DEBATE ENTRE LOS CANDIDATOS

En el marco del Proceso Electoral 2010 y de cara a las elecciones el próximo 4 de julio, el Presbítero Lic.  Víctor Manuel Solís, Vocero de la Arquidiócesis, opina sobre su apreciación del debate entre los candidatos a la gubernatura del Estado de Durango. El padre Solís define el encuentro entre los candidatos como «un ejercicio que de suyo contribuye metodológicamente a fomentar una democracia participativa, pues lo deseable es que se despierte el interés de los ciudadanos a través del poder que tienen los medios de comunicación. Lamentablemente en esta ocasión este objetivo no se cumplió, pues solo fueron algunos usuarios que tienen acceso al cable los que pudieron contemplar dicha emisión del debate». Siempre el debate entre candidatos debería despertar este importante interés por conocer las propuestas, por sopesar los proyectos, que ahí los candidatos deberían de exponer.

«La apreciación muy personal sobre este encuentro de pensamiento plural entre los candidatos, en un primer momento del debate, nos dejó un grato sabor de boca porque escuchamos propuestas coincidentes, de impacto profundo para Durango. Degradándose su esencia sin embargo, conforme fue pasando el tiempo, en el caldeo de los ánimos y la indisciplina impulsiva, que degrada en falta de respeto a los auditorios que atentos escuchan con gran esperanza. Destacando particularmente  un lenguaje direccionado y en el que, el espectador lo que menos desea es escuchar descalificaciones y agresiones».

Ante esta realidad nociva que comienza a hacerse presente desde hace algunos días en el contexto del proceso electoral, y  que tiene que ver con la descalificación personal, guerra sucia, etc., nuestros obispos han alertado a través de su Mensaje Pascual con motivo del Proceso Electoral 2010, que todos los candidatos y los partidos deben de evitar el juego sucio de los ataques y descalificaciones sin fundamento; porque esto no corresponde al anhelo que todos los duranguenses tenemos de una democracia seria y madura, pues esta práctica nociva solo deja heridas profundas, que pasada la contienda electoral dificultan el ejercicio del gobierno y la convivencia social (cfr. Mensaje pascual no. 6).

Explicó además el padre Víctor Solís, que «…de manera visionaria y a este mismo respecto, nuestros pastores alertan y exhortan a todos los candidatos y electores, a dejar atrás los apasionamientos y rivalidades de las campañas, para podernos sumar constructivamente al gobierno que será constituido de manera legítima y soberana por la mayoría para conseguir una sociedad más justa y solidaria…» (cfr. Ibid).

De lo rescatable del debate, es el hecho mismo de la presencia de los candidatos, que en un ejercicio democrático pudieron de alguna manera manifestar sus inquietudes y compartir algunos de sus proyectos, proliferando en ciertos momentos la descompostura y el encono entre ellos. «En la precepción muy personal, considero que no hubo vencidos ni vencedores, deseando que sea Durango y sus habitantes quienes levanten la bandera de la victoria el próximo 4 de julio». Finalizo el sacerdote.

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