VIRGEN DE GUADALUPE: REYNA DE LOS MEXICANOS

Durango, Dgo., 12 de diciembre del 2009. Todos los años, para los mexicanos el mes de diciembre, es el mes de la Madre de Cristo. No existe una iglesia por más pequeña que sea, que no esté repleta de católicos, festejando con toda devoción el 12 de diciembre. Madres que piden por la curación de sus hijos, enamorados que ruegan por las cosas del corazón, hijos despiadados que piden perdón por sus acciones, esposos con remordimientos y hasta niños que reconocen sus faltas y todo ello para rendirle honor, amor, plegaria y fe a la Santísima Virgen.

El Secretario Canciller de la Arquidiócesis de Durango, presbítero José de la Luz Guerrero Haro, comentó que su aparición y la devoción que ha despertado en todo el pueblo mexicano están localizadas en el surgimiento de México como nación, que conllevan a la creación de la sociedad mexicana y la formación de la conciencia de este País.

«Su historia está íntimamente ligada a la historia de México, a tal grado que no hay acontecimiento patrio del que la Guadalupana esté ausente. Ella unificó la visión y fue la cuna de la Nación mexicana que hoy somos. La Santísima Virgen de Guadalupe y la Religión Católica, jugaron un papel vital en el desarrollo de esa identidad que permitió tener creencias, valores, normas, preceptos y costumbres, que son necesarias para tener un sentido de pertenencia. Unificó a los indígenas, los criollos, negros, mestizos, y los primeros símbolos nacionales fueron religiosos como la Virgen de Guadalupe en los primeros estandartes».

Celebrar esta extraordinaria fiesta de nuestra mexicanidad hoy, representa un motivo más para alimentar nuestra alegre esperanza en al amor que no defrauda, el amor de Dios que se derrama en el formato maternal de nuestra excelsa Señora de Guadalupe, y que por mucho es y será siempre, un icono de la fe de nuestro pueblo. Manifestar esta fe en el gran Dios de toda bondad y amor, y que viene a nuestra patria como el fruto bendito del vientre de María, es motivación intensa para seguir luchando en el hoy de nuestra historia, particularmente en un momento, en el que existe la tentación de la pérdida de tantos valores, en el que contemplamos tantos signos de desesperanza. Oremos a Dios para que a través de la intercesión de la Virgen de Guadalupe, tengamos paz, armonía, y progreso. Celebremos con respeto y devoción esta importante fiesta, pues para cada mexicano, ser guadalupano es algo esencial.

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