ARZOBISPO FELICITA A TODAS LAS MADRES

Durango, Dgo., 08 de mayo de 2010. El Arzobispo de la Arquidiócesis de Durango, Don Héctor González Martínez, expresó su felicitación a todas las Madres Duranguenses para este 10 de mayo, fecha en que se celebra a todas las  Madres.

«En esta fecha del día 10 de mayo, saludo con especial afecto a toda la ciudadanía y particularmente a las madres en su día. Les saludo afectuosamente, sabiendo que, nosotros fuimos creados por el amor de Dios y estamos llamados a reflejar el amor en todas nuestras expresiones externas, de tal manera que por la manifestación externa del amor, reconozcan los demás que creemos en Dios».

De esta manera, monseñor se refirió abundando que particularmente esta relación de amor, la podemos encontrar en las Madres, pues son los seres humanos que mejor lo reflejan, como lo es el amor de Dios. Es de entrega desinteresada, ilimitado, estable y permanente, que abarca y que comprende todos los aspectos de la persona, comprensivo y que sabe perdonar, pero además, que por encima de todo, por encima de todas las desilusiones y los fracasos, está el bien del hijo… «En México así reconocemos a las mamas, y yo me regocijo con mi país, con las madres y con las familias, por eso las felicito en este su día y les aseguro mi oración, implorando las bendiciones de lo alto, las bendiciones divinas para que las madres sigan con la frente en alto, enseñándonos el camino más humanitario y el camino mejor para imitar a Dios», añadió.

Dentro del marco de la Misión Diocesana, el Sr. Arzobispo explico que la Virgen María, es la más grande mujer de entre todas las mujeres de la humanidad; que tenemos que acudir a ella para aprender en la fe, esperanza y caridad, pero sobre todo, seguir puntualmente los pasos de Cristo y acompañarlo durante todas las etapas de su vida. La Virgen María lo llevo en su vientre, le dio a luz, lo acompaño a crecer, lo acompaño en su vida de joven a adulto y lo acompaño hasta el pie de la cruz. Entonces, que así las madres lo sigan haciendo y que la sepamos reconocer como Madre, siempre al pie de sus obligaciones, de su entrega y de servicio a los hijos.

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