El Liberalismo de John Locke (Pt 1)
EL LIBERALISMO DE JOHN LOCKE (1)
John Locke nació en Inglaterra en 1632. En 1652 inicia la carrera eclesiástica, obteniendo los títulos de bachiller y de maestro de artes en la Universidad de Oxford; para 1659 ya enseña griego, retórica y filosofía moral. Luego abandona la carrera eclesiástica y estudia medicina, ciencias naturales y química. Ronda por Londres, Oxford, Francia, Londres, Holanda, Inglaterra y muere en 1704.
En el Ensayo sobre el entendimiento humano, posterior a 1689, Locke se pregunta sobre el alcance de nuestro entendimiento: qué cosas podemos conocer y con cual grado de certeza; ello, con finalidad eminentemente práctica: conociendo los límites del conocimiento, se podrá emplear la mente en cosas útiles, remedio para la pereza y el escepticismo. Se trata de conocer metodológicamente las cosas necesarias para una vida conveniente a la naturaleza humana. Pero, el método está al servicio del auténtico fin de la Filosofía de llevar una vida digna, con paz y felicidad.
En filosofía política, lo más importante son los dos Tratados sobre el gobierno civil. Trata de demostrar que la formación y la conservación del poder político y de la organización política de la sociedad, se basa en la naturaleza humana y en el consenso ciudadanos, no es el derecho divino ni en el poder tradicional de los padres de familia. En su propuesta de organización civil, Locke pretende asegurar los derechos individuales de los ciudadanos, y con este fin limita el poder político.
Concepto importante de esta propuesta política es el concepto de ley natural, no innata, conocida a través de la experiencia sensible, como regla moral obligatoria, y que tiene a Dios por autor. Siendo conforme con la razón, esta ley natural es conveniente al hombre al formar una comunidad.
Para Locke, el estado de naturaleza consiste en un estado de libertad, regulado por la ley natural en donde reina la igualdad: “siendo todos iguales, ninguno debe causar daño a los demás en la vida, la salud, la libertad y las propiedades”. En este estado, la única ley que tiene validez es la ley natural.
Por eso, la libertad natural radica en “no estar sometido a ningún otro poder superior en la tierra, y no encontrarse bajo la voluntad y la autoridad legislativa de ningún hombre, y no reconocer ninguna ley que no sea la natural”.
Pero, existiendo pasiones humanas desordenadas, la ausencia de una autoridad en el estado de naturaleza, ocasiona que algunos no obedezcan la ley natural y esto obliga a cada individuo a hacerse justicia por su cuenta.
Durango, Dgo. 13 de julio del 2008.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango