas las Provincias Eclesiásticas para obtener un marco de realidad de todo el país.

También nos disponemos a renovar los diversos organismos de la Conferencia del Episcopado Mexicano a través de la elección de los cargos directivos que ocuparán los Obispos para el trienio 2009-2012 y a evaluar el servicio de nuestras ocho Comisiones Episcopales para fortalecer la animación pastoral de nuestras Provincias, Diócesis y Parroquias a través de la nueva estructura en el contexto de la Misión Continental, para vivir la alegría del ser cristiano y contagiar este espíritu renovador a otras esferas del mundo de la política, la economía, la cultura y los medios de comunicación, para ofrecer a nuestro México mayores posibilidades de diálogo que nos conduzcan a transitar hacia el México tan anhelado por todos.

Como ciudadanos tenemos una gran tarea en el proyecto de nación que se abre para todos. La Iglesia colabora desde su acción evangelizadora, promoviendo la Vida y el respeto de los derechos universales inherentes a la persona humana. México requiere una democracia madura con paz y seguridad, y de recuperar la confianza no solo de quienes velan por la impartición de la justicia y la legalidad sino de todo ciudadano, que cree, aspira y lucha por encontrar los caminos que lleven a alcanzar el progreso y el desarrollo de México.

Oramos por la intercesión de Santa María de Guadalupe para que el Espíritu de Dios nos dé la luz y la fortaleza necesaria en esta hora en que renovaremos nuestra estructura de conducción. Invitamos al pueblo de México a que ore por sus Obispos y las necesidades de la Iglesia.

    + Carlos Aguiar Retes                              + José Leopoldo González González

Arzobispo de Tlalnepantla                               Obispo auxiliar de Guadalajara

  Presidente de la CEM                                      Secretario General de la CEM

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