MARTIRES DURANGUESES

Durango, Dgo. 21 de mayo 2010. Hoy viernes, 21 de mayo, se celebra la fiesta de los mártires mexicanos de la Arquidiócesis de Durango: San Mateo Correa Magallanes, San Salvador Lara Puente, San Luis Batiz, San Manuel Morales y San David Roldán, quienes murieron en la persecución Cristera dando hasta el último momento testimonio valiente y generoso de su fe en Cristo Jesús y de su amor a la Iglesia.

Mateo Correa, fue martirizado  por guardar el secreto de confesión. Se entregó por amor a la evangelización y soportó hambres y muchas persecuciones, hasta el día en que con su sangre santificó las tierras duranguenses por órdenes del general Eulogio Ortiz, tras ser aprehendido el 3 de febrero de 1927 y fusilado tres días después cerca del Panteón de Oriente. Fue canonizado en Roma el 21 de mayo del 2000 por SS Juan Pablo II y sus restos descansan en la capilla de San Jorge en la Catedral Basílica Menor, de la capital del estado.

José Salvador Lara  Puente, nació en un rancho llamado «Berlín»,  perteneciente a la parroquia del municipio de Súchil Durango el 13 de agosto de 1905. En la revuelta cristera se convirtió en secretario de la «Liga para la Defensa de la Libertad Religiosa», motivo por lo que lo aprendieron y lo fusilaron, bajo las manos del Teniente Maldonado.

San Luis Batiz, fue miembro  también de  la «Liga Nacional para la defensa de la libertad religiosa»; se denunció a éste como complotista contra el gobierno. La noche del 14 de agosto llegó un pelotón de soldados a buscarlo a su casa y lo ejecutaron.

Manuel Morales, nació en Mesillas el 8 de febrero de 1898. Fue secretario del círculo de obreros católicos «León XIII», miembro de la A.C.J.M., y presidente de la Liga Nacional para la defensa de la libertad religiosa. Fue alumno del seminario de Durango. Los soldados lo apresaron, y a golpes lo llevaron a la presidencia municipal. En el trayecto a Zacatecas en el lugar llamado «Puerta de Santa Teresa» se detuvieron, lo bajaron y le hicieron caminar un buen trecho. Les ofrecieron su libertad a cambio de reconocer las órdenes de Calles. Fue asesinado el día de la Asunción de la Virgen, el 15 de agosto de 1926. 

David Roldan, ingresó muy joven al seminario de Durango. Se distinguió por ser un cristiano comprometido, pertenecía a la A.C.J.M. y en 1925 fue nombrado presidente de la misma. Cuando se inició el conflicto religioso lo nombraron vicepresidente de la liga nacional para la defensa de la libertad religiosa, y trabajó con sus compañeros reuniendo firmas para pedir al gobierno la derogación de las leyes persecutorias. Junto con su compañero Salvador Lara,  los llevaron donde se encontraba el pelotón de fusilamiento que segó su vida al grito de «viva Cristo rey y la virgen de Guadalupe».

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