LA CARIDAD EN LA VERDAD IX
25.- En el plano social otros aspectos han cambiado y se manifiestan diferentes que en tiempos de Pablo VI, son: los sistemas de protección y previsión; el mercado aunque ha estimulado nuevas formas de competencia con el fin de atraer centros productivos de empresas extranjeras, ha adoptado medidas de fiscalización favorable a ellas y con pocos beneficios al mundo del trabajo; se ha reducido la red de seguridad social a cambio de buscar mayores ventajas competitivas en el mercado con grave peligro para los derechos de los trabajadores y dejarlos impotentes ante riesgos antiguos y nuevos debido a los recortes del gasto social; las organizaciones sindicales tienen mayores dificultades para su tarea de representación de los intereses de los trabajadores, también porque los gobiernos limitan las libertades sindicales o la capacidad de negociación de los mismos sindicatos.
La invitación de la Doctrina Social de la Iglesia a dar vida a las asociaciones de trabajadores para defender sus propios derechos ha de ser respetada, hoy mas que ayer, dando una respuesta pronta a la urgencia de establecer nuevas sinergias en el ámbito internacional y local; el fenómeno de la movilidad laboral ha sido importante porque estimula la producción de nueva riqueza y el intercambio entre culturas diferentes, sin embargo cuando hay incertidumbre sobre las condiciones de trabajo y la desregulación se hace endémica, surgen otros problemas, se producen situaciones de deterioro humano y de desperdicio social. Quisiera recordar a todos, en especial a los gobernantes que el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad: “pues el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social”.
26.- Actualmente en el plano cultural, las posibilidades de interacción entre las culturas, ha aumentado dando nuevas perspectivas de dialogo intercultural. Pero la progresiva mercantilización de los intercambios culturales implica un doble riesgo: a un eclecticismo cultural donde se piensa en las culturas como superpuestas unas a otras, sustancialmente equivalentes e intercambiables, lo que conduce a un relativismo; el otro peligro es el de rebajar la cultura y homologar los comportamientos y estilos de vida, así se pierde el sentido profundo de la cultura de una nación, de las tradiciones de los pueblos. Una y otra cosa puede terminar por reducir al hombre a mero dato cultural, cuando esto ocurre, la humanidad corre nuevos riesgos de sometimiento y manipulación.
27.- Otra amenaza importante en muchos países pobres es la extrema inseguridad de vida a causa de la falta de alimentación. Dar de comer a los hambrientos es un imperativo ético para la iglesia universal, que responde a las enseñanzas de su fundador sobre la solidaridad y el compartir. El hambre se debe a la falta de un sistema de instituciones económicas capaces de asegurar que se tenga acceso al agua y a la comida de manera regular y adecuada desde el punto de vista nutricional. El problema de la inseguridad alimentaria debe ser planteado en perspectiva de largo plazo promoviendo el desarrollo agrícola de los países pobres mediante inversiones en infraestructuras rurales, sistemas de riego, transportes, organización de los mercados, formación y difusión de técnicas agrícolas apropiadas, etc. No se debe descuidar una adecuada reforma agraria. Es necesario que madure una conciencia solidaria que considere la alimentación y el acceso al agua como derechos universales de todos los seres humanos, sin distinciones ni discriminaciones. La vía solidaria hacia el desarrollo de los países pobres puede ser un proyecto de solución de la crisis global actual, apoyando a los países pobres mediante planes de financiación inspirados en la solidaridad.
Durango, Dgo. 13 de septiembre del 2009.
+ Héctor González Martínez
Arz. de Durango
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