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“Jesús está en la cruz hasta el fin del mundo”

La celebración de los misterios de la muerte y resurrección del Señor nos invitan a contemplar el acontecimiento de la cruz de donde surge verdaderamente la pascua, la victoria de la vida en la entrega total de Jesús de Nazaret. El drama del proceso de Jesús es constante, aunque ocurrió una vez para siempre, nos interpela hoy a nosotros, e interpela la conciencia de sus seguidores de todos los tiempos.
En la Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo, Jesús es el justo condenado que sufre la violencia de parte de los pecadores. Esta lleno de alusiones bíblicas y pensado para el uso litúrgico en la comunidad.
La cena pascual (26,14-35) nos recuerda el gesto y las palabras de Jesús que invita a los discípulos a comer su cuerpo y a beber su sangre, signos proféticos de la entrega de su vida en la cruz, porque desea compartir con ellos el camino y el destino de su existencia. Jesús tiene la certeza de lo que va a ocurrir. En medio del dolor por la traición de “uno de los suyos” (Judas) y por la negación de Pedro, quien será “el depositario de su fidelidad”, el Maestro se dona en la presencia Eucarística para siempre.
El huerto de Getsemaní (26,36-46). ¡Un Jesús irreconocible! Él que mandaba a los vientos y a los mares y le obedecían, que decía a todos que no tuvieran miedo, ahora es presa de la tristeza y angustia. ¿Cuál es la causa? “Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa”, que indica todo el conjunto de sufrimientos que están a punto de abatirse sobre Él, y que indican “el pecado del mundo” que Él ha tomado sobre sí. Jesús es el modelo del perfecto orante que experimenta la «agonía» que supone la búsqueda y la aceptación sincera de la voluntad de Dios. Los discípulos son invitados a «velar» con Jesús, es decir, a compartir con él su destino adoptando su actitud del Hijo, orante y fiel.
¡Cristo está en agonía en el huerto de los olivos hasta el fin del mundo! No hay que dejarlo solo. Está en agonía allí donde hay un ser humano que lucha con la tristeza, el miedo, la angustia, la depresión, en una situación sin camino de salida. Podemos hacer muchas cosas por el Jesús que agoniza hoy en la tragedia del odio, la violencia del crimen organizado, la guerra, la pobreza, las persecuciones, la tragedia de los emigrantes…
El arresto (26,47-56). Subraya el camino doloroso de quienes se decían sus discípulos, sus seguidores. Ante la fragilidad humana, ante quienes practican la crueldad con Él y con los seres humanos, Jesús, que en el sermón de la montaña había declarado superada la venganza y la justicia de la ley del talión en las relaciones humanas (“ojo por ojo, diente por diente”), vuelve a manifestar su apasionado amor por el perdón y la no violencia. Él es el modelo de la no violencia.
El proceso judío (26,57-75) es la ocasión para la última y gran revelación de Jesús delante de su pueblo:»a partir de ahora verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso venir sobre las nubes del cielo». Llevado ante las máximas autoridades espirituales y sociales de su tiempo, declara su identidad y profetiza su función de “poder supremo en el Reino de Dios”. La solemne declaración de realeza, de mesianismo y de divinidad, provoca el total rechazo de Israel. Paradójicamente, mientras Jesús reconoce abiertamente su identidad de Hijo y juez universal, uno de sus discípulos, Pedro, el primero de ellos, reniega de su Maestro delante de las insistentes preguntas de dos criadas y un grupo de gente.
El proceso romano (27,1-31) deja en claro la elección de Israel (eligieron a Barrabás), la injusticia de las autoridades del imperio (Pilato) y la simpatía de los paganos (la mujer de Pilato). Esta última, iluminada por un sueño, invita al marido a no involucrarse en la suerte de «este justo». Jesús, como los antiguos profetas y justos perseguidos y condenados a lo largo de la historia bíblica (cfr. Mt 23,29.35), muere por haber anunciado la verdad de Dios en un mundo de falsedad y de injusticia. En la imagen de Jesús, objeto de burla y de ofensas de parte de los paganos como «rey de los judíos», se mezclan las características del Mesías humilde (Mt 21,5) y del siervo de Yahvéh, insultado y sometido a crueles torturas (Is 50,6).
La crucifixión (27,32-50) es el momento culminante del relato. Jesús muere como el justo perseguido y torturado injustamente. Delante de él desfilan la humanidad que blasfema, las fuerzas del cosmos que anuncian una manifestación divina (tinieblas y terremoto), los nuevos creyentes (el centurión), y la nueva humanidad liberada de la muerte por el Cristo (los muertos que salen de los sepulcros).
La muerte de Jesús. Jesús muere en total soledad, rechazado por los hombres y aparentemente abandonado por Dios. La cruz del Señor es, al mismo tiempo, abandono y donación sin reservas. El grito de Jesús: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?», no sólo da la medida de la profunda soledad y el sufrimiento del Señor, también indica su plena confianza en Aquel que lo puede salvar. El silencio de la cruz revela la infinita comunión del Padre y del Hijo, y la convierte en buena noticia para todos, los que como Jesús, viven y mueren rechazados por el mundo y aparentemente abandonados por Dios. En la cruz Jesús ha expiado con anticipación todo el ateísmo que existe en el mundo. No solo el de los ateos declarados, también el de los que viven “como si Dios no existiera”, relegándolo al último puesto de su propia vida. Dios es hoy “un marginado de la mayoría de los hombres”.
Sólo la fe en Jesús, muerto y resucitado, puede dar sentido a tantos silencios humanos y divinos que encontramos en el camino de nuestra vida. Es la fe en Jesús, muerto y resucitado, la que hace que la Iglesia esté siempre de parte de los humillados, los débiles, los oprimidos, y los crucificados de este mundo. Es la fe en Jesús la que mueve a la Iglesia a realizar su misión a imagen de su Señor, en el ocultamiento y la sencillez, en el rechazo al poder y a la gloria, con la mística de la cruz: en la humillación y el dolor por amor.

Durango, Dgo., 17 de Abril del 2011.

+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

Reflexión dominical Domingo de Ramos 17 de abril del 2011

La Cuaresma no termina aún. Tradicionalmente la Iglesia termina la Cuaresma el llamado Jueves Santo con dos celebraciones; temprano se celebra una Eucaristía con la reconciliación de los penitentes. A media mañana, se celebra la Eucaristía sacerdotal en que se bendicen los Óleos para enfermos, para catecúmenos y el Santo Crisma con que se ungen los Sacerdotes, los altares y los templos; en nuestra Arquidiócesis, esta Eucaristía se adelanta al martes, para dar oportunidad de asistir a los Sacerdotes lejanos. Leer más

Circular 05/ 2011. La beatificación de Juan Pablo II.

A LOS OBISPOS AUXILIAR Y EMÉRITOS, AL PRESBITERIO, A LA VIDA CONSAGRADA, ORGANISMOS APOSTOLICOS, SEGLARES COMPROMETIDOS, SEMINARISTAS Y FIELES DE LA ARQUIDOCESIS:

Está cercano el día 1° de mayo, en que toda la Iglesia Universal vivirá el memorable acontecimiento de la Beatificación del Papa Juan Pablo II, proclamado por el ministerio pontificio de S.S. Benedicto XVI.
Invito a toda la Iglesia Particular de la Arquidiócesis a que estemos enterados del júbilo en Jesucristo Señor, por la misión de Juan Pablo II como pastor de toda la Iglesia que respondió al llamado a la Santidad y ahora que va a ser beatificado es un intercesor ante la Misericordia Divina.

Sugiero que en preparación para el acontecimiento, en todas las Parroquias, Capellanías, Casas religiosas y Sedes de los Movimientos apostólicos, se tenga una semana de oración y reflexión sobre los temas del Papa en Durango. Horas Santas de adoración al Santísimo para agradecer el testimonio de vida y la labor evangelizadora del nuevo Beato. Se tengan proyecciones de películas, videos, reseñas graficas relativos a la Visita que hiciera a Durango en los varios eventos que se organizaron.

El día de la beatificación, se decoren las fachadas de los Templos y de las casas particulares con los colores blanco y amarillo; y en la Liturgia se una la celebración de la Divina Misericordia con la devoción que el Papa manifestó a Cristo, Revelador del Amor Misericordioso del Padre. En Catedral se solemnizará la Eucaristía del domingo 1° de mayo.

Otras sugerencias que también se pueden realizar, como por ejemplo el Descanto Santa Teresita del Niño Jesús, prepara el día 7 de mayo una procesión desde la tienda Wall Mart Fco. Villa hasta el Monumento erigido como recuerdo de su Visita en la explanada de la Soriana Jardines
con una celebración Eucarística.

En el CERESO habrá Eucaristía y un evento social. El día 9 de mayo aniversario del Papa en Durango, los Empresarios están preparando un evento en el Teatro Ricardo Castro, con la participación del Sr. Cardenal Norberto Rivera Carrera.

En la Reunión del Consejo Presbiteral el día 4 de abril, se dieron más sugerencias factibles de llevar a los Decanatos, Parroquias y Capellanías, por lo que les suplico las tomen en cuenta para solemnizar el acontecimiento al que nos preparamos, pero siendo nosotros mismos promotores de la cercanía de los santos y de la tarea evangelizadora de la Iglesia.

Que el amor a Cristo Resucitado y a su Iglesia, nos motiven a imitar el amor que Juan Pablo II tuvo, así como su devoción a la Morenita del Tepeyac, su oración, su alegría y el espíritu festivo, a que nosotros presentemos el sufrimiento de nuestro Pueblo por un compromiso de transformar las realidades con la fuerza del Evangelio.

Durango, Dgo., a 13 de abril 2011.

+Héctor González Martínez
Arzobispo de Durango.

José de la Luz Guerrero Haro
Secretario Canciller.

Circular 7/2011 Colaboración Diocesana-Diezmo

A los Presbíteros de los Decanatos: San Mateo Correa, Sta. Teresita del Niño Jesús, Ntra. Sra. de Guadalupe, Cristo Rey y San Juan Bautista.

Estimados Padres:

Les saludo con deseos de gracia y paz en Cristo, augurándoles en estas fiestas de Pascua, que Jesús Resucitado marque huella en sus vidas para gloria de Dios y mayores frutos en su ministerio.
Como cada año me dirijo a ustedes para que convoquen a sus parroquias o Capellanías para realizar la Colecta de COLABORACION DIOCESANA-DIEZMO de este año 2011.

El tiempo fuerte de promoción será el 1 de mayo al 2 de Junio. Por lo tanto les pido que, por Decanatos realicen una buena promoción y organización de tal manera que lleguen a todas sus comunidades, Barrios, Colonias o Fraccionamientos. Este es un tiempo corto de promoción, pero durante todo el año deberás motivar a tu comunidad para que colabore con su Iglesia Diocesana.

La petición se hará casa por casa. Por lo tanto, motiven y preparen a un número suficiente de laicos como Colectores para este servicio que es parte de nuestra misión evangelizadora, pues a quienes somos Iglesia de Cristo, nos compete ayudar también con aportaciones económicas para el sostenimiento de las obras y acciones diocesanas.
Habrá un apoyo, en cuanto a la propaganda, de parte de la economía diocesana. Con tiempo, es necesario que se pongan en contacto con el P. Francisco Javier Valles Vela para solicitar lo que necesiten: Posters, recibos, engomados, credenciales, etc.

Gracias por su colaboración

Afectísimo en Cristo.

+Héctor González Martínez
Arz. de Durango

Pbro. Lic. José de la Luz Guerrero Haro
Secretario Canciller

Circular 6/2011 Colaboración Diocesana-Diezmo

Durango, Dgo. 11 de Abril del 2011

A los Presbíteros de los Decanatos: Zacatecas, San Luís Batis, Nueva Vizcaya, Santa María de los Llanos, Pbro. Carlos Rojas Soto, San Miguel, Mártires Jesuitas y Señor de los Guerreros.

Estimados Padres:

Les saludo con deseos de gracia y paz en Cristo, augurándoles en estas fiestas de Pascua, que Jesús Resucitado marque huella en sus vidas para gloria de Dios y mayores frutos en su ministerio.
Como cada año me dirijo a ustedes para que convoquen a sus parroquias o Capellanías para realizar la Colecta de COLABORACION DIOCESANA-DIEZMO de este año 2011.

Esta colecta la organizarán como Decanatos y decidirán el mejor tiempo para realizarla en todas las Parroquias y capellanías del Decanato. Especialmente a las Sedes Parroquiales que son poblaciones semiurbanas, les pedimos que la realicen casa por casa; por lo tanto, motiven y preparen a un número suficiente de laicos como Colectores para este servicio que es parte de nuestra misión evangelizadora, pues a quienes somos Iglesia de Cristo, nos compete ayudar también con aportaciones económicas para el sostenimiento de las obras y acciones diocesanas.

Habrá un apoyo, en cuanto a la propaganda, de parte de la economía diocesana. Con tiempo, es necesario que se pongan en contacto con el P. Francisco Javier Valles Vela para solicitar lo que necesiten: Posters, recibos, engomados, credenciales, etc.

Gracias por su colaboración

Afectísimo en Cristo.

+Héctor González Martínez
Arz. de Durango

Pbro. Lic. José de la Luz Guerrero Haro
Secretario-canciller

El Papa Juan Pablo II en Durango: la propiedad, el empleo y el salario justo

El papa Juan Pablo II, exhorta a los empresarios sobre la “grave responsabilidad respecto a las personas que trabajan en vuestras empresas”. En su Mensaje afirma “no olvidéis que el único título legítimo para la propiedad de los medios de producción es que sirvan al trabajo”. Este es un tema que ya había desarrollado en la Encíclica “Laborem exercens” (1981); cuando trata el conflicto entre trabajo y capital, afirma que hay que hacer precisiones concretas en cuanto a la relación entre trabajo y propiedad, “no se trata sólo de conceptos abstractos o de fuerzas anónimas, que actúan en la producción económica. Detrás de uno y otro concepto están los hombres, los hombres vivos, concretos; por una parte aquellos que realizan el trabajo sin ser propietarios de los medios de producción, y por otra aquellos que hacen de empresarios y son los propietarios de estos medios, o bien representan a los propietarios” (núm. 14). En el centro de esta problemática está el problema de la propiedad.
La Doctrina Social de la Iglesia desde la Encíclica Rerum Novarum(1891), y después con Mater et Magistra (1961), ha puesto el acento sobre este problema, recordando y confirmando la doctrina de la Iglesia sobre la propiedad, sobre el derecho a la propiedad privada, incluso cuando se trata de los medios de producción. Este principio que enseña la iglesia en su magisterio social, “siempre lo ha entendido en el contexto más amplio del derecho común de todos a usar los bienes de la entera creación: el derecho a la propiedad privada como subordinado al derecho al uso común, al destino universal de los bienes” (Laborem exercens 14). En base a este principio el Papa exhorta a los empresarios que una de “vuestras mayores responsabilidades ha de ser la creación de puestos de trabajo”.
Un problema fundamental es el conseguir trabajo. El desempleo es una de las grandes lacras, especialmente en los países como México: encontrar un empleo adecuado para todos los sujetos capaces de él. Son los empresarios y las instituciones gubernamentales, quienes deben generarlos con adecuadas políticas laborales. Hay que actuar contra el desempleo, ya que es un mal y puede convertirse en una verdadera calamidad social. Es un problema doloroso, cuando los afectados son principalmente los jóvenes, quienes, después de haberse preparado técnica y profesionalmente, no logran encontrar un puesto de trabajo y ven así frustradas sus expectativas para trabajar y su disponibilidad a asumir la propia responsabilidad para el desarrollo económico y social de la comunidad. Ayudar a los desocupados y sus familias, que puede ser a través de subsidios, es un deber y una obligación que brota del principio fundamental del uso común de los bienes, del derecho a la vida y a la subsistencia.
El Papa Benedicto XVI, retoma este problema en el contexto del desarrollo: “Al considerar los problemas del desarrollo, se ha de resaltar la relación entre pobreza y desocupación. Los pobres son en muchos casos el resultado de la violación de la dignidad del trabajo humano, bien porque se limitan sus posibilidades (desocupación, subocupación), bien porque se devalúan los derechos que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y de su familia” (”Caritas in veritate”, 63).
El otro tema que aborda el Santo Padre Juan Pablo II (Mensaje a los Empresarios 1990), respecto a la responsabilidad de los empresarios hacia las personas, es la cuestión del salario justo. “Como he escrito en la Encíclica “Laborem Exercens”: no existe en el contexto actual otro modo mejor para cumplir la justicia en las relaciones trabajador-empresario que el constituido precisamente por la remuneración del trabajo” (núm. 7). Este es el problema clave de la ética social: la justa remuneración por el trabajo realizado, su salario, hoy es el único modo de cumplir mejor la justicia en las relaciones trabajador-empresario. A través de la remuneración del trabajo, es como los seres humanos pueden acceder a los bienes que están destinados al uso común: tanto los bienes de la naturaleza como los que son fruto de la producción. El salario justo es la verificación concreta de la justicia de todo el sistema socio-económico y de su justo funcionamiento.
“Una justa remuneración por el trabajo de la persona adulta que tiene responsabilidades de familia es la que sea suficiente para fundar y mantener dignamente una familia y asegurar su futuro. Debe recibir un salario familiar. Qué significa ésto? “un salario único dado a la cabeza de familia por su trabajo y que sea suficiente para las necesidades de la familia sin necesidad de hacer asumir a la esposa un trabajo retribuido fuera de casa. Esto puede ser a través de algunas medidas sociales, como subsidios familiares o ayudas a la madre que se dedica exclusivamente a la familia” (Laborem exercens, 19).
La organización del proceso laboral debe respetar las exigencias de la persona y sus formas de vida, sobre todo de su vida doméstica, teniendo en cuenta la edad y el sexo de cada uno. Es un hecho que las mujeres trabajan en todos los sectores de la vida. Pero es conveniente que ellas puedan desarrollar plenamente sus funciones según la propia índole, sin discriminaciones y sin exclusión de los empleos para los que están capacitadas, y sin perjudicar sus aspiraciones familiares y el papel específico que les compete para contribuir al bien de la sociedad junto con el hombre. “La verdadera promoción de la mujer exige que el trabajo se estructure de manera que no deba pagar su promoción con el abandono del carácter específico propio y en perjuicio de la familia en la que como madre tiene un papel insustituible” (Ibid).
Además del salario, entran en juego otras prestaciones sociales que tienen la finalidad de asegurar la vida y la salud de los trabajadores y de su familia. Los gastos relativos al cuidado de la salud, del trabajador y de su familia, también en caso de accidentes de trabajo. El derecho al descanso, regulando el descanso semanal y las vacaciones. El derecho a la pensión, al seguro de vejez y en caso de accidentes relacionados con el trabajo. Además de estos derechos principales, existen otros derechos particulares que también son necesarios para promover una mejor relación entre el trabajador y el empresario. Entre estos derechos hay que tener siempre presente el derecho al ambiente de trabajo y a procesos productivos que no comporten perjuicio a la salud física de los trabajadores y no dañen su integridad moral (Ibid).
En la búsqueda de soluciones para el desempleo, hoy debemos escuchar la voz de la Iglesia, que con su Magisterio Social, quiere orientarnos en la búsqueda de una mayor justicia social.

Durango, Dgo., 10 de Abril del 2011.

+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

email:episcopeo@hotmail.com

Reflexión dominical Domingo V de Cuaresma; 10-IV-2011 Cristo resucitado para nuestra vida

Habla el profeta Ezequiel: “Reconozcan que yo soy el Señor, cuando abra sus tumbas y les resucite de sus sepulcros, oh pueblo mío”. Los hebreos en el exilio se abandonaron al pesimismo y se decían: ‘nuestros huesos están secos, nuestra esperanza se ha terminado’; en cambio, para el profeta se está en un tiempo de esperanza en la acción poderosa de Dios; sí, Dios vencerá el exilio y conducirá de nuevo a Israel a su tierra y ese día será como una nueva creación. Así, en una tensión mesiánica, se dibuja la idea de una renovación total. Leer más

El Papa Juan Pablo II en Durango: el empresario, el trabajo y la dignidad de la persona

Existen dos cuestiones importantes en el mundo de la empresa, el trabajo y la actividad económica. Es un campo que los hombres y mujeres de empresa deben plantearse a fondo y en serio. Y como empresarios católicos, no solo tratar el tema desde lo meramente técnico, sino teniendo en cuenta un horizonte mucho más amplio: el ser humano como persona.
Solo de ésta manera y generando una corriente de solidaridad real y eficiente en el mundo del trabajo, se podrán enfrentar los grandes retos como la pobreza, la miseria, que existen en grandes sectores de Latinoamérica y en concreto de México. Estos van en contra de dignidad de la persona y de su libertad. Para esto, no solo se debe luchar desde el ámbito de la política al generar más democracia en nuestros pueblos, sino también a través del ingenio y del trabajo de todos, y en especial, de los hombres y mujeres de empresa, ya que dentro de la sociedad ocupan un lugar destacado y decisivo para generar empleos, salarios bien remunerados, etc.
¿Cual es el perfil característico del hombre y de la mujer de empresa? Lo más importante que debe sobresalir es la actitud de servicio al bien común. Se trata de algo que va más allá del mero humanitarismo; es decir, no solo para ayudar ante urgencias ocasionales. Sino, más bien, “en una disponibilidad constante, en una manera de concebir la propia función de empresario, en un estilo que marca su modo de hacer”. Aceptar con todas sus consecuencias la responsabilidad que tienen como empresarios.
Cual es el “bien común” responsabilidad del hombre de empresa? “el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección… abarca el conjunto de aquellas condiciones de vida social con las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección” (Gaudium et spes 26,74).
El bien común afecta a la vida de todos. Tiene tres elementos esenciales: a) el respeto a la persona en cuanto tal. En nombre del bien común, los empresarios están obligados a respetar los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana. La empresa debe ayudar y permitir a cada uno de sus trabajadores realizar su vocación. b) El bien común exige el bienestar social y el desarrollo del grupo mismo. El desarrollo es el resumen de todos los deberes sociales, la empresa debe facilitar a cada uno lo que necesita para llevar una vida verdaderamente humana: alimento, vestido, salud, trabajo, educación y cultura, información adecuada, derecho de fundar una familia. c) El bien común implica la paz, es decir, la estabilidad y la seguridad de un orden justo. También desde la empresa se debe colaborar con la seguridad de la sociedad y la de sus miembros.
La responsabilidad a la que llama el Papa Juan Pablo II a los hombres y mujeres de empresa se centra en tres ejes fundamentales: las personas que forman parte de las empresas, la sociedad y el ambiente.
Existe “una grave responsabilidad respecto a las personas que trabajan en vuestras empresas”, expresaba el Papa. Y la enfoca en dos temas principales: el trabajo y la cuestión del justo salario.
En su Encíclica “Laborem exercens” (sobre el Trabajo Humano), aborda ampliamente estos temas. “Afortunadamente, se ha acrecentado la conciencia de que el trabajo humano no puede ser contemplado desde la mera perspectiva comercial, como una mercancía que se compra o se vende”. Esta forma de pensar respecto al trabajo ha ido evolucionando, cediendo a un modo más humano de pensar y valorar el trabajo, aunque habrá siempre el peligro de considerarlo como una “mercancía”, o como una “fuerza necesaria” para la producción (Laborem excercens 7).
Esto ha dado lugar a una solidaridad de los hombres del trabajo y a una toma de conciencia más comprometida sobre los derechos de los trabajadores por parte de los demás, lo que ha generado, en muchos casos, cambios profundos. “Se han ido buscando diversos sistemas nuevos. Se han desarrollado diversas formas de neocapitalismo o de colectivismo. Con frecuencia los hombres del trabajo pueden participar en la gestión y en el control de la productividad de las empresas. Por medio de asociaciones adecuadas, ellos influyen en las condiciones de trabajo y de remuneración, así como en la legislación social. Pero al mismo tiempo, sistemas ideológicos o de poder, así como nuevas relaciones surgidas a distintos niveles de la convivencia humana, han dejado perdurar injusticias flagrantes o han provocado otras nuevas (Laborem exercens 8)”.
Hay algo inseparable del trabajo y que es de máxima importancia: la dignidad de la persona. La intención fundamental y primordial de Dios respecto del hombre, que Él “creó… a su semejanza, a su imagen” (Gen. 1,26-27), no ha sido revocada ni anulada ni siquiera cuando el hombre, después de haber roto la alianza original con Dios, oyó las palabras: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan” (Gen. 3.19). Estas palabras se refieren a la fatiga a veces pesada, que desde entonces acompaña al trabajo humano; pero esto no cambia el hecho de que éste es el camino por el que el hombre realiza el “dominio”, que le es propio sobre el mundo visible “sometiendo” la tierra. Con toda esta fatiga el trabajo es un bien del hombre…Y es no sólo un bien “útil” o “para disfrutar”, sino un bien “digno”, es decir, que corresponde a la dignidad del hombre, un bien que expresa esta dignidad y la aumenta. Queriendo precisar mejor el significado ético del trabajo, se debe tener presente ante todo esta verdad. El trabajo es un bien del hombre (es un bien de su humanidad), porque mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en un cierto sentido “se hace más hombre” (LE 9).
Sin duda el tema del trabajo del que nos habló el Papa Juan Pablo II en su visita a la Arquidiócesis de Durango en mayo de 1990, es de gran actualidad.

Durango, Dgo., 3 de Abril del 2011.

+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

email:episcopeo@hotmail.com

Reflexión dominical IV Domingo de Cuaresma; 3-IV-2011 La luz ante las tinieblas

El tema en este 4º. Domingo de Cuaresma es el tema de la luz. Leamos de la carta de S. Pablo a los efesios: “hermanos, antes eran tinieblas; ahora son luz en el Señor. Compórtense como hijos de la luz; el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad”. Así define S. Pablo a los cristianos, escogidos y elegidos de Dios. Esto es el resultado de Cristo-luz y de la aceptación por parte del hombre, que como Cristo se convierte en luz. El compromiso de quien ha resultado luz en Cristo, no es sólo de huir del mal o de obrar el bien; sino, también de denunciar las obras de las tinieblas y convencerlas de culpa. Así, el cristiano continúa la acción de Cristo. Así, se es luz y así se ilumina al mundo. Leer más

Circular 06/2011. Aportación para la Casa Sacerdotal

A TODOS LOS SACERDOTES DE LA ARQ IDIOCESIS DE DURANGO

Muy estimados hermanos en el Señor:

La Casa Sacerdotal ha estado en permanente construcción, gracias al empeño del comité, integrado por laicos, que se han dado a la tarea de conseguir aportaciones económicas y donativos en especie (material de construcción). De acuerdo a una meta que nos hemos propuesto, al inicio del próximo año, Dios mediante, estaremos terminando con la primera etapa y estará a disposición para poder tener un lugar donde recibir a nuestros hermanos sacerdotes enfermos y mayores que lo necesiten.

Para esto es necesaria la aportación del presbiterio. Un acuerdo tomado por todos, en el Consejo Presbiteral, es el de una aportación de todos los sacerdotes de una cantidad mensual de $500.00, a partir del mes de agosto del 2010. Algunos sí la han hecho pero un gran número de sacerdotes no han aportado o se han retrasado.

Los invitamos a ponerse al corriente en sus aportaciones. Por ello les hacemos llegar un informe por Decanato para que, motiven esta aportación. Les pedimos especialmente a los Decanos que se responsabilicen y nos envíen cada mes la aportación.

Pedimos a Nuestro Señor que la vivencia de la cuaresma, nos haga crecer en la caridad sacerdotal.

Durango Dgo., a 1 de Abril del 2011

+Mons. Héctor González Martínez
Arzobispo de Durango

+ Mons. Enrique Sánchez Mtz.
Obispo Auxiliar
Coordinador de la Comisión del Clero