Episcopeo «El servicio de la Caridad en la Iglesia Católica»

El Santo Padre ha publicado un documento De Caritate Ministranda (el Servicio de la Caridad), con el fin de “proporcionar un marco que sirva mejor para organizar, en sus rasgos generales, las diversas formas eclesiales organizadas en el servicio de la caridad, que está estrechamente vinculada a la naturaleza de la Iglesia y del ministerio episcopal». Parece que el papa ha tratado de poner un poco de orden en las actividades de recaudación de fondos para las muchas obras de caridad, explicando y haciendo hincapié en que cualquier iniciativa debe ser coordinada y aprobada por el obispo que encabeza la diócesis. Señalo algunos aspectos que me parecen importantes.

Está dividido en dos partes: una introducción teológica que afirma la naturaleza y la misión de la Iglesia:  “La naturaleza íntima de la Iglesia se expresa en una triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios (kerygma-martyria), celebración de los Sacramentos (leiturgia) y servicio de la caridad (diakonia). Son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra”.

El servicio de la caridad es también una dimensión constitutiva de la misión de la Iglesia y expresión irrenunciable de su propia esencia; todos los fieles tienen el derecho y el deber de implicarse personalmente para vivir el mandamiento nuevo que Cristo nos dejó (Jn 15, 12), brindando al hombre contemporáneo no sólo sustento material, sino también sosiego y cuidado del alma (Deus caritas est, 28). Asimismo, la Iglesia está llamada a ejercer la diakonia de la caridad en su dimensión comunitaria, desde las pequeñas comunidades locales a las Iglesias particulares, hasta abarcar a la Iglesia universal; por eso, necesita también “una organización, como presupuesto para un servicio comunitario ordenado”, una organización que a su vez se articula mediante expresiones institucionales.

Una segunda parte contiene disposiciones o normas jurídicas, exigibles al interior de las relaciones eclesiales, en dos ejes principales. Primero en lo que se refiere al Obispo y su deber de animación catequética de los fieles basado en el testimonio de la caridad, así como su deber de orientación, coordinación y supervisión de las actividades institucionales.

El Obispo diocesano “ejerce su solicitud pastoral por el servicio de la caridad en la Iglesia particular que tiene encomendada como Pastor, guía y primer responsable de ese servicio… favorece y sostiene iniciativas y obras de servicio al prójimo en su Iglesia particular, y suscita en los fieles el fervor de la caridad laboriosa como expresión de vida cristiana y de participación en la misión de la Iglesia… le corresponde vigilar a fin de que en la actividad y la gestión de estos organismos se observen siempre las normas del derecho universal y particular de la Iglesia, así como las voluntades de los fieles que hayan hecho donaciones o dejado herencias para estas finalidades específicas”.

El segundo eje son las organizaciones caritativas de la Iglesia, o relacionadas con ella. La norma también se aplica a las personas que trabajan en estas organizaciones, su selección y formación, las finanzas, incluida la contribución financiera de terceros, la relación con las iglesias locales.

“Los fieles tienen el derecho de asociarse y de instituir organismos que lleven a cabo servicios específicos de caridad, especialmente en favor de los pobres y los que sufren. En la medida en que estén vinculados al servicio de caridad de los Pastores de la Iglesia y/o por ese motivo quieran valerse de la contribución de los fieles, deben someter sus Estatutos a la aprobación de la autoridad eclesiástica competente y observar las normas que siguen…también es derecho de los fieles constituir fundaciones para financiar iniciativas caritativas concretas…las iniciativas colectivas de caridad deben seguir en su actividad los principios católicos, y no pueden aceptar compromisos que en cierta medida puedan condicionar la observancia de dichos principios”.

Estas disposiciones del Santo Padre Benedicto XVI tienen como finalidad alentarnos a todos y en especial a los obispos a revisar este aspecto de nuestra actividad pastoral, para fortalecer a nuestros sacerdotes y fieles en el espíritu de la Iglesia en la Caridad. Recordemos que el servicio de la Caridad en la Iglesia no es algo periférico de la vida de la Iglesia, el Sínodo ha dicho expresamente que la Fe y la Caridad son los pilares de la Nueva Evangelización. Que esto nos ayude a crear mayor conciencia de la actividad caritativa en nuestras parroquias, en nuestros movimientos y grupos de fieles,

La actividad caritativa de la Iglesia es una expresión del amor trinitario revelado en Jesucristo, como una continuación y extensión de su obra de salvación, como una oportunidad para construir la comunidad cristiana, como una forma de evangelización, como un gran testimonio eclesial de que nuestro Dios ama al hombre, y quiere hacerlo feliz y plenamente logrado tanto en su cuerpo como en su alma.

 

Durango, Dgo., 9 de Diciembre del 2012                 + Mons. Enrique Sánchez Martínez

Obispo Auxiliar de Durango

Email: episcopeo@hotmail.com

Homilía Domingo II de Adviento; 9-XII-2012

Todo hombre encontrará al Dios que salva

Conforme al uso corriente de su tiempos, S. Lucas asienta los datos siguientes para darnos una cronología precisa de lo que va a narrar: “En el año decimoquinto del imperio de Tiberio Cesar, mientras Poncio Pilatos era gobernador de Judea, Herodes Tetrarca de Galilea y Filipo su hermano Tetrarca de Ituréa y de Traconitides, Lisanias Tetrarca de Abilene, bajo los sumos sacerdotes Anás y Caifás”. Así, S. Lucas sitúa históricamente la fecha de lo que narra en seguida. Citando a Isaías informa: “La Palabra de Dios descendió sobre Juan, hijo de Zacarías en el desierto. Él recorrió toda la región del rio Jordán, predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos de Isaías: voz que grita en el desierto: preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos; todo valle será rellenado; toda montaña y colina, rebajada; lo tortuoso se hará derecho; los caminos ásperos serán allanados y todos los hombres verán la salvación de Dios”. Juan Bautista recorrió toda la región del Jordán predicando; la frase tomada del profeta Isaías “todo hombre verá la salvación de Dios”, aparece también en los Hechos de los Apóstoles y su explicación bajo el aspecto de universalidad da al Evangelio de S. Lucas un toque de salvación y de espiritualidad universal. El hombre moderno no está muy atento al tema de la conversión a Dios. Ante los graves desafíos que lo confrontan (como el hambre, la ignorancia, la guerra, la injusticia), moviliza todas sus energías, abandona la comodidad y se impone una conversión cuando mucho humanista. Pero, la conversión a Dios como disponibilidad radical y renuncia total lo deja insensible o indiferente, porque tal conversión lo remite a su debilidad y parece distraerlo de sus tareas reales. Pero, el cristiano, es consciente de deber contribuir al diseño de Dios que ha confiado a las hábiles manos trabajadoras del hombre la solución de los problemas del mundo, colaborando a la obra de la creación con lo mejor de sí mismo. Y, en todo ello se da la conversión a Dios: pues, si los cristianos pierden el sentido de esta conversión y si el Cristianismo presenta solamente el rostro de un humanismo sin dimensión religiosa se priva al mundo de un don divino. Con Juan Bautista, el precursor, el Reino de Dios está cerca. La voz severa que grita en el desierto nos prepara para el juicio de Dios, no con actos externos y rituales, sino con la conversión del corazón. Jesús continuará en esta línea de conversión: la opción por el Reino significará despego de sí, renuncia a toda forma de orgullo, disponibilidad y obediencia a los impulsos del Espíritu. El hombre que quiera seguir a Jesús, el hombre que quiera ver la salvación de Dios, será llamado a hacer el vacío en sí, y en cierto modo a perderse. Una conversión religiosa así, es accesible a todo hombre, de cualquier condición social o espiritual; no está ligada concretamente a ninguna práctica penitencial, aunque sí tiende a expresarse en acciones significativas y es propuesta a todos los hombres, porque todos somos pecadores, y Jesús mismo declara haber venido por los pecadores. Esta conversión religiosa, es un cambio radical de la mentalidad y de las actitudes profundas, que se manifiesta en una vida nueva y en acciones nuevas; es una disponibilidad total al servicio del amor a Dios y a los hombres. Por esto, S. Pablo pide a los filipenses en la segunda lectura de hoy: “que su amor siga creciendo más y más y se traduzca en un mayor conocimiento y sensibilidad espiritual. Así podrán escoger siempre lo mejor y llegarán limpios e irreprochables al día de la venida de Cristo, llenos de los frutos de la justicia, que nos viene de Cristo Jesús, para gloria y alabanza de Dios”. Héctor González Martínez Arz. de Durango

ACITIVIDADES DE ORACIÓN, DEPORTE Y CONVIVENCIA EN LA FIESTA PATRONAL DEL SEMINARIO

 El Seminario Conciliar Menor y Mayor de la Arquidiócesis, llevarán a cabo su fiesta patronal, el próximo sábado 8 de diciembre. Así lo informó el presbítero José Luis Loera Pérez, Rector de esta noble institución. “…la fiesta de la Inmaculada Concepción, patrona del Seminario Conciliar, será un evento muy completo. Primero se impartirán unas pláticas espirituales para todos los seminaristas, quienes luego de estos ejercicios de reflexión, convivirán con sus compañeros y el equipo formador en una comida. Por la tarde se tendrán diversas actividades deportivas entre los muchachos, Vísperas y un recital de música navideña, presentado por el coro de La Casa de la Cultura. La Celebración Eucarística de la fiesta patronal, se llevará a cabo en la Catedral de Durango y será presidida por el Excelentísimo Señor Arzobispo Don Héctor González Martínez, en punto de las 12:00 horas.” Expresó el Rector.

LA ARQUIDIÓCESIS PROMUEVE LOS DERECHOS HUMANOS

 La Pastoral Social de la Arquidiócesis de Durango, dio a conocer las diversas actividades con las que esta dimensión ayuda a reavivar la Fe en los laicos. El presbítero Salvador Jorge Blanco, encargado de dirigir la Pastoral Social comentó que: “…del 26 a 29 de noviembre estuvimos en un curso sobre Derechos Humanos, impartido por el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana en la Ciudad de México. En consecuencia a ello, nos dimos a la tarea de armar un equipo que trabaje en favor de los derechos humanos aquí en la Arquidiócesis. Aunado a esto, también tenemos el grupo llamado “Ministerio del Consuelo”, el cual está conformado por personas que se preparan con un psicólogo y con un servidor, para consolar a quienes que han sufrido o están sufriendo a consecuencia de la violencia. Este proyecto se ha aplicado de manera piloto en el Decanato Cristo Rey, pero gracias a la gran aceptación que ha tenido, se pretende ampliar la cobertura a los otros decanatos de la Arquidiócesis.” Expresó el sacerdote.

HOMENAJE A LA VIRGEN DE GUADALUPE EN LA ESCUELA DE LA CRUZ

El movimiento “Escuela de la Cruz” de la Arquidiócesis de Durango, llevó a cabo un homenaje a la Virgen de Guadalupe, el pasado 4 de diciembre en el templo de Nuestra Señora de Guadalupe en La Joya Poanas, Durango. Así lo informó el coordinador de los cruzados, el señor Eleuterio Pérez, quien comentó “La procesión se inició en la entrada de el pueblo y terminó en el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe, dónde el guía espiritual del movimiento, el Pbro. Ezequiel Maldonado Rentería celebró la Eucaristía. Al final de todas las actividades, se ofreció una comida – convivencia para todos los presentes, quienes desde muy temprano acudieron a dar gracias a la Virgen de Guadalupe.”

ENCUENTRO MATRIMONIAL RECIBE ENVÍO PARA EVANGELIZAR

El grupo católico “Encuentro Matrimonial” de la Arquidiócesis de Durango, llevará a cabo una asamblea general para reorganizar las actividades del mes; y la tradicional peregrinación al Santuario de la Virgen de Guadalupe para dar las gracias por las bendiciones recibidas durante el año. Así lo dieron a conocer Ramiro y Blanca Soto, coordinadores laicos de los matrimonios: “El 4 de diciembre, a las 19:00 horas, tendremos la Peregrinación al Santuario, siendo la explanada del mismo de el punto de partida. El sábado 8 de diciembre, se llevará a cabo la asamblea general, en la que participaran  las 17 comunidades que tiene el movimiento. En esta reunión, los matrimonios participarán en el taller denominado: *El Si que dio la Virgen María a Nuestro Señor*. Recibirán el envío para seguir evangelizando en sus comunidades. El sacerdote y coordinador espiritual de este movimiento, es el padre Mario de Jesús Castañeda Terrones” expresó el matrimonio.

 

CABALLEROS DE COLÓN RENUEVAN PROMESA

La sociedad fraternal de Caballeros de Colón de la Arquidiócesis de Durango, llevará a cabo la tradicional “Eucaristía del primer viernes de cada mes”, en la casa sede de la cofradía, en punto de las 20:30 horas. Así lo informó el señor Jorge Araujo Contreras, coordinador laico de la cofradía. “…estamos muy felices porque esta será la ultima Celebración del “primer viernes del mes” del año 2012. Nuestro asesor espiritual, el presbítero Enrique López Bugarín será el encargado de oficiar la Misa, evento que se envolverá de una atmósfera muy especial pues renovaremos la gran promesa hecha en nuestro apostolado, además de que ayudará para en un futuro ganar indulgencias y a servir a Dios con más Fe. A esta celebración pueden acudir todos los miembros del movimiento o cualquier católico que así lo desee”. Finalizó el señor Jorge.

CURSO DE FORMACIÓN PARA CATEQUISTAS EN GUATIMAPÉ

El Secretariado de Evangelización y Catequesis de la Arquidiócesis de Durango, acudió a la comunidad Parroquial de San Miguel Arcángel, Guatimapé, municipio de Nuevo Ideal, Durango, a organizar un Retiro Espiritual y un curso de formación para Catequistas del decanato “Mártires Jesuitas”. Así lo dio a conocer la hermana Guadalupe Ríos, del equipo del SEDEC: “…durante este fin de semana, estaremos junto con el párroco Pedro Roacho, trabajando en temas como: el Catecismo de la Iglesia Católica, y por supuesto el Año de la Fe. Lo anterior corresponde al seguimiento del plan de talleres que se están impartiendo en los diversos Decanatos de la Arquidiócesis, desde el mes de octubre y terminarán en enero del 2013”.

Episcopeo «La venida del Señor: tiempo de gracia, de gozo y de reconciliación»

            Iniciamos el año litúrgico y también las expectativas del mundo y de nuestro México se manifiestan en la esperanza del inicio de algo nuevo. Un nuevo gobierno en nuestro país, las “profecías mayas” del fin del mundo, el fin de año civil, la crisis económica mundial, el hambre en África, las migraciones, la pobreza, la guerra en el medio oriente y la creciente violencia, nos hacen querer escuchar cosas nuevas, noticias diferentes, de esperanza.

            El Adviento es para la Iglesia, para los discípulos del Señor, el tiempo que actualiza la espera del Señor, especialmente en la “escucha de la Palabra”.  Es la misma Palabra que se hizo carne para la salvación del mundo (Jn 1,14). Es el evento que constituye el comienzo del camino de los discípulos de Cristo. Es la Palabra recogida en las Escrituras Santas, y que instruye al discípulo para discernir cuales son las actitudes correctas para prepararse y recibir la vida abundante, la “gracia y la verdad” que vienen por Jesucristo (Jn 1,17).

            La venida de Cristo al mundo es la visita de Dios mismo anunciada por los profetas antiguos, y que anunciaron al pueblo un tiempo de restauración de todo lo humano que el pecado antes había destruido. Es un momento de salvación, dice Isaías: “Ahí viene el Señor Yahvé con poder, y su brazo lo sojuzga todo. Vean que su salario le acompaña y su paga le precede, como pastor que pastorea su rebaño recoge en brazos los corderitos, en el seno lo lleva” (Is 40, 10-11). La visita del Señor es un tiempo de gracia que remite al ministerio de perdón y reconciliación, especialmente para los perdidos o alejados de Dios.

La llegada de la salvación es gozo y es causa de alegría para todos, así la anunciarán los pastores en la noche de la Natividad. Al mismo tiempo el Adviento del Señor es el tiempo de la actuación de la misericordia del Dios-Amor. María se inspira en “Aquél que ha recordado su misericordia para siempre” (Lc 1,54) y es la clave para entender lo que hará el Mesías que viene: buscar y salvar lo que estaba perdido (Lc 19,10).

Ante esta acción de Dios en la historia humana, cuál es la actitud con la que debemos responder ?  El modelo es la actitud de María: la fe y la esperanza en la fidelidad divina. Es la actitud propia de los pobres de Yahvé, y es la manera humana y creyente de corresponder a Dios en ese encuentro maravilloso entre su riqueza y nuestra pobreza, ante su potencia y nuestra debilidad. Una actitud que lo espera todo de Dios, incluso la transformación de la historia negativa y violenta del mundo.

El inicio de este adviento, como tiempo de gracia es una invitación a vivir una vigilancia llena de esperanza en la venida del Señor. Una vigilancia-esperanza con una tonalidad de gozo responsable. Esperar a uno que se conoce y que se ama, a uno de quien depende lo más importante de la propia existencia. Al que esperamos es “nuestra justicia”. Además el Señor es alguien que se goza en la “santificación de los suyos”. Somos invitados como una comunidad de discípulos a preparar la “lámpara de nuestra fe” para recibir dignamente a Cristo en su segunda venida: para ello debemos estar atentos a los acontecimientos de la Historia que nos rodea y sobre las propias acciones, pero perseverantes en la fe. Somos llamados a imitar la misericordia de Dios hacia los demás.

La venida del Señor implica una evaluación de lo más profundo de la vida personal y comunitaria: una evaluación del corazón, de nuestras decisiones.

 

Durango, Dgo., 2 de Diciembre del 2012                 + Mons. Enrique Sánchez Martínez

                                                                                         Obispo Auxiliar de Durango

                                                                                      Email: episcopeo@hotmail.com

Homilía Domingo I de Adviento

                        Que es el Adviento

             Al iniciar hoy el Adviento, es necesario tener una clara conciencia de que inicia un tiempo distinto a las semanas anteriores. Es importante clarificar cual es el finalidad de estas cuatro semanas, para poder vivirlas como un todo progresivo. El Adviento es fundamentalmente el tiempo de la venida del Señor. Venida contemplada en dos aspectos: la venida escatológica y la venida histórica de Jesús.   

             La venida histórica son los 33 años que Jesús pasó conviviendo con nosotros en nuestra tierra; la venida escatológica será al final de los tiempos presentes, cuando se cumpla  el conjunto de esperanzas del antiguo y del nuevo testamentos; esperanzas que, en parte ya se han cumplido en Cristo y en la Iglesia, pero que en parte habrán de cumplirse en el curso de la historia o al fin del mundo. En la liturgia de Adviento se entremezclan continuamente los acentos de la venida histórica y de la venida escatológica.

             Para sensibilizar en el sentido del Adviento, se ambienta suprimiendo algunos signos festivos como el gloria y el color de los ornamentos; sin embargo, se mantienen otros signos festivos como el Aleluya. Es una manera de expresar que, mientras vivimos peregrinos en este mundo, algo falta para la fiesta completa. Pues sólo cuando el Señor esté de nuevo con su pueblo al final de los tiempos, la Iglesia podrá hacer su fiesta con todo esplendor.

            En este sentido, es importante que en este tiempo pongamos especial atención a las palabras del Padre Nuestro: “venga a nosotros tu reino” y las hagamos una jaculatoria a recitar frecuentemente. Corresponde a Cristo “realizar el plan de Salvación de su Padre en la plenitud de los tiempos; ese es el motivo de su misión. El Señor Jesús comenzó su Iglesia con el anuncio de la Buena Noticia, es decir, de la llegada del Reino de Dios prometido desde hacía milenios en las Escrituras. Para cumplir la voluntad del  Padre, Cristo inauguró el Reino de los cielos en la tierra. La Iglesia es el Reino de Cristo presente ya en misterio” (Catic 763).

             El Reino de Dios que Cristo predicaba no era una forma visible de gobierno temporal;  consistía en la sumisión de los corazones a su ley; para captar el carácter espiritual del reinado de Dios, S. Mateo utiliza la expresión de “Reino de los cielos”.

             En los Evangelios encontramos los consejos evangélicos de pobreza, obediencia y castidad por motivos del Reino. Y ciertamente hay en la Iglesia Universal incontables cristianos y cristianas que se consagran de tiempo completo durante toda la vida para hacer presentes los valores del Reino. Igualmente, son incontables los cristianos, que dedicados a los quehaceres del mundo, se esmeran por  implantar en el, la vida y la verdad, la justicia y la paz, la gracia, la santidad y el amor, como valores del Reino. Así mismo somos incontables los que buscamos vivir en nuestro propio estado de vida el sermón de la montaña: felices los que tienen espíritu de pobre; felices los que lloran, porque recibirán consuelo; felices los pacientes, porque heredarán la tierra; felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados; felices los compasivos, porque obtendrán misericordia; felices los de corazón limpio, porque verán a Dios; felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios; felices los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los cielos; felices ustedes, cuando por causa mía, los insulten, los persigan y les levanten toda clase de calumnias; alégrense y muéstrense contentos, porque su recompensa será grande en el Reino de los cielos (Mt 5, 3-12).

  Los consejos evangélicos, los ingredientes del Reino de Dios y las bienaventuranzas, son lo más fino del Reino de Cristo y nuestro.

|                      Héctor González Martínez

        Arz. de Durango