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Homilía Domingo XIV Ordinario; 7-VII-2013

doveEl domingo pasado meditamos el tema “cristiano es, quien escoge a Cristo y lo sigue”; hoy tomamos por tema, “los cristianos, discípulos mensajeros de la salvación”.

El exilio pasó, pero la soñada restauración de la ciudad no llegaba. Entre el pueblo de Israel, circulaba escepticismo acerca de la omnipotencia de Dios o al menos acerca de su real intervención.

A los escépticos amenazaba el castigo de Dios; a los que esperaban contra toda esperanza y que son realistas, va dirigida esta promesa divina: Jerusalén será una ciudad de prosperidad y de alegría; Dios se presentará en ella como consolador de su pueblo con la paz, la prosperidad y la bendición; estas promesas serán para los que las esperan y las acogen.

        Pablo, concluyendo su carta, se dirige a los que predican otro evangelio y los acusa de vivir según la carne, para huir de las persecuciones causadas por la cruz de Cristo. S. Pablo, no quiere otro provecho, que la cruz de Cristo, expresión de la suprema debilidad a los ojos de la carne, pero en realidad la única causa de salvación. En verdad, sólo la cruz y quien la vive en su propia vida, puede abatir lo que es viejo y dar al mundo una nueva vida hecha de unidad y de paz; porque es mediante la cruz que los hombres se reconcilian entre sí y con Dios.

            En todo el continente americano estamos en misión, como anuncio de esperanza. El hombre aspira a la paz, pero hace la guerra; el hombre quiere amar y ser amado, pero muchas veces no ama y no es amado. El hombre quiere la justicia, la igualdad, pero comete injusticias, produce estructuras injustas y opresivas. El hombre, en la profundidad de su ser, es búsqueda del ser viviente, pero produce ídolos muertos, niega y rechaza a la fuente. El hombre quiere la vida en plenitud sin fin y a todo nivel, pero en cambio encuentra la enfermedad y la muerte.

            El discípulo de Cristo, anuncia que las contradicciones más amargas de la existencia serán resueltas, que las aspiraciones más profundas del hombre serán realizadas por intervención gratuita de Dios, de modo insospechado e inaudito, resultando la victoria completa del mal, pues: lo que es imposible para el hombre es posible para Dios. La salvación viene anunciada y realizada en un mundo dominado por la lógica del  pecado. Por ello, la salvación tiene un tiempo negativo, esto es la liberación de todas las fuerzas demoníacas que enajenan al hombre de sí mismo y de Dios. Esta salvación no será realizada de golpe; el mal no será vencido inmediatamente, no será combatido con armas potentes, mediante el poder, como pensaban los hebreos.

              El mensajero de la salvación se encuentra entre estas fuerzas demoníacas, es como un cordero en medio de lobos: no hay misión sin persecución, sin sufrimiento, sin cruz: la cruz es la gloria del misionero y de todo cristiano, porque lo coloca en una existencia nueva. La cruz por el Reino de Dios, aceptada con amor, es el signo de la victoria sobre el mal y sobre la muerte. Para el cristiano, la certeza de su resurrección, se apoya en el hecho que él esta crucificado a las pruebas y a la contradicción.

            La prueba no es para S. Pablo sólo aguantar el sufrimiento, tampoco una mera ocasión de vida moral, ni una simple aceptación de la cruz de Jesús; sino que la prueba es el lugar de la esperanza y del anuncio del Reino que viene; y que los misioneros y predicadores, del Evangelio proclamamos con las palabras y con los hechos de la vida, para confirmar que el mundo nuevo es posible y que ya ha iniciado.

            A la lógica del mundo viejo, opongamos la lógica de Dios. En un mundo de lobos, dominado por la agresividad, nuestra presencia testimonial y silenciosa sea una condena radical de la violencia bestial.

Héctor González Martínez

Arz. de Durango

A toda la ciudadanía y a toda la feligresía con credencial de elector

Cartel Elecciones 2013 TITULO 2-01Consejo Diocesano de Reflexión 

El próximo domingo 7 de julio, será la Jornada Electoral, para la elección del próximo Congreso y de todos los H. Ayuntamientos del Estado.

             Ante el fantasma del abstencionismo y del desaliento que se dejan ver, la Arquidiócesis ofrece su palabra de fe, de optimismo y de responsabilidad cívica exhortando a la edificación de una sociedad más democrática  y participativa.

             Tu voto es más importante de lo que crees: el voto es el principio de la Democracia, ejércelo; acude a las urnas, con la certeza de que tu voto cuenta;  una característica de la persona humana es el ejercicio de la libertad,  manifiesta tu libertad, ejerciendo tu derecho a elegir tus autoridades: ejerce tu libertad votando.

             Hacemos un llamado a todos los ciudadanos a emitir su voto con fe y esperanza, sin temor y sin miedo. Votar para elegir a quienes nos gobiernen es un derecho y un deber, es un acto soberano. Acude a votar en conciencia, de acuerdo a tus principios, de manera responsable y con determinación.

             Al votar por un candidato o por un partido debes verificar que, a quien elijas, respete tu libertad, tu autonomía, se interese por tu bienestar y el de tu familia, y esté de acuerdo a los principios superiores de la moral, de la ética y no conforme a los intereses egoístas.

 Al votar participas en la construcción de un mejor lugar para vivir y puedes influir para cambiar las condiciones de vida en nuestro Estado de Durango.

Durango, Dgo.  28 junio del 2013.

 Enrique Sánchez Martínez                                Héctor González Martínez

      Ob. Aux. de Durango                                                Arz. de Durango

 

CONSEJO DIOCESANO DE REFLEXIÓN

Cartel Elecciones 2013 TITULO 2-01

   A toda la ciudadanía y a toda la feligresía con credencial de elector

El próximo domingo 7 de julio, será la Jornada Electoral, para la elección del próximo Congreso y de todos los H. Ayuntamientos del Estado.

             Ante el fantasma del abstencionismo y del desaliento que se dejan ver, la Arquidiócesis ofrece su palabra de fe, de optimismo y de responsabilidad cívica exhortando a la edificación de una sociedad más democrática  y participativa.

             Tu voto es más importante de lo que crees: el voto es el principio de la Democracia, ejércelo; acude a las urnas, con la certeza de que tu voto cuenta;  una característica de la persona humana es el ejercicio de la libertad,  manifiesta tu libertad, ejerciendo tu derecho a elegir tus autoridades: ejerce tu libertad votando.

             Hacemos un llamado a todos los ciudadanos a emitir su voto con fe y esperanza, sin temor y sin miedo. Votar para elegir a quienes nos gobiernen es un derecho y un deber, es un acto soberano. Acude a votar en conciencia, de acuerdo a tus principios, de manera responsable y con determinación.

             Al votar por un candidato o por un partido debes verificar que, a quien elijas, respete tu libertad, tu autonomía, se interese por tu bienestar y el de tu familia, y esté de acuerdo a los principios superiores de la moral, de la ética y no conforme a los intereses egoístas.

 Al votar participas en la construcción de un mejor lugar para vivir y puedes influir para cambiar las condiciones de vida en nuestro Estado de Durango.

Durango, Dgo.  28 junio del 2013.

 Enrique Sánchez Martínez                                Héctor González Martínez

      Ob. Aux. de Durango                                                Arz. de Durango

 

Homilia Domingo XIII; 30-VI-2013

Cristiano es, el que escoge a Cristo y lo sigue

             En la primera lectura, tomada del primer libro de los Reyes, dijo el Señor a Elías: “ungirás a Eliseo hijo de Safat, de AbelMecola, como profeta en tu lugar”. Tenemos aquí una llamada que el profeta Elías hace en nombre de Dios, con un gesto simbólico: arroja sobre Eliseo su manto, símbolo de su personalidad y de sus derechos, y le transmite su espíritu profético. Eliseo sabe lo que le sucedió, y obedeciendo a la voz de Dios, deja todo y sigue a Elías.

             En el Evangelio de hoy, S. Lucas narra que “Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió delante a mensajeros, los que entraron en una aldea de samaritanos preparando su llegada. Pero, los samaritanos no lo quisieron recibir…Acercándose a otra aldea, uno le dijo: te seguiré a dondequiera que vayas. Jesús respondió: las zorras tienen guaridas y las aves del cielo tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza. A otro le dijo; sígueme, el cual le contestó: Señor, concédeme ir a sepultar a mi padre; Jesús le replicó: deja que los muertos sepulten a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios. Otro le dijo: Te seguiré, Señor; pero, deja que primero me despida de mis familiares. Jesús le respondió: nadie que pone mano al arado y vuelve atrás es apto para el Reino de Dios”. Este trozo está compuesto de tres partes desiguales: 1.- Jesús, convencido que su fin está próximo se dirige decididamente a Jerusalén; 2.- el rechazo de los samaritanos le da motivo para una enseñanza sobre la paciencia; 3.- quien quiera seguirlo, siguiendo su ejemplo debe disponerse a sufrir incomodidades y llegar a rupturas que pueden herir sicológicamente. En esta página del Evangelio de S. Lucas, Jesús aparece como maestro: pocos episodios, muchos dichos y enseñanzas.

             En todas las religiones, los grandes maestros han tenido discípulos asiduos a las enseñanzas y preocupados de recoger sus palabras. Esto sucede también en la Biblia, de un modo muy particular, viviendo el pueblo en un régimen de alianza y de fe.  La alianza no se apoya en tradiciones de maestro a discípulo, sino en sí misma. Ciertamente el pueblo elegido necesitaba guías que lo orientaran en la lectura de fe de los sucesos; pero esta necesidad es provisional y los mismos profetas esperaban un porvenir en que Dios mismo amaestraría los corazones sin la mediación de maestros terrenos, y todos serían discípulo de Dios (Is 54, 13).

            Así, en el Nuevo Testamento, los discípulos estamos llamados a compartir el destino de Jesús. Durante todo su ministerio, Jesús se presenta como un maestro que congrega a sus discípulos en torno a Él.

El llamado, para poder colaborar a la misión divina del Mesías, debe estar dispuesto a compartir la vida y el destino de Jesús, reconociéndolo y aceptándolo como elección de vida. No se trata tanto de adherirse a una doctrina, sino de comprometerse con su persona.

             Ahora que en la Arquidiócesis vamos repitiendo e insistiendo: “ser y hacer discípulos y misioneros”, nos estimula meditar que la vida en común con el Maestro, transforma al discípulo en seguidor  y colaborador de Jesús. Jesús lo prepara para esta tarea-deber y lo coloca en grado de difundir con poderes divinos el reclamo del Dios de Israel. Los Doce Apóstoles cumplen otra función: son expresión viviente del reclamo mesiánico dirigido por Jesús a todo Israel: el acto de caminar y seguirlo representa para ellos en cierto modo una profesión. Por ello, deben abandonar la profesión que ejercían precedentemente: hombres del mar, recaudadores de impuestos, etc.

             Los evangelios sinópticos, narran los encuentros históricos de Jesús, con aquellos a quienes invita a seguirlo; pero, los encuentros y las invitaciones persisten como una llamada viviente para los cristianos de todos los tiempos. Todos los hombres, han de sentirse llamados a dar una respuesta y tomar una decisión.

Héctor González Martínez

     Arz. de Durango               

Homilía Domingo XI Ordinario; 16-VI-2013

El amor gratuito de Dios vence el pecado

             Reinando el rey Saúl, el profeta Samuel ungió  a David como rey; cuando ya reinaba David, después de su gran pecado el profeta Natán le dijo : “así dice el Señor Dios de Israel: te ungí rey de Israel, te libré de las manos de Saúl, puse en tus brazos las mujeres de tu señor, te di la casa de David y de Israel… ¿por qué pues, despreciaste la palabra del Señor, haciendo lo que es mal a sus ojos?: con espada mataste a Urías y tomaste por esposa a su mujer … La espada no se alejará de tu casa, porque tú me despreciaste… David respondió al profeta: pequé contra el Señor; Natán respondió: el Señor persona tu pecado”.

 David, ungido rey por el profeta Samuel con aceite de olivo en su cabeza, fue un gran rey, pero también un gran pecador; después de su grave pecado, pasa a un intenso arrepentimiento y alcanza el perdón, reconociendo en pocas palabras: “pequé contra el Señor”; como el amor gratuito de Dios vence el pecado, David se puso disponible a la palabra de Dios, dejándose corregir y educar por ella.

  En el Evangelio de S. Lucas, un fariseo invitó a Jesús a comer a su casa, pero al entrar Jesús, el fariseo no le ofreció agua para lavarse los pies, ni le dio el beso de paz. En cambio, una mujer pecadora pública, “se puso detrás de Jesús y comenzó a llorar, con sus lágrimas bañaba sus pies, los enjugaba con su cabellera, los besó y los ungió con perfume… El fariseo  pensaba mal y murmuraba: si este hombre fuera profeta, sabría qué clase de mujer es la que lo está tocando; sabría que es una pecadora”. Este episodio es una página típica de S. Lucas: confronta el obrar de la pecadora y el obrar del fariseo en relación a Jesús:

la mujer tiene un encuentro de amor, de perdón y de salvación; el fariseo es tipo de los que se creen justos, creyentes en Dios y ricos delante de Él. Pero la salvación es de quien se siente pobre y se humilla.

             Uno se los temas fundamentales del Evangelio de S. Lucas, es la manifestación que Jesús hace de Sí mismo, como el que salva a los pecadores. Desde este ángulo, Jesús se proclama ya como Dios, porque la murmuración de los judíos proclama que sólo Dios puede perdonar los pecados.

             El pecado es la muerte del hombre. En cambio, el hombre en cuanto más se acerca a los demás, está más cerca de sí mismo; se alcanza de verdad a sí mismo, sólo desprendiéndose de sí, sólo a través de los demás llega a ser él mismo. Aunque esto se realiza sólo en un nivel estrictamente profundo. De hecho, si el otro, es considerado sólo como un individuo cualquiera, también puede ser causa irreparable de perdición para uno. Más aún, definitivamente, el ser humano está ordenado al Otro por antonomasia, esto es a Dios; y, en consecuencia, se está uno más cercano a sí mismo, en cuanto se está más cercano a Dios.

             Por el contrario la cerrazón a Dios, desintegra al hombre. El pecado, en cuanto rechazo de Dios, es rechazo a la fuente de la vida, es decir, es una especie de muerte. La muerte física es el signo y la visibilización de la muerte de la persona. El pecado es incomunicabilidad, soledad, aislamiento; y, al  interno del pecado hay una dinámica de muerte. La esclavitud, el hambre, la miseria, la infancia abandonada, el descuido de la naturaleza, la voluntad de destrucción que va desde la pelea con cuchillo hasta la explosión atómica y a los armamentos, son signos visibles de muerte y de pecado.

             El hombre tiene necesidad de vivir en la verdad; y verdad es que es pecador; debe abandonar la falsa conciencia de ser justo; debe ser consciente de ser enfermo, de ser  pecador, para llamar al médico. No hay peor enfermo que quien creyéndose sano; debe sentirse pecador. El hombre puede quitarse la vida biológica y sobrenatural; y quitársela a otros; pero no puede ni volver a darse la vida a sí mismo, ni volver a darla a otros; es una imposibilidad absoluta y radical: sólo Dios puede perdonar los pecados. En la Iglesia los ministros del perdón, lo somos en el nombre de Dios, por la unción sacramental.

                                                                                                                                 Héctor González Martínez

         Arz. de Durango

Orientación Pastoral para el proceso electoral en Durango

Banner  ELECCIONES 2013-01Vivimos en nuestra entidad federativa de Durango un proceso electoral que culminará el 7 de julio, cuando vayamos a votar para elegir los diputados que formarán el Congreso de Estado, y también para elegir presidentes municipales en la totalidad de los municipios.

Nos dirigimos a los fieles cristianos para animarlos a participar en este proceso democrático buscando siempre la construcción del bien común en la sociedad. Concretamente su participación se enfoca a la emisión de su voto el día de la elección, de manera responsable, de acuerdo a lo que les dicte su conciencia y su fe.  Es nuestro deber como Pastores del Pueblo de Dios orientar a los fieles en aquellos planteamientos políticos que, por sus implicaciones religiosas, morales y sociales, contradicen las enseñanzas de la Iglesia Católica (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, no.426), con el objetivo de que sus opciones políticas sean morales y justas. Leer más

Peregrinación de la Arquidiócesis de Durango a la Basílica de Guadalupe

peregrinación

HOMILÍA

        1.- Amados hijos Presbíteros, Religiosas, Seminaristas, Danzantes y Feligreses todos, durangueños y zacatecanos que peregrinan desde la Arquidiócesis o que residen en esta Ciudad.

          2.- Estamos postrados a los pies de la Fundadora y primera Evangelizadora de nuestra Nación mexicana. Su mirada y su porte compasivos nos inspiran confianza y afecto. Pero, sobre todo nos atraen hacia el Evangelio que Ella nos entregó como fruto de su vientre virginal. Ante todo, pues, vayamos a las Lecturas que ya hemos escuchado hoy.

             3.- La segunda Carta de S. Pablo a los Corintios amonesta: “la confianza que tenemos delante de Dios por medio de Cristo, viene de Dios, que nos ha hecho ministros de una Nueva Alianza, no de la letra sino del Espíritu; porque la letra mata y el Espíritu da vida” (3,4-11).

 4.- Esta lectura está construida sobre la contradicción entre el ministerio de la Antigua Alianza y el de la Nueva, es decir: la de Moisés y la de Pablo. La primera, está esencialmente cualificada como Alianza de la letra escrita en piedras, esta Alianza, aunque gloriosa llevaba a la muerte; la segunda, está esencialmente caracterizada como Alianza del Espíritu, es decir, fundamentada sobre el nuevo dinamismo creado por el Espíritu Santo en el nuevo Pueblo de Dios, esta Alianza lleva a la vida.

5.- Los cristianos tienen confianza en este nuevo dinamismo, deben tenerla, porque la capacidad de hacer el bien viene de Dios, comunicada por Cristo en su Espíritu. La ley mosaica y cualquier ley meramente humana, no da la fuerza para hacer el bien; sólo puede denunciar o rechazar sus violaciones. En cambio, el Espíritu da la fuerza para obrar el bien, a quien estimula su creatividad personal.

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Homilía Domingo X ordinario; 9-VI-2013

Cristo es la Salvación, venciendo la muerte

             En la primera lectura, “el hijo de la viuda de Zarepta, enfermó gravemente hasta quedar sin respiración. Ella dijo a Elías: ¿qué hay entre mí y ti, oh hombre de Dios?; ¿has venido a mí, a recordarme mi iniquidad y matar a mi hijo? Elías le dijo: dame a tu hijo,… lo llevó al piso superior, donde habitaba,… y tres veces invocó a Dios: Señor, Dios mío, que el alma de este niño vuelva a su cuerpo. El Señor escuchó el clamor de Elías;… el niño volvió a vivir. Él tomó al niño y lo entregó a la madre…La mujer dijo a Elías: ahora sé que eres hombre de Dios y que la verdadera palabra del Señor está en tu boca”. La mujer de Zarepta sabe de haber hospedado a Elías, hombre de Dios; y, al morir su hijo piensa que Dios ha entrado en su casa, para castigarla de sus iniquidades. No sabía que Dios no es dios de muerte, pero  pronto se le revela como Dios de vida (Sab, 13).

             En el Evangelio, “cuando Jesús estuvo cerca de la ciudad de Naím, llevaban al sepulcro a un muerto, hijo único de una madre viuda… Jesús, viéndola, tuvo compasión y le dijo, no llores. Acercándose, tocó el ataúd… luego dijo: joven, yo te digo: levántate; el muerto se enderezó, se sentó y comenzó a hablar. Él, lo entregó a su madre: todos se llenaron de temor y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta ha surgido entre nosotros y Dios ha visitado a su pueblo”. A veces, la salvación es de quien tiene fe; aquí, la salvación es presentada como un don de Dios: el culmen de la narración es el verso que dice: “Dios ha visitado a su pueblo”; expresión que hace referencia a los versos proféticos de Zacarías, padre de Juan Bautista, quien lleno del Espíritu Santo recitó los versos proféticos del Benedictus (Lc 1,68-79) : “Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo”, explicando el concepto de visita en el verso 78 como “recibir el perdón de los pecados, obra de la misericordia de nuestro Dios, cuando venga de lo alto para visitarnos cual sol naciente”.

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