ARQUIDIOCESIS SE PREOCUPA POR PREVENCION DEL MEDIO AMBIENTE

Durango, Dgo., 05 de noviembre de 2010. El 6 de noviembre, fue establecido por la ONU, el día internacional para la prevención de la explotación del medio ambiente en la guerra y los conflictos armados. Este día, se dedica para concientizar sobre la necesidad de conservar intactos los ecosistemas y proteger la biodiversidad.

A decir del Secretario Canciller de la Arquidiócesis, presbítero José de la Luz Guerrero Haro, el medio ambiente sigue siendo la «victima silenciosa» de la guerra, como se ha demostrado tristemente por los impactos de la guerra en el último medio siglo. Aunque la humanidad siempre ha contado sus víctimas de guerra en términos de soldados y civiles muertos y heridos, ciudades y medios de vida destruidos, con frecuencia el medio ambiente ha sido la victima olvidada.

«En todas las etapas se daña al medio ambiente, desde la producción de armas, hasta los preparativos para la guerra y combate. Como resultado de los conflictos, se daña al medio ambiente. Estos impactos ambientales amenazan la salud humana, los medios de subsistencia y la seguridad y conllevan la posibilidad de socavar la consolidación de la paz después de los conflictos», abundó.

Externó que el compromiso cristiano con la defensa del medio ambiente tiene respaldo en las enseñanzas de la Iglesia Católica en su Doctrina Social. El Papa Juan Pablo II promulgó a San Francisco de Asís como patrono de los ecologistas, ya que éste Santo optó por vivir en paz con sus hermanos y con la creación, y nos mostró  que la naturaleza no son simples «recursos» para ser explotados con fines económicos sin importar qué se destruye: atmósfera, suelos, ríos, mares o selvas.

«Los cristianos estamos llamados a denunciar proféticamente los comportamientos y discursos que justifican los daños ecológicos y las violaciones de derechos, y que permiten que las riquezas sean apropiadas por unos pocos mientas que la pobreza y la contaminación se quedan, y que en último término configura un verdadero y grave desprecio del ser humano», finalizó el Secretario Canciller.