EN EL PALMITO

Los días 12-14 de mayo fue la Visita Pastoral a la Parroquia en formación de Ntra. Sra. de la Asunción de El Palmito, Indé, Durango, jurídicamente erigida por Mons. Juan de Dios Caballero Reyes el 12 de junio del 2002. Civilmente pertenece al Municipio de Indé; eclesiásticamente pertenece al Decanato del Señor de los Guerreros y a la Región Norte
Llegué el martes 12 a las 10. 30 de la mañana, para la recepción con música y adornos por la calle, saludando a un grupo de personas, a una escuela primaria y de lejos a personas que asomaban a sus puertas.
Llegando al templo, hicimos una oración, escuchamos una lectura, prediqué sobre el altar y el templo, bendije al modesto altar del templo parroquial, hicimos unas preses y terminamos con la bendición.
El templo parroquial es reciente pero de mala construcción; en estos últimos tres años, al Párroco actual tuvo que tirar el techo que era de loza de concreto y empezar a techar con estructura de fierro y lámina; todavía le faltan dos tramos; todavía sin ventanas ni puertas; pájaros y murciélagos entran o salen de día y de noche: requiere apoyo.
Las Comunidades son: por el lado de Indé, S. Antonio, Ignacio Allende, Buenos Aires y Las Delicias. Cercanas al Palmito: Los Zarqueños, S. José de Picachos y Torreón de S. Isidro. Por el rumbo de Escobedo: Mojitomé, Casas Blancas, J. José de Barraza y Santa Rita. Cerca de Casas Blancas, se hacen preparativos para explotar una mina. Anteriormente, estas Comunidades, junto con El Plamito, aglutinaban más pobladores; actualmente han ido disminuyendo y entre todas, apenas suman 1200 habitantes; se prevé que sigan disminuyendo. A los actuales descendientes, que quedaron de los que vinieron a construir la presa, les falta arraigo y relaciones humanas.
Casi en el centro destaca la posición que ocupa la presa Lázaro Cárdenas, S. R. H., construida en tiempos de los Presidentes de la República Lázaro Cárdenas 1936 y Manuel Ávila Camacho 1946. Tiene una capacidad de 3.000,000 de capacidad del vaso original o volumen de conservación; más 1.565,000 m3 por elevación de la cortina. Espectáculo singular mirando a uno y otro lado. A lo largo de cinco meses arroja 80 m3 por segundo repartidos en dos túneles. Nuevamente se antoja evaluar la escasa irrigación a su paso por los campos durangueños o también el aprovechamiento de los lugareños para beneficiarse de la pesca. Hay que considerar que los cocoyomes habitaron primero esos lugares.
El Palmito fue constituido como Parroquia en formación, con miras a establecer una Comunidad que se fuera fortaleciendo. Y Ciertamente, aunque al presente aparece débil, junto con sus Comunidades filiales sí se va fortaleciendo; lo veo yo en sus modestos avances materiales y en las relaciones del pastor con los fieles; sin embargo, falta aún.
Ciertamente, falta compromiso eficaz del pastor y de los fieles con las seis prioridades del Plan Diocesano de Pastoral y con las Etapas de la Misión Arquidiocesana y Continental, particularmente con la cuarta Etapa en Curso como Año de la Familia.
Visité tres Comunidades filiales: El Palmito; Los Zarqueños, a donde acudieron de S. José Picachos y Torreón de S. Isidro; Mojitomé, acudiendo Casas Blancas, S. José de Barraza y Santa Rita. Las motivaciones giraron en torno a renovar el Cristianismo y la sociedad, ser cristianos vivos y dinámicos, fortalecer las seis prioridades del Plan Diocesano de Pastoral, entrarle a la Misión, especialmente a la IV Etapa, prepararse a consagrar la propia Parroquia, la familia y la vida personal al Espíritu Santo.
Durango, Dgo. 17 de mayo del 2009.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango

VISITA A SAN BERNARDO

De martes a viernes pasados practiqué la Visita Pastoral a la Parroquia de San
Bernardo, en el Municipio del mismo nombre, afectado por grupos armados de distinto bando en lucha por la supremacía del terreno; de hecho el 20 de febrero hubo una fuerte balacera contra el edificio de la Presidencia Municipal y contra dos casas particulares; todavía nos tocó ver dos vehículos con enseres domésticos preparados para abandonar la población.
De acuerdo a la raíz raramuri, sobre todo los hombres son recios para las cosas de la religión; de hecho, llegué el martes antes de la once de la mañana para la recepción, bendición de vehículos y la procesión hasta el templo, donde celebré la Eucaristía; la mayoría de las personas eran mujeres; pero, en la plaza del pueblo casi toda la mañana estuvieron los hombres adultos mayores esperando que les repartieran el apoyo económico mensual del Gobierno federal.
Por la tarde, me reuní con las personas que participan más, en las cosas de la religión católica. La temática de las exhortaciones fue, renovar el ser cristiano, el ambiente y las instituciones; no dejarse envolver más por el laicismo y la inmoralidad; vencer la tentación de las adicciones; interesarse por la dinámica de la Misión arquidiocesana y continental, especialmente el tema de la familia; prepararse para la Consagración de la Arquidiócesis, de su Parroquia, de las familias y de cada uno al Espíritu Santo.
El miércoles, primero fuimos a Sardinas, población cercana a San Bernardo, gente sencilla, alegre y entusiasta. Luego a la Hacienda de la Providencia, donde fue el evento principal y a donde concurrieron las Comunidades de Matalotes, 20 de abril, Cochineras, Amador, Charco Azul, Pueblo Nuevo y S. Juan de Heredia; Comunidades río arriba del Rio Sixtin. No participaron en ningún evento las Comunidades de Alférez, Los Lobos, Barajas, El Tule, S. Simón, El pájaro y Corral de piedra. A la hora de la comida, se hicieron presentes cuatro elementos de un comando armado, quienes se acercaron a compartir los alimentos y a la bendición de un puente en construcción.
Por la tarde, fuimos a la edificante y fervorosa Comunidad 5 de julio, rezamos el
Santo Rosario, prediqué y bendije la remodelación de la capilla; terminamos con una merienda. Regresando, ya de noche, el comando armado montó un retén en un entronque, para revisar a los transeúntes; pasamos nosotros, nos pararon, nos gritaron que nos bajáramos, nos apuntaban con sus armas largas; cuando respondimos que era el Párroco y el Sr. Arzobispo se calmaron, se disculparon y nos dejaron seguir. A las demás personas que pasaron por ahí, también les sucedió lo mismo.
El jueves, desayuné con el personal del DIF y comí cordialmente en la alameda con el H. Ayuntamiento. Fui a visitar el pueblito de El Colorado y una Mina de fluorita, bendiciendo a unos treinta trabajadores. Me explicaron todo el proceso, desde la extracción, hasta el transporte por medio de un grande y fuerte tráiler que transporta 70 toneladas de material molido y lavado para ser fundido en Torreón.
Por la tarde, celebramos una Hora Santa y una Procesión con una pequeña imagen de Ntra. Sra. de la Paz, por la serenidad y la paz del municipio y de México; rezamos: Dios de la vida, muéstranos tu rostro; Dios del amor y de la justicia, muéstranos tu rostro; Dios de la libertad, muéstranos tu rostro; Dios que estás cerca de nosotros, muéstranos tu rostro; Dios del perdón y de la reconciliación, muéstranos tu rostro.
Durango, Dgo. 10 de mayo del 2009.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango

ECOS DE VILLA OCAMPO

Durante esta semana, de martes a jueves, practiqué la Visita Pastoral a las Comunidades cristianas de la Parroquia de S. Miguel Villa Ocampo, Dgo., Parroquia al norte del Estado limitando con Chihuahua, llamado antiguamente S. Miguel de las Bocas, debido a que por ahí cerca desembocaba en Río Florido que baja desde las montañas de Chihuahua. Ahí donde era la desembocadura del río abajo y del río arriba, ahora está la presa de S. Gabriel. Por la costumbre revolucionaria de cambiar los nombres se le puso Villa Ocampo, pero el uso de la gente es decirle S. Miguel de Villa Ocampo.
Yo había visitado S. Miguel para la fiesta el 29 de septiembre y para las Confirmaciones. Ahora, estuve ahí cuatro días en Visita Pastoral en la que hay sobre todo, el recorrido por las Comunidades, el saludo a la gente y la predicación del Obispo. Esta vez, por las recomendaciones sanitarias del Gobierno federal, se limitó el saludo, pero la gente confía más en la protección de Dios. Queriendo interrumpir la visita, un médico corrió el rumor de que había un caso de contagio de la influenza, pero todo quedó en rumor.
El martes por la tarde, los fieles fueron por mí al templo y nos fuimos en procesión hasta el salón ejidal, donde desarrollamos la sesión con las comunidades del centro, la Eucaristía y la convivencia. La espontaneidad de la gente, cantando, echó de ver que están metidos en la Misión Arquidiocesana, que distinguen las Etapas y que saben los cantos.
El miércoles hicimos un recorrido por las comunidades de arriba del Río Florido; salimos a las 9.30 y regresamos a las 6.20. Son comunidades fervorosas y comprometidas en la Misión. Zigzagueando, por el río seco o mojado, ancho o angosto, llegamos casi a los límites con Chihuahua. El ganado vacuno hace notar que toda esa región norteña tiene vocación ganadera, un poco agrícola y frutícola de membrillos, durazno y nuez. Las comunidades más alejadas manifestaron la necesidad de apoyo para insertarse a la dinámica de la Misión.
Por la noche tuve una cena con comerciantes, agricultores y ganaderos a la que no asistió el Presidente Municipal, pues casi todo el Cabildo vive en Las Nieves, por ser originarios de allá, y un tanto por miedo a los grupos armados. Villa Ocampo es de los pocos Ayuntamientos ganados por la oposición; pero a la autoridad le hace falta más presencia en el Ayuntamiento.
El jueves fuimos a conocer la cortina de la presa de S. Gabriel, que beneficia poco a los lugareños y pasa a irrigar tierras de Chihuahua; me parece desaprovechada la presa en Durango, no hay cultura o política de riego.
Visité el monumento a Nellie Campobello maestra famosa, originaria de Villa Ocampo; en el monumento reposan las cenizas mortales de la maestra. Fui también a visitar el Museo de Pancho Villa en la Ex hacienda de Canutillo, donde se echa de ver el descuido y el abandono; otra vez, la inercia y la abulia que lastiman.
Por la tarde del jueves, en Las Nieves, tuve reunión y Eucaristía con las comunidades de esta parte de la Parroquia
El viernes me dediqué a revisar el Archivo Parroquial.
Resumiendo, me encontré con una Parroquia viva y dinámica, alegre y participativa. Hay grupos de Acción Católica, de Escuela de la Cruz, de Catequistas, de la Vela Perpetua de Misioneros y del Consejo Parroquial. El Templo antiguo dedicado a S. Miguel, se le han hecho mejoras. El Párroco está pendiente de todo. ¡Felicidades!
Durango, Dgo. 3 de mayo del 2009.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango

CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

El ambiente persecutorio, anterior y posterior a la Constitución del 1917, estuvo salpicado por la tradicional inquina de los liberales jacobinos, socialistas y protestantes que figuraban en las filas revolucionarias y alarmados por el florecimiento de la Iglesia Católica. El constituyente José Álvarez dijo en Querétaro que las doctrinas, prédicas y prácticas religiosas católicas sólo eran la manera de apoderarse del poder. En consecuencia, Mons. Mendoza de Durango, estuvo preso en Durango, en Zamora y en Morelia; fue maltratado y sufrió en silencio. En Querétaro, Puebla y México, los revolucionarios pusieron encargados diocesanos a sacerdotes nombrados por ellos. En veintitrés Diócesis, los Sacerdotes fueron total o parcialmente reducidos a prisión. En torno a 1917, catorce religiosos y Presbíteros de distintas Diócesis fueron asesinados. Casi en todas partes, las religiosas fueron arrojadas de sus conventos y muchas de ellas sometidas a ultrajes de la soldadesca, etc., etc. Sólo el Obispado de Cuernavaca se libró de todo ello, por estar en territorio zapatista.
La ola persecutoria siguió en aumento hasta que se generalizó en 1926-1929 con martirios en varios Estados de la República, que nos alcanzaron un buen grupo de Santos canonizados y de otros que aún faltan por venir.
Sintiendo los Obispos la ola persecutoria después de 1917, el 12 de octubre de 1924, como uno de los actos del Congreso Eucarístico nacional, fue la consagración que hicieron de México al Espíritu Santo. Para dar más realce a la consagración y coincidiendo con Pentecostés, los Obispos resolvieron ratificarla cada uno en su Diócesis el 31 de mayo del 1925.
Consagrar un objeto, una persona o una gran Institución, es dedicar algo o alguien a un destino último y final, a Dios, a quien estamos consagrados desde el Bautismo y la confirmación el señorío de Dios en el espacio y el tiempo. Es reconocer que Dios ejerce el señorío supremo sobre personas, objetos e instituciones; es reorientar constantemente nuestro actuar por el Reino y por la gloria de Dios.
Pero, “la presencia del mal en la historia de la humanidad ha sido siempre repetitiva y cíclica, envuelta de tragedia y drama, de lucha y ambición, una y otra vez se impone la ley del más fuerte y se pisotea con gran facilidad la dignidad de la persona humana”. (Mons. Carlos Aguiar Retes, Basílica de Guadalupe, 20 de abril del 2009).
Y así, una vez más, el mal y la violencia nos abruman y rodean. Una vez más somos apremiados a recurrir a Dios Santo, Fuerte e Inmortal, invocando su poder que nos libre de todo mal.
En este marco agradezco a los Sres. Obispos de la Arquidiócesis, a los Sacerdotes, las Religiosas y los Laicos sus muestras de amabilidad, simpatía y solidaridad, Aprecio en lo que vale su sentido de comunión eclesial y cívica.
Muchas personas me comunican su experiencia de sufrimiento y desconcierto; o me preguntan ¿qué hacer?: les anuncio que a fines de mayo renovaremos la Consagración de nuestra Arquidiócesis al Espíritu Santo, y los convoco a renovar nuestra consagración. Y, que cada Parroquia haga lo mismo, en esa fecha o en otra cercana: que la consagración se alargue y se multiplique. Ya nuestros antecesores lo hicieron; nos corresponde ratificar personalmente y de manera nueva, lo que ellos hicieron por nosotros.
Durango, Dgo. 26 de abril del 2009.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango

Función pastoral del Decano y del decanato dentro de una más vigorosa pastoral diocesana.

1. En la organización pastoral de nuestra Arquidiócesis, que ha buscado la comunión y la descentralización para atender con mayor eficacia y prontitud a los fieles, el decanato y el decano han cobrado poco a poco protagonismo y se van constituyendo como unidad básica de animación y coordinación de los proyectos pastorales, sobre todo en la Misión diocesana.
2. El presente escrito pretende ser una exhortación para todos aquellos que tienen un rol importante (de servicio) dentro de la pastoral diocesana, los tiempos han cambiando, la diócesis ha cambiado, la manera de hacer pastoral también tiene que cambiar.
3. No es problema de Mensaje, sino de lenguaje. No son los contenidos los que se buscan modificar, ni siquiera las formas, lo que es necesario cambiar son las actitudes y el espíritu con el que se asume la Misión y las prioridades pastorales.
4. Los programas, los planes de pastoral, las estructuras eclesiales, son frías si no se revisten de espiritualidad, por eso es necesario superar una pastoral sin alma. Analicemos los caminos naturales que impulsan nuestra pastoral diocesana, la parroquia merece reflexión aparte:
A. EL DECANATO.
5. Es necesario insistir en la unidad dentro del decanato: que sea en verdad el lugar de la integración armónica de todos los ministerios y los carismas. Las experiencias de trabajo en común favorecen la madurez de las comunidades y son de gran valor en el proceso pastoral con el que estamos comprometidos.
6. Todos los miembros del decanato cuidarán de vivir inspirados por el Espíritu de Jesús, de modo que se sientan miembros del Cuerpo de Cristo, donde todos y el trabajo de cada uno es importante e indispensable para el éxito de la tarea de la evangelización (Cf. 1 Pe 2, 4-6).
7. Cuando el servicio es expresión de la fe viva se está dispuesto a trabajar con alegría donde sea necesario: el grupo, la parroquia, el decanato, la vicaría, la diócesis, el país. El servicio alegre, abnegado y perseverante es el terreno propicio donde se manifiesta el Espíritu del Señor promoviendo vocaciones misioneras.
8. El amor y la comunión son un testimonio poderoso para ser creíbles (Cf. Jn 17, 21). La comunión no brota automáticamente, sino se construye con la gracia de Dios, promoviendo la fraternidad y la aceptación de todos, especialmente de los laicos.
9. La tarea pastoral del decano se sintetiza en el servicio de comunión y colaboración que habrá de ofrecer a sus hermanos: sacerdotes, miembros de vida consagrada y laicos.
10. En la pastoral de la que hablamos, el decano no será el que resuelva o ejecute todas las iniciativas o acciones decanales. Su servicio será de promoción, acompañamiento, coordinación e integración de los proyectos comunes con todas las parroquias, grupos organizados, movimientos y comunidades; de tal forma que se garantice la ejecución de lo acordado en beneficio de todo el decanato.
11. Esto será siempre con sentido eclesial, ayudando a superar el que las parroquias sean consideradas como comunidades cerradas y autónomas; los carismas como distintivos que dividen y separan; y los sistemas, movimientos y organizaciones apostólicas como respuestas en competencia unas con otras.
12. Las parroquias buscarán participar, expresando su aprecio y apoyo a las tareas del decanato. Tenderán puentes por medio de los agentes. La conversión a la comunidad, que conlleva el conocimiento recíproco, la amistad y la ayuda mutua, es la base de un trabajo en común.
13. Para que el decanato trabaje a favor de la pastoral diocesana, más que la multiplicación de iniciativas, lo importante será que todos los responsables unifiquen sus criterios, de acuerdo con las necesidades y características del decanato, y por supuesto la prioridad será la Misión diocesana y el Plan Diocesano de Pastoral.
14. Una vez determinada la tarea común del decanato, se esclarecerá el objetivo, el conjunto de acciones a realizar dentro de tiempos establecidos, el proceso y la evaluación del trabajo realizado.
15. Se asegurará la atención a las tareas fundamentales de la pastoral profética, litúrgica y social, sin desequilibrios ni vacíos, a fin de superar las carencias de muchas parroquias que se limitan a la liturgia y dejan vacíos en la catequesis y en la pastoral de la caridad; así mismo se promoverá especialmente a aquellas parroquias que parecen no interesarse por el proceso misionero arquidiocesano.
16. Con este ambiente debe promover el decano las reuniones ya establecidas de decanato y prioridades donde convivan, oren, evalúen y planifiquen juntos, sacerdotes, miembros de la vida consagrada y laicos; y también reuniones por separado, en donde cada uno de estos grupos se apoye en el crecimiento de su propia vocación.
17. Todos los decanatos deberán tener la capacidad de acompañar a las personas en su descubrimiento y encuentro con Cristo, en la conversión y adhesión a él, así como en la maduración de su opción apostólica.
18. Quienes desean incorporarse a las tareas de la Misión están necesitados de la formación y maduración de su fe, que les permita ser evangelizadores eficaces. Esto no está resultando fácil, pues contamos con pocos formadores organizados.
19. Sean muchos o pocos los agentes que se incorporen, necesitamos una estructura mínima de formación que los apoye. En los inicios del nivel elemental, corresponde a la parroquia sentar las bases de esta formación. La parroquia no puede renunciar ni delegar lo que constituye una parte fundamental de su tarea (formar misioneros). El decanato es y debe ser también, la instancia viable para formar misioneros.
B. EL DECANO.
Como mero ejercicio de reflexión el siguiente apartado tiene la finalidad de que juntos maduremos, complementemos, quitemos o pongamos los elementos que consideremos fundamentales para tener mas claro el perfil del decano. No dudo será un instrumento útil en apoyo a la comunión y, en consecuencia, a una más vigorosa pastoral en nuestra Iglesia particular.
Este escrito esta inspirado en el Código de Derecho Canónico y en las enseñanzas de la Iglesia, se ha tomado en cuenta la experiencia de nuestras comunidades parroquiales y de decanato, a la que se añade la reflexión que ha generado nuestro proceso en la Misión Diocesana en esta IV etapa.
Se resalta la figura del decano como un sacerdote cuya misión al servicio de la comunión, implica una seria responsabilidad y aceptación, especialmente por parte de los presbíteros y demás miembros de las prioridades decanales.
Además de la encomienda pastoral en la propia parroquia, el decano tiene que ser elemento unitivo y dinámico en las demás parroquias de su decanato, y ha de estar en cercanía y diálogo frecuente con el Vicarío regional, Vícario diocesano y por supuesto con los Señores Obispos. Esto supone dedicación y, por tanto, una atinada organización de su tiempo. Debe ser un animador nato de la misión.
Por tanto, pedimos a los presbíteros, que en el discernimiento para presentar al Obispo candidatos a ocupar el cargo de decano, actúen con responsabilidad y esmero; así serán presentados como candidatos los que por su experiencia, aceptación y capacitación sean en ese momento los que mejor desempeñen este cargo de decano.
Tal vez la figura del decano y la organización operativa del decanato, aquí presentadas, resulten, para algunos, un ideal no fácilmente alcanzable. Hagamos el saludable intento de plasmar en los hechos lo que expresan las palabras contenidas en esta reflexión.

I. NOMBRAMIENTO DEL DECANO Y DURACION EN SU CARGO
1. El decano es todo sacerdote idóneo nombrado por el obispo diocesano, con ministerio pastoral en una de las comunidades que conforman el decanato, el cual es puesto al frente del mismo. (c. 553 § 1 y 2).
& 1. El Obispo debe nombrar al decano, una vez oídos a los sacerdotes que ejercen su ministerio en el decanato para el cual sea nombrado.
& 2. La consulta se hará mediante votación secreta y por escrito. Todos y sólo los sacerdotes son candidatos, para que uno de éstos ordinariamente, sea designado como decano, según el prudente juicio del obispo diocesano.(c. 553, § 2. 554, § 1).
– Se puede tomar en cuenta, como voto consultivo, el parecer del vicario de pastoral, ya que el decano formará parte de la Junta Diocesana de Pastoral.
2. El decano iniciará su servicio desde el momento en que reciba el nombramiento del obispo diocesano, por el cual formará parte de la Junta Diocesana de Pastoral.
& 1. El decano será nombrado por un periodo de 3 años, a partir de la fecha en que se le dio el nombramiento (c. 554, § 2).
& 2. Al iniciar el oficio del nuevo decano, cesa el anterior en sus funciones.
& 3. El obispo diocesano puede remover libremente de su oficio a un decano, cumplido o no el periodo, si existe causa justa (c. 554, § 3).

II. CUALIDADES EXIGIDAS AL DECANO
3. El candidato a decano debe estar lleno de caridad sacerdotal; tener espíritu fraternal y apostólico; ser abierto a los demás y ser comprensivo; estar en sintonía con el proceso pastoral de la diócesis y conocer el decanato; debe ser sacerdote comprometido con los demás sacerdotes y con los laicos.
III. ANIMACION Y COORDINACION DE LA ACCION PASTORAL
4. El decano debe animar, fomentar y coordinar la actividad pastoral del decanato, buscando siempre la comunión y participación de todos (c. 555 § 1).
1º. Promoviendo la unidad e integración de todos los miembros que conforman el consejo decanal, dando participación y voz a los consagrados y a los agentes laicos.
2º. Siendo el principal animador y mediador entre el proceso pastoral diocesano y el parroquial, buscando que se realice el plan diocesano de pastoral y la Misión, tanto a nivel decanal como parroquial.
3º. Debera procurar que el decanato cuente con los representantes de las diversas tareas pastorales requeridas. Igualmente, procurará contar con un equipo decanal (sacerdotes) que le auxilien en forma más cercana en el cumplimiento de sus funciones. Este equipo estará integrado por el secretario y el ecónomo.
4º. Promoviendo anualmente un programa pastoral decanal.
5º. Preparando, con el equipo decanal, todas las reuniones.
6º. Visitando las parroquias de su decanato, según lo determine el obispo diocesano.
7º. Cuando haya visita pastoral, preparando lo que le compete según la «Guía para la Visita Pastoral», en las comunidades de su decanato y participando en ella, asumiendo lo programado por el Sr. obispo.
8º. Estará atento a que los párrocos y responsables de comunidades, presenten al obispo la solicitud de construcción de los nuevos templos, para que nadie comience a edificar, sin antes haber recibido la aprobación expresa del obispado.
9º. En coordinación con el equipo que estudia los límites parroquiales y la creación de nuevas parroquias en el Consejo Presbiteral, tomará la iniciativa para que, junto con el párroco y en equipo cualificado, se estudie la creación de nuevas parroquias en su territorio, cuando así lo esté exigiendo el bien pastoral de los fieles. Dicho estudio se remitirá al citado equipo para que éste, a su vez, lo presente oportunamente al Consejo Presbiteral.
10º. Cuando una parroquia quede vacante y en ésta no haya ningún vicario parroquial, el decano coordinará la atención pastoral de la misma, pidiendo ayuda a todos los sacerdotes del decanato; igualmente en caso de una enfermedad que implique una larga ausencia.
11º. Cuando convenga promover a un sacerdote de su decanato a otro lugar, oportunamente se lo comunicará al obispo. Igualmente le informará de los sacerdotes de su decanato, candidatos a ser párrocos o a emprender alguna especialización académica.
12º. Escuchará a los fieles en general y a los agentes laicos en particular, cuando tengan peticiones y demandas de sus comunidades, no atendidas por sus sacerdotes.
IV. ACOMPAÑAMIENTO Y PROMOCION DEL PRESBITERIO
5. Las tareas de acompañamiento y promoción del presbiterio, que son de suma importancia, los realizará en estrecha colaboración con el Consejo Presbiteral.
6. Ha de cuidar que los clérigos de su decanato vivan conforme a su estado y cumplan diligentemente sus deberes, mediante un acompañamiento cercano, que haga más visible la solicitud y atención del obispo diocesano, primer responsable de los sacerdotes de su diócesis.
& 1. Para velar por el bien de sus compañeros sacerdotes:
1º. Procurará promover, ante todo, espacios de oración y reflexión, para que los sacerdotes de su decanato, encuentren más y mejores medios de santificación (cf. c. 276 § 2, 2-5), proponiendo el propio ministerio pastoral como la fuente original de la espiritualidad sacerdotal (cf. c. 276 §2, 1).
2º. Ayudará con mesura y prudencia sacerdotal, a quien parece peligrar en su vocación sacerdotal o entrega pastoral, especialmente en lo que se refiere al cumplimiento de los consejos evangélicos (cf. c. 275; c. 528-537; 584), procurando extremar la caridad con los sacerdotes en situaciones difíciles, encauzándolos al diálogo fraternal con el obispo diocesano (cf. c. 555 §2, 2).
3º Velará por la formación permanente de los sacerdotes de su decanato, motivándolos para que asistan a diversas reuniones y participen en los talleres y cursos teológicos pastorales, programados tanto a nivel decanal como diocesano (cf. c. 555 §2; c- 279 §2, 2).
4º Promoverá la solidaridad y subsidiaridad sacerdotal, a través de diversas formas ( diocesanas, decanales, etc…), como (CCYAS, seguro social,Mutual, etc…)
5º Motivará a los sacerdotes y agentes laicos de su decanato para que, con un espíritu misionero, estén disponibles al servicio evangelizador (durante un tiempo determinado y acordado con el obispo diocesano) en otras parroquias y en otras diócesis.
6º Motivará a los sacerdotes de su decanato para que visiten y apoyen a los sacerdotes enfermos y ancianos. Asimismo cuidará que tengan suficientes auxilios espirituales y económicos (cf. c. 555 §3).
7º Cuidará que se celebre dignamente el funeral de los sacerdotes que fallezcan en su decanato. Y proveerá también para que, cuando enfermen o mueran, no desaparezcan o se quiten de su sitio los libros, documentos, objetos y ornamentos sagrados u otras cosas pertenecientes a la Iglesia (cf. c. 555 §3).
& 2. Ha de ser cabeza del presbiterio decanal asumiendo las funciones siguientes:
1º. En los días previos al inicio del trabajo pastoral de un nuevo párroco, estará presente en la entrega de la parroquia que el párroco saliente hace al entrante.
2º. Procurará el decano, cuando remuevan de su cargo a un párroco entrar en comunicación con el obispo diocesano, para dar lectura al nuevo nombramiento durante la celebración con ocasión del inicio del trabajo pastoral del nuevo párroco. Asimismo, apoyará a la comunidad en la organización de la recepción.
3º. En el relevo de un párroco ayudará al nuevo para que reciba el inventario completo de los bienes parroquiales, con todos los documentos de respaldo. Estará atento a que aparezcan claramente separados los bienes parroquiales de los bienes personales, tanto del que entrega como del que recibe.
4º. Procurará que el párroco nuevo, al inicio de su administración parroquial, exprese con claridad su voluntad sobre sus bienes personales, en testamento notariado, para evitar una malversación de los fondos parroquiales.

V. ATENCION A LA DIGNA CELEBRACION DE LA LITURGIA
7. El decano vigilará que las funciones religiosas se celebren según las prescripciones de la Sagrada Liturgia; se cuide diligentemente el decoro y esplendor de las iglesias y de los objetos y ornamentos sagrados, sobre todo en la celebración eucarística y en la custodia del Santísimo Sacramento.
1º. Promoverá una reflexión seria entre los sacerdotes de su decanato, cuando parezca que se infrinjan las prescripciones de la Sagrada Liturgia, emanadas de la Santa Sede o del obispo diocesano, sobre todo cuando se trata de la Celebración Eucarística.
2º. Propiciará que el presbiterio de su decanato logre tener criterios y acuerdos que los unan, en los que se refiere a la preparación, celebración y recepción de los sacramentos, (sobre todo los de I. C) según los lineamientos de la Iglesia universal y de la propia iglesia diocesana.

VI. SUPERVISION DE LIBROS, DOCUMENTOS Y BIENES PARROQUIALES
8. El decano cuidará que se administren con diligencia los bienes eclesiásticos, y se dé adecuado mantenimiento a las casas parroquiales para que se conserven dignas y funcionales.
1º. Periódicamente revisará con cuidado la puesta al día y la guarda correcta de los libros parroquiales. A saber: Bautismos; Matrimonios; Confirmaciones; Primeras Comuniones; Defunciones; Gobierno; Economía e Inventario Parroquial. (El obispo determinará el tipo de inventario).
2º. Al terminar la revisión de los libros, se levantará un acta, en el Libro de Gobierno de la parroquia. Y se informará al obispo diocesano el resultado de esa revisión. Vigilar que los bienes eclesiásticos no sean mal administrados en las parroquias, especialmente cuando se trata de obras de arte o monumentos sacros.
3º. Finalmente, procurará siempre que todas las normas diocesanas sean cumplidas, en tiempo y forma, en su decanato, según lo estipulado en cada documento. Igualmente urgirá para que cada párroco actualice anualmente, sus licencias parroquiales.

FELICITACIÓN

En Vísperas de la Semana Santa, el Congreso Legislativo del Estado aprobó una reforma al artículo primero de la Constitución del Estado de Durango, quedando de la siguiente manera:
“El Estado de Durango reconoce, protege y garantiza el derecho a la vida de todo ser humano, al sustentar expresamente que desde el primer momento de la fecundación entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural, salvo las excepciones que establezca la ley…”.
Aunque, como es explicable, no todos los Diputados votaron favorablemente, de corazón, felicito sincera y ampliamente, al Congreso del Estado y a cada uno de los Sres. Diputados. Particularmente felicito al Sr. Diputado Jorge Herrera Delgado, Presidente del Congreso. Les felicito, porque enseña la Revelación del Antiguo Testamento: “Yahvé me dirigió la palabra en estos términos: antes de haberte formado en el vientre, te conocía; y antes de que nacieras, te tenía consagrado; yo te constituí profeta de las naciones” (Is 1,5) Y el salmista medita: “mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo hecho en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra” (Sal 139,15). En esta Revelación reconocemos la obra de Dios desde la concepción hasta la edad adulta.
En consecuencia el Catecismo de la Iglesia Católica enseña: “la vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales esté el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida” (2270). Desde el siglo I, los documentos eclesiásticos han declarado la malicia moral de todo aborto directamente provocado (Didajé 2,2; Carta a Bernabé 19,5; Carta a Diogneto 5,5; Tertuliano Apología 9).
“Dios, Señor de la vida, has confiado a los hombres la excelsa misión de conservar la vida, misión que deben cumplir de modo digno del hombre. Por consiguiente se ha de proteger la vida con el máximo cuidado desde la concepción; tanto el aborto como el infanticidio son crímenes abominables” (GS 51,3). “El derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida constituye un elemento constitutivo de la sociedad civil y de su legislación” (Catic 2273). “Los derechos inalienables de la persona deben ser reconocidos y respetados por parte de la sociedad civil y de la autoridad política. Estos derechos del hombre no están subordinados ni a los individuos ni a los padres, y tampoco son una concesión de la sociedad o del Estado: pertenecen a la naturaleza humana y son inherentes a la persona en virtud del acto creador que le ha originado.
Entre estos derechos fundamentales es preciso recordar a este propósito el derecho de todo ser humano a la vida y a la integridad física desde la concepción hasta la muerte” (Donum Vitae). “Puesto que debe ser tratado como una persona desde la concepción, el embrión deberá ser defendido en su integridad, cuidado y atendido médicamente en la medida de lo posible, como todo otro ser humano” (2274) Por ello, “quien procura el aborto, si este se produce, por el mismo hecho incurre en excomunión” sin necesidad de que alguien se la declare. Con esta pena, la Iglesia quiere manifestar la gravedad del crimen cometido.
¡Bien por el Congreso del Estado: que todos aprendamos la cultura de la vida!
Durango Dgo. 18 de Abril de 2009 Héctor González Martínez
Arzobispo de Durango

Substiste la Misión

Desde hace incontables años, sabemos de memoria que la Iglesia es esencialmente misionera; y en años que sí recordamos se hacían diversas promociones misioneras. A su tiempo, el Concilio Vaticano II emitió una frase clave para identificar la Iglesia que Jesucristo fundó: asienta que ella “subsiste en” la Iglesia Católica; me valgo de esta frase para asentar y pregonar que igualmente la Iglesia “subsiste en” la misión.
Este carácter misionero, se manifestó intensamente en los tiempos de nuestra primera evangelización, a cargo de los franciscanos, de los jesuitas, de los juaninos, del clero diocesano inicial y de las religiosas de clausura. Después, tanto por el pasar de los siglos y por la posesión pacífica de la fe católica, como también por los avatares históricos, la evangelización misionera se transformó en atención pastoral, un tanto acartonada y burocrática.
Hasta que en el siglo pasado, la persecución constitucional de 1917, la persecución sangrienta de la Cristiada (1926-1929), el Concilio Vaticano II, los Papas recientes, las cuatro primeras Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano y caribeño y los Planes de la Pastoral de Conjunto nos han venido sacando de la pasividad e impulsando al dinamismo eclesial de la nueva evangelización.
En nuestra Iglesia Arquidiocesana, tenemos un Plan Diocesano de Pastoral publicado por Mons. Antonio López Aviña, el 15 de diciembre de 1986; tenemos el III Sínodo Diocesano también publicado por Mons. Antonio López Aviña, el 28 de octubre de 1989; y tenemos el Plan de Pastoral publicado por Mons. J. Trinidad Medel, el 16 de enero del 2002. Buscando aplicación a estos importantes documentos pastorales y para responder a necesidades apremiantes, con las debidas consultas, en un permanente “Estado de Misión” y bajo tonalidades misioneras, vamos impulsándonos y vamos promoviendo diversos aspectos propuestos o dispuestos en los documentos referidos.
Así, después de diversos preparativos durante el año 2005, abriendo muchos Centros-Misión en sedes parroquiales y en comunidades filiales, durante todo el año 2006, ya promovimos por todas partes de la Arquidiócesis una primera Etapa de la Misión con aspecto kerygmático. Igualmente, durante todo el año 2007, ya promovimos una segunda Etapa con acentos en Iniciación y en Espiritualidad Bíblicas. Somos conscientes de que no alcanzamos a todas las personas; y por tanto, estos acentos serán permanente desafío.
Por ello, sin abandonar los acentos de esas dos Etapas de nuestra Misión, anteayer, día 4 de enero en esta Ciudad y ayer día 5 de enero en la Región Laguna-Durango, el Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Christophe Pierre, haciendo presente entre nosotros al Santo Padre Benedicto XVI, inauguró nuestra III Etapa de la Misión, ya con carácter catequético, tomando como base el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. El Nuncio representa al Santo Padre ante las Diócesis, procurando que sean firmes y eficaces sus vínculos de unidad y caridad; representando al Santo Padre ante el Estado Mexicano, le compete promover y fomentar las relaciones entre la Santa Sede y las Autoridades Civiles.
Gracias, Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Christophe Pierre, por su presencia y su participación. Gracias por este fermento humano, cívico y social. Gracias por el impulso evangelizador y misionero para la implantación del Evangelio en tierra durangueña y zacatecana. Gracias, por visitarnos y bendecirnos.
Durango, Dgo. 6 de enero del 2008.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango

EXHORTACIÓN PASCUAL

1.- SALUDO.
En este tiempo central del Año Litúrgico, habiendo conmemorado la Cuaresma y el Triduo Pascual para mejorar nuestro Cristianismo, saludo afectuosamente a feligreses y ciudadanos. Les saludo augurando que hayan transitado por el tiempo litúrgico con pasos de conversión.
Saludándoles en este domingo de Resurrección les ofrezco la presente Exhortación Pastoral sobre nuestra Pasión y Resurrección hoy.

2.- CONTEMPLACIÓN.
A propósito del narcotráfico y la violencia, el día 6 de agosto del 2008, la Arquidiócesis publicó una Exhortación Pastoral por la salud y la vida. A la fecha, la situación no ha mejorado, al contrario se acrecienta; y dicha Exhortación sigue vigente y aún es muy aprovechable; hay que retomarla y sacarle provecho.
Profundizando más, hoy domingo de Resurrección, contemplemos la Pasión del Señor, porque proyecta luz sobre las circunstancias sociales que vivimos.
El profeta Isaías, a distancia de siglos, contempla al siervo doliente: “no tenía apariencia ni presencia; no tenía aspecto que pudiéramos estimar. Despreciado, marginado, hombre doliente y enfermizo, como de taparse el rostro para no verlo. Despreciable, un don nadie” (53, 2-3). Isaías, en el siervo doliente nos ve también a nosotros: “con todo eran nuestras dolencias las que Él llevaba y nuestros dolores los que soportaba” (53, 4).
Y el salmo 22,2-3, pone en boca de Jesús la angustia y el abandono de la pasión “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Estás lejos de mi queja, de mis gritos y gemidos. Clamo de día, Dios mío, y no respondes, también de noche, sin ahorrar palabras”.
El profeta Jeremías, en sus sufrimientos corporales, prefigura al siervo doliente: sus enemigos “se apoderaron de Jeremías y lo echaron en la cisterna… que había en el patio de la guardia, descolgando a Jeremías con sogas. En el pozo no había agua sino fango, y Jeremías se hundió en el fango…Ebimélec habló al rey en estos términos: oh mi señor el rey, está mal hecho todo cuanto esos hombres han hecho con el profeta Jeremías”; lo sacaron, y “Jeremías se quedó en el patio de la guardia”. Jeremías encarna al siervo doliente: “Soy el hombre que ha visto la aflicción bajo el látigo de su furor. Me ha llevado y me ha hecho caminar en tiniebla y sin luz. Contra mí vuelve y revuelve su mano todo el día” (Lamentaciones 3, 1-3).

3.-NUESTRA PASIÓN.
La situación que vivimos, como en el caso de Jeremías, se refleja como en un espejo en la Pasión de nuestro Señor Jesucristo. Desde nuestra situación podemos pues acercarnos al Redentor del hombre.
La experiencia personal y comunitaria de la Pasión y Muerte del Señor, se ha recrudecido en nuestra carne mortal. Hace aproximadamente cincuenta años que nuestra vida cívico-social se viene deteriorando, por causas del entorno mundial, principalmente la postmodernidad o pensamiento débil y sus manifestaciones de constructivismo, relativismo doctrinal y moral, reduccionismo moral y ético y el fenómeno de la globalización mundial.
También parece que por el cierre de la frontera norte de México, el narcotráfico se ha replegado a los Estados del norte del país. En consecuencia, ya va para dos años que la inseguridad y la violencia que origina el narcotráfico, se difunden más y más por el país y por nuestros Estados, y nos hacen recordar los años de la mafia de Sicilia o de Chicago.
Los grupos, de narcotraficantes o no, le estiran a la cobija cada quien para su lado, queriendo repartirse el control del territorio. Cada semana se sabe de balaceras aquí o allá, cerca o lejos; se sabe de amenaza de bombas y explosión de granadas, de levantados, de ejecutados y cobro de denuncias. ¡Lástima que muchos tengan oídos sordos o ya se vayan acostumbrando!
Algunos grupos aparecen como antagónicos, destacándose en discutir directamente a sus contrincantes las plazas y los distribuidores: van por los contrarios, los levantan, los ocultan, los masacran, los descabezan y los exponen en la vía pública.
A veces, algunos, de nómadas se van haciendo sedentarios, asentándose en poblaciones grandes y pequeñas. Otros se posesionan del control de los pueblos, suplantando a las autoridades legítimamente constituidas, sintiéndose sus protectores; en pago de ello obligan a la gente a pagar un tributo.
Paralelamente existen partidas que se valen de la confusión, dedicadas simplemente a extorsionar a ricos y pobres. Se consiguen direcciones y haciéndose pasar por Zetas, por la Familia michoacana, la Línea u otros: telefonean exigiendo cantidades en efectivo, pero también en especie, inclusive vehículos o bienes muebles.
Los párrafos anteriores no agotan la descripción del fenómeno; la situación no ha mejorado, antes de vuelve más confusa.. Nuestra situación, nos asemeja a la Pasión y nos hace clamar igual que Jeremías o que el salmista.

4.- LOS PUEBLOS Y SUS AUTORIDADES.
La gente de los pueblos se siente desorientada, desconcertada y en sicosis, sin autoridad competente que ponga orden a tan crítica situación que casi se vuelve caótica.
Algunos pueblos se defienden acudiendo más a los templos y recurriendo a la oración, cavando fosas en el paso de los caminos o alrededor de los poblados, turnándose por casas para dormir juntos, hasta el extremo de dormir en las azoteas de las casas para descansar o para vigilar
La gente se siente desprotegida de sus autoridades, que no han mostrado capacidad y competencia para restablecer la paz pública; vgr. además de esta Ciudad, Sta. María. del Oro, S. Bernardo, Guanaceví, Tepehuanes, Stgo. Papasquiaro, El Salto, Gpe. Victoria, Ramón Corona, Vicente Guerrero, Cuencamé, Súchil, Chalchihuites, S. Andrés del Téul, etc.
La gente también clama por la ayuda de sus pastores, quienes se encuentran en situación parecida, pues también a ellos les ha alcanzado la inseguridad y la extorsión. Ciertamente la religión no es un recurso meramente estratégico para proteger a la población; es poderosa defensa confiando en la mano providente de Dios: “Señor, hazme justicia, defiende mi causa contra gente sin piedad; sálvame del hombre injusto y malvado: Tú, que eres mi Dios y mi defensa” (Salmo 42, 1-2).

5.- ORIENTACIONES Y ORDENAMIENTOS PASTORALES.
Confiando firmemente en la Divina Providencia que nos guarda y protege diariamente, con seguridad de que el Señor nos libra de peligros y enemigos, alentemos nuestra esperanza y cantémosle: “Poderoso es nuestro Dios, Poderoso es nuestro Dios…”; recemos la Coronilla de la Misericordia Divina, por nosotros y por los descarriados; confiemos en las oraciones que diariamente decimos en Misa: “Líbranos, Señor, de todos los males pasados, presentes y futuros…”; recurramos a la antigua plegaria litúrgica invocando a S. Miguel Arcángel; renovemos la devoción al Santo Ángel de la Guarda.
Con la consiguiente seguridad de que también nosotros tenemos poder y algo o mucho podemos hacer, contrarrestemos el narcotráfico, cuidemos nuestras familias, organicémonos solidariamente, acudamos confiadamente a las autoridades, etc.
Las familias, prevengan y protejan a sus hijos; pongan atención al cuidado de ellos. Evítenles los videojuegos propensos a la violencia. Fomenten más la convivencia familiar. Sobre todo aprovechen la formación y el estudio de la IV Etapa de la Misión como “Año de la familia”.
Los Presbíteros, háganse solidarios de sus fieles, no sean ajenos ni sordos; siempre y más en estos tiempos, estén dispuestos a escuchar a su gente y orientarla con la Palabra de Dios.
Las autoridades, tomen en cuenta que la gente desconfía y percibe que las denuncias se filtran, llegando hasta los mismos captores o agresores, quienes luego se vengan. Atiendan pues seriamente las quejas de la gente.
Todos los ciudadanos y todos los creyentes tienen parte de responsabilidad en la atención a la realidad que compartimos. A pesar de la desconfianza y aunque es difícil, con valor civil y religioso, superen el miedo y acudan a la denuncia anónima, haciendo de ello la cultura de la denuncia civil.
Las comunidades diocesana y parroquiales y los Decanatos organicen semanas o jornadas de oración por la paz y otras iniciativas, como la Coronilla al Sr. de la Misericordia. Las Parroquias fomenten permanentemente la salud mental.
Los maestros de escuela, los catequistas de la Iglesia y toda clase de grupos sociales o religiosos participen en la educación preventiva. Expongan la belleza de la creación.
Por lo pronto, para el sábado 18 de este mes, a las 5 de la tarde, el Decanato de Cristo Rey invita a una Peregrinación por la paz, desde el Templo de Analco hasta el templo del Sr. de la Misericordia Divina. Para el domingo 19 de este mes a las 3 de la tarde les Invitaciones a un Rosario por la paz en la Plazuela Baca Ortiz. Para el viernes 12 de junio, la Arquidiócesis peregrinará a la Basílica de Guadalupe, están todos invitados a implorar a la Virgen de Guadalupe en favor Durango y de Zacatecas.
Y todo esto, ¿para qué? Habrá quien vea esas situaciones como irrelevantes o sin remedio; habrá quienes no tengan confianza en el recurso a Dios. Pero los católicos estamos seguros de que el brazo poderoso de Dios ha acompañado siempre la historia del hombre.

6.- ALEGRENSE EN EL SEÑOR RESUCITADO
El Misterio Pascual que incluye la Resurrección, está en el centro del Misterio Cristiano; más aún es el centro de toda la vida de los bautizados. La Resurrección ilumine pues nuestra situación; hagámoslo vivencia y experiencia cristianas.
La Resurrección de Cristo, punto central y básico de la vida cristiana, se constata por el sepulcro vacío, el sudario, las vendas, las apariciones que llevaron a cada uno de los Apóstoles a la convicción de fe: ¡Jesús ha resucitado! Misterio de Jesús que comprende vida, pasión, muerte y resurrección. Y así también la vida humana está entretejida de grandes aspiraciones y de conflictos fuertes: los hombres buscamos el bien, la justicia y la vida, pero tenemos que atravesar por la muerte para alcanzar la vida en plenitud y la eterna felicidad.
“Nosotros somos testigos de cuanto Jesús hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la cruz; pero Dios lo resucitó al tercer día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino únicamente a los testigos que Él de antemano, había escogido: a nosotros que hemos comido y bebido con Él después de que resucitó de entre los muertos”. (Hech. 10, 39-41).
Y aunque sea como en retazos, también nosotros ejecutamos lo que dice el texto: “nosotros somos testigos” de la vida, pasión y muerte del Señor; experiencia de la entrega y del sufrimiento. Pero, “si el grano de trigo muere da mucho fruto” (Jn. 12, 24) como en el Misterio Pascual del Señor Jesús, también en nosotros, los sufrimientos de la vida presente tienen su coronamiento en luz de Resurrección.
La vida de Jesús es el único criterio para saber cuáles son los bienes de arriba que llevan semilla de eternidad: hacer el bien con sencillez, buscar la justicia, vivir en la verdad y en la sinceridad, atender a los necesitados, sólo en Dios poner nuestra esperanza. Vivir este seguimiento de Cristo, es enfilarnos hacia la Resurrección de Cristo en nosotros, es vida nueva y hombre nuevo.

7.- CONCLUSIÓN.
Oremos por todos los que sufren de variadas formas las consecuencias de esta conflictividad.
Oremos, para que los hermanos descarriados, logren comprender que el misterio del mal ha sido superado por la luz de Cristo; ojalá que se dejen tocar de la gracia redentora y entren en una vida nueva.
Oremos por las autoridades civiles para que alcancen luces y dones de lo alto para su delicado cometido.
Oremos, para que los pastores sigan orando incesantemente “entre el vestíbulo y el altar” (Joel 2,17), escuchen a sus fieles y los dirijan por los senderos de la verdad, de la honestidad, de la justicia y de la santidad.
Cordial y sinceramente, felicito a todos por la Pascua de Resurrección.
Durango, Dgo. 12 de abril del 2009.

Héctor González Martínez
Arz. de Durango

INSEGURIDAD Y VIOLENCIA

Ya va para dos años que la inseguridad y la violencia originadas en el narcotráfico, se han difundido por la República Mexicana y nos hace recordar los años de la mafia de Sicilia o de Chicago. La gente se siente desprotegida de sus autoridades, que no han sido capaces de restablecer la paz pública.
Los grupos, de narcotraficantes o no, le estiran a la cobija cada quien para su lado, queriendo repartirse el control del territorio. Cada semana se sabe de balaceras aquí o allá, cerca o lejos; se sabe de explosiones de bombas, de levantados o ejecutados.
Algunos grupos aparecen como antagónicos, destacándose en discutir directamente a sus contrincantes las plazas o distribuidores: van por los contrarios, los levantan, los ocultan, los masacran, los descabezan y los exponen en la vía pública.
A veces, algunos, de nómadas se van haciendo sedentarios, asentándose en poblaciones grandes y pequeñas. Otros se posesionan del control de los pueblos, suplantando a las autoridades legítimamente constituidas, sintiéndose sus protectores, en pago de ello obligan a la gente a pagar un tributo: vgr. S. Bernardo, Gpe. Victoria, etc.
Paralelamente existen partidas que se valen de la confusión, dedicadas simplemente a extorsionar a ricos y pobres. Se consiguen direcciones y haciéndose pasar por Zetas, por la familia michoacana o por otro: telefonean exigiendo cantidades en efectivo, pero también en especie, inclusive vehículos o bienes muebles.
Estos párrafos no agotan le descripción del fenómeno; pero ciertamente la gente de los pueblos se sienten desorientada, desconcertada y en crisis, sin autoridad competente que ponga orden a esta situación crítica o casi caótica.
Algunos pueblos se defienden, con el recurso a la oración, cavando fosas en el paso de los caminos o alrededor de los poblados, turnándose por casas para dormir juntos, hasta el extremo de dormir en las azoteas de las casas para descansar o para vigilar.
La gente clama por ayuda de sus pastores, quienes se encuentran en situación parecida, pues también a ellos les ha alcanzado la inseguridad y la extorsión. Ciertamente la religión no es un recurso meramente estratégico para proteger a la población; pero sí es un elemento de seria defensa confiando en la poderosa mano de Dios.
Primeramente, alentemos una confianza firme en la Divina Providencia que nos guarda y protege diariamente. Con seguridad de que el Señor nos libra de peligros y enemigos, alentemos nuestra esperanza y cantémosle: “Poderoso es nuestro Dios, poderoso es nuestro Dios…”. Recemos la Coronilla de la divina Misericordia. Confiemos en las oraciones que diariamente decimos en Misa: “Líbranos, Señor, de todos los males pasados, presentes y futuros…”. Recurramos a la antigua plegaria litúrgica invocando a S. Miguel Arcángel. Renovemos la devoción al Santo Ángel de la Guarda.
Con lo consiguiente seguridad de que también nosotros tenemos poder y algo o mucho podemos hacer, abatamos el narcotráfico, cuidemos nuestras familias, oremos por los hermanos descarriados, organicémonos solidariamente, acudamos a las autoridades, etc.
Entrando hoy a los días de la Semana Santa, tiempo para contemplar los misterios de nuestra salvación, ahora tenemos que aplicarla a nuestra situación. Ojalá que los hermanos descarriados, se dejen tocar de la gracia redentora y dejen a los fieles, vivir el ambiente de los días santos. Los pastores oren entre el vestíbulo y el altar.

Durango, Dgo. 5 de abril del 2009.

Héctor González Martínez
Arz. de Durango

VARIOS

Luto. Hace unos dos meses a mi hermano Claudio se le declaró un tumor maligno en la columna; se le prestó atención, pero varios de sus órganos internos estaban invadidos, de modo que en la familia estábamos preparados esperando el desenlace. Este pasado lunes 23 de marzo, muy de madrugada me despertaron por teléfono con la luctuosa noticia. Me preparé y me fui a Miguel Auza. Allá me pasé lunes y martes acompañando a mis familiares y acompañado por el pueblo. Fue una experiencia religiosa muy reconfortante, de la que doy gracias a Dios y a los fieles de mi pueblo. Así mismo doy gracias a muchas personas de distintas partes por su cercanía y sus condolencias.
Aniversario episcopal. El martes fue día 24 de marzo fecha en que cumplí 27 años de Obispo. Me lo recordó Mons. Medel quien me llamó por teléfono para darme las condolencias. Entre encontrados sentimientos recibí felicitaciones y condolencias de los Presbíteros y de los feligreses que llenaron el templo para la Eucaristía de honras fúnebres. Gracias por las muestras de solidaridad cristiana por uno y otro motivo; igualmente, gracias a muchas otras personas de cerca y de lejos por su cercanía espiritual.
Celebración eclesial. El día 25 de marzo, fiesta de la Anunciación y de la Encarnación, por la tarde en el nuevo Santuario de Guadalupe, la feligresía de esta Ciudad y un buen grupo de Presbíteros respondió generosamente, congregándose como «Iglesia Bonita, semilla del Reino», para celebrar el «Día de la Vida». Bonita Congregación de Iglesia logramos conformar, en sintonía con muchas naciones, Iglesias y organismos no gubernamentales. Buena lección dieron los fieles, de fe en el origen de la vida desde el momento de la concepción y de aprecio por la dignidad del no nacido. Simultáneamente, también qué buena lección de repudio a las violaciones del derecho de los niños no nacidos. Qué bueno que seamos sensibles por la violencia y la inseguridad reinantes; qué bueno que condenemos el holocausto de seis millones de judíos en los crematorios nazis de Hitler.
Qué bueno que también protestemos por cincuenta millones de abortos cada año en el mundo.
Cumpleaños. Muchas personas me han felicitado, porque ayer, 28 de marzo fue mi cumpleaños número setenta. Dios pague su bondad porque han tenido en cuenta este aniversario. Sobre todo, a esta altura de la vida, los años no pasan en vano, me encomiendo a su intercesión y a sus plegarias.
Campaña de extorsión. Se ha desatado una supuesta «familia michoacana» dedicada a extorsionar por teléfono; no parece ser la única. Llaman a números telefónicos de particulares exigiendo cantidades de dinero con amenazas y malas palabras. Este grupo asedió buscando extorsionar a varios Párrocos por el rumbo de Zacatecas. Al parecer, fueron amedrentados pero resistieron la extorsión. Cabe pues, recomendar que cuando feligreses o ciudadanos reciban una llamada telefónica así, aunque se repita, no la crean ni le hagan caso, cambien de tema, cuelguen y no vuelvan a contestar.
¿Estado laico? La Revolución de 1910, dio paso a la constitución de 1917 y a la persecución religiosa de 1926-1929. Plutarco Elías Calles, queriendo poner en acción la constitución de 1917 ensangrentó la Nación y particularmente la Arquidiócesis, llenándola de gloria con mártires ya canonizados: S, Mateo Correa frente al panteón de nuestra Ciudad; S. Luis Bátis, S. Manuel Morales, S. Salvador Lara y S. David Roldán en Chalchihuites.
Durango, Dgo. 29 de marzo del 2009.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango