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Domingo Mundial de las Misiones

catequistasHoy 20 de octubre la Iglesia Católica celebra el Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND) con el fin de avivar en los fieles la conciencia que la Iglesia es misionera por esencia, por naturaleza y por voluntad de Cristo. Así lo informó la señora Norma Rodríguez, Directora del Movimiento Obras Misionales Pontífico Episcopales (OMPE) de la Arquidiócesis de Durango, quien explicó que: “…El DOMUND de este año coincide prácticamente con la clausura del Año de la Fe, que se abrió con la exhortación de Benedicto XVI: «Que la Palabra del Señor siga avanzando y sea glorificada». Los invito a vivir esta jornada intensificando nuestra Oración misionera, visitando a enfermos para invitarlos a ofrecer sus dolores por la causa misionera, y con la ayuda económica que será recolectada en Parroquias y Templos.”

Domingo XXIX ordinario; 20-X-2013 La oración como grito que nace de nuestra pobreza

Domingo XXIX ordinario; 20-X-2013

La oración como grito que nace de nuestra pobreza

Leemos hoy en el Éxodo: que “Amalek fue a combatir contra Israel… Moisés dijo a Josué: escoge algunos hombres y sal a combatir contra Amalek. Mañana yo estaré firme sobre la cima del monte, con el bastón de Dios en la mano. Josué hizo como le ordenó Moisés… Moisés, Arón y Cur subieron a la cumbre del monte. Cuando Moisés elevaba las manos, Israel era más fuerte; pero, cuando las bajaba, Amalek era más fuerte. Entonces, pusieron una piedra, Moisés se sentó y Arón y Cur le sostenían las manos. Así las manos de Moisés permanecieron en alto hasta la puesta del sol. Josué venció a Amalek y a su pueblo.

Con este ejemplo el Éxodo ilustra el tema de la oración. Se realza que sin la oración no se obtiene la victoria e ilumina otro tema fundamental: que el pueblo de Dios no puede cumplir su misión si no pide continuamente ayuda en la oración.

También S. Lucas en el Evangelio de hoy trae una parábola sobre la necesidad de orar siempre, sin cansarse: “había en una ciudad, un juez que no temía a Dios y no atendía a nadie. En aquella ciudad había una viuda que acudía al juez y le decía: hazme justicia contra mi adversario; por un tiempo él no quiso; pero después se dijo: aunque no temo a Dios ni respeto a nadie, como esta viuda me es molesta, le haré justicia, para que no venga continuamente a importunarme. Jesús añadió: han oído lo que dijo el juez deshonesto; y ¿Dios no hará justicia a sus elegidos que griten día y noche hacia Él?” ¿Cómo y cuándo orar? La respuesta es siempre y sin cansarse; es una respuesta que Lucas aprendió de Paulo y que hoy ilustra con una parábola del Señor. La enseñanza es fácil: si hasta el juez más inicuo cede ante una súplica incesante, Dios que es bueno ¿no atenderá y salvará a quien lo invoca día y noche?

Hay una relación entre fe y oración. Si es cierto que para orar se requiere creer, es igualmente cierto que para creer se requiere orar. La oración perseverante es expresión y alimento de la fe en Dios. Un camino privilegiado para recuperar la dimensión más auténtica de la propia vida, es el tiempo dedicado a la oración. Orar es establecer un diálogo íntimo con Dios y con nosotros mismos; es, escuchar una palabra que nos transforma; es introducir en nuestra vida, la fuerza de renovación del Espíritu.

La oración cristiana, antes que palabra implorante, es silencio profundo para escuchar y acoger en sí la Palabra de Dios. Las personas entran en comunión, escuchándose. Nosotros entramos en comunión con Dios y nos disponemos a hacer su voluntad, escuchándolo. Como la fe, también la oración nace de la escucha: es una respuesta vital y también verbal, que puede asumir varias formas: una acción de gracias, una contemplación llena de admiración, una profesión de fe, una petición, una declaración de compromiso.

También la plegaria de petición, es una respuesta a la insistencia de Jesús de orar siempre, sin cansarse. Pero ¿cuál es el significado de la plegaria de petición? No es ciertamente pretender que Él haga en nuestro lugar lo que debemos hacer nosotros. La plegaria de petición es reconocer el límite de nuestra condición humana; es constatar que la liberación total y la plena liberación personal no dependen únicamente del hombre. El hombre no puede salvarse a sí mismo. Manifestar a Dios todas nuestras necesidades y deseos es someterlos a su luz, y ver si son legítimos o no. El hombre es verdaderamente lo que pide, sus peticiones son espontáneas; decirlas a Dios es analizarlas y purificarlas.

La plegaria de petición es un signo de confianza en Dios. Cuando estamos seguros de que una persona verdaderamente nos ama, con espontaneidad le pedimos todo lo que necesitamos y es bueno. El creyente tiene tal confianza en Dios que le confía todo con sencillez y a Él se abandona. La plegaria cristiana no es una petición de intervención inmediata de Dios; no es una receta mágica que resuelve el problema; se adhiere y acepta la libertad y la paciencia de Dios.

Héctor González Martínez

Arz. de Durango

Imposición de Sotanas a Seminaristas

graduacion seminarioLos alumnos del Curso Introductorio del Seminario Mayor de Durango, celebrarán el “Rito de Imposición de Sotana” el próximo 20 de octubre, Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND) en la Capilla de dicha casa de formación , en punto de las 19:00 horas, en el cual recibirán la sotana propia de un seminarista. Así lo informó el Presbítero Fermín Favela Cuevas, asesor de los seminaristas del curso mencionado, quien explicó que: “…El recibir la sotana representa el compromiso de la decisión que han tomado respecto a su vocación, es comprometerse a tener un seguimiento aún más cercano de Jesús. Las sotanas de los seminaristas son negras, y tienen una banda o cinto azul que representa a la Santísima Virgen María y su protección de Madre, así como una cota blanca que simboliza la pureza del alma.” Dicho atuendo se viste durante actos piadosos y litúrgicos, así como en las misiones.

Cursillos para Mujeres en Durango

mujer_felizEl Movimiento “Cursillos de Cristiandad”, de la Arquidiócesis de Durango, está impartiendo del 17 al 20 de octubre , un Cursillo para mujeres de la ciudad de Durango y comunidades vecinas, entre ellas Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, en la Casa de la Cristiandad de esta ciudad capital. Así lo dio a conocer María Elena Salas, integrante del equipo coordinador de este Retiro Espiritual, quien explicó que: “…En estos tres días vivirán un encuentro personal con Cristo, conocerán su Fe, para poder vivirla y difundirla. Se contará con la participación del Presbítero Manuel Graciano, Profesor del Seminario Mayor. Se tiene una asistencia de 60 mujeres, todas ellas mayores de 23 años de edad.”

MFC Invita al Rosario por la Paz y la Familia

rosarioEl “Movimiento Familiar Cristiano” (MFC) de la Arquidiócesis de Durango invita a los fieles Católicos al “Rosario por la Paz y la Familia” que se rezará el próximo sábado 19 de octubre en punto de las 18:00 horas en el Nuevo Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, con motivo del Mes del Rosario. Así lo informó el Padre Ricardo Saldaña, asesor espiritual de dicho movimiento, quien explicó que: “…El Rosario estará animado por el MFC y cada uno de sus sectores. En el mes de octubre, los católicos invocamos a María con el bello nombre de Nuestra Señora del Rosario y ofrecemos a esta Madre el mejor ramo de rosas: 50 Ave Marías.”

MAÑANA CONCIERTO- ORACIÓN DE LA HERMANA GLENDA

descarga La Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Durango invita a los fieles católicos al Concierto- Oración de la cantautora chilena de música católica contemporánea conocida como “Hermana Glenda”, quien se presentará mañana martes 15 de octubre en punto de las 18:00 horas en el Nuevo Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Así lo informó el Diácono Sergio Rojero, coordinador de dicha Pastoral, quien explicó que: “…El Objetivo del concierto es recaudar fondos para restaurar la Capilla que se encuentra dentro del Centro de Readaptación Social (CERESO) No. 1 de Durango. La Hermana Glenda se dedica a evangelizar a través de las música y se ha presentado en muchos lugares del mundo.” La cooperación será de $100 y $200 pesos y los boletos se encuentran a la venta en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, la Iglesia de Santa Rosa de Lima en el Fraccionamiento Jardines y en la tienda Maxi- Gafas en Paseo Durango.

E P I S C O P E O ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!

E P I S C O P E O

¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!

            En el camino del año de la fe, reconocemos a la Virgen madre de Dios, en quien se manifiesta claramente el camino de la fe que el cristiano debe recorrer. Recordemos las palabras de santa Isabel: “Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá” (Lc 1,45). María es dichosa porque tiene fe, porque ha creído, y en esta fe ha acogido en el propio seno al Verbo de Dios para entregarlo al mundo.

La alegría que recibe de la Palabra se puede extender ahora a todos los que, en la fe, se dejan transformar por la Palabra de Dios. El Evangelio de Lucas nos presenta en algunos textos este misterio de escucha y de gozo. En la parábola del sembrador, san Lucas nos ha dejado estas palabras con las que Jesús explica el significado de la “tierra buena”: “Son los que escuchan la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto con perseverancia” (Lc 8,15). Más adelante Jesús agrega: “Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra” (8,21). Y, ante la exclamación de una mujer que entre la muchedumbre quiere exaltar el vientre que lo ha llevado y los pechos que lo han criado, Jesús muestra el secreto de la verdadera alegría: “Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen” (11,28).

En María, Hija de Sión, se cumple la larga historia de fe del Antiguo Testamento, que incluye la historia de tantas mujeres fieles, comenzando por Sara, mujeres que, junto a los patriarcas, fueron testigos del cumplimiento de las promesas de Dios y del surgimiento de la vida nueva. En la plenitud de los tiempos, la Palabra de Dios fue dirigida a María, y ella la acogió con todo su ser, en su corazón, para que tomase carne en ella y naciese como luz para los hombres. En la Madre de Jesús, la fe ha dado su mejor fruto, y cuando nuestra vida espiritual da fruto, nos llenamos de alegría, que es el signo más evidente de la grandeza de la fe. En su vida, María ha realizado la peregrinación de la fe, siguiendo a su Hijo. Así, en María, el camino de fe del Antiguo Testamento es asumido en el seguimiento de Jesús y se deja transformar por él, entrando a formar parte de la mirada única del Hijo de Dios encarnado.

Jesús muestra la verdadera grandeza de María, abriendo así también para todos nosotros la posibilidad de esa bienaventuranza que nace de la Palabra acogida y puesta en práctica. Recordemos todos que nuestra relación personal y comunitaria con Dios depende del aumento de nuestra familiaridad con la Palabra divina.

Podemos decir que en la Bienaventurada Virgen María se realiza eso de que el creyente está totalmente implicado en su confesión de fe. María está íntimamente asociada, por su unión con Cristo, a lo que creemos. En la concepción virginal de María tenemos un signo claro de la filiación divina de Cristo. El origen eterno de Cristo está en el Padre; él es el Hijo, en sentido total y único; y por eso, es engendrado en el tiempo sin concurso de varón. Siendo Hijo, Jesús puede traer al mundo un nuevo comienzo y una nueva luz, la plenitud del amor fiel de Dios, que se entrega a los hombres.

Por otra parte, la verdadera maternidad de María ha asegurado para el Hijo de Dios una verdadera historia humana, una verdadera carne, en la que morirá en la cruz y resucitará de los muertos. María lo acompañará hasta la cruz (Jn 19,25), desde donde su maternidad se extenderá a todos los discípulos de su Hijo (Jn 19,26-27). También estará presente en el Cenáculo, después de la resurrección y de la ascensión, para implorar el don del Espíritu con los apóstoles (Hch 1,14). El movimiento de amor entre el Padre y el Hijo en el Espíritu ha recorrido nuestra historia; Cristo nos atrae a sí para salvarnos (Jn 12,32). En el centro de la fe se encuentra la confesión de Jesús, Hijo de Dios, nacido de mujer, que nos introduce, mediante el don del Espíritu santo, en la filiación adoptiva (Ga 4,4-6).

¡Madre, ayuda nuestra fe! Abre nuestro oído a la Palabra, para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada. Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo de nuestra tierra y confiando en su promesa. Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que podamos tocarlo en la fe. Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su amor, sobre todo en los momentos de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar. Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado. Recuérdanos que quien cree no está nunca solo. Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que él sea luz en nuestro camino. Y que esta luz de la fe crezca continuamente en nosotros, hasta que llegue el día sin ocaso, que es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor.

Durango, Dgo., 13 de Octubre del 2013                               + Mons. Enrique Sánchez Martínez

                                                                                                    Obispo Auxiliar de Durango

                                                                                                  Email: episcopeo@hotmail.com

Domingo XXVIII ordinario; 13-X-2013 La fe se hace Acción de Gracias

Domingo XXVIII ordinario; 13-X-2013

La fe se hace Acción de Gracias

            Camino a Jerusalén, Jesús atravesó Samaria y Galilea. Entrando en un pueblo, salieron a su encuentro diez leprosos, que deteniéndose delante, alzaron la voz diciendo: “Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros. Viéndolos Jesús, les dijo: vayan a presentarse a los sacerdotes; mientras ellos iban, quedaron sanos. Un samaritano,  viéndose curado, regresó alabando a Dios con una gran voz, y se arrojó a los pies de Jesús, para agradecerle. Jesús observó: ¿qué no eran diez los curados? ¿dónde están los otros nueve? ¿sólo este extranjero, ha vuelto a dar gloria a Dios? Y le dijo: levántate y vete, tu fe te ha salvado”.

            La enseñanza de este trozo evangélico rebasa la actitud del grupo de leprosos. Ellos observan la Ley, y obedecen la palabra de Jesús, porque saben que es cumplimiento de la Ley de Moisés (Lv 13, 45-46); y se consideran curados porque, cumpliendo la Ley, consideran que lo han merecido. Son así, imagen fiel de tantos cristianos atados a un legalismo mecánico. Sólo uno reconoce que todo y siempre es exclusivamente don de la bondad de Dios que se revela en Jesús: regresa a Él y recibe la palabra de salvación: “tu fe te ha salvado”.

            El anuncio del Reino de Dios es anuncio de salvación no sólo con palabras, también con hechos, que manifiestan la gratuidad esencial; expresan en forma evidente que la salvación no es una conquista humana, sino un don de Dios; suscitan la fe en la persona de Jesús y hacen prorrumpir en acción de gracias.

            La acción de gracias no es un simple reconocimiento humano. El mensaje de las lecturas de este domingo, no es una simple enseñanza sobre el deber moral del reconocimiento humano: Naamán, general sirio, pasa de la sanación a la fe; él no reconoce más, otro dios que no sea el Dios de Israel. El samaritano, regresa “alabando a Dios con grande voz”; el milagro le ha abierto los ojos sobre el significado de la misión y de la personalidad de Jesús. El samaritano, da gracias a Dios, no tanto, porque su deseo de sanar ha quedado satisfecho, sino, porque entiende que Dios está presente y activo en Jesús. El samaritano reconoce que Cristo es el Salvador en Quien Dios está presente y obra no sólo la salud del cuerpo, sino la salvación total del hombre. Y esto, es fe. El samaritano ve en Jesús, manifestarse la gloria de Dios. Por eso S. Lucas concluye la escena con la palabra de Jesús: “levántate y vete, tu fe te ha salvado”. Salvado, no sólo de la lepra, sino salvado, en el sentido cristiano del término. La sanación de la lepra es sólo el signo de la salvación integral de la persona.

            La acción de gracias del samaritano sanado nace, antes que nada, de la fe y no de la utilidad: es contemplación gozosa y gratuita del amor salvador de Dios antes que contento por la salud recuperada. Sólo en un secundo momento incluye el reconocimiento; pero, no el simple y cortés agradecimiento por un beneficio recibido. El Evangelio no quiere darnos una lección de urbanidad; quiere decirnos, que la acción de gracias es la actitud fundamental del hombre que ha descubierto en la fe que su salvación proviene sólo de la acción de Dios en Cristo.

            Si la gratitud humana y la acción de gracias a Dios no se identifican, es también cierto que hay continuidad entre ellas. Cuando las relaciones personales están todas basadas sobre lo útil o sobre el placer, es muy difícil abrirse a la contemplación del amor gratuito de Dios. Más aún la mentalidad egocéntrica y utilitarista desnaturaliza los actos religiosos. Si perdemos el sentido de lo gratuito, si nuestras acciones llevan el móvil o la mira de la recompensa, muy probablemente no llegaremos a la experiencia de la Eucaristía, que es la máxima Acción de Gracias. El hombre de hoy, debe descubrir el sentido de lo recibido para abrirse al agradecimiento. La Eucaristía, como Acción de Gracias, ha de ser el gozo que florece de la contemplación de Dios-Amor y del descubrimiento de ser salvados gratuitamente.

Héctor González Martínez

CURSO PARA CATEQUISTAS EN NUEVO IDEAL

AudienciaBenedictoXVI-17-10-2012El Secretariado de Evangelización y Catequesis (SEDEC) de la Arquidiócesis de Durango, estará ofreciendo un “Curso Intensivo” hoy 12 y mañana 13 de octubre, para los catequistas y agentes de Pastoral del Decanato San Miguel, en el Colegio Motolinía en  Nuevo Ideal, Durango. Así lo informó la hermana Guadalupe Ríos, coordinadora del curso, quien explicó que: “…Se ofrecerán temas básicos, entre los que podemos mencionar los siguientes: Biblia, Liturgia, Sacramentos y Vocación del Catequista. El objetivo es que los asistentes profundicen en su Fe Católica, para que puedan transmitirla con amor y compromiso.” Para dicho evento, se cuenta con el apoyo de todos los sacerdotes del Decanato.

NUEVOS NOMBRAMIENTOS EN EL PRESBITERIO

sacerdoteLa Arquidiócesis de Durango, informa a través del Secretario Canciller José de la Luz Guerrero Haro, que se han hecho los cambios para la rotación de sacerdotes en las Parroquias o en los diversos campos de Apostolado que tiene la Arquidiócesis. Así lo informó el Padre José de la Luz, quien explicó que: “…Los cambios obedecen al Excelentísimo Señor Arzobispo Don Héctor González Martínez, quien encomienda a presbíteros y  diáconos , que atiendan el quehacer Pastoral  que a que a él le toca vigilar y proveer. Para un sacerdote, recibir una nueva encomienda del Obispo, es una oportunidad más para servir a la Diócesis a la cual debe amar profundamente y juró servir de por vida”. Se informaron los siguientes cambios:

Como párrocos se desempeñarán  los siguientes sacerdotes:

El P. José Antonio Minjares en la Parroquia de San Miguel Arcángel en Villa Hidalgo , Durango.

El P. Pedro Molina Catañeda en la Parroquia de San Pedro Apóstol en Chalchihuites, Zacatecas.

El P. David Ernesto Vázquez García en la Parroquia de San Miguel Arcángel en Villa Ocampo, Durango.

El P. Héctor Alonso Ortega Torres en la Parroquia de Santa Lucía en J. Guadalupe Aguilera, Canatlán.

El P. Cipriano Soto Vázquez en la Parroquia de San Fermín en Pánuco de Coronado, Durango.

El P. Antelmo Benitez Marín en la Parroquia de Nuestra Señora de la Salud en Durango.

El P. Armando Flores Colón en la Parroquia de Nuestra Señora del Refugio en Morcillo, Durango.

Como Vicarios parroquiales prestaran sus servicios los siguientes sacerdotes:

El P. César Astorga Guerra en la Parroquia de Santa Elena en Río Grande, Zacatecas.

El P. Juan Manuel Martínez Villegas en la Parroquia de Nuestra Señora de la Nieves en Nieves, Zacatecas.

Nombramientos en Movimientos Eclesiales:

El P. José Luis Gudiño Manzo como Director Espiritual de la Adoración Nocturna.

El P. Eduardo Moreno González como Asesor Espiritual de la Acción Católica.