LA PASTORAL FAMILIAR EN LA MISION DIOCESANA
Durango, Dgo., 16 de febrero de 2011. El matrimonio coordinador de la Pastoral Familiar formado por Sandra y Rogelio Alonso, comentan sobre la preocupación que reina en un buen número de hogares duranguenses, en donde se comenta la terrible situación de inseguridad que se está viviendo. «Hemos perdido nuestra capacidad de asombro ante situaciones tan extraordinarias como las que se han mencionado. Sin embargo, no podríamos entender esta problemática, si no estuviéramos conscientes de la forma como hemos excluido a Dios de nuestras vidas», señalaron.
El matrimonio coordinador, expresó que las familias católicas de Durango, tenemos una gran misión en nuestra comunidad: lograr que la palabra de Dios vuelva a estar presente en cada hogar, en cada hombre y cada mujer, en cada padre y madre, en cada hijo. Que su formación de vida sólida en los valores cristianos, permee los diversos ambientes en que nos desenvolvemos, que en las escuelas alumnos y maestros convivan con respeto y la enseñanza esté encaminada a entregar a México buenos ciudadanos. Que en las empresas jefes y trabajadores disfruten de un ambiente laboral armonioso, basado en la responsabilidad y la solidaridad. Que nuestros políticos enfoquen su trabajo con humildad y entrega al servicio de los más necesitados, y a un desarrollo real de sus comunidades, sin intereses personales o de grupo, anteponiendo siempre el bien superior de la ciudadanía.
«Cuando volvamos a vivir el Evangelio de Jesucristo en cada actividad que realicemos, y lo volquemos en cada persona con que nos topemos, entonces habremos dicho «SI» a Dios, y no habrá angustias ni sobresaltos, porque el amor y respeto a nuestro Señor provocarán que nos veamos y nos tratemos como verdaderos hermanos y en nuestra sociedad reinara la armonía y la paz, que sólo llega de Dios, concluyó».
La pastoral de la familia ha tenido un relevante momento de proyección en el marco de la Misión Diocesana, sin embargo es importante señalar, que este trabajo de promoción es permanente. Es esencial reconocer que el trabajo de esta pastoral, si bien ha estado con firme incidencia de propuesta diocesana, le ha faltado mayor énfasis en el diseño de una propuesta más efectiva y contundente, que motive desde la parroquia, los decanatos y en toda la arquidiócesis, la idea de que nuestras familias son verdaderas escuelas de los más hondos valores y de las más profundas virtudes.
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