El Liberalismo

Desde la entrega del 8 de junio, anuncié tratar las principales ideologías políticas del liberalismo, del nacionalismo, del marxismo y del cientismo. Iniciemos describiendo sumariamente los criterios que están a la base de los distintos liberalismos de John Locke, Adam Smith, Humbolt y Constant, Alexis de Toqueville, Bentham y Mill.
Tomando en cuenta la explicación del 8 de junio sobre ideología, entendemos por liberalismo, un modo de pensar ideológico; por democracia liberal, la manifestación político-institucional de esta ideología; por capitalismo, un sistema económico ligado a dicha ideología.
Sus raíces, se pueden encontrar en la reflexión filosófica sobre la tolerancia surgida después de las guerras europeas de religión del siglo XVI. Así, la libertad política de los modernos tendría como base el principio de tolerancia que propuso el diálogo en vez del enfrentamiento entre las diversas formas de enfrentar lo divino y su relación con el mundo.
El principio de tolerancia, se irá definiendo y precisando; el diálogo será el procedimiento de una comunidad que se defina como liberal. De la tolerancia religiosa se pasó a la tolerancia política; y para asegurar la tolerancia fue preciso asegurar la neutralidad del Estado ante las creencias y ante las actividades privadas de los ciudadanos. Este principio llevó a distinguir entre el Estado y la Sociedad civil; esta distinción hace que se vea a la sociedad civil como el lugar de la libertad, de la creatividad, de la espontaneidad y hasta del desorden; y al Estado, como el lugar de la autoridad, del conformismo, de la burocracia, y de la rigidez institucional. Liberalismo entonces, es “el arte de separar” entre lo público y lo privado.
El Liberalismo político clásico se caracteriza también como teoría de los límites del Estado; en abierta critica contra la monarquía absoluta, intenta encontrar los medios por los cuales el Estado no pueda violar los derechos individuales de los ciudadanos. Tales medios son la representación política de los ciudadanos, la separación y limitación de los poderes políticos, y un estado de derecho de la organización política que garantice a la libertad de cada no a coexistir con la libertad de todos.
El fondo de estos enunciados políticos es una antropología o concepción de la naturaleza humana de carácter individualista. Las leyes y las instituciones jurídicas inventadas por el hombre para afrontar las necesidades humanas no gozan de la sanción divina, y faltando esta como punto fundamental de referencia, para resolver las diferencias, se recurre al criterio de la mayoría. Pero, esta mayoría es sólo representativa, al estar constituida por ciudadanos que tiene derechos políticos, élite económica y cultural.
A la libertad religiosa y política se unió la libertad económica. El mundo de la economía ha de permanecer fuera del poder estatal; las leyes del mercado gasten para crear riqueza, para satisfacer las necesidades materiales de los hombres y para progresar económicamente en forma continua. En la evolución histórica de este liberalismo económico influyen otros factores como la mecanización industrial tecnológica, y moralmente una actitud de materialismo práctico.
La aplicación de este modelo político agrava la situación de desigualdad. El proceso de industrialización y la no intervención del Estado, provoca la creación de una aristocracia capitalista y de una masa de pobres e indigentes.
Durango, Dgo. 6 de julio del 2008. Héctor González Martínez
Arz. de Durango

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