A los Presbíteros de la Arquidiócesis
Reciban mi afectuoso saludo elevando plegarias por ustedes.
El Instituto Secular “Oblatas de la Santísima Trinidad por los Sacerdotes”, aparte de los fines señalados por el Derecho (CC 710-713), tiene como finalidad específica ofrecer a la Santísima Trinidad sus personas y sus vidas por la santificación de los Sacerdotes de todo el mundo.
Mons. Medel y su servidor expedimos los decretos correspondientes para aprobar la Obra, primero como Sociedad Eclesiástica y sus Estatutos provisionales; después, como Instituto Secular de Derecho Diocesano y sus Constituciones permanentes. Actualmente, el Instituto cuenta con 594 miembros en lista, en veintidós grupos en la Arquidiócesis.
Dentro de sus limitaciones, como la ancianidad y las enfermedades, las Oblatas buscan cumplir los fines señalados por el Derecho y de manera muy especial el fin señalado por su fundador Mons. Caballero. Él, muy frecuentemente les recomienda integrarse a su propia Parroquia y al trabajo en ella, como lo hacen muchas, gracias a Dios.
En esta circular les encarezco el cumplimiento fiel de las instrucciones siguientes:
1.- El fundador del Instituto es el Obispo Auxiliar Mons. Juan de Dios Caballero.
2.- Todos y cada uno de los grupos de Oblatas deberán ser grupos eclesiales y parroquiales.
3.- Los Párrocos o Capellanes serán Pastores y Asesores inmediatos de estos grupos, con la responsabilidad y el derecho de atenderlos en su retiro mensual, teniendo también la posibilidad de exponerles el tema conveniente y dar los avisos pertinentes. Igualmente, podrán siempre motivarles para integrarse más a la Pastoral Parroquial teniendo en cuenta la ancianidad de unas o las enfermedades de otras.
4.- En comunión y colaboración, Mons. Caballero, como fundador, podrá estar siempre presente en los retiros mensuales, para mantener viva la llama del espíritu propio del Instituto. Esto lo hará mientras le sea posible por causa de su creciente edad y de las futuras e inevitables enfermedades.
5.- Dispongo, pues, que en adelante haya un frecuente y fraternal diálogo entre los Presbíteros que tienen grupos de Oblatas en sus Comunidades y Mons. Caballero, para prevenir aspectos propicios al crecimiento de este Instituto en nuestra Arquidiócesis.
6.- Será muy conveniente que Mons. Caballero, previo el acuerdo con cada Párroco,
procure en lo posible, la formación de nuevos gripos en las Parroquias donde haya prospectas.
7.- Cuando sea necesario, el Arzobispo nombrará al nuevo superior del Instituto.
Termino con las palabras que dije en la Asamblea Arquidiocesana de las Oblatas:
“Oblatas: la Arquidiócesis cree en ustedes… la Arquidiócesis espera mucho de ustedes”.
Con afecto en Cristo y bendiciones para todos.
Durango, Dgo. 3 de julio del 2008.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango
Mariano Alberto Villalobos Salas
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