EL TRABAJO DIGNIFICA AL HOMBRE

Durango, Dgo., 11 de enero de 2011. El Pro-Vicario General de la Arquidiócesis Pbro. Lic. Herminio Talavera Cárdenas, comentó que en el poco tiempo que tiene de estar en la ciudad de Durango, puede comprobar que hay mucha falta de empleo. «Me he percatado de que en la actualidad hay mucha juventud entre los 18 y 25 años que está desperdiciando su energía y en muchas ocasiones la delincuencia organizada los está atrapando prometiendo salarios muy tentativos y a veces terminan muertos. Esta es una de las situaciones que vive nuestra sociedad», expresó.

El Padre detalló además, que la gente del medio rural se viene a la ciudad huyendo por falta de empleo pero les va peor, pues los salarios en el medio en el que nos encontramos son muy bajos y no son atractivos. La juventud que hizo el sacrificio de prepararse profesionalmente, cuando termina sus estudios no tiene trabajo. Las madres de familia hoy en día,  muchas de ellas venden pan, dulces, y  lo que se puede, para el sostenimiento de su familia.

Argumentó que la Iglesia enseña mucho a través de sus documentos, diciendo que toda acción del ser humano, es digna porque la desempeña un ser humano, sea hombre o mujer y que en nuestro México no estamos exentos del trabajo de los niños, ya que hay veces que son explotados laboralmente sobre todo en los hogares donde falta la figura paterna y salen desde muy pequeños a buscar el trabajo. «El trabajo dignifica al ser humano, nos hace ser personas y nos hace ser cristianos, pero en la actualidad, los seres humanos estamos muy distanciados de lo que es la realidad de trabajo; trabajamos pensando en que lo tenemos que hacer como obligación para poder tener que comer, pero es ahí donde la Iglesia con su doctrina, nos enseña, nos forma y nos dice, que el trabajo nos dignifica y nos hace ser más personas», señaló.

«El trabajo nos dignifica, nos hace tener una formación digna. La palabra de la iglesia  hacia la gente que no tiene empleo, siempre será no solamente una palabra de ánimo, sino de invitarle a exigir a su gobierno que le dé un lugar donde pueda desarrollar su capacidad, el derecho que tiene para su sustento, para crecer como ser humano. Dios va a bendecir y a multiplicar la buena voluntad de muchas empresas y las seguirá fortaleciendo, para que sigan generando empleos y ayuden a sus semejantes.» Abundo el presbítero.

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