AMEMOS NUESTRO SEMINARIO

familia.

Durango, Dgo., 29 de mayo de 2010. Por más de 300 años, el Seminario Conciliar de Durango, ha entregado puntualmente sacerdotes, pastores para su pueblo en nuestra Arquidiócesis de Durango. Una historia de tres siglos que hasta el momento presente se sigue escribiendo con letras de oro; pasando por supuesto en múltiples ocasiones por el crisol de la persecución y el martirio. Es por eso que esta gloriosa institución hoy por hoy, representa tanto a los ojos del obispo, el presbiterio y toda la comunidad cristiana, la más importante y significativa de nuestra Iglesia local.

Conforme han avanzado los tiempos, la iglesia adecua las formas para transmitir eficazmente su mensaje. El seminario como su misma palabra lo dice, es un semillero cuya función primordial ha sido, es y será, motivar a través de una formación integral el perfil vocacional que dispone a los hombres valientes y generosos que han de consagrar su vida al servicio de la buena noticia del evangelio de Jesús; responsabilidad grandiosa que abre el corazón y dispone la inteligencia para mantener en su máxima actualidad, todo aquello que represente las formas para transmitir eficazmente aquello que nunca cambia y que tiene valides perene y que se llama Jesús.

En estos tiempos modernos sigue siendo fermento de la presencia de Cristo buen pastor en nuestra comunidad. Nuestra gente desde la simpleza y generosa disposición que se desprende del sentido de la fe, manifiesta día con día de múltiples maneras su amor al Seminario, razón que nos mueve a testificar de manera particular en los últimos años que la Arquidiócesis ofrece a toda la sociedad, un Seminario de puertas abiertas para que la gente lo conozca, viva un momento de plena solidaridad con esta institución y disfrute de todo lo que ahí los jóvenes seminaristas han preparado para hacer una ofrenda de amor a la comunidad.

Con esto, podemos concluir que el seminario es el corazón de nuestra Arquidiócesis y en él palpita la sangre sacerdotal que ha de seguir propiciándonos al amor más puro, al amor mismo de Dios. El Seminario hoy está de fiesta porque te recibe para compartirte su esencia que es la alegría; participemos en esta extraordinaria fiesta anual de nuestro Seminario. Apoyémoslo siempre con nuestra oración. Te esperamos este domingo todo el día en compañía de tu familia.

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