Curso-Taller de Pastoral Litúrgico

liturgiaLa Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de Durango, ofreció un “Curso-Taller de Liturgia” para los Agentes de Pastoral, Equipos de Liturgia, y Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión del Decanato Guadalupe, el cual se llevó a cabo ayer 22 de octubre, en la Parroquia del Santo Niño. Así lo informó la Licenciada Citlali Duarte, encargada de difusión de dicha Pastoral, quien explicó que: “…El objetivo fue promover la Pastoral Litúrgica en parroquias, templos y capellanías del Decanato Guadalupe. El curso fue organizado por el encargado de la Pastoral, el Presbítero Juan José Martínez, y los temas que se ofrecieron fueron los siguientes: Importancia de la Pastoral Litúrgica en la Parroquia, Liturgia y Año de la Fe, y Liturgia e Iniciación Cristiana.”

Arzobispo de Durango baja a El Purgatorio

basiliEl Excelentísimo Señor Arzobispo Don Héctor González Martínez, realiza del 21 al 25 de octubre una Visita Pastoral a la comunidad “El Purgatorio”, perteneciente al municipio de Tepehuanes, Durango y adscrito a la Parroquia Misionera Nuestra Señora de Guadalupe, en Los Altares, Santiago Papasquiaro. El Pastor de Nuestra Grey Católica duranguense junto con el Párroco, el Presbítero Roberto Moreno y otros acompañantes estarán durante estos cinco días en la comunidad mencionada, para tener un contacto pastoral y espiritual con la gente, con las familias, a fin de que JESUCRISTO, Obispo y Buen Pastor les comparta en la persona del Excelentísimo Señor Don Héctor González Martínez, el mensaje que reafirma la Fe y que abre el corazón a la construcción del Reino. Al respecto nos explica el Presbítero Roberto Moreno: “… El Purgatorio es una de las comunidades más alejadas en la Arquidiócesis, de muy difícil acceso pues se encuentra además a unos 200 km de distancia de la cabecera municipal de Tepehuanes. El camino es de terracería y brecha y se hacen alrededor de seis horas de camino. La comunidad Católica duranguense nos unimos en Oración por el éxito de esta misión que realiza nuestro Pastor durante estos días en esta comunidad.”

Domingo Mundial de las Misiones

catequistasHoy 20 de octubre la Iglesia Católica celebra el Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND) con el fin de avivar en los fieles la conciencia que la Iglesia es misionera por esencia, por naturaleza y por voluntad de Cristo. Así lo informó la señora Norma Rodríguez, Directora del Movimiento Obras Misionales Pontífico Episcopales (OMPE) de la Arquidiócesis de Durango, quien explicó que: “…El DOMUND de este año coincide prácticamente con la clausura del Año de la Fe, que se abrió con la exhortación de Benedicto XVI: «Que la Palabra del Señor siga avanzando y sea glorificada». Los invito a vivir esta jornada intensificando nuestra Oración misionera, visitando a enfermos para invitarlos a ofrecer sus dolores por la causa misionera, y con la ayuda económica que será recolectada en Parroquias y Templos.”

E P I S C O P E O La familia es la primera responsable de la transmisión de la fe cristiana

E P I S C O P E O

La familia es la primera responsable de la transmisión de la fe cristiana

“El primer ámbito que la fe ilumina en la ciudad de los hombres es la familia”. La Iglesia invita a todos y en especial a los padres de familia a reflexionar sobre la responsabilidad que tienen en el cultivo de la fe de la propia familia, puesto que el hogar es un lugar privilegiado para el crecimiento en una fe sólida e integral. Transmitir la fe a los hijos, con la ayuda de otras personas e instituciones como la parroquia, la escuela o las asociaciones católicas, es una responsabilidad que los padres no pueden olvidar, descuidar o delegar totalmente. Esto quiere decir que los padres tienen el protagonismo insustituible en la educación de la fe de sus hijos. Con el objetivo que sus hijos crezcan y asuman su propia vida de fe y así contribuyan con su familia a crecer y madurar y dar frutos abundantes para la sociedad.

Lumen Fidei (53): “En la familia, la fe está presente en todas las etapas de la vida, comenzando por la infancia: los niños aprenden a fiarse del amor de sus padres. Por eso, es importante que los padres cultiven prácticas comunes de fe en la familia, que acompañen el crecimiento en la fe de los hijos. Sobre todo los jóvenes, que atraviesan una edad tan compleja, rica e importante para la fe, deben sentir la cercanía y la atención de la familia y de la comunidad eclesial en su camino de crecimiento en la fe”.

Un elemento necesario en la transmisión de la fe en la familia es Orar y celebrar la fe en familia. La fe en la familia crece en la oración, que es como el aire que el cristiano respira. Llena de la gracia de la fe, la familia se sostiene y se realiza como camino de santidad, principalmente, por la oración. «Familia que reza unida, permanece unida».

Crecer en la vida de oración es tarea de todos: los padres, que van madurando interiormente; los hijos, que van entrando poco a poco en el mundo de los adultos. La participación del niño en la oración comienza ya desde el vientre materno, puesto que la madre es capaz de transmitir a su hijo los más tiernos sentimientos de piedad. Es muy recomendable que los niños se familiaricen con la vida de oración desde muy pequeños, en esa etapa los niños son especialmente sensibles para las cosas de Dios. Deben aprender a rezar no sólo con la Señal de la Cruz u otras oraciones (Padre Nuestro, Ave María, etc.), sino sobre todo con la oración libre y espontánea de acción de gracias, petición, alabanza e intercesión.

¿Qué pueden hacer los papás? Pueden levantar a sus hijos con una jaculatoria, orar por un breve momento antes de salir a la escuela o al trabajo, hacer oraciones espontáneas a lo largo del día, agradecer a Dios por las cosas buenas y sencillas que ocurren (el nacimiento de un hermano o primo, el alivio de una enfermedad, la aprobación en un examen, el empleo logrado, etc.). Un momento privilegiado para orar en familia es cuando están juntos en la mesa y se agradece a Dios por el alimento recibido. También por la noche, antes de acostarse, es un excelente momento para bendecir a los hijos, pedir perdón por las posibles faltas, suplicar a Dios su ayuda para los más necesitados y renovar los buenos propósitos. Así, la familia va descubriendo que toda la jornada adquiere su sentido último y es iluminada por la presencia de Dios.

También en la celebración de los Sacramentos la familia puede experimentar un especial crecimiento de la fe. De modo especial, en la participación de la familia en la Misa dominical: la familia descubre la belleza del Día del Señor, la importancia de la escucha de la Palabra, y participa activamente en los ritos sagrados, con la comunidad y el sacerdote. No es sólo una tradición que hay que conservar, sino un momento privilegiado para educar a sus hijos en la apertura a los sagrados misterios de la fe.

Conviene mencionar la importancia del Sacramento de la Reconciliación (confesión). Los niños descubren la riqueza de ese sacramento de modo especial cuando ven a sus propios padres arrodillados en el confesionario, pidiendo perdón a Dios por sus faltas. Así, van descubriendo la importancia de la humildad, del perdón y de la gracia de Dios que purifica y fortalece al cristiano penitente. También es importante cultivar las devociones en las familias. Es muy importante que en el hogar existan signos claros de la presencia de Dios, como las imágenes de los santos, un oratorio, el agua bendita, el crucifijo o una Biblia abierta en un lugar privilegiado. Ese ambiente orante invita a la fe, suscitando la confianza en Dios en todos los miembros de la familia.

La oración de la familia puede realizarse de acuerdo al tiempo litúrgico, En el Adviento cuando juntos se preparan para la Navidad, juntos y en oración pueden ir encendiendo poco a poco la Corona del Adviento, y armar el Nacimiento en los días previos de la gran fiesta. También crece la fe en la Cuaresma, cuando la familia vive los medios propuestos por la Iglesia para la celebración adecuada del Triduo Pascual, momento central de la celebración cristiana de la fe, que debe ser vivida intensamente por toda la familia. De esa forma es como ella se va haciendo “Iglesia doméstica”.

Durango, Dgo., 20 de Octubre del 2013 + Mons. Enrique Sánchez Martínez

Obispo Auxiliar de Durango

Email: episcopeo@hotmail.com

Domingo XXIX ordinario; 20-X-2013 La oración como grito que nace de nuestra pobreza

Domingo XXIX ordinario; 20-X-2013

La oración como grito que nace de nuestra pobreza

Leemos hoy en el Éxodo: que “Amalek fue a combatir contra Israel… Moisés dijo a Josué: escoge algunos hombres y sal a combatir contra Amalek. Mañana yo estaré firme sobre la cima del monte, con el bastón de Dios en la mano. Josué hizo como le ordenó Moisés… Moisés, Arón y Cur subieron a la cumbre del monte. Cuando Moisés elevaba las manos, Israel era más fuerte; pero, cuando las bajaba, Amalek era más fuerte. Entonces, pusieron una piedra, Moisés se sentó y Arón y Cur le sostenían las manos. Así las manos de Moisés permanecieron en alto hasta la puesta del sol. Josué venció a Amalek y a su pueblo.

Con este ejemplo el Éxodo ilustra el tema de la oración. Se realza que sin la oración no se obtiene la victoria e ilumina otro tema fundamental: que el pueblo de Dios no puede cumplir su misión si no pide continuamente ayuda en la oración.

También S. Lucas en el Evangelio de hoy trae una parábola sobre la necesidad de orar siempre, sin cansarse: “había en una ciudad, un juez que no temía a Dios y no atendía a nadie. En aquella ciudad había una viuda que acudía al juez y le decía: hazme justicia contra mi adversario; por un tiempo él no quiso; pero después se dijo: aunque no temo a Dios ni respeto a nadie, como esta viuda me es molesta, le haré justicia, para que no venga continuamente a importunarme. Jesús añadió: han oído lo que dijo el juez deshonesto; y ¿Dios no hará justicia a sus elegidos que griten día y noche hacia Él?” ¿Cómo y cuándo orar? La respuesta es siempre y sin cansarse; es una respuesta que Lucas aprendió de Paulo y que hoy ilustra con una parábola del Señor. La enseñanza es fácil: si hasta el juez más inicuo cede ante una súplica incesante, Dios que es bueno ¿no atenderá y salvará a quien lo invoca día y noche?

Hay una relación entre fe y oración. Si es cierto que para orar se requiere creer, es igualmente cierto que para creer se requiere orar. La oración perseverante es expresión y alimento de la fe en Dios. Un camino privilegiado para recuperar la dimensión más auténtica de la propia vida, es el tiempo dedicado a la oración. Orar es establecer un diálogo íntimo con Dios y con nosotros mismos; es, escuchar una palabra que nos transforma; es introducir en nuestra vida, la fuerza de renovación del Espíritu.

La oración cristiana, antes que palabra implorante, es silencio profundo para escuchar y acoger en sí la Palabra de Dios. Las personas entran en comunión, escuchándose. Nosotros entramos en comunión con Dios y nos disponemos a hacer su voluntad, escuchándolo. Como la fe, también la oración nace de la escucha: es una respuesta vital y también verbal, que puede asumir varias formas: una acción de gracias, una contemplación llena de admiración, una profesión de fe, una petición, una declaración de compromiso.

También la plegaria de petición, es una respuesta a la insistencia de Jesús de orar siempre, sin cansarse. Pero ¿cuál es el significado de la plegaria de petición? No es ciertamente pretender que Él haga en nuestro lugar lo que debemos hacer nosotros. La plegaria de petición es reconocer el límite de nuestra condición humana; es constatar que la liberación total y la plena liberación personal no dependen únicamente del hombre. El hombre no puede salvarse a sí mismo. Manifestar a Dios todas nuestras necesidades y deseos es someterlos a su luz, y ver si son legítimos o no. El hombre es verdaderamente lo que pide, sus peticiones son espontáneas; decirlas a Dios es analizarlas y purificarlas.

La plegaria de petición es un signo de confianza en Dios. Cuando estamos seguros de que una persona verdaderamente nos ama, con espontaneidad le pedimos todo lo que necesitamos y es bueno. El creyente tiene tal confianza en Dios que le confía todo con sencillez y a Él se abandona. La plegaria cristiana no es una petición de intervención inmediata de Dios; no es una receta mágica que resuelve el problema; se adhiere y acepta la libertad y la paciencia de Dios.

Héctor González Martínez

Arz. de Durango

Imposición de Sotanas a Seminaristas

graduacion seminarioLos alumnos del Curso Introductorio del Seminario Mayor de Durango, celebrarán el “Rito de Imposición de Sotana” el próximo 20 de octubre, Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND) en la Capilla de dicha casa de formación , en punto de las 19:00 horas, en el cual recibirán la sotana propia de un seminarista. Así lo informó el Presbítero Fermín Favela Cuevas, asesor de los seminaristas del curso mencionado, quien explicó que: “…El recibir la sotana representa el compromiso de la decisión que han tomado respecto a su vocación, es comprometerse a tener un seguimiento aún más cercano de Jesús. Las sotanas de los seminaristas son negras, y tienen una banda o cinto azul que representa a la Santísima Virgen María y su protección de Madre, así como una cota blanca que simboliza la pureza del alma.” Dicho atuendo se viste durante actos piadosos y litúrgicos, así como en las misiones.

Cursillos para Mujeres en Durango

mujer_felizEl Movimiento “Cursillos de Cristiandad”, de la Arquidiócesis de Durango, está impartiendo del 17 al 20 de octubre , un Cursillo para mujeres de la ciudad de Durango y comunidades vecinas, entre ellas Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, en la Casa de la Cristiandad de esta ciudad capital. Así lo dio a conocer María Elena Salas, integrante del equipo coordinador de este Retiro Espiritual, quien explicó que: “…En estos tres días vivirán un encuentro personal con Cristo, conocerán su Fe, para poder vivirla y difundirla. Se contará con la participación del Presbítero Manuel Graciano, Profesor del Seminario Mayor. Se tiene una asistencia de 60 mujeres, todas ellas mayores de 23 años de edad.”

MFC Invita al Rosario por la Paz y la Familia

rosarioEl “Movimiento Familiar Cristiano” (MFC) de la Arquidiócesis de Durango invita a los fieles Católicos al “Rosario por la Paz y la Familia” que se rezará el próximo sábado 19 de octubre en punto de las 18:00 horas en el Nuevo Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, con motivo del Mes del Rosario. Así lo informó el Padre Ricardo Saldaña, asesor espiritual de dicho movimiento, quien explicó que: “…El Rosario estará animado por el MFC y cada uno de sus sectores. En el mes de octubre, los católicos invocamos a María con el bello nombre de Nuestra Señora del Rosario y ofrecemos a esta Madre el mejor ramo de rosas: 50 Ave Marías.”

MAÑANA CONCIERTO- ORACIÓN DE LA HERMANA GLENDA

descarga La Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Durango invita a los fieles católicos al Concierto- Oración de la cantautora chilena de música católica contemporánea conocida como “Hermana Glenda”, quien se presentará mañana martes 15 de octubre en punto de las 18:00 horas en el Nuevo Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Así lo informó el Diácono Sergio Rojero, coordinador de dicha Pastoral, quien explicó que: “…El Objetivo del concierto es recaudar fondos para restaurar la Capilla que se encuentra dentro del Centro de Readaptación Social (CERESO) No. 1 de Durango. La Hermana Glenda se dedica a evangelizar a través de las música y se ha presentado en muchos lugares del mundo.” La cooperación será de $100 y $200 pesos y los boletos se encuentran a la venta en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, la Iglesia de Santa Rosa de Lima en el Fraccionamiento Jardines y en la tienda Maxi- Gafas en Paseo Durango.

E P I S C O P E O ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!

E P I S C O P E O

¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!

            En el camino del año de la fe, reconocemos a la Virgen madre de Dios, en quien se manifiesta claramente el camino de la fe que el cristiano debe recorrer. Recordemos las palabras de santa Isabel: “Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá” (Lc 1,45). María es dichosa porque tiene fe, porque ha creído, y en esta fe ha acogido en el propio seno al Verbo de Dios para entregarlo al mundo.

La alegría que recibe de la Palabra se puede extender ahora a todos los que, en la fe, se dejan transformar por la Palabra de Dios. El Evangelio de Lucas nos presenta en algunos textos este misterio de escucha y de gozo. En la parábola del sembrador, san Lucas nos ha dejado estas palabras con las que Jesús explica el significado de la “tierra buena”: “Son los que escuchan la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto con perseverancia” (Lc 8,15). Más adelante Jesús agrega: “Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra” (8,21). Y, ante la exclamación de una mujer que entre la muchedumbre quiere exaltar el vientre que lo ha llevado y los pechos que lo han criado, Jesús muestra el secreto de la verdadera alegría: “Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen” (11,28).

En María, Hija de Sión, se cumple la larga historia de fe del Antiguo Testamento, que incluye la historia de tantas mujeres fieles, comenzando por Sara, mujeres que, junto a los patriarcas, fueron testigos del cumplimiento de las promesas de Dios y del surgimiento de la vida nueva. En la plenitud de los tiempos, la Palabra de Dios fue dirigida a María, y ella la acogió con todo su ser, en su corazón, para que tomase carne en ella y naciese como luz para los hombres. En la Madre de Jesús, la fe ha dado su mejor fruto, y cuando nuestra vida espiritual da fruto, nos llenamos de alegría, que es el signo más evidente de la grandeza de la fe. En su vida, María ha realizado la peregrinación de la fe, siguiendo a su Hijo. Así, en María, el camino de fe del Antiguo Testamento es asumido en el seguimiento de Jesús y se deja transformar por él, entrando a formar parte de la mirada única del Hijo de Dios encarnado.

Jesús muestra la verdadera grandeza de María, abriendo así también para todos nosotros la posibilidad de esa bienaventuranza que nace de la Palabra acogida y puesta en práctica. Recordemos todos que nuestra relación personal y comunitaria con Dios depende del aumento de nuestra familiaridad con la Palabra divina.

Podemos decir que en la Bienaventurada Virgen María se realiza eso de que el creyente está totalmente implicado en su confesión de fe. María está íntimamente asociada, por su unión con Cristo, a lo que creemos. En la concepción virginal de María tenemos un signo claro de la filiación divina de Cristo. El origen eterno de Cristo está en el Padre; él es el Hijo, en sentido total y único; y por eso, es engendrado en el tiempo sin concurso de varón. Siendo Hijo, Jesús puede traer al mundo un nuevo comienzo y una nueva luz, la plenitud del amor fiel de Dios, que se entrega a los hombres.

Por otra parte, la verdadera maternidad de María ha asegurado para el Hijo de Dios una verdadera historia humana, una verdadera carne, en la que morirá en la cruz y resucitará de los muertos. María lo acompañará hasta la cruz (Jn 19,25), desde donde su maternidad se extenderá a todos los discípulos de su Hijo (Jn 19,26-27). También estará presente en el Cenáculo, después de la resurrección y de la ascensión, para implorar el don del Espíritu con los apóstoles (Hch 1,14). El movimiento de amor entre el Padre y el Hijo en el Espíritu ha recorrido nuestra historia; Cristo nos atrae a sí para salvarnos (Jn 12,32). En el centro de la fe se encuentra la confesión de Jesús, Hijo de Dios, nacido de mujer, que nos introduce, mediante el don del Espíritu santo, en la filiación adoptiva (Ga 4,4-6).

¡Madre, ayuda nuestra fe! Abre nuestro oído a la Palabra, para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada. Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo de nuestra tierra y confiando en su promesa. Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que podamos tocarlo en la fe. Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su amor, sobre todo en los momentos de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar. Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado. Recuérdanos que quien cree no está nunca solo. Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que él sea luz en nuestro camino. Y que esta luz de la fe crezca continuamente en nosotros, hasta que llegue el día sin ocaso, que es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor.

Durango, Dgo., 13 de Octubre del 2013                               + Mons. Enrique Sánchez Martínez

                                                                                                    Obispo Auxiliar de Durango

                                                                                                  Email: episcopeo@hotmail.com