MATRIMONIO: PILAR FUNDAMENTAL DE LA FAMILIA

Durango, Dgo., 19 de enero de 2010. Ante los datos estadísticos de divorcios que aumentan no sólo en Durango sino en todo el país, el Juez del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Durango, presbítero José Nahúm Salas, opinó sobre este tema, expresando que es un momento histórico en que el matrimonio y la familia son objeto de muchas amenazas que atentan contra su naturaleza y esencia. «La Iglesia es consciente de que el bien de la sociedad y de sí misma, está profundamente vinculada al bien de estas dos instituciones. Es también consciente de que la situación en que se encuentra la familia, presenta aspectos positivos que son signo de la salvación de Cristo operante en el mundo; pero también hay signos negativos que son signo del rechazo que el hombre opone al amor de Dios», explicó.

El Padre, dijo que es evidente, que no falta en todo matrimonio dificultades en la convivencia, las cuales hoy en día, hasta la más mínima de ellas es excusa para divorciarse…  «Ante esta situación, lo primero que se debe hacer, es que cuando los esposos cristianos empiecen a notar los primeros síntomas de graves dificultades en la convivencia, deben sentarse a dialogar con serenidad, tratando de buscar las causas que les han llevado a esa situación crítica. Si todavía es posible, deben reorganizar sus vidas, perdonarse mutuamente, aceptarse con espíritu tolerante en un esfuerzo por reavivar el amor inicial que les llevó a unirse de por vida. Pónganse en las manos de Dios, no dejen de orar constantemente pidiendo que Dios los ilumine en una tarea tan difícil».

Agregó que, el matrimonio debe buscar el consejo de familiares y amigos prudentes y maduros, de algún sacerdote, consejeros matrimoniales y psicólogos; pero siempre siendo conscientes de que el amor conyugal comporta una totalidad en la que entran todos los elementos de la persona. «Debemos advertir que el instituto matrimonial, no es una mera creación de la ley. Su existencia no depende de la voluntad de los que hacen las leyes (los legisladores). El matrimonio es una institución de ley natural, y sólo esta ley determina sus elementos básicos a saber; el matrimonio está ordenado a la ordenación de la prole, a la fidelidad conyugal y a la indisolubilidad del contrato matrimonial. Allí donde se excluye alguno de estos elementos, no hay matrimonio o hay una corrupción del matrimonio. Pero donde existen estos elementos, ahí hay un verdadero matrimonio, que nadie, ni los esposos pueden disolver», concluyó.

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