AYUDAR A NUESTROS SACERDOTES
Durango, Dgo., 2 de agosto de 2011. «El sacerdote anciano y enfermo cuando vive esa realidad creatural por amor a Cristo, por amor a Dios y a los demás, nos enseña que el Señor nos redimió con su Pasión y su Muerte en la cruz, como acto supremo de su amor. Por tal motivo, el sacerdote anciano y enfermo, como todo cristiano, al aceptar con humildad, paciencia y esperanza las incapacidades humanas, nos ofrece testimonio de que el sufrimiento unido al de Cristo, tiene una fuerza redentora». Así lo expresó el presbítero Refugio Estrada Noris, secretario ejecutivo de la Comisión del Clero de la Arquidiócesis de Durango.
Al respecto, el Padre Refugio abundó que para el pueblo de Dios, apoyar generosamente a los sacerdotes ancianos y enfermos mediante la oración, sacrificios, lo económico, etc., es un acto de gratitud, de caridad, de solidaridad y de corresponsabilidad hacia ellos y, al mismo tiempo, de apertura a la presencia del Reino y al amor redentor de Cristo, manifestando ellos: «Entonces dirá el Rey a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y acudisteis a mí» (Mt 25,34-36).
Es por ello que nuestros pastores nos están urgiendo a participar en la «Colecta a favor del sacerdote anciano y enfermo» que tendrá lugar el próximo 7 de agosto en todas las parroquias y templos de la Arquidiócesis. Asiste y coopera.
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